domingo, 19 de agosto de 2018

Gobierno de Emergencia: ¿quien debe decidir?

Por Luis Manuel Aguana

Es todavía muy pronto para evaluar en su justa dimensión y profundidad el alcance de las decisiones tomadas por el régimen de Nicolás Maduro en materia económica. Después de su sentencia condenatoria, Maduro y su régimen huyen hacia delante con unas medidas económicas desesperadas que intentan cuadrar un círculo imposible de cuadrar, tratando de inventar una economía diferente de la que rige en el mundo civilizado. Pero el análisis que priva aquí no es económico, es profundamente político. A ningún economista serio le cuadrará un tipo de cambio anclado a una criptomoneda inexistente, ni que el salario mínimo se multiplique por 36 de la noche a la mañana sin ninguna base de sustentación.

Aunque Maduro jure encima de la Biblia que no seguirá imprimiendo billetes sin respaldo, la maquinaria de la economía se moverá inexorablemente sola con sus propios mecanismos, como bien lo saben los economistas. Tratando de resolver el problema facial de poder manejar cifras inimaginables hasta hace pocos años en Venezuela, en el medio de la hiperinflación jamás vista antes en este planeta, no se está incidiendo en las causas sino en las consecuencias del desastre provocado por estos aprendices de brujo.

Nadie en el régimen se está ocupando de la producción, porque ese nunca ha sido el problema de los comunistas, odian todo aquello que represente esfuerzo para producir porque viven del esfuerzo de otros. Han destruido en 5 años el 50% del tamaño de la economía venezolana, como lo destacó recientemente el economista José Guerra (ver Guerra: En cinco años Venezuela ha perdido el 50% del tamaño de su economía, en http://versionfinal.com.ve/politica-dinero/guerra-en-cinco-anos-venezuela-ha-perdido-50-del-tamano-de-su-economia/), y ahora pretenden terminar lo que comenzaron, destrozando lo que queda del sector privado, el último bastión de la producción del país.

Pero de lo que se trata aquí es de una cuestión de supervivencia: o sobreviven ellos intentando imponer a troche y moche un modelo económico fracasado en el mundo, o sobrevivimos los venezolanos saboteando a como de lugar ese intento. Por alguna razón han visto que no es viable lo que hasta ahora ha pasado creando dinero inorgánico y produciendo una terrible hiperinflación. Ven con asombro que ellos mismo se han empobrecido y empobrecido al resto de los venezolanos, y creen que solo con tener una riqueza no realizada debajo de la tierra es suficiente para fundamentar un sistema económico.

Que por favor alguien le explique a este régimen que no es suficiente con estar sentado sobre un barril de petróleo. Hay que sacarlo, venderlo y cobrarlo con todos los costos asociados que ello implica, para que eso pueda ser considerado como un valor de cambio en el mercado internacional, como hasta ahora se ha hecho con la riqueza petrolera en Venezuela desde hace mas de 100 años, con la explotación del pozo Zumaque I en 1914. Pero eso no lo quieren o no lo pueden entender.

Y como creo que el régimen no lo puede y no lo quiere entender, ha llegado a una etapa en la que ya nada de lo hagan no logra sino agravar la situación de los venezolanos, haciendo que el problema, no económico sino político, se reduzca a una solución simple pero increíblemente difícil: Maduro y su régimen deben ser desplazados del poder.

Aquí ya deben cesar las discusiones de economía o si la agenda económica del régimen es o no es una locura. Esa dejo de ser la discusión desde hace varios años. Solo que ahora el problema es de una gravedad extrema, de vida o muerte: “Me lleva el o me lo llevo yo, pa’ que se acabe la vaina” como bien decía el estribillo de una vieja canción de Carlos Vives.

En este sentido está planteada una discusión ahora mismo en la Asamblea Nacional en torno a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia legitimo acerca de la condena a Nicolás Maduro por corrupción y legitimación de capitales, y que di a conocer en mi nota anterior (ver Una decisión del Soberano, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/08/una-decision-del-soberano.html). Luego de ese nuevo “programa económico” (porque hay que llamarlo de alguna manera) dado a conocer por el gobierno hace pocas horas se multiplica la responsabilidad de los diputados de la Asamblea Nacional de sustituir en gobierno de Nicolás Maduro a consecuencia de la sentencia del TSJ legitimo.

Los diputados no deberían de ninguna manera irse a un receso parlamentario dada la grave situación del país y mucho menos dejar su responsabilidad en manos de un super cogollo establecido en la Comisión Delegada para decidir cuál será la posición del Poder Legislativo en torno al vacío de poder constitucional de Maduro que sale como consecuencia de esa sentencia. Los venezolanos exigimos que se nos represente de manera adecuada para tomar las decisiones trascendentales a las que haya lugar como consecuencia de ese paquete económico que nos acaba de anunciar el régimen, que quiebra en la práctica a todo el mundo en este país.

Pero esa quiebra generalizada no le importa al régimen. Lo importante aquí es lo que haremos nosotros frente a esa nueva realidad. Si frente a esa nueva realidad anteponemos una actitud cobarde de aceptar sin chistar lo que nos imponen, eso es lo que precisamente tendremos. Y eso es lo que está haciendo el Presidente de la Asamblea Nacional al decir que la sentencia de Maduro “es inejecutable sin Estado de Derecho” (ver Barboza: Sentencia contra Maduro es inejecutable sin estado de derecho, en http://cronica.uno/barboza-sentencia-contra-maduro-es-inejecutable-sin-estado-de-derecho/). Yo me preguntaría que si como consecuencia de no haber Estado de Derecho en Venezuela dejaríamos lo que tenemos que hacer para el retorno de la legalidad. Eso es como si detuvieran a Omar Barboza por cualquier razón y sus defensores no ejercieran lo que tienen que ejercer en su defensa porque en Venezuela “no hay Estado de Derecho”. Se pudriría en las mazmorras del régimen.

¡Y claro que no hay Estado de Derecho! La situación dejo hace mucho tiempo de ser jurídica para ser política. Dada la trama de corrupción de Odebrecht, donde fueron repartidos millones de dólares tanto al régimen como a su oposición oficial para favorecer contratos de la República con esa empresa, veo sumamente cuesta arriba que la oposición oficial reunida en los partidos de la MUD en la Asamblea Nacional reúna las condiciones necesarias para decidir el curso de acción política para el bienestar de Venezuela.

Si bien es cierto que los partidos reunidos en la Asamblea Nacional tienen la responsabilidad constitucional para decidir un nuevo gobierno como ha sido de hecho desde el 9 de enero de 2017, cuando se declaró el Abandono del Cargo de Nicolás Maduro, no es menos cierto que esa Asamblea se encuentra disminuida, contaminada y corrompida por fracciones que han sido socias del régimen para mantener a Maduro en el poder, tratando de destrozar desde su Directiva el trabajo del TSJ legitimo, así como de partidos políticos que han sido acusados con sus principales dirigentes de haber aceptado sobornos de Odebrecht, y que buscarán desesperadamente asumir el control del país para evitar investigaciones posteriores. Si a eso se le añade la persecución política de diputados y dirigentes de partidos que no se han doblegado, ¿cuál puede ser el resultado de un acuerdo político para formar un gobierno hecho entre corruptos y perseguidos? Entonces la Asamblea Nacional no sería el mejor escenario político para que nazcan quienes conducirían al país en el peor momento de la historia de Venezuela.

Se explica entonces que la Directiva de la Asamblea Nacional no haya querido lavar ni prestar la batea en el nombramiento de un Gobierno de transición. Saben que tienen la responsabilidad constitucional, pero tampoco desean que sea el TSJ legítimo quien tome la decisión donde ellos no tengan el control. Y en el medio de esa tragedia estamos los venezolanos muriéndonos aceleradamente en el medio del más espantoso escenario económico jamás visto por la humanidad.

¿Debemos entonces aceptar ese chantaje de Barboza y su Directiva al decir que la sentencia de Maduro es “inejecutable” porque no hay Estado de Derecho en Venezuela para no hacer lo que les corresponde hacer? Eso es inaceptable. El debate inmediato planteado por la fracción 16J en la Asamblea Nacional (ver Fracción 16J tras madurazo: Exigimos la inmediata convocatoria a sesiones extraordinarias de la AN, en https://www.lapatilla.com/2018/08/18/fraccion-16-j-tras-madurazo-exigimos-la-inmediata-convocatoria-a-sesiones-extraordinarias-de-la-an/) es la respuesta legitima de la decencia que aún queda en la Asamblea Nacional al indicar: “Definitivamente firme la sentencia del legítimo TSJ, por todos conocidas, la Asamblea Nacional no puede evadirla e incumplir con sus responsabilidades evidentemente de carácter constitucional. La respuesta al trágico madurazo está en llenar la vacante constitucional. Esto sólo puede hacerlo la Asamblea Nacional, imposible de ser reemplazada por la Junta Directiva o la Comisión Delegada”. Pero eso es lo que desea precisamente hacer Barboza, sustituir la decisión de la Plenaria de los Diputados por lo que arregle un cogollo de una Directiva entregada al régimen.

Pero el país no se encuentra para esperar un segundo más para que se decida un nuevo gobierno en Venezuela. Barboza ni nadie puede ser un obstáculo para evitar que se cambie el rumbo suicida que lleva la República. Se podría decir que no están dadas las condiciones para que un nuevo gobierno sea nombrado desde la Asamblea Nacional por más legal que esta decisión pueda ser. Sería incluso hasta perjudicial para los intereses de Venezuela, que este nuevo gobierno provenga de una negociación con factores opositores agavillados con la corrupción del régimen. Urge entonces una decisión Política (con P mayúscula) no solo lo más apegada a la justicia, sino a la ética y la moral republicanas, como siempre lo exigía el Libertador en sus proclamas. Y quienes hasta ahora han demostrado en su actuar esa conducta que tanto se necesita en Venezuela, se encuentran fuera del país en una lucha sin cuartel para llevar a la cárcel a quienes han destruido a la Nación, en el TSJ legitimo en el exilio. Sumemos todos para que esa decisión sea respaldada por el pueblo de Venezuela.

Caracas, 19 de Agosto de 2018

Twitter:@laguana


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