Por Luis Manuel Aguana
Hace muchos
años -más de los que quiero acordarme- cuando inicié mis estudios en Ciencias
de la Computación en la Facultad de Ciencias de la UCV, todo el mundo decía que
esa era profesión muy difícil –y ciertamente lo era- y que muy pronto
renunciaría. No les di la satisfacción porque concluí mis estudios pero lo de
la dificultad no provenía porque fuera más difícil que cualquier otra carrera
sino porque era compleja. Veamos la diferencia.
La primera
acepción del DRAE de la palabra “difícil” es “1. adj. Que presenta obstáculos (impedimentos)”. Por otro lado, la
palabra “complejo, ja” tiene una connotación más precisa: “1.adj. Que se compone de elementos diversos”. Del ejemplo anterior,
existían muchos elementos diversos a los que había que afrontar para llegar al
final. No solo los aspectos teóricos de mucha profundidad en lógica matemática,
sino aspectos técnicos tangibles como la electrónica y telecomunicaciones, y
programación especializada. Diferentes aspectos, cada uno con su particular
dificultad, causan la complejidad del todo.
Se preguntarán
porque inicio mi nota con esta especial recordación. Porque todo el mundo
indica que la situación venezolana es muy difícil y que para resolverla
pareciera bastar un referendo revocatorio para sacar al régimen. Esta apreciación
simplista que utiliza una suerte de lógica causa-efecto, es la que se le ha
vendido a la población como la solución para esta tragedia que vivimos. Y la
mayoría la ha comprado de una manera abrumadora.
Si afirmamos –y
creemos que con razón- que esto que nos desgobierna es una dictadura o régimen
(cosa que aun la oposición oficial todavía se niega interesadamente a entender)
es obvio que no existirá en esa lógica, posibilidad alguna de abordar la
solución de este problema pensando que se irán porque se aplique la Constitución
solo con revocarlos (que por lo demás han utilizado para limpiar el piso, por
no decir el lugar correcto donde lo han hecho).
Poco antes de
las elecciones del 7-O/2012, escribí una nota tratando de explicar este fenómeno
pero en un contexto diferente (ver La complejidad del 7-O,
http://ticsddhh.blogspot.com/2012/09/la-complejidad-del-7-o.html).
La oposición oficial siempre ha pensado que las soluciones de los problemas que
le afectan al país, y que revisten una complejidad sumamente alta, se resuelven
solamente aplicando medidas causa-efecto –como el revocatorio-, cuando la
dinámica muestra que la cosa no es tan sencilla, y que debemos formular
soluciones, incluso mucho más allá de la misma Constitución.
En esa nota explicaba que antes del Referéndum Revocatorio
del año 2004, el Dr. Evan Ellis, actual especialista de la Defensa de los Estados
Unidos y para entonces consultor de Booz Allen Hamilton, Inc. realizó un
análisis basado en Dinámica de Sistemas titulado “La Desestabilización Sociopolítica en Venezuela: Una perspectiva de
dinámica de sistemas en la interacción de la retorica de las élites, estructura
sociopolítica y movilización de masas” (“The
Sociopolitical Destabilization of Venezuela: A system dinamic perspective on
the interaction of elite rhetoric, sociopolitical structure, and mass
mobilization” ver el artículo original en http://www.systemdynamics.org/conferences/2004/SDS_2004/PAPERS/145ELLIS.pdf).
Tal como lo indicaba Ellis en el trabajo señalado, “el ambiente político y socioeconómico de
Venezuela puede ser visto como un sistema complejo con numerosas
interdependencias entre las acciones y las posiciones de los principales
actores y el contexto que evoluciona en donde se desenvuelven”. Ellis
utilizó la dinámica de sistemas, como disciplina técnica para estudiar y modelar
el sistema altamente complejo de Venezuela para producir su informe. Pero desde
que se escribió ese estudio a esta parte, esa complejidad ha aumentando
exponencialmente.
Un grupo de
venezolanos alrededor de la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) le
hemos planteado al país que solo para comenzar a resolver la complejidad de
todo lo que sucede en Venezuela, debemos tarde o temprano que abordar la
convocatoria de un proceso Constituyente para reconstruir al país. Nada
funciona, el país se ha vuelto inviable. Las interrelaciones entre los
diferentes problemas del país se han multiplicado volviéndose muy tóxicas, haciendo
de Venezuela un Estado fallido. De hecho, ya presentaba serios problemas de
funcionamiento en 1998 cuando los venezolanos buscaron desesperadamente -y en
vano- la solución de las manos del golpista de 1992.
Lo que
hicieron este ignorante y sus sucesores fue multiplicar los errores, exponenciando
la complejidad de los problemas que ya existían en esos años. Ahora se hace
patente que aun cuando se logre un cambio de chofer -literalmente- se hará necesaria
la convocatoria de un proceso Constituyente que desmonte la bomba social,
económica y política del país.
¿Y porque
abordar la complejidad a través de un proceso Constituyente? Porque tenemos que
tener la suficiente libertad para enfrentar, sin ninguna restricción, esta
situación compleja, estableciendo nuevas reglas de funcionamiento. Nadie tendría,
salvo una Asamblea Nacional Constituyente, la capacidad para ponerle control y
solución a las múltiples distorsiones que se han creado, incluyendo aquellas
producto de las ineficiencias y errores del texto constitucional de 1999, que
entre otras cosas le dan todo el poder al Poder Ejecutivo para controlar la
vida de los venezolanos.
Hay que
reconstruir todo el sistema institucional, que se hundía en 1998. Para eso,
planteando, por ejemplo, desde una Asamblea Nacional Constituyente el
reordenamiento político-territorial del país, comenzando con la
municipalización de todo el territorio nacional, y convirtiendo de entrada todas
las parroquias de Venezuela en Municipios, y entregándoles inmediatamente los
recursos que ahora administra el Poder Ejecutivo, se comenzarían a resolver los
problemas que atañen directamente a los ciudadanos: salud, educación, seguridad,
vivienda. Cada Alcalde y Gobernador serían los últimos responsables de la calidad
de vida de los ciudadanos, con la asistencia de sus estructuras institucionales.
¡El criterio fundamental es acercar el Poder a la gente!
Pero eso,
aunque sería de una importancia trascendental, sería solo un paso. La Asamblea
en sus primeras deliberaciones deberá resolver la transición a un nuevo
gobierno en el país. Pero no somos ingenuos al pensar que eso se nos concederá
graciosamente. El régimen ha abierto las puertas a una clara intervención
extranjera en Venezuela, de las manos de países terroristas y narcotraficantes.
Y ese es el contexto sobre el que nos movemos. Cualquier cosa que pretendamos
hacer debe tener presente ese grave problema.
Como se verá
entonces, plantearle al país un proceso Constituyente como una “alternativa” más
para salir de este régimen torturador, es un error. De allí el simplismo de la
oposición oficial al irle sacando el cuerpo a esta solución para enfrentar la
complejidad del desastre del país, y hacerle creer a nuestros aliados
internacionales que el último esfuerzo se acaba con un Referendo Revocatorio.
Abordar el
problema de soberanía, esto es, cubanos, iraníes, chinos, bielorusos, etc., en
colusión con venezolanos delincuentes en el gobierno para dañar a la población,
en un contexto constituyente sería muy diferente que hacerlo abordando la
solución desde una perspectiva simple causa-efecto, solo pensando únicamente en
la sustitución de los poderes públicos.
Entonces, una situación
compleja que incluye la invasión extranjera con poderes de talla internacional,
interesados en sostener este estado de cosas, un sistema político incapaz de
darle respuesta cierta a los ciudadanos, un desastre institucional que lleva
más de 50 años, un aparato productivo postrado y una industria petrolera
destruida y caja chica de delincuentes, no puede dar paso a otra cosa que a
compra de conciencias de cualquier signo –incluyendo opositoras- para
mantenerse a como de lugar. En palabras sencillas, los venezolanos debemos terminar
de entender que hay que recomenzar el país, refundarlo, purgando todo el
sistema y convocando al Poder Originario Depositario de su Soberanía. De otra manera
seguiremos buscándole soluciones simples a problemas complejos, y eso mis
amigos, no existe en la naturaleza…
Caracas,
19 de Junio de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana