jueves, 23 de noviembre de 2017

4 preguntas para el destino de Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

Hace como 30 años nos decía en clase mi profesor de Negociación Internacional el Dr. Carlos Guerón, que usted no se podía sentar a negociar acerca de Dios con el Ayatolah Komeini. Simplemente no solo era estúpido, sino completamente inútil. Algo semejante nos está pasando en esas “negociaciones” con el régimen y la Comunidad Internacional fungiendo de intermediaria porque desea que en Venezuela retorne la paz y la tranquilidad entre los venezolanos.

Pero léase bien. Una cosa es la paz que necesita que tengamos nuestros amigos afuera y otra muy diferente puede ser la que necesitemos aquí los venezolanos. Y en esto deseo ser muy preciso como un bisturí. Si Venezuela estuviera en una situación que no afectara a nuestros vecinos del continente, esto es, la gente no se estuviera yendo en masa o pudiéramos pagar sin problemas nuestros compromisos, aquí puede haber un cementerio y todo el mundo afuera estaría tranquilo. Pero los que estaríamos jodidos seriamos nosotros.

Y volviendo al Ayatolah Komeini, ¿puede alguien discutir con un comunista la revolución bolchevique, el asalto al Cuartel Moncada o que los imperialistas no asesinaron a Salvador Allende? ¿Debemos negociar con narcotraficantes y terroristas? ¿Podríamos negociar con quienes acabaron con nuestro país como langostas y que acepten eso, y se vayan en paz? Seamos serios.

Nuestros amigos de la Comunidad Internacional manejan intereses muy respetables como todo el mundo, pero hay un trecho entre aceptar la paz de los cementerios y la paz que surge de la libertad y la democracia. Por supuesto que hay matices. Por un lado vemos del lado de la segunda paz, la paz verdadera, a Luis Almagro en la OEA y por el otro al comodín del régimen José Luis Rodríguez Zapatero, esperando que el resto de los venezolanos aceptemos, como ya aceptaron Florido y Borges, la paz de los cementerios.

Que lo entiendan bien nuestros estimados amigos del mundo: lo único negociable con Nicolás Maduro y sus mil ladrones son los términos de su salida del gobierno. Y eso no significa, como lo han querido hacer ver los que se entregaron -por no decir vendieron-, que nos matemos en un conflicto civil, ni una intervención extranjera o aceptar un fraude constituyente.

No es posible que los diputados Luis Florido y Julio Borges en representación de sus partidos negocien lo innegociable que no es otra cosa que la voluntad de 7,6 millones de venezolanos que el 16J les dimos un mandato preciso que decidieron traicionar. No tienen ni el derecho ni la legitimidad para hacerlo porque los venezolanos les dijimos precisamente lo contrario. Es por eso que nace Soy Venezuela porque alguien debe asumir esa actitud en defensa de aquellos que democráticamente nos contamos el 16J y porque los venezolanos no necesitamos que alguien nos empodere para hacerlo porque la democracia y la libertad no necesitan investiduras para ser defendidas.

Ante la pregunta de la Comunidad Internacional ¿y cuáles son las opciones? Pues las hay. El 28 de Octubre la Alianza Nacional Constituyente propuso al mundo un camino para transitar, que pasa por que de nuevo se les consulte a los venezolanos acerca de su destino titulado: “La solución reside en el pueblo soberano” (ver http://ancoficial.blogspot.com/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-soberano.html) con una carta dirigida a los diputados de la Asamblea Nacional (ver http://ancoficial.blogspot.com/2017/11/carta-la-asamblea-nacional-06-11-2017.html)  Trataré de explicar brevemente en qué consiste ese camino.

Es sencillo de entender. El camino comienza por la convocatoria por parte de la Asamblea Nacional, por mayoría simple de sus integrantes, a un Referendo Consultivo basado en el Artículo 71 Constitucional por Materias de Especial Trascendencia Nacional en los términos que a continuación se indican:

1) ¿Aprueba o no que los venezolanos concertemos un verdadero proceso de reencuentro y reconciliación nacional, que garantice en paz, la transformación y refundación del país, y evite una confrontación dolorosa entre hermanos con graves e irreparables consecuencias?

En el mismo espíritu del proceso de paz colombiano, se le consultaría al pueblo venezolano acerca del término de un conflicto de baja intensidad al que han sido sometidos los venezolanos por el discurso de separación y odio iniciado por Hugo Chávez Frías y que nos partió en dos como sociedad. Este proceso de reconciliación, reencuentro, transformación y reconstrucción debe ser llevado a cabo en el marco de un escenario donde estén legítimamente representadas todas las tendencias y sectores del país. A nuestro juicio esa es la definición de un proceso constituyente originario en el marco de un grave estado de confrontación política, con una Asamblea Nacional Constituyente como escenario.

2) ¿Aprueba  o no declarar disuelta la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el gobierno y revocar y declarar nulas todas sus decisiones?

Por más que la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro haya sido convocada inconstitucionalmente y sea fraudulenta de origen, porque por vía de “noticia criminis” nos enteramos que el CNE le metió no menos de un millón de votos fantasmas para que pareciera que los venezolanos votamos por ese fraude, si existieron venezolanos que asistieron legítimamente a votar en ese proceso, a los cuales no se les puede ignorar desestimando su voto y participación a ese proceso. Y aunque el TSJL (TSJ Legítimo) que sesiona fuera de Venezuela haya sentenciado a favor de la eliminación de esa Asamblea Nacional Constituyente ilegal e inconstitucional, solamente el pueblo de Venezuela puede decidir confirmar esa disolución de la Asamblea Constituyente fraudulenta y declarar nulos sus actos, para que no existan dudas de nadie –oficialistas, opositores y la Comunidad Internacional- dentro y fuera de Venezuela, que esa es la decisión inamovible de la mayoría y debe ser acatada.

3) ¿Aprueba o no que el pueblo de Venezuela como depositario del poder constituyente originario, tenga la iniciativa y convoque a una legitima Asamblea Nacional Constituyente  por Iniciativa Popular con Bases Comiciales, que  incorporan proporcionalmente, la más amplia  representación  ciudadana y el principio de la  universalidad del voto? En caso positivo firmar la Planilla de Recolección de Firmas adjunta.

Léase bien, NO le estamos pidiendo al pueblo que apoye una constituyente. Le estamos consultando al pueblo, como debe ser, si la quiere o no, que son dos cosas muy diferentes. Y en caso de que la quiera, entonces que firme la Planilla de Recolección de firmas y apruebe unas Bases Comiciales que presentaremos, que garanticen la representación proporcional, la participación de todos los sectores de la vida nacional y el principio de la universalidad del voto. Porque si bien es cierto que el pueblo es uno de los que puede tomar la iniciativa del convocar al Constituyente de acuerdo con el Artículo 348 constitucional, este debe alcanzar el mínimo del 15% para que se realice esa consulta constituyente que se hace en este mismo acto. Nosotros en la Alianza Nacional Constituyente abogaremos por convencer a los venezolanos, como lo hemos hecho en los últimos tres años en nuestros recorridos por todo el país, porque consideramos que es necesaria una reforma estructural constitucional que nos lleve a la materialización de un Estado Federal Descentralizado y a la discusión de un nuevo país post-petrolero.

4) Aprueba o no que una legitima Asamblea Nacional Constituyente Originaria,  nombre un Gobierno de Transición de Unidad Nacional y la Renovación de los Poderes Públicos en acatamiento al mandato  de la Consulta Popular del 16 de Julio?

Esta es la materialización de pregunta No 3 de la Consulta Popular del 16J. Y es sumamente importante porque en este caso ya no sería el mandato que ignoró abiertamente la Asamblea Nacional sino un mandato del pueblo a los ciudadanos Constituyentes electos desde una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, por lo cual ese cuerpo no estaría disponiendo por si solo de los Poderes Públicos, como ya lo está haciendo Maduro con la espuria constituyente fraudulenta, sino por mandato expreso del Pueblo Depositario de la Soberanía en un Referendo Consultivo, lo que le daría la máxima legitimidad a ese gobierno de transición.

Estas 4 preguntas resuelven tres asuntos fundamentales: a) la desviación del régimen que convocó sin autorización del pueblo a una Constituyente y todos sus actos inconstitucionales; b) la instalación inmediata de un Gobierno de Unión Nacional con la renovación de todos los Poderes Públicos, como se le ordenara a la Asamblea Nacional el 16J; y c) la discusión del país entre todos en un gran dialogo reconciliador de los venezolanos y para los venezolanos, en paz y democracia.

¿Por qué pedimos que este Referendo Consultivo sea tramitado inicialmente por el CNE? Porque ese es el Poder Electoral y es la obligación legal y constitucional de la Asamblea Nacional nombrarlo de manera autónoma y que le de garantías a todos los venezolanos para efectuar Elecciones Autenticas de acuerdo a los estándares internacionales. Aquí no nos detendremos acerca del porqué no lo están haciendo. Es nuestro deber solicitarlo como corresponde y lo hemos hecho tanto en el Comunicado “La solución reside en el pueblo soberano” y la carta dirigida a la Asamblea Nacional el 6 de Noviembre. Pero si no lo hacen, desde la Alianza Nacional Constituyente informaremos al país cuales serán los pasos que continuarán a partir de ese momento.

Esa es la ruta, no otra. Esas 4 preguntas definirán el destino de Venezuela, y de acuerdo con ellas la propuesta es que sea el bravo pueblo, el del himno, el que termine solucionando su propia grave situación, no aquellos quienes la ocasionaron en 1998, que en su mayoría son los mismos que nos están vendiendo en República Dominicana. Si ese bravo pueblo lo hizo en el pasado en 1811 pasando por una guerra donde puso los muertos, lo volverá a hacer ahora porque desde hace tiempo los está poniendo de la misma manera.

Caracas, 23 de Noviembre de 2017

Twitter:@laguana

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