Por Luis Manuel Aguana
A pesar de saber que existe una
infinito rio de documentos históricos, opiniones de expertos políticos y
militares alrededor de la figura de Simón Bolívar, hoy me gustaría modestamente
dedicar unas líneas, no a esa figura mítica manoseada por todo el mundo del
héroe latinoamericano, Libertador de 5 naciones, sino al ciudadano, al
político, cuya perspectiva mas allá de lo militar, es lo que creo que podemos
analizar el común de las personas.
Cuando a los venezolanos nos presentan
por primera vez en nuestra vida escolar la figura de Bolívar, no nos muestran
la faceta ciudadana del Libertador. Nos muestran la faceta del militar, la del
héroe de la Independencia. Todos los venezolanos hemos crecido con ese
estereotipo en la mente.
Las pinturas y cuadros más
representativos de la época en su mayoría nos muestran a un Bolívar vistiendo
uniforme militar, y no es extraño que esto sea así porque, la mayor parte de su
cortísima existencia –recuerden que murió a los 47 años- transcurrió
organizando ejércitos y batallas para la liberación de Venezuela y 4 naciones
más. Será por eso que la faceta que siempre he pensado como la más importante
de la vida de este ser humano ha quedado escondida, al punto que me atrevería a
decir que Bolívar fue militar por las circunstancias que le toco vivir, siendo
a mi juicio la faceta más importante la del político y ciudadano. Y siendo esta
la fundamental, la del militar se vio potenciada como consecuencia.
Tal vez en mi impertinencia de
analizar la quintaesencia ciudadana del Libertador, trato de darle sentido al
esfuerzo que tuvo de liberar repúblicas. Si la idea era construir naciones, eso
no podría llevarse a cabo sin gente que entendiera el verdadero sentido de la
libertad. Esto lo resumió el Maestro Simón Rodríguez al sostener la tesis de
que es una contradicción desear Repúblicas sin
republicanos. De acuerdo con el Maestro del Libertador, la única manera
que hay es formándolos en las escuelas, para que las Republicas que estaban
naciendo y obteniendo su libertad de la espada de sus soldados, se pudieran
sostener. De acuerdo al Maestro la materia más importante de esa formación
debía ser “la sociabilidad”. Esto en palabras modernas se llamaría enseñar
ciudadanía.
De acuerdo a Arturo Uslar Pietri,
el Maestro Simón Rodríguez afirmaba: “el
que nada sabe, cualquiera lo engaña, el que nada tiene, cualquiera lo compra”.
Uslar Pietri indicaba que en esta tesis, “se
trataba de enseñar para que nadie pudiera engañar a otro y de darle una base
productiva para que nadie pudiera comprarlo, para que fuera un ciudadano”
(ver Simón Rodríguez, Parte 3, en https://youtu.be/2ExSCFfHMe4).
Este es realmente el
cemento que garantiza la estabilidad de las naciones y eso lo sabía el
Libertador, al punto que envió a su Maestro al
territorio que hoy lleva el nombre de Bolivia para organizar esa escuela de
ciudadanos. Lamentablemente el experimento fracasó y se libertaron militarmente
naciones pero sin ciudadanos que las hicieran prósperas y estables. Esa
enfermedad nos alcanza todavía en pleno siglo XXI. No podemos perpetuar ese
error so pena de no haber terminado de romper las cadenas de las que nos liberó
Simón Bolívar.
Eso explica la caída de la democracia
venezolana y la pérdida de nuestra libertad a manos de un pueblo esclavizado
por una dictadura como el cubano. ¡Da dolor decirlo! “Un pueblo ignorante es un instrumento
ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la
credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento
político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras
ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo,
la venganza por la justicia”. Eso lo dijo el ciudadano Simón Bolívar
al despojarse de todo su poder ante el Congreso de Angostura del 15 de febrero
de 1819.
El ciudadano Bolívar dijo en ese
discurso “Un gobierno republicano ha
sido, es y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del
pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la
esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de
la igualdad, para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los
hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas…”. ¿Cómo es
posible que un gobierno que se dice “bolivariano” atropelle ese legado
histórico del Libertador? ¿Cómo es posible que cualquier gobernante venezolano
sea capaz siquiera de atender cualquier política que vaya en contra de nuestro
legado mas preciado?
El Simón Bolívar que deberíamos
cultivar de ahora en adelante al recuperar nuestra libertad es el Bolívar
ciudadano, no el militar. De haber respetado los militares la memoria histórica
del Bolívar militar, nunca nos encontraríamos en esta deplorable situación con
un régimen que atropella su memoria y va en contra de sus principios
fundamentales.
Deberemos enfatizar en las
escuelas el Bolívar ciudadano y político de la Sociedad Patriótica de Caracas
del 3 de junio de 1811: “¿Qué nos importa
que España venda a Bonaparte sus esclavos, o que los conserve, si estamos
resueltos a ser libres? Esas dudas son el triste efecto de las antiguas
cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse con calma! Trescientos
años de calma, ¿no bastan? ¿Se requieren otros trescientos todavía?”.
Todavía sufrimos “el triste efecto de las antiguas cadenas” donde los partidos
hacen con los venezolanos lo que les viene en gana, porque no existen todavía
ciudadanos capaces de comprender de donde proviene la soberanía.
Y volviendo a Angostura: “Un pueblo pervertido, si alcanza su
libertad muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en
mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio
de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles,
y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la
fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la justicia es el
ejercicio de la libertad.”. En este discurso Bolívar primero se consideró
ciudadano primero antes que Libertador: “Yo
someto la historia de mi mando a vuestra imparcial decisión; nada añadiré para
excusarla; ya he dicho cuanto puede hacer mi apología. Si merezco vuestra
aprobación, habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano, preferible
para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacíficador que me dio
Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar.”.
La única manera de asegurar que
esta tragedia que vive Venezuela no vuelva a ocurrir después de salir de la
tiranía, es aprender del ciudadano Bolívar. Nos quedamos en el Bolívar militar de
las plazas, montado a caballo con la espada desenvainada en contra de los
enemigos de Venezuela. Nos toca comenzar a entender que los verdaderos enemigos
de ahora son la falta de educación y la lamentable falta de ciudadanos. Eso es
lo que verdaderamente nos ha llevado a esta tragedia. Enterremos al Bolívar
militar y rescatemos al ciudadano Bolívar. Es el mejor homenaje que podemos
hacerle los venezolanos en este nuevo año de su nacimiento, y en desagravio por
haber olvidado sus palabras que fueron escritas para nosotros, y que no hemos
sido capaces de honrar como Nación…
Caracas,
24 de Julio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana