domingo, 7 de octubre de 2018

Las afortunadas declaraciones de Putin

Por Luis Manuel Aguana

Es claro que ninguno de los socios militares y comerciales de este régimen está de acuerdo con una intervención de ningún tipo en Venezuela. A los chinos y los rusos –principalmente- les agradan las cosas como están y que sigan así. No es a esos países adonde están emigrando en masa los venezolanos producto del desastre humanitario provocado por sus socios del régimen. De allí que mal pudieran esos países salir en la defensa de los derechos humanos de los venezolanos cuando sus intereses se encuentran en juego.

Sin embargo, para justificar que los extranjeros no podían meterse en Venezuela como “…un elefante en una cacharrería sin entender lo que realmente ocurre”, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, indicó en un foro reciente que “Los venezolanos y nadie más en el mundo deberían decidir sobre el futuro de Maduro” (ver El Nuevo Herald, Putin advierte contra la injerencia extranjera en Venezuela, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article219424880.html). A veces los gobernantes, en especial los que tienen influencia, deberían sopesar un poco más lo que dicen. No creo que esas declaraciones del Presidente ruso hayan sido del agrado del régimen de Maduro. Si los venezolanos tuviéramos la verdadera oportunidad de decidir qué hacer con Nicolás Maduro, no existiera ya crisis en Venezuela.

 Efectivamente, el Presidente Vladimir Putin tiene razón. Los venezolanos deberíamos poder decidir qué hacer, no solamente con Maduro, sino con el destino de todos aquellos que han destruido a Venezuela, y decidir asimismo sobre el futuro del país. No los cubanos, los iraníes, los rusos, los bielorusos, los chinos, y toda la pléyade de países que controlan de una manera u otra, directa o indirectamente, al gobierno títere de Nicolás Maduro.

Pero como la situación desastrosa en la que ha derivado este gobierno ha traído como consecuencia una repercusión internacional que afecta, cual cáncer en expansión regional al resto de los países circundantes, se plantea que ellos entonces decidan por nosotros que hacer con Venezuela, escapando de esa manera el problema de nuestras manos. Si nosotros no podemos decidir, entonces otros lo deberán hacer por nosotros.

Pero Vladimir Putin al decir algo cierto, conociendo nuestra imposibilidad para decidir porque estamos secuestrados por unos delincuentes, cree poder manipular la lógica y argumentar en contra de una intervención porque somos nosotros, los secuestrados, quienes debemos decidir, cuando en realidad lo que hace inadvertidamente es admitir un viejo postulado que no se ha querido reconocer en nuestro propio país: la solución está en manos del pueblo soberano. Entonces lo que tenemos que lograr nosotros es hacer posible que el pueblo se exprese. Y las neuronas opositoras deberían estar ocupadas en pensar de que manera cristalizar esa expresión por encima de los proyectos electoralistas y personalistas de cada fracción, utilizando los mecanismos de disuasión que la Comunidad Internacional ha puesto a disposición para buscarle salidas a la situación venezolana.

¿Cómo se quito de encima el Presidente Lenín Moreno de Ecuador la pretensión continuista de Rafael Correa? Consultándole al pueblo ecuatoriano. Ustedes dirán, “claro, pero Moreno era Presidente cuando montó esa solución. El estaba en el poder” y ese no es el caso aquí. Pues bien el problema es más retador. Si quienes detentan el poder solo desean consultar al pueblo y hacer elecciones solo con una institución electoral corrompida como el CNE, cuyos resultados no pueden ser auditados, entonces debemos escalar la situación al siguiente nivel.

La pregunta entonces sería ¿cómo hacer para que los venezolanos dentro y fuera de Venezuela se expresen libremente por encima del régimen de Nicolás Maduro y sus asociados? Respuesta: haciendo que esa exigencia la asuma la Comunidad Internacional como una formula para solucionar el problema, utilizando todos los mecanismos de presión necesarios como los que se han utilizado hasta ahora y otros nuevos, para forzar al régimen de Maduro a que se produzca una consulta de venezolanos dentro y fuera de Venezuela con todo el apoyo y la presencia y supervisión técnica, logística y financiera de los países que han tenido la voluntad de extendernos la mano. Sería más que un 16J-2017 pero con varios órdenes de magnitud mundial. Esa consulta sería la respuesta a aquellos países que apoyan al régimen y que vetan acciones humanitarias en el Consejo de Seguridad de la ONU, como China y Rusia, y callaríamos a Vladimir Putin con su propia solución.

Y muchos dirán “pero es que Maduro y su gobierno no van a aceptar eso porque los sacaría del poder” ¡Precisamente! Esa consulta se convertiría en el principal mecanismo de presión de la Comunidad Internacional para lograr que el pueblo venezolano se exprese en relación a la continuidad de Maduro y el cambio la realidad política venezolana. Y la mejor justificación para proceder a cualquier acción en caso de ignorar la petición, pero esta vez con la mejor excusa del mundo: Maduro impide que el pueblo venezolano se exprese para decidir su continuidad como bien lo dice el Presidente de Rusia.

Y así como Lenin Moreno en Ecuador resolvió el problema domésticamente acudiendo al pueblo porque el estaba en el poder durante la consulta que hizo, los venezolanos podemos resolverlo con la ayuda de la Comunidad Internacional exigiéndole al régimen que la voluntad del pueblo se exprese y si aun esta no es permitida, entonces los países tendrán la Responsabilidad de Proteger al pueblo venezolano. Si ello ocurriera así se materializaría una autorización del pueblo a que las fuerzas internacionales se expresen, si Maduro y su régimen no permiten que pueblo sea el que lo haga.

De existir un Gobierno de Emergencia en el exilio como algunos todavía esperamos, ese sería el interlocutor ideal para coordinar lo que haya de suceder. Pero si no se llegara a materializar igualmente lo resolverían por nosotros los países dolientes del cáncer en plena expansión que sufre Venezuela, solo que sin ningún control de los poderes legítimos que aun nos quedan. De allí que sea necesaria esa figura aunque políticamente existan fuerzas que juegan a favor de matar esa iniciativa. Se olvidan que Venezuela tiene un problema inédito, por lo que igualmente inédita deberá ser su solución…

Caracas, 7 de Octubre de 2018

Twitter:@laguana

No hay comentarios:

Publicar un comentario