Por Luis Manuel Aguana
Las reacciones negativas –y
algunas virulentas- de la dirigencia política venezolana a la propuesta de una
consulta popular, realizada por el Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, me
recordaron a aquellas personas que dan la opinión de un libro con solo leer la
portada. Y no me extrañaron algunas de ellas, provenientes de políticos que
nunca consideraron consultarle algo al pueblo de Venezuela antes del 16 de
julio de 2017 y ahora argumentan no hacerlo porque “ya se le consultó al
pueblo”, y usan precisamente esa consulta por la cual no levantaron para que se
produjera un solo dedo, con el objeto de sostener sus propias banderas
políticas. Es de esas personas de las que los venezolanos tenemos cuidarnos
mucho en los próximos tiempos de turbulencia donde nadie es lo que parece.
Ninguno se detuvo ni 24 horas para
analizar porque Lenin Moreno dijo lo que dijo y que cosa de lo que dijo puede
ser extraído para intentar solucionar con ayuda de la comunidad internacional
el gravísimo problema por el que atravesamos en Venezuela. Ni siquiera aquellos
que estuvieron inmediatamente de acuerdo en comprarle sin pensar la consulta a
Lenín, como fue el caso de Julio Borges, porque solo miraba su propio ombligo
de interés político –como suele hacer- y no el de los venezolanos.
Lenin Moreno llego a la
Presidencia de Ecuador de la mano de Rafael Correa. Pero al mentor Correa le
pasó lo mismo que a su colega Álvaro Uribe de Colombia cuando su protegido
decidió actuar por su propia cuenta. Moreno fue electo dos veces consecutivas Vicepresidente
y como acompañante de fórmula de Rafael Correa, razón por la cual existía la
máxima confianza del ex mandatario ecuatoriano para darle paso a Moreno, dado
que la Constitución le impedía postularse para un tercer período. La intención
era luego retomar la presidencia luego de ser aprobada una enmienda para la
reelección indefinida por parte de la Asamblea Legislativa ecuatoriana.
Pero Lenín tenía sus propios
planes. Al alzarse con la presidencia de Ecuador, le cerró el paso futuro a su
mentor político aprovechando el rechazo ciudadano de la enmienda aprobada
durante el mandato de Correa en diciembre de 2015, llevando esa modificación
constitucional a una Consulta Popular para que fuera el pueblo quien lo decidiera.
“Mas pierde el venado que quien lo tira” reza el dicho popular. Si Moreno
perdía la consulta la situación quedaría igual aun cuando su presidencia fuera
un fracaso, pero si lo ganaba, lo ganaba todo. Fue un paso audaz de la mano del
pueblo ecuatoriano (ver La disputa entre Lenín Moreno y Rafael Correa en http://www.dw.com/es/la-disputa-entre-len%C3%ADn-moreno-y-rafael-correa/g-41216751).
¿Está Lenín Moreno de acuerdo
realmente con los postulados y la continuación del Socialismo del Siglo XXI
ecuatoriano, y que allá lo llaman “Revolución Ciudadana”? Rafael Correa creía
que sí, pero ahora supongo que lo debe estar dudando mucho. Ese deslinde político
de Moreno ha cambiado la percepción del exterior de lo que sucederá
políticamente allá, mejorando el riesgo país del Ecuador. La situación está
evolucionando a favor de Moreno a pesar de la disputa con Correa, permitiéndole
al Presidente dar un giro hacia políticas públicas orientadas a la inversión y
una mejora del crecimiento económico (ver La economía después de la consulta,
en http://www.elcomercio.com/opinion/economia-despues-consulta-politica.html).
Esto confirma lo que sabemos en Venezuela desde hace rato, que ese invento del
Socialismo del Siglo XXI con cualquier nombre que le pongan es un fracaso, y de
eso es de lo que se ha dado cuenta Moreno viendo a Venezuela desde lejos.
Ahora bien luego de conocer el
contexto, ¿porque creen ustedes que Lenín Moreno sale con esa propuesta? ¿Para
darle un impuso a quienes apoyan a Correa desde Venezuela? Lo dudo mucho. ¡El
verdadero mensaje de la propuesta de Moreno es que el pueblo venezolano decida su
futuro como lo hizo el ecuatoriano! Y es lo que hemos repetido en ANCO hasta el cansancio desde
siempre, primero con la recolección de firmas para la convocatoria del
Constituyente Originario hasta nuestra más reciente propuesta de una Consulta
Popular que nos lleve exactamente a ese resultado.
Pero el Presidente Lenín Moreno
lamentablemente apunto mal en su declaración: “El Gobierno ecuatoriano tiene la convicción que la legitimidad de las
elecciones solo las puede determinar la ciudadanía. Por ello proponemos una
Consulta Popular en Venezuela, en las que se decida si se deben refrendar los
resultados del 20 de Mayo, o si se convocan a elecciones en un plazo cercano.
Esa consulta deberá brindar garantías de transparencia y participación a todos
los venezolanos, sin exclusión alguna, y realizarse con total apertura a la
observación de todos los partidos políticos, de la sociedad civil organizada y
de organismos internacionales organizados como la OEA” (ver La Voz de
América, Ecuador propone una Consulta Popular en Venezuela, en https://www.voanoticias.com/a/ecuador-propone-consulta-popular-en-venezuela-lenin-moreno/4428494.html).
Esa es una propuesta seria pero
lamentablemente parte de una premisa equivocada. Las elecciones del 20 de Mayo
nacieron ilegitimas. Fueron convocadas por un órgano ilegítimamente electo,
como lo es la Constituyente del régimen de Maduro. Esa ilegitimidad de origen
fue ratificada no solo por la reciente resolución de la OEA del 5 de junio de
2018 sino por el propio pueblo de Venezuela al no concurrir a un proceso
electoral fraudulento. Pero tiene razón Moreno: “la legitimidad de unas elecciones solo las puede determinar la
ciudadanía”.
Moreno sabe por experiencia propia
que se pueden derrotar las pretensiones de continuismo de una modalidad
equivocada de gobierno a través de un solo mecanismo: la convocatoria del
pueblo en Consulta Popular, y nos está proponiendo esa ruta sin saber que aquí
ya la hemos propuesto, pero que no hemos podido ponérsela en la cabeza a la
dirigencia política. Sin embargo su propuesta tiene una característica muy
importante: puso en el debate internacional una fórmula que se utilizó para
frenar las pretensiones continuistas del Chávez del Ecuador.
Lamentablemente quienes no lo han
entendido todavía, saltan y condenan la propuesta sin ver el fondo de lo que en
realidad se propone. El 16 de julio de 2017 se le consultó al pueblo y este
rechazó y desconoció la Constituyente convocada el 1ro de Mayo de ese año por
Nicolás Maduro, y aprobó la renovación de los Poderes Públicos. El mandato
continua vigente, aun cuando no haya sido cumplido pero eso no invalida una
nueva consulta al soberano para definir el futuro de los venezolanos.
Ahora debemos consultar, no si
debemos refrendar o no los resultados de una pasada elección fraudulenta, sino
la continuidad de todo un régimen como lo hizo el mismo Moreno en Ecuador. Eso significa
el desmontaje de la Constituyente de Maduro y una verdadera convocatoria al
Constituyente Originario para refundar la República. Y eso hacerlo nosotros los
ciudadanos, contando nosotros mismos sin el CNE la decisión del pueblo, con
todas las garantías internacionales que él mismo Moreno señala.
¿Por qué razón los gritos
destemplados y el rechazo de algunos políticos de preguntarle al pueblo por su
futuro? Lenín Moreno les preguntó a los ecuatorianos lo que deseaban para su
futuro y ellos decidieron, descabezando las pretensiones continuistas de
Correa, y están en vías de deshacerse del Socialismo del Siglo XXI. No veo
porque la fórmula no pueda servir igual para Venezuela. Lo que debemos hacer es
explicarle a Ecuador y al resto de los países de la OEA que conminen al régimen
de Maduro que de no consultarle al pueblo por la continuidad de su régimen de
facto, su futuro será muy breve dentro del concierto de las naciones
democráticas del continente, y que deberá ser sustituido por otro legítimamente
designado. Eso es lo que corresponde. El resto no son más que pataleos de
quienes se dicen demócratas pero le temen a la voluntad popular.
Caracas,
9 de Junio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana