Por Luis Manuel Aguana
Las cosas se
decantan con el tiempo. Debes a veces dejar que las ideas se reposen para analizarlas
mejor. Y eso necesita tiempo. Y las ideas, así como el agua, deben dejarse
reposar para poder usarlas. A veces hay que meterles candela para poder desinfectarlas,
sin contar que con que en algunas oportunidades también deben ser filtradas.
Hace más de un año les contaba que en 1931 doce jóvenes comunistas decidieron describir
el país que deseaban, en un papel que llamaron “Plan de Barranquilla” (ver Del
Plan de Barranquilla al Proyecto País Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/02/del-plan-de-barranquilla-al-proyecto.html).
Estos jóvenes “cabeza
caliente” dibujaron un país que no existía en 1931, antes siquiera de morirse
el dictador eterno, Juan Vicente Gómez. No tenían ellos la bola de cristal para
saber cuándo se iría. Pero ese país que dibujaron, esencialmente impregnado de una
ideología que se resiste a morir, aún sobrevive hasta nuestros días. Todavía hay
ex candidatos presidenciales y partidos políticos que apuestan por la subida de
los precios del petróleo para “salir de la crisis” para seguir mamando de la
teta petrolera y vivir de la renta. Eso nos da la medida del trabajo que
todavía nos toca por hacer.
Pero volvamos
al comienzo. Las ideas de esos jóvenes de 1931 fueron efectivamente aplicadas, por
supuesto filtradas y decantadas con el tiempo, durante el transcurso histórico y
político del país por los protagonistas del Plan de Barranquilla, pero desde
las trincheras de un partido que cambió la historia de Venezuela, Acción
Democrática. Esas ideas, ahora socialistas-populistas, marcan la pauta de todos
los partidos del país. Gran parte de lo que nos pasa se lo debemos a ese “pequeñísimo”
detalle. Hablaremos en su oportunidad de ese fenómeno.
Alrededor de
esas ideas de cambio se aglutinaron las mentes más brillantes de la política,
la educación, la salud, la economía, y muchas otras ramas del saber, que dieron
lugar a una transformación efectiva de un país ciertamente rural a uno más
moderno. Las ideas estaban allí y Venezuela corrió con la suerte que el tiempo
vital de esas personas coincidió con el tiempo político de la democracia.
Pero muchos
seguros no estaban todavía construidos y el experimento tenía que consolidarse
para que fuera permanente. Los hombres duran poco y las instituciones estaban
todavía en formación. Y pasó que las ideas que aglutinaban a esas personas se fueron
diluyendo con el tiempo. Ya estaba efectivamente construido el andamio pero aun
faltaba. Las ideas de perfeccionamiento y construcción de una democracia le quedaron
a una “nueva generación política”, la siguiente de aquella que había parido en
1931 ese Plan decantado y filtrado con el tiempo. Pero esa “nueva generación”
estaba disfrutando del Poder y del dinero que había llegado a manos llenas.
El tiempo hizo
de las suyas, como suele hacer. Ahora no existen ni la primera ni la segunda
generación de esos políticos, ni menos todavía dinero para reconstruir. Y peor aún,
las ideas alrededor de lo que se aglutinaron aquellos constructores del país
quedaron como simples slogans políticos sobre los cuales los nuevos protagonistas
pretenden construir un nuevo país, pero esta vez alrededor de personalidades no
de ideas. Si no fuera patético y triste, daría mucha risa.
Todos los
partidos que nacieron con el declive de los principales del inicio del siglo
XX, se han construido alrededor de figuras. No las nombro aquí porque todos las
conocen. ¿Y donde están las ideas? ¿Dónde está ese nuevo Plan de Barranquilla
capaz de concebir una Venezuela moderna? Pero lo más grave ¿dónde están esos
Estadistas políticos capaces de conducirlo? Se ha confundido juventud con
nuevas ideas. Y lo que hay son jóvenes recitando lamentablemente lo mismo de
los viejos del pasado.
Cada partido “nuevo”
esta hecho en lo fundamental de la misma sustancia. Se traspasan dirigentes
entre ellos mismos como intercambio de barajitas usadas. Prendan la televisión
y vean en los pocos programas de opinión que todavía quedan, quienes son los que
pretenden conducir los destinos de Venezuela, y en una época de total
incertidumbre, solamente atados a un discurso basado en slogans del pasado. Hay
entonces que rehacerlo todo, comenzando
por la manera de concebir el hecho político.
Aquí no se trata
de atacar a los partidos. Esa confusión normalmente la tienen quienes aun no
comprenden que a Venezuela hay que interpretarla, y se molestan porque se
indique que la sociedad civil está cansada de que la usen para conseguir cuanta
vaina necesiten los partidos, llámese votos, firmas, marchas, sin que eso se
traduzca efectivamente en un cambio sustantivo de su calidad de vida.
O peor aún,
sin notar que efectivamente la cantera de personas capaces de construir una
nueva Venezuela esta efectivamente allí, en todos los rincones del país, y que
los consigues como mangos en el suelo en todos los pueblos de esta Tierra de
Gracia, dispuestos a participar en la construcción de algo nuevo. Allí están los
Estadistas que se necesitan, lo que hace falta es que se manifiesten y se les
de la responsabilidad, en un Plan concertado donde todos participen.
Como lo
indique hace más de un año en esa nota del Plan de Barranquilla, el Proyecto País
Venezuela es nuestro nuevo Plan (http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
La diferencia es que ahora lo estamos “pateando” en toda Venezuela,
incorporando voluntades en lo que hemos llamado Juntas Activadoras del Poder
Constituyente Originario, en el marco de la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/).
Venezolanos aglutinados, como en los orígenes mismos de nuestra vida moderna en
el siglo pasado, alrededor de un cuerpo de ideas, no de personas, seguros de
conseguir lo mejor de lo mejor, entre toda la gente que de buena voluntad desea
y aspira una Venezuela extraordinaria para las nuevas generaciones.
Poco a poco
esas Juntas Activadoras en cada Estado están organizándose. No solo para
recoger las firmas necesarias para convocar a un proceso Constituyente de
acuerdo a los fundamentos de nuestra propuesta, sino también para soñar y
diseñar qué es lo que desean y esperan para su propio Estado, de su país. Si se
logra, como esperamos, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, son
ellos los que defenderán como Constituyentistas su sueño de independencia
regional allí. Nadie lo hará mejor que quienes viven, luchan y mueren en esas
tierras…No pueden ni deben aceptar imposiciones de partidos ni de grupos, solo
los ciudadanos organizados harán valer sus aspiraciones locales para su futuro.
Eso es parte de ese nuevo Plan.
Cada Junta
Activadora ha demostrado ser diferente. ¡Hacer las cosas de una manera distinta
es extraordinario! Está empezando a germinar esa semilla porque precisamente cada
Estado de Venezuela es diferente. Se ha desarrollado de una manera distinta en
el devenir histórico y solo sus ciudadanos saben que hacer allí, nadie se los
puede decir. Cada Estado ha ido organizándose a distinta velocidad y en algún
momento cercano se articularán todos.
Y esa
articulación requiere de una partitura común para que exista armonía entre
todos. ¡Es el embrión de una Federación! Esa partitura es el Pacto entre todos.
Así como en una orquesta: cada instrumento es distinto pero la suma de sus
acordes suenan armoniosamente si siguen
una partitura que sea común para todos. Esas Alianzas pronto confluirán en una
Federación, como el primer paso hacia una propuesta del Estado Federal
Descentralizado que aspiramos, y esa Federación será la directora de esa
orquesta de múltiples acordes diferentes.
Esa es la
concepción primaria de un movimiento Político –sí, con P mayúscula- que va mas
allá de llevar a nadie a ningún cargo público sino a cambiar las estructuras políticas
de Venezuela, reenfocando el desarrollo del país adonde de estar –en las Regiones-,
reconciliando y reconstruyendo un sueño como el que una vez tuvieron unos jóvenes
en 1931. Esta vez somos más de 12 personas, con profesionales de primera línea en
todos los Estados, con una estructura dirigida por ellos, por nadie más. Hacer una
Federación de Alianzas es nuestro reto de ahora, y es la primera etapa de nuestro
Plan de una Federación de Estados, que es en lo que debe convertirse la nueva Venezuela
del siglo XXI.
Caracas,
27 de Junio de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana