Por Luis Manuel Aguana
Ante el cuadro patético y dantesco que nos está dando en
estos momentos el CNE y su abierto fraude electoral del 30 de julio, es
imposible no volver la vista atrás hacia todas las advertencias,
recomendaciones, cartas abiertas, artículos de opinión, explicaciones técnicas,
y pare usted de contar que un grupo de venezolanos hicimos al país, y muy
especialmente a los políticos reunidos en la MUD, de la inconveniencia de
seguir avalando el sistema electoral impuesto por el régimen
castro-chavista-madurista. No se nos oyó. Al contrario, se nos ignoró
abiertamente. Las consecuencias están ahora a la vista de todos.
No puedo menos que recorrer toda la historia que
documentamos en nuestros blogs Declaración de Caracas, Coalición de
Independencia y Progreso (http://declaraciondecaracas.blogspot.com/)
y Bitákora EVA (http://bitakoraeva.blogspot.com/).
Les recomiendo a todo aquel con un mínimo de interés de adecentar nuestro
sistema electoral que se lea todo lo que escribimos allí desde el 25 de agosto
de 2012 el la Declaración de Caracas, y desde el 16 de Marzo de 2010 en la
Bitákora EVA. Creo que les resultará muy informativo y educativo.
Y no fue que les hicimos cartas –que las hicimos y
publicamos con los sellos de recibido- a los diferentes responsables
electorales de la MUD y sus principales dirigentes políticos y candidatos, sino
que las publicamos con los razonamientos técnicos correspondientes. La MUD no
puede decir que no lo sabía. Al contrario eran y son corresponsables junto con
el régimen de este inmundo sistema electoral.
Es muy fácil ahora para la MUD decir ahora que el régimen
hizo trampas en las elecciones de constituyentes del fraude masivo del 30J,
cuando todo el país y la comunidad internacional entera vieron y presenciaron con
sus propios ojos que de unos centros electorales completamente vacíos salieron
8.1 millones de votos. ¿Desde cuándo les dijimos que el CNE fabrica votos de forma
automatizada? Y que esa fábrica se refinaba y mejoraba con cada elección
fraudulenta desde que Jorge Rodríguez nos metió las maquinitas en el 2004.
Muchos de nosotros los que conformamos ese grupo de técnicos
que firmábamos todas esas declaraciones y cartas públicas, que el tiempo y la
impotencia – y hasta la misma vida, como en el caso de Eric Ekvall- se encargaron
de disolver, nos deshicimos en recomendaciones hasta que nos convencimos que la
MUD no era parte de la solución, era una parte muy importante del problema. Creímos
de verdadera buena fe que había una seria intención de esa oposición, que los
venezolanos le ganáramos al régimen electoralmente. Pero no. La verdadera
intención era heredar ese sistema corrupto y mientras tanto negociar espacios de
cohabitación.
Me hubiera encantado verle la cara a ese extraordinario
venezolano gringo que fue Ekvall (más de lo primero que de lo segundo) mirando
las declaraciones de Tibisay Lucena desmintiendo a Smartmatic, su socios en los
delitos electorales desde el 2004. Y más aún, luego de eso ver especímenes políticos
que debieron haberse extinguido hace mucho tiempo, como Henry Ramos Allup, que
todavía nos insistan en ir a otro proceso electoral con esa trampa
caza-estúpidos que es el CNE -ahora abiertamente descubierta a los ojos de
todos- con la desgastada excusa de “que no hay que perder los espacios”. ¿Cuáles
espacios? ¿Los de la cohabitación? ¡Qué sinvergüenza…!
No amigos. Creo que deje de escribir acerca del sistema
electoral del CNE como mi primera área de interés hace ya algún tiempo, no
porque no fuera importante sino porque me convencí que debía enfocar la poca atención
que puede tener este diminuto espacio de la red para dedicarlo algo de mayor
trascendencia como lo es el cambio del sistema político venezolano, que de suyo
incluye el sistema electoral. Tarde o temprano los venezolanos se percatarían sin
nuestra ayuda que habían sido robados, como en efecto acaba de pasar el 30 de
julio.
Y por esas cosas de la vida al toparme con el Proyecto País
Venezuela Reconciliada vía Constituyente en el 2013, lo adopté y lo hice el
tema de este blog, así como la vía para su implementación, que no es otra cosa
que la convocatoria a un proceso
constituyente de carácter originario, de la mano del mismo pueblo, haciendo
causa común con el extraordinario grupo de venezolanos que desde hacía años
trataban de convencer al país que existe otra manera de enfocar el problema que
tenemos y su grave crisis política, que incluye entre otras importantes
materias, la manera en como escogemos a nuestros representantes políticos.
Al ver al país de nuevo ante la sorprendente disyuntiva de
ir o no ir a otro proceso electoral mas, para mí la respuesta es obvia, clara y
meridiana (y no de ahora sino desde hace un montón de años): no se puede ir a
otra elección más en Venezuela sin antes rehacer el sistema electoral viciado
que tenemos, comenzando por un nuevo Registro Electoral. Pero eso pasa porque
antes hayamos despedido al régimen de Nicolás Maduro y la institucionalidad que
lo sostiene.
Entonces, ¿cómo pueden algunos políticos seguir pidiendo “elecciones
generales” con un sistema que tiene un
Registro Electoral corrompido que no garantiza el mínimo concepto de
Elecciones Auténticas? De nuevo, la respuesta es obvia: son parte del problema.
Y hasta que esa parte corrupta de la oposición en el sistema político
venezolano no sea puesta en evidencia y apartada como una manzana podrida,
nunca saldremos de este problema que cada día que pasa nos demuestra que puede
ser peor.
Queda entonces en manos de lo que quede de decencia de la
clase política opositora entender que se debe primero a) Salir del régimen de Nicolás
Maduro a través del mandato, si MANDATO, que le dio el pueblo
venezolano en la consulta popular del 16J a la Asamblea Nacional para formar un
Gobierno de Unión Nacional; b) Rehacer, una vez formado ese gobierno, el
sistema electoral venezolano bajo las normas básicas que rigen un sistema
electoral que garantice Elecciones Auténticas; y c) Convocar al pueblo soberano a decidir en Referendo
Consultivo, un proceso Constituyente de carácter Originario para re institucionalizar
este país destruido por la langosta que nos ha arrasado por casi 20 años, que
sirva para enterrar las hachas de la guerra y elegir con un sistema electoral
decente, en caso positivo, a una Asamblea Nacional Constituyente con verdaderos
y legítimos tribunos que nos den un ordenamiento político e institucional para
los próximos 100 años. Solo la decencia, la racionalidad y la voluntad de
querer un mejor país podrán lograr eso.
Caracas,
3 de Agosto de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana