Por Luis Manuel Aguana
¿Qué parte de “no se
pueden hacer elecciones con una Constituyente inconstitucional en funciones”
no entendió la oposición oficial? En lugar de eso enfrascaron a Venezuela en
una discusión desgastante sobre ir a votar o no. Todos los analistas, nacionales
e internacionales opinaron, metiendo al país en un interminable disputa donde
el régimen por todos lados gana. Como la discusión no toca a ese parapeto
inconstitucional, a ellos ni les va ni les viene que la gente vaya. Ellos
dirán: “Si los opositores van les robamos las elecciones, o se las arrebatamos
como le hicimos a Andrés Velásquez en Bolívar, y si no van, ni siquiera tenemos
que hacer fraude” ¿Qué tal?
El fondo de la discusión todavía sigue intacto: la
Constituyente de los Rodríguez sigue en pié y nadie de la oposición oficial
propone nada. ¿Y por qué? Porque la discusión de República Dominicana se basaba
en que el régimen diera concesiones para unas condiciones electorales que ellos
jamás aceptarían, así como el desmontaje de la constituyente ilegítima,
precisamente porque ese es el medio en el que garantizan su estabilidad.
Entonces se les acabaron las propuestas “electorales”, el
régimen convoca a elecciones adelantadas con quienes quieran ir con él (que le
sobran) así no se haya llegado a ningún acuerdo, quedándoles solo exigir
condiciones electorales, cosa que pudo haber sido posible desde antes del 2012,
como muchos se lo pedimos desde la sociedad civil y que abiertamente ignoraron,
pero ahora luce como una estupidez al existir un poder supraconstitucional en
funciones. Entonces, ¿Cuál es la solución electoral? ¿La discusión es entonces
ir a votar o no votar? ¿Qué locura es esta?
El plan del régimen va viento en popa y la pregunta sigue
siendo la misma: ¿existe una solución diferente que no implique seguir en el
juego electorero del régimen y su oposición? Pues si la hay, pero esta debe
pasar por desmontar el parapeto inconstitucional que el régimen se construyó
para permanecer en el poder. Y eso solo lo puede hacer el pueblo en consulta
como lo establece la Constitución de 1999.
Tolerarle al régimen su constituyente parece ser la vía que
han escogido quienes defienden todavía ir a elecciones con esa constituyente en
funciones. Craso error. La Constituyente de Delcy Rodríguez ya se atribuyó las
funciones legislativas de la Asamblea Nacional, así como el nombramiento de
funcionarios que solo le competen constitucionalmente a ella, como en el caso
del Fiscal General de la República.
¿Cuál es la ruta que llevan? Poco a poco convertir a esa
Asamblea Nacional Constituyente en una “Asamblea Nacional del Poder Popular” a
imagen y semejanza de la cubana, cuyos poderes están establecidos en su
constitución: “Art. 70. La Asamblea
Nacional del Poder Popular es el único órgano con potestad constituyente y
legislativa en la República”, fusionando ambas entidades con su potestad
constituyente adquirida
inconstitucionalmente. Esa Asamblea funciona con carácter permanente y
la Constitución cubana le otorga poderes constituyentes vitalicios.
Conversando recientemente con un ex ministro venezolano que
viajo a Cuba en el ejercicio de su cargo, me indicaba que su homólogo cubano de
ese entonces le dijo que la Asamblea Nacional del Poder Popular de su país era
la “garantía de la revolución” y él en ese momento no había entendido porqué. Luego
de todo lo que ha ocurrido en Venezuela comprende ahora que lo que se pretende
hacer es dar un carácter vitalicio a esa Asamblea inconstitucional, con
potestades constituyentes para garantizar de la misma manera lo que ellos
llaman “su revolución”. Pues bien, es a ese virus que ha pervertido el cuerpo
institucional del país, al que hay que
atacar de primero para que el cuerpo de la República no termine de morir.
Una vez hechos los cambios constitucionales que ya están
elaborando, desaparecería la Asamblea Nacional, absorbiendo sus funciones esta
Constituyente ilegítima, quedándose de forma vitalicia con poderes
constituyentes, aunque hayan dicho que durarían dos años. De esa manera ocurre
en Cuba. No es muy difícil proyectar lo que ocurriría en Venezuela si no se
desmonta ese adefesio constituyente.
Pero en lo que solamente piensa nuestra oposición oficial es
en ir a elecciones, no a tocar la principal amenaza a la institucionalidad de
nuestro país. Y lo más grave es que en eso están respaldados por ilustres
pensadores reconocidos por todos. No los nombraré porque todos ustedes los
conocen y que se han hecho notorios en estos últimos días por su interés de ir
a elecciones a como de lugar, algunos incluso proponiendo a Lorenzo Mendoza
como candidato de la “Unidad”.
A esa constituyente vitalicia, que es lo que terminará
saliendo como paso posterior de la reelección de Maduro, contraponemos una
Consulta Popular como una
propuesta que va a la raíz del problema, y un disparo a la línea de flotación
de esas pretensiones, ya que no es posible convocar ningún tipo de evento
electoral en el marco de una Constituyente inconstitucional no convocada por el
pueblo, y a través de la cual se pretende perpetuar el actual gobierno. Cualquier
presión que surja de la comunidad internacional debe ir dirigida a que el
gobierno presidido por Nicolás Maduro permita esa consulta con todas las
garantías electorales y de observación internacional necesarias, y no a
cualquier evento electoral que mantenga un ente supraconstitucional en
funciones, contraviniendo el orden constitucional establecido. Es por esa razón
que consideramos que un plebiscito es lo que corresponde para Venezuela como
solución democrática, participativa, electoral y constitucional en contraposición
a cualquier salida electorera aun cuando se exijan condiciones para participar.
En este Plebiscito se procedería a
consultarle al pueblo de Venezuela si está de
acuerdo con desmontar esa Constituyente ilegitima y anular todos sus actos, procediendo en consecuencia a la restitución del derecho conculcado
por el régimen de consultarle al pueblo venezolano la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente legítima, con Bases democráticas y
participativas, y de la necesaria designación, desde su propio seno, de un
gobierno de transición que conduzca los destinos del país hasta el retorno de
su normalidad democrática.
Como verán si existe una solución
institucional sobre la cual hacer presión al régimen de Nicolás Maduro que no
pase por hacer elecciones adelantadas
convocadas de manera inconstitucional, presentándole al pueblo de Venezuela y a la Comunidad Internacional,
una alternativa pacífica, democrática, constitucional y electoral diferente,
que de al traste con las pretensiones de hacer de ese parapeto de los Rodríguez
una Constituyente vitalicia…
Caracas,
12 de Febrero de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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