Por Luis Manuel Aguana
En
mi pasada nota (ver Enjuiciemos nosotros a Maduro, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/04/enjuiciemos-nosotros-maduro.html)
hice mención que en lo personal no creía que los ciudadanos diputados de la
Asamblea Nacional se inmolaran para aprobar el enjuiciamiento de Nicolás
Maduro. Me atreví a utilizar el término “inmolar” en su 3ra acepción (DRAE, 3. Prnl. Dar la vida, la hacienda, el
reposo, etc., en provecho u honor de alguien o algo) porque creí –y aun
creo- que todavía no se han inmolado porque este capítulo no está cerrado para
la Asamblea Nacional.
Efectivamente
votaron a favor del enjuiciamiento, pero serán ellos los que al final del
camino deberían designar un gobierno de transición luego que el TSJ legítimo
determine una sentencia definitiva en contra del presunto delincuente que
desgobierna Venezuela. ¿Darán finalmente estos diputados la vida, la hacienda,
el reposo, etc., en honor de salir del desgobierno de Maduro? Insisto, si no lo
hicieron el 17J, algunos venezolanos tenemos dudas razonables de que lo hagan en
un futuro previsible. Sin embargo, como dice el dicho: por sus obras los
conoceréis. Este fue un buen comienzo para ese duro camino que no termina con
esa votación sino que precisamente comienza con ella.
Algunos
amigos me han reclamado la poca fe que manifesté en los diputados de la
Asamblea Nacional y que en cierta medida les debía una nota en descargo por la
actitud de haber asistido en forma masiva a votar a favor del antejuicio en la
Asamblea Nacional. No tengo problemas en aceptar la validez de ese reclamo pero
aun no me siento satisfecho porque a ese hecho le falta mucho para cubrir todos
los pendientes y las expectativas de una población que depositó toda su
esperanza en una Asamblea Nacional votada de manera masiva en diciembre de 2015
(con diputados completamente desconocidos electos por tsunami de votos), para
lograr una solución del problema político del país desde el 5 de enero de 2016.
A
una distancia de más de dos años, decenas muertes y una hiperinflación que ha
arruinado a los venezolanos, el país nacional hubiera tirado la toalla de forma
definitiva con los partidos y dirigentes políticos que han manejado los
destinos opositores si no hubieran hecho lo que todo el mundo esperaba de
ellos. Ningún diputado hubiera podido almorzar tranquilo en la más mínima
taguara del país de no haberse producido esa votación aprobando el antejuicio
de Maduro.
Y
como mi duda era -y todavía sigue siendo- razonable, por eso les propuse una
salida honorable con una Consulta Popular, por la cual la Alianza Nacional
Constituyente-ANCO todavía apuesta como solución integral al problema político
del país, como de nuevo se lo hicimos saber oficialmente a la Asamblea Nacional
y a todos los venezolanos (ver Carta a la Asamblea Nacional 16-04-2018:
Solicitud de Convocatoria a un Referéndum Consultivo, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/04/carta-la-asamblea-nacional-16-04-2018.html
y ANCO-Nota de Prensa 19 de abril: Agenda Alternativa para Venezuela, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/04/anco-nota-de-prensa-19-de-abril-agenda.html).
Aun
así, no dejo de tener esperanzas. La inmolación política todavía puede ser una
solución, si los ciudadanos diputados, no pensando en su destino y ambiciones
personales –por lo demás completamente válidas- , sino en el destino de este
país, terminan lo que comenzaron con esa votación mayoritaria del 17 de abril.
Esto es, cumplir con la sentencia previsible que el TSJ legítimo dicte
condenando a Nicolás Maduro Moros, y nombrando un gobierno de transición a
pesar de todas las amenazas en contra de su integridad personal.
Eso
es lo que pido, es lo que exijo como venezolano. Comenzaron el 5 de julio de
2017 convocando a una Consulta Popular el 16 de Julio de 2017 y al tener
masivamente el respaldo popular el 17J, no cumplieron lo que el soberano les
ordenó. Mataron al tigre y le tuvieron miedo al cuero. En esta oportunidad
exijo que sea diferente y no pase que luego de haber autorizado el proceso de
enjuiciamiento al presunto delincuente de Miraflores se crean que el problema termino
allí. Tendrán que asumir con nosotros el compromiso de terminarlo.
Se
aplica el término “inmolación política” a un dirigente político “…con ideales nacionalistas exacerbados
incrementados por el apoyo popular. Luchador idealista que intentará imponer
sus ideales y pondrá en riesgo su salud, a corto o mediano plazo debido a su
profunda dedicación. Una minoría de seguidores de este líder político notarán la
pérdida de facultades físicas, pero el grado de convencimiento que transmite
este líder será de tal magnitud que a muchos no les permitirá ver la realidad
por el fanatismo que ha logrado cultivar en ellos; todo lo contrario, será
visto como un dios debido a las comparaciones que realizará a lo largo de su
trayectoria …” (ver Wikipedia, Inmolación Política, en https://es.wikipedia.org/wiki/Inmolaci%C3%B3n).
Los
venezolanos esperamos, más aun, necesitamos, que los diputados de esa Asamblea
Nacional sean de esa catadura descrita, capaces de inmolarse políticamente por
el país. A pesar de todas las contradicciones de nuestros diputados hay que
reconocer que dieron conjuntamente un paso muy importante y en la dirección
correcta para comenzar a resolver el problema político de Venezuela, pero hace
falta todavía muchísimo más. Cuando Venezuela eligió el 6 de Diciembre de 2015
a esos representantes puso en ellos una confianza que, de acuerdo a los hechos de
estos dos últimos años, algunos todavía no han internalizado de manera
apropiada, al punto de no haberse percatado de la inmensa responsabilidad de lo
que esa representación conlleva en esta hora menguada y oscura de Venezuela.
La
responsabilidad oficial que ellos tienen de ser representantes de la legítima
soberanía popular va a ser puesta a prueba duramente muy pronto, al punto que
les será exigido “Dar la vida, la
hacienda, el reposo, etc., en provecho u honor” de Venezuela. Ojalá que
hagan honor a la historia que el Congreso de Venezuela ha tenido en otras
épocas igualmente convulsas de nuestro país, como cuando Fermín Toro no se dejó
someter por el gobierno siendo Diputado en 1848. Esa es la catadura que
Venezuela necesita ahora de sus diputados. Si no la tienen, la Patria duramente
se los demandará…
Caracas, 19 de Abril de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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