Por Luis Manuel Aguana
El nombre fue sugerido por uno de los más respetables
juristas venezolanos, quien al leer nuestra primera versión del documento “Bases
Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio”,
sentenció que eso representaba más que unas meras reglas para la elección de
constituyentes para una Asamblea Nacional Constituyente, rebautizando el
documento de trabajo, que antes llevaba el nombre de Bases Comiciales. Eso fue
hace más de tres años. Así de largo ha sido el camino recorrido.
La primera versión de las Bases Constituyentes de la Alianza
Nacional Constituyente se hizo pública durante su lanzamiento en el Colegio de
Ingenieros de Venezuela el día 17 de Marzo de 2016 (http://ancoficial.blogspot.com/2016/03/lanzamiento-de-la-alianza-nacional.html).
La siguiente versión se publicó el 12 de junio de 2016, y la que estuvo
publicada hasta ayer correspondió a la versión del 12 de Noviembre de 2016. Se
ha venido ajustando en base a las diferentes opiniones fundamentadas de muchos
factores políticos y sociales del país en la medida que hemos avanzado en el
proceso. Las Bases no están escritas en piedra.
Desde anoche publicamos en nuestro blog en la red, de fecha
21 de febrero de 2017, una nueva actualización más ajustada a las observaciones
realizadas a las primeras versiones de la Alianza, que deseo comentar más allá
de su contenido -porque las pueden ustedes mismos leer- sino en su significado
en el proceso en el que nos hemos empeñado un importante número de venezolanos
(pueden descargar el documento desde http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
Pero, ¿por qué comentar este documento
ahora y no antes? Porque las personas, que poco a poco han venido enterándose
del proceso Constituyente de carácter Originario que estamos impulsando, están
cayendo en cuenta de la importancia que este proceso tiene en el
desenvolvimiento del problema político en donde estamos metidos en Venezuela y
las razones que tenemos para proponerles esta ruta de acción a los venezolanos.
Lo primero que debo decir es que este es un documento inédito. Puede
sonar presuntuoso pero posiblemente nunca antes en el mundo moderno nadie haya
propuesto nada semejante. Tal vez el antecedente más cercano sea cuando en 1789
el eclesiástico y político francés Emmanuel Joseph Sieyès, propuso su
tesis del Tercer Estado en el que indicaba que este se constituía como la “una nación completa y que no necesita a los
otros dos estados: el clero y la nobleza” (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Tercer_Estado).
Veamos:
“Cuando finalmente los Estados Generales de
Francia se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789 y se originaron las disputas
respecto al tema de las votaciones, los miembros del Tercer Estado
debieron verificar sus propias credenciales, comenzando a hacerlo el 28 de mayo
y finalizando el 17 de junio, cuando los miembros del Tercer
Estado se declararon como únicos integrantes de la Asamblea Nacional: ésta no
representaría a las clases pudientes sino al pueblo en sí. La primera medida de
la Asamblea fue votar la «Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano»….Ya el 27 de junio,
los representantes de la monarquía se dieron por vencidos, y por esa fecha el
Rey mandó reunir grandes contingentes de tropas militares que comenzaron a
llegar a París
y Versalles.
Los mensajes de apoyo a la Asamblea llovieron desde París y otras ciudades. El 9 de julio
la Asamblea se nombró a sí misma «Asamblea Nacional Constituyente».”
(ver https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa).
El pueblo pasó por encima de sus
gobernantes –la monarquía- y se constituyeron en Asamblea Nacional
Constituyente, con sus propias reglas de actuación. Nadie se paseó allí por la
idea de que las reglas según las cuales se constituiría esa Asamblea
Constituyente debían pasar por los poderes constituidos para poder deliberar y
tomar decisiones respecto a qué hacer con el país. Eso era como que si se le hubiera
preguntado al Rey que hacer para salir de él. De allí en adelante es un hecho
sin discusión en el mundo que la categoría “pueblo” está por encima de aquellos
que gobiernan pues estos devienen su poder precisamente de la Soberanía
Popular.
El documento del que estamos hablando aquí y proponemos al pueblo
venezolano tiene ese antecedente histórico, según el cual los Poderes Constituidos
del Estado deben subrogarse al Poder Constituyente Originario –esto es, al
Pueblo- y a sus propias reglas de actuación. Para algunos esto suena
escandaloso, pero para sorpresa de muchos ese principio fundamental está
contenido en el Artículo 347 de nuestra Constitución de 1999.
Las Bases Constituyentes constituyen el “aterrizaje” de nuestro
Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente, la manera estructurada de
hacerlo posible. No se puede soñar un nuevo país sin decir cómo se puede hacer
realidad. Se han interpuesto innumerables obstáculos, no solo aquellos que
devienen de la actual realidad política venezolana sino de la natural resistencia
al cambio de aquellos que siempre han vivido de hacer mal las cosas. Muchos
factores en contra de una propuesta que le abriría cauce a la creatividad de
nuestro pueblo para resolver sus problemas. Pero hemos sido persistentes.
¿De qué se trata este documento? Con base a nuestro derecho a la
participación política consagrado en la Constitución, un grupo de venezolanos
redactamos un manifiesto para la historia denominado Bases Constituyentes, donde
aquellos que lo suscriban -denominados Activadores- nos constituimos en todo el
país en Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs),
cuya misión tiene tres objetivos fundamentales: 1) Recoger las manifestaciones
de voluntad del 15% del Registro civil y Electoral en todo el país (Artículo
348); 2) Alcanzado y superado ese mínimo del 15% constitucional, proceder a convocar
a un Proceso Constituyente de carácter Originario; 3) Estar en la disposición
de defender la voluntad del pueblo de convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente por encima de cualquier desconocimiento que haga el Poder
Constituido al Poder Constituyente Originario.
Esa Asamblea Nacional Constituyente tendrá todos los poderes para
proceder a destituir, si así lo considerara conveniente y necesario a los
intereses del país, a todos o algunos de los Poderes Constituidos, procediendo en
tal caso a instalar un Gobierno de Transición hasta culminar la redacción de un
nuevo texto constitucional para luego convocar nuevas elecciones.
Las reglas para llevar a cabo ese proceso, están contenidas en ese
documento, incluyendo cómo y quiénes lo conducirán, estableciendo los
parámetros para la elección de aquellos que participarán como constituyentes en
esa Asamblea Nacional Constituyente. ¿De
dónde sale la legitimidad de aquellos a quienes les toque conducir el proceso
de acuerdo a esas Bases Constituyentes? Del mismo pueblo quien con su firma da
su autorización para iniciar el proceso, con las reglas que ese mismo pueblo
convocante aprueba a través de la Planilla de Recolección de Firmas, esto es,
las Bases Constituyentes. Quien no las desee aprobar (están publicadas desde ya
casi un año) está en su perfecto derecho de no firmarlas, pero de ser
aprobarlas por un mínimo del 15%, del Registro Civil y Electoral, Venezuela
debe entrar a un proceso de elección constituyente conducido por el Poder
Originario, con esas Bases Constituyentes, tal y cual está establecido en la
Carta Magna.
Dado el carácter novedoso de este proceso, y aun cuando la estructura
fundamental sobre la cual está construida la propuesta no ha variado –Poder
Constituyente sobre Poder Constituido- si han variado algunos aspectos
relacionados con el detalle del cómo realizarlo en la redacción del documento
desde su comienzo, siempre respetando el principio democrático y de representación
proporcional. Es un dicho muy conocido “el diablo está en los detalles”, y permanentemente
aparecen nuevas observaciones.
Pero eso no nos ha detenido en el proceso de la conformación de las
Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario a nivel nacional. No es
fácil conciliar la práctica –el levantamiento de las firmas- con el detalle de
la implementación ya que nunca terminaríamos de arrancar. Esto nos lleva a
estar ajustando el documento aun cuando haya firmas en proceso, y a explicar
muy bien y permanentemente a los venezolanos las actualizaciones que hagamos de
la implantación, y es por ello que las JAPCOs deben estar muy bien formadas e informadas
de cada paso que de la Alianza para mantener actualizados a su vez a todos los
que ya hayan firmado, en aras de garantizar la transparencia de todo el proceso
constituyente originario.
“¿Dónde iremos a buscar
modelos? La América Española es
original. Original han de ser sus instituciones y su Gobierno. Y originales lo
medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos…” decía el Maestro Simón
Rodríguez. Somos seres humanos y podemos equivocarnos y seguramente lo hemos
hecho en este proceso. Sin embargo, de este gravísimo problema que tenemos los
venezolanos solo saldremos con soluciones originales. Si alguien tiene alguna
otra solución, bienvenida sea y la queremos conocer. Pero que su solución no
sea destruir lo que hemos concebido, sin proponer otro camino que podamos
seguir los venezolanos. Y lo menos que pedimos es que se nos muestre algo de la
profundidad y seriedad con la que estamos planteando estas Bases
Constituyentes, de una manera pública y abierta.
Desde la Alianza Nacional Constituyente creemos que esta es la vía
constitucional, pacífica, democrática y participativa, muy concreta para
recorrer el camino de lograr la libertad en Venezuela. Conlleva riesgos,
esfuerzo, trabajo, costos de una manera continuada y permanente, en el
desarrollo de una estrategia hasta conseguir el éxito. No es una manifestación
espasmódica que pretenda salir en un día del régimen. Es un plan serio para
reconstruir Venezuela, donde las movilizaciones tendrán su momento justo y
serán para defender el principio universal de que es la Soberanía Popular la única
que decide el destino de un país, incluyendo quitar y poner gobiernos, nadie
más. Luego de tanta decepción, los venezolanos no nos merecemos menos que eso…
Caracas,
22 de Febrero de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana