Por Luis Manuel Aguana
El asesinato del Oscar Pérez por
parte de una fuerza combinada de efectivos del régimen y un grupo paramilitar que
opera en la parroquia “23 de Enero”, le dibuja a todo el mundo el cuadro real de la situación de
violencia a la que está sometido el pueblo venezolano. Las declaraciones de los
principales voceros del régimen confirman algo que ya
sabíamos: sin importar los derechos humanos, sin importar cualquier condición,
ya bien sea que te rindas o no, cualquier acto que la dictadura considere como una agresión a su
estabilidad tendrá por respuesta la muerte. Oscar Pérez y su grupo se
convirtieron el pasado lunes 15 en la prueba fehaciente de ello.
El caso de
Oscar Pérez no ha sido todavía evaluado en su justa dimensión, no solo por sus
implicaciones para el régimen por la violación de los derechos humanos de
venezolanos que fueron masacrados en presencia prácticamente todo el mundo a
través de las redes sociales, sino de su trascendencia en la política actual,
las reacciones militares, así como en la reafirmación del carácter forajido del
Estado que conduce Nicolás Maduro. Creo que el régimen ha desestimado las
implicaciones de este vil asesinato, despachándolo como cualquiera de los que
ha cometido desde el año 2002, siendo este muy diferente.
Al ya
largo rosario de denuncias por delitos de Lesa Humanidad que se han realizado
en la Corte Penal Internacional, ahora se añadirá otra de gravedad extrema:
Crímenes de Guerra en contra de los principales responsables del régimen
quienes ordenaron y ejecutaron esta operación. De acuerdo al Estatuto de Roma
Articulo 8, Crímenes de Guerra, "2b-vi) Causar la muerte o lesiones a
un enemigo que haya depuesto las armas o que, al no tener medios para
defenderse, se haya rendido a discreción." .
Fue
evidente para todo el mundo que el lunes 15 de Enero de 2018, Oscar Pérez y su
grupo depusieron sus armas y se encontraban a la espera de los periodistas y
Fiscales del Ministerio Público, cuando irrumpieron a la escena un grupo de
irregulares posteriormente identificados como paramilitares de un colectivo
armado del 23 de Enero identificado con el régimen, dando como resultado la
muerte de Oscar Pérez y sus acompañantes, en circunstancias que todavía no han
sido aclaradas por las autoridades.
Esta
incursión es inexplicable. No se entiende cual es la razón por la cual un
operativo llevado a cabo por un comando especial de la GNB, el FAES, es
sobrepasado por un colectivo armado con claras intenciones de exterminio en el
sitio de los acontecimientos, dando al traste con el procedimiento de entrega
de quienes se habían rendido, confirmando las propias palabras de Pérez en su
video de que el régimen supuestamente había dado órdenes para su muerte. Esto
es gravísimo.
Para
terminar de agravar el asunto, Freddy Bernal, Ministro de Agricultura Urbana,
confirma la presencia de estos irregulares en el sitio del operativo en contra
de Oscar Pérez (http://www.elimpulso.com/noticias/nacionales/freddy-bernal-confirma-intervencion-colectivos-operativo-oscar-perez).
El
Ministro de la Defensa tiene que explicar mucho a los venezolanos porque fueron
sus funcionarios quieres estaban a cargo de esa operación donde resultaron
muertos no solo Pérez y su grupo, sino civiles armados de un colectivo que no
tenia porque estar allí, y explicar el paradero de otros que fueron mencionados
por Oscar Pérez en su video -mujeres y niños- y fueron la razón por la que
decidieron entregarse sin enfrentar al contingente de la GNB que los sitiaba en
el Junquito.
¿Qué paso
con esa gente que no ha sido mencionada? ¿Porque fue derrumbada la casa donde ocurrieron
los hechos, impidiendo futuras investigaciones? ¿Porque el Ministro de
Agricultura Urbana -que funcionalmente nada tiene que ver con eso- justifica la
presencia de colectivos armados en ese operativo? ¿Por qué el gobierno pretende cremar el cuerpo
de Pérez a menos de 24 horas de su muerte, según fue informado, y no le entrega
el cuerpo a su familia como corresponde? (http://www.el-nacional.com/noticias/sucesos/esposa-oscar-perez-exige-que-cremen-cadaver_219075).
Por dolorosa experiencia se que las mismas autoridades impiden la cremación de
una persona si su muerte se ha producido por accidente, homicidio o cualquier
otra circunstancia no natural, aun cuando se le haya practicado una autopsia.
Muchas
preguntas que apuntan a un escandaloso mensaje abierto y amenazante del régimen
a la sociedad en su conjunto, que comprueba todo lo que hemos visto en las
calles cuando lanzan los colectivos a agredir a las marchas, pero que a la vez
demuestra su sorprendente debilidad y propias contradicciones.
¿Irán los
militares a permitir ahora y en el futuro la superioridad de elementos
irregulares armados y delincuentes en sus operativos? ¿Quién manda realmente en
el Ministerio de la Defensa? Si realmente Maduro ordenó que se le preservara la
vida a Oscar Pérez, ¿quien dio la contraorden por encima del Presidente? Y si
eso ocurrió, ¿quién realmente tiene ese poder para disponer oficialmente de la
vida de alguien por encima de la autoridad presidencial, sin ser esta una pena
establecida en Venezuela?
Por otro
lado, será muy interesante observar la reacción de los colectivos a este hecho.
¿A manos de quien murió el jefe del
colectivo Tres Raíces? ¿En el intercambio con el grupo de Pérez, o este ya
había muerto cuando ocurrió y esa muerte fue entonces a manos de la GNB? Sería
muy importante conocer la verdad, pero ahora será poco menos que imposible
porque a todas luces las autoridades están muy interesadas en desaparecer las
pruebas.
¿Estarán
esos colectivos, luego de ver este resultado, interesados en apoyar al régimen
en el futuro o buscaran venganza por una posible traición? Ambos protagonistas
si saben verdaderamente lo que pasó allí y de eso se originaran más hechos que
afectarán negativamente al régimen, cualesquiera que estos sean.
Pero
existe un aspecto de toda esta tragedia que es preciso resaltar. Oscar Pérez
intentó un camino que consideró correcto como ciudadano investido de autoridad,
para restituir el orden constitucional conculcado por el régimen de Maduro en
Venezuela, de acuerdo al Artículo 333 constitucional. Fue un oficial entrenado de
la policía científica y utilizó su conocimiento para hacer cumplir la
Constitución. Cada uno de nosotros tiene ese deber de acuerdo al Artículo 333
constitucional y el lo hizo, como pocos funcionarios lo han hecho. Se tomó muy
en serio la Constitución y murió por eso.
Sin
embargo hemos visto que quienes controlan las armas de la República -militares
y policías- no han hecho hasta ahora lo mismo que Oscar Pérez hizo, por lo cual
no es difícil suponer que hasta que eso no ocurra de una manera determinante,
muy difícilmente veremos resultados positivos de recuperación de la democracia
y la libertad por el camino de las armas. Tal vez Pérez con ese ejemplo intentó
sumar esas voluntades armadas sin éxito, dejando un sabor amargo de
desesperanza en muchos venezolanos que genuinamente creen que esa vía puede ser
posible todavía.
Sin
desestimar que en algún momento esos oficiales que Pérez intentó sumar con su
ejemplo a la causa de la democracia, den ese paso extraordinario de valor y
amor por Venezuela, hasta el punto de dar la vida por ese sueño de un país en
libertad, a la sociedad civil desarmada no nos queda otra alternativa que
continuar trabajando por una solución no violenta, pacífica, constitucional,
democrática y electoral de esta crisis.
Y así como
nosotros respetamos y no desestimamos que otros tomen el camino escogido por
Oscar Pérez y sus oficiales, el pueblo venezolano debería respetar y no
desestimar una solución que implique la participación directa y soberana del pueblo de Venezuela para
resolver la crisis, sin matarnos entre todos en el proceso. Estamos seguros de
que eso es posible, así como que Oscar Pérez y su grupo, al defender con su
vida a las mujeres y los niños que les acompañaban en el sitio de El Junquito,
estarían de acuerdo con una solución que proteja a la población, porque ese es
el espíritu de los héroes que como ellos, han escrito con su sangre la historia
de Venezuela...
Caracas,
18 de Enero de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana