Por Luis Manuel Aguana
El curso de los acontecimientos alrededor
de la activación del instrumento de la OEA que debería abrirle caminos a la
libertad y la democracia en el continente parece previsible. Hasta ahora los
países de la OEA en su conjunto parecen haberse convencido, pruebas en manos
del Secretario General, que la situación venezolana se ha agravado lo
suficiente -basta ver las fotos y videos de la gente comiendo de la basura- hasta
el punto de tomar acciones concretas para el repudio del peor gobierno que han
tenido los venezolanos en su historia republicana.
Sin embargo, algunos vemos no sin
cierta desconfianza, que una acción de la comunidad internacional sin que esta
sea acompañada de una correspondiente estrategia opositora clara en Venezuela,
en lugar de ayudar, más bien podría agravar la situación de vida de los
venezolanos.
Una salida de Venezuela del sistema
interamericano será beneficiosa para la lucha por la libertad en tanto y en
cuanto no se espere que el régimen graciosamente nos “conceda” unas elecciones
libres sino que esta acción se convierta en una condición necesaria para
desalojar al régimen del poder. Sin embargo, siendo una condición necesaria no es
suficiente. Veamos.
Si la oposición oficial cree -y así
se lo está vendiendo al país- que la suspensión de Venezuela de la OEA obligará
al régimen a ir a elecciones, pueden esperar los más de 50 años sentados que
aun esperan los cubanos después de la expulsión de Cuba de la Organización en
1962. El régimen se radicalizará y someterá a la población a la aceleración de
su Plan de la Patria castrocomunista. Esa sería su “Bahía de Cochinos” exitosa.
Ahora bien, si esa suspensión se
traduce en el país en la generación de una actitud de rebeldía ciudadana de una
población que se siente apoyada por una comunidad internacional dispuesta a
ayudarnos a atravesar lo que sea necesario para lograr que el pueblo manifieste
su decisión soberana de decidir su destino, entonces esa decisión de la OEA
tendrá un resultado positivo. Pero eso pasa por una oposición de calidad que
este en capacidad de conducir ese proceso. ¿Es eso lo que tenemos?
Los eventos internacionales
indefectiblemente apuntan hacia la suspensión de Venezuela de la OEA y la
subsecuente radicalización del régimen. No solo no será posible una salida
electoral sino la declaración definitiva de la dictadura castrocomunista de
Maduro y sus cómplices, quienes al no tener para donde correr lo harán hacia
delante. En lo personal siempre he sido de la idea de que para estar colgando
lo mejor es caer.
La actual aplicación del modelo
comunista cubano por cuotas, que incluye ahora la expropiación de pequeños comerciantes
como las panaderías y la regulación por asfixia de los colegios privados, es la
siguiente fase de la destrucción comunista. No solo ya están aplicando el
racionamiento de la comida con el mecanismo perverso de los CLAP, que está enriqueciendo
escandalosamente la nomenclatura del régimen, sino que pronto vendrán otras formas
de intervención en la vida de las personas como ocurrió en la Europa del Este
comunista.
No quiero que se malinterprete
esta nota. La comunidad internacional está haciendo lo que tiene que hacer al
tomar las medidas necesarias para aislar y poner al descubierto un régimen violador
de libertades y derechos humanos, eso hay que reconocerlo. Para eso los países establecieron
normativas claras como la Carta Democrática Interamericana, siendo el proceso inobjetable.
Y si no pasaba ahora pasaría mas tarde. La intervención del Secretario General de la OEA, Luis Almagro,
ha resultado ser más efectiva que toda la oposición oficial junta. Ya los países
de la región no pueden ni deben seguir ignorando lo que nos está pasando, ni
eludiendo esa realidad.
Lo que pasa es que esa realidad nos
alcanzó con una dirigencia opositora oficial que no quería que eso ocurriera
porque les interesaba más convivir con el régimen que salir de él. Por eso le dieron
la espalda al primer informe del Secretario General de la OEA y se fueron corriendo
a la Republica Dominicana a negociar con Maduro.
La oposición oficial podrá estar
de acuerdo con la suspensión de Venezuela de la OEA, por los motivos electoralistas
que ya han anunciado (ver Julio Borges en http://runrun.es/nacional/301062/borges-impulsamos-la-carta-democratica-porque-es-un-mecanismo-que-ayudara-a-rescatar-el-voto-en-venezuela.html),
a sabiendas de lo que hará (o dejará de hacer) el régimen.
Pero nosotros lo estaremos por
otras razones de mucho más fondo: ese tendrá que ser un poderoso motivo adicional
para profundizar nuestra lucha representada por la convocatoria del Poder
Originario de la mano de la población.
Al acelerar el régimen su modelo
castrocomunista con su permanente excusa “anti imperialista” de un “ataque” al
país de la “derecha internacional” representada en la OEA, con la ayuda de “traidores
a la patria” en Venezuela, el colaboracionismo de la MUD nos pedirá que nos aguantemos
para una salida electoral imposible en esta dictadura, como fue su plan original
después del fracaso del revocatorio. Utilizaran como argumento la Resolución
que salga de la OEA solicitando al régimen una solución electoral inmediata. De
esta manera la Organización será la excusa para la siguiente espera, aun cuando
el organismo internacional solicite una convocatoria a elecciones generales en
30 días, que sabemos tanto como ellos que el régimen rechazará abiertamente.
Con una oposición oficial en
conchupancia y negociando elecciones con el régimen, y este último en un plan
de radicalización, la solución actual de la crisis política estará en manos de
los venezolanos, no quedará de otra.
Es por eso que debemos generar un
movimiento que encausadamente logre a través de una dirigencia opositora responsable
en cada lugar de Venezuela entrar en lo que repetidamente he denominado una
insurrección civil constitucional (ver Insurrección Civil Constitucional en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/insurreccion-civil-constitucional.html)
que convoque al Poder Originario a una Asamblea Nacional Constituyente.
Lamentablemente esto se tendrá que hacer en un escenario radicalizado por el
régimen y ralentizado por la oposición oficial a consecuencia de la aplicación
de la Carta Democrática de la OEA. Lo esperamos. Y si ese es el desenlace que
nos toca, la historia nos ha enseñado que la libertad tiene un costo que
algunos si estamos dispuestos a pagar...
Caracas,
23 de Marzo de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana