Por Luis Manuel Aguana
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Ya hace casi un año escribí una nota que comenzaba: Tal vez no se imaginó Moisés Naim al publicar su libro “Ilícito” en el 2005, al plantearse la lucha desigual de los gobiernos en contra de las redes delictivas globales, que estas podrían ser… ¡el mismo gobierno! El narcotráfico, el terrorismo, el blanqueo de capitales, y muchas cosas ilícitas planteadas en ese libro pero ahora gobernando un país. Eso cambia completamente la perspectiva de cómo el mundo puede combatir eso. Creo que Naim debería considerar publicar una versión actualizada de ese fascinante libro bajo la luz de la actual realidad venezolana. (ver Para un problema global una solución global en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/08/para-un-problema-global-una-solucion.html).
Pero yo estaba equivocado. Naim no necesitaba hacerlo porque ya lo había hecho, al adelantarse a esa nota 5 años antes en el año 2012 en un artículo publicado en Foreign Affairs, titulado Estados Mafiosos (ver Mafia States, en https://www.foreignaffairs.com/articles/2012-04-20/mafia-states).
En ese artículo ya Naim indicaba que el fenómeno del llamado Estado Mafioso había echado raíces en Venezuela cuando en el 2010 Hugo Chávez había nombrado al Gral. Carlos Rangel Silva, como máximo Comandante de las Fuerzas Armadas de Venezuela y Ministro de la Defensa, siendo este un personaje que había sido señalado dos años antes por el Departamento del Tesoro norteamericano como el zar más importante de la droga en Venezuela, y acusarlo de "materialmente asistir a las actividades de tráfico de narcóticos" en el país.
De igual modo Walid Makled, conocido narcotraficante preso en Venezuela, en el año 2010 acusaba que disponía de pruebas documentadas de que trabajaba para una Red criminal en la que estaban involucrados 15 generales, entre los que se contaban el jefe de la inteligencia militar y el Director de la oficina antidrogas del país, además del hermano del Ministro del Interior y 5 miembros del parlamento.
Léase bien, Makled TRABAJABA para ellos, no al revés. Esa es una diferencia fundamental. En cualquier otro país los delincuentes compran a funcionarios corruptos para realizar sus fechorías. En Venezuela es al revés, SON LAS AUTORIDADES las que conducen el delito y hacen uso de delincuentes comunes como mandaderos y peones. Menuda diferencia, y es por ello que Naim los bautiza como "Mafia States" o Estados Mafiosos.
De allí la gran importancia del juicio por corrupción propia y legitimación de capitales que se le lleva a Maduro en el exterior como Presidente de la Republica. El común del venezolano aun no se percata de que es imposible hacer ese juicio en Venezuela con un tribunal que no pueda ser alcanzado por ellos y es por eso que todos los involucrados en esa trama de corrupción estén al toda costa tratando de impedir ese juicio en el TSJ legítimo en el exilio.
Y no se trata de cualquier juicio por corrupción de funcionario público, ¡es el primer juicio en contra de un Estado Mafioso en el mundo! donde el que esta sentado en el banquillo es la cabeza de ese Estado. Veamos.
El 30 de julio en un artículo publicado por el Nuevo Herald firmado por el periodista Antonio Maria Delgado, "según los cargos presentados contra Maduro en el juicio que se realiza desde el exterior, el gobernante habría recibido millones de dólares en sobornos para favorecer a la firma brasileña Odebrecht con enormes contratos valorados en varios miles de millones de dólares por obras que no se construyeron. En un solo caso presentado, Maduro habría solicitado a la constructora el pago de $50 millones, pero Odebrecht solamente le pagó $35 millones." (ver Presidente del Supremo de Venezuela en el exilio renunció a nacionalidad española antes de aceptar cargo, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article215763880.html). Esa afirmación será fácilmente comprobable con aquellos de la empresa constructora a quienes se les sigue juicio en Brasil.
Entonces esto, cuyas raíces comenzaron en el 2010 con el nombramiento del Gral. Carlos Rangel Silva en el Ministerio de la Defensa, como señaló Naim, llegó a la Presidencia de la República, constituyéndose una realidad el Estado Mafioso en Venezuela.
Las implicaciones de esto son mayúsculas. Seria imposible que después de esto confiemos en ninguna rama del Poder Ejecutivo, ni confiemos en que ningún Poder que resida en Venezuela no esté implicado, como en efecto lo sospechamos, de la Dirección del Poder Legislativo, dada su insistencia en descalificar a Miguel Angel Martín como Presidente del Tribunal Supremo de Justicia legítimo que opera en el exilio, y disolver esa entidad con la finalidad de detener ese juicio, como lo denunció este pasado fin de semana el periodista José Domingo Blanco (@Mingo_1) a través de su cuenta de Twitter (ver https://twitter.com/mingo_1/status/1023569054030868480?s=03)
En la actualidad esta pelea luce tremendamente desigual ya que estamos luchando contra fuerzas muy poderosas del crimen organizado nacional e internacional, para quienes es inconveniente que Maduro deje la presidencia junto a la mafia que le acompaña, y para eso utilizarán todos los medios y cómplices dentro y fuera del país para lograrlo. Es por eso que todos los venezolanos y la comunidad internacional deben cerrar filas al favor del TSJ legítimo, ya que de perdurar ese Estado Mafioso muy pronto tendremos otros en la región.
El juicio de Maduro es un juicio clave en la lucha en contra de los delincuentes en posiciones de poder y esto no puede ser ignorado por la comunidad de naciones, siendo esta una razón sumamente poderosa para que la decisión trascendental acerca de como se constituiría el próximo gobierno de Venezuela no pueda surgir de este país.
En Venezuela la influencia del Poder Ejecutivo sobre los demás poderes es determinante, al punto que la Asamblea Nacional aún estando en manos opositoras, se dobló a favor de no discutir el vacío de poder originado por el juicio de Maduro. Debemos comprender que los diputados no están en posición de decidir sobre la cabeza de un dictador-delincuente en funciones, debiéndose trasladar esa decisión fuera del país para que desde allí se pueda decidir que hacer con la mafia que usurpa el poder, con la ayuda de la Comunidad Internacional
A estas alturas ese juicio trascendió a Venezuela porque el TSJ legítimo no esta enjuiciando a Nicolás Maduro Moros, esta enjuiciando a un Estado Mafioso en la persona de su Presidente. Esa sería razón más que suficiente para que ese Alto Tribunal legitimo no solo sea protegido por todos los paises hasta la restitución de la libertad y la democracia en Venezuela, sino reconocido en la acción inédita de haber dado un primer paso sin apoyo en el combate de las nuevas formas de delincuencia que amenazan la estabilidad política del continente y del mundo.
Caracas, 1 de Agosto de 2018
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