Por Luis Manuel Aguana
No me
cansaré de citar a Leoncio Martínez “Leo”, en su editorial del semanario
“Fantoches” del 26 de septiembre de 1936 titulado “El significado de las Masas
Populares” (ver la reproducción de ese histórico editorial en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html)
cuando se intenta dar explicaciones del comportamiento de las masas populares,
y en especial lo que sucedió en las elecciones presidenciales del 20 de Mayo.
Escribía
el inmortal “Leo”: “Con frecuencia los dirigentes de masas son
simplemente amanuenses de los dictados populares, instrumentos empleados por la
conciencia pública, en quienes el pueblo aprovecha la cualidad técnica de saber
hablar o de saber escribir o de saber proyectar. Diríase que muchas veces el
líder es algo así como el eje de transmisión que moviliza todas la piezas de un
taller, pero que no sería capar de
animar todo aquel mecanismo si no estuviera motorizado por el impulso de un
único generador de energías”. (subrayado nuestro)
¿Se podría decir que el pueblo no votó en dictadura el
domingo 20 de Mayo, animado por algún liderazgo movilizador de “todas las
piezas de un taller”, que generara toda la energía capaz de producir lo que
paso ese día? Sin duda que no. Cada persona actuó en conciencia de acuerdo a
una situación que consideraba hostil para su propia vida, no porque algún
“dirigente” político lo convenciera de hacerlo de una forma o de otra. Cada
venezolano actuó según su propia conciencia, todos, chavistas-maduristas y
opositores, incluso aquellos que valientemente no se dejaron extorsionar por
comida.
Pero luego prosigue Leoncio Martínez con un concepto que
evidenciaba su profundo conocimiento de la realidad política venezolana y que
todavía, aún siendo vigente, no es cabalmente comprendido por la clase política
a pesar de haber pasado 80 años de ser formulado: “Los pueblos no siguen a sus
agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los
pueblos no conocen agitadores sino interpretes, por eso siguen a quien les
promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se
sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se
sienten víctimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el
engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron
el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia
contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo
lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a
Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones,
definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en
Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como intérprete, no tradujo sino la
cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa;
Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de
invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y
concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba”.
¿Quiénes
son los intérpretes de lo que paso el 20M? Este pueblo actuó SOLO el 20M,
individual y colectivamente, siguiendo su conciencia, y dando una lección
magistral de política a su dirigencia opositora que siente que los abandonó en
manos de unos criminales. Entonces ¿porque ahora todo el mundo se cree dueño de
esa decisión del pueblo venezolano? ¿Quién se hará cargo de ser interprete de
la realidad venezolana de este momento después de este nuevo atraco del régimen?
¿Esta dirigencia mediocre que nos metió en el problema? ¿Cuál será el
planteamiento político que se le debe dar al país para encausar “el impulso de un único generador de energías”, que solo está en las
manos del pueblo soberano? Si la actual dirigencia política cree que el solo
hecho de ser “opositor” del régimen constituye suficiente credencial para salir
de él, apropiándose de una bandera que solo le pertenece al pueblo, tendremos a
Maduro y su sistema comunista del Plan de la Patria por muchos años más. No es
suficiente con decir “yo lo haré mejor”. Hace falta más que eso.
A mi
juicio Venezuela se debate entre dos problemas muy serios que le impiden pasar la página del siglo XX: Maduro y su mafia
narcoterrorista-castrocomunista y la estruendosa falta de interpretes que
propongan algo con lo que las masas populares se sientan identificadas, mas
allá de querer salir de estos delincuentes que desgobiernan a Venezuela. Al
otro lado de la acera de Maduro hay un vacío que se siente en todo el país, y
que por el solo hecho de existir impide que avancemos hacia un verdadero cambio.
Ya lo
decía “Leo”: la misma masa popular que siguió a Boves, luego siguió a Bolívar. Sin
embargo, la misma masa popular que siguió a Chávez, aunque disminuida y que a
duras penas continúa siguiendo a Maduro, porque está aún en el gobierno y paga
a quien le acompaña, no consigue suficientes razones para seguir a ningún
opositor. ¿Cuál es la propuesta de esa “oposición”? ¿Regresar a 1998?
¿Liderazgos mesiánicos de “quítate tú para ponerme yo”? Hace falta mucho más
que eso para que la masa cambie de acera definitivamente.
Hace algún
tiempo afirmaba en este blog que podríamos decir sin faltar a la realidad que
el último Plan dirigido a mejorar las condiciones de vida del venezolano lo
idearon unos jóvenes con ideas comunistas hace poco mas de 83 años, con la
intención de salir de un país primitivo, gobernado en dictadura por gente que
nació el siglo XIX, y que ya fallecieron todos de viejos, y cuyos herederos no
han hecho nada más que usufructuar el país que salió de allí. Ese fue el Plan
de Barranquilla escrito en 1931.
El
último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de
un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme
la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida
las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que
pondrá a la orden del día la revolución”. De ese Plan surgió la
Constituyente de 1947 (ver texto completo
en http://200.2.12.132/SVI/images/stories/rb/pdf/barranquilla.pdf).
¿Les parece conocido ese esfuerzo?
Allí
los adecos, quienes fueron en su mayoría los autores de ese Plan, resolvieron en
esa Constituyente los derechos civiles y las condiciones de vida de un país
primitivo, bajo el ideario de hombres y mujeres que vieron más allá del ombligo
de sus aspiraciones personales. Después de eso, NADIE, ni siquiera los mismos
adecos, tuvieron algún Plan para refundar el país. Luego de alcanzar el poder y
compartirlo con quienes les acompañaron a partir de 1961, ordeñaron tanto a la
vaca hasta que la mataron en 1998.
Pues
bien, esa visión de los fundadores de la democracia fue la que el país siguió
como masa popular uniforme, al punto que en 1961 ese Plan se concretó y el país
se relanzó hacia una era diferente de cambios fundamentales, lejos de
montoneras y golpes militares…hasta 1992.
¿Hasta
cuando las masas populares acompañaron esa visión? Hasta que se extinguió de las
manos de sus mismos creadores y herederos, algunos de estos últimos vivitos y
coleando, que en la actualidad pretenden seguir viviendo de esa vaca que se
murió en 1998. Ya es hora de una nueva visión, de un nuevo Proyecto que inspire
y emocione a los venezolanos de esa gran masa popular, y de unos nuevos
intérpretes que lo lleven a cabo. Es hora de un nuevo Plan. Es hora que las
masas populares encuentren “a quienes
encarnen a una aspiración unánime de la mayoría” como decía “Leo” en 1936.
Queda de nosotros convencer de eso a los venezolanos y hacerlo realidad cuando
todos pretenden atribuirse una abstención que no tiene dueño…
Caracas,
22 de Mayo de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana