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sábado, 24 de febrero de 2018

Entendiendo un Manifiesto por la Consulta Popular, la Unidad y Reconciliación

Por Luis Manuel Aguana

Nos dicen divisionistas, no es la primera vez. Que no “entendemos” el momento político del país, proponiendo una constituyente, que lo que hace es poner más confusión de la que hay en el ambiente y en la discusión política, impidiendo de alguna manera la solución que buscan los venezolanos al problema. Que hay que “simplificar” el mensaje porque, ¿quien entiende eso de “constituyente” en este momento? Que lo que hay es salir ya del régimen y rescatar la democracia por la vía que sea como lo dicen claramente algunas voces políticas. Alguna vez un amigo me dijo con toda la razón que nadie dijo que la vida era fácil. Y ciertamente no lo ha sido para cualquiera que nade a contracorriente de una marea de opinión pública que clama cambios a costa de lo que sea.

Aunque repita como un loro que lo que proponemos no es una constituyente sino un escenario donde todos los venezolanos podamos reconciliarnos en paz en las proporciones legítimas que a cada uno le corresponde, discutiendo en ese espacio un nuevo Proyecto de País para una nación sumida en el mayor de los caos, completamente desencuadernada y destruida.

¿Estamos los venezolanos dispuestos a eso? Esa es la gran pregunta. La constituyente de 1999 fue la imposición de un país sobre otro de manera fraudulenta. Un 52% de los votos se alzó con el 98% de los asambleístas constituyentes, dejando al 48% restante sin voz ni voto. Eso no podía ser estable en el largo plazo creando las condiciones para los sucesos de Abril de 2002. ¿Qué es lo que estamos planteando? Resolver el problema creado en 1999 de raíz, restituyéndole al pueblo su derecho a tener el país que él mismo diseñe en el marco de una Constituyente legitima, resolviendo en el camino el grave problema de quien debe estar en el gobierno.

Es claro que de 1999 a esta parte ha pasado mucha agua por debajo del puente, incluyendo la invasión cubana respaldada por un traidor como Presidente de la República, con la imposición de un modelo que no se corresponde con lo que culturalmente es el pueblo venezolano, ni tampoco desea para su futuro. Eso complicó y distorsionó dramáticamente más el cuadro, al punto que no se está viendo correctamente que solución aplicar a este fenómeno.

Y si eso lo condimentamos con los intereses de otros países, creados como consecuencia del desastre inicial, como los de los chinos, rusos, iraníes, y pare usted de contar, aunado a la confrontación histórica de los bloques e intereses de las potencias extranjeras del oriente y occidente del mundo, ya ustedes me dirán quien está en control de la situación de Venezuela.

Pero volviendo al inicio del porqué del planteamiento y su pertinencia, con el estado de confusión actual se perdieron todos los referentes iniciales y de principios. La voz de todo el mundo ahora está en el “hay que salir del régimen ya, y a como de lugar”, y existe mucha razón en eso. La gente se muere como moscas en los hospitales, no hay medicinas, come de la basura, los salarios no alcanzan para vivir, con una economía y un parque industrial y comercial completamente destruidos.

Todo el que se monte en una tarima a decir esto convencería a cualquiera para sumarse a trabajar en cualquier locura que cambie como sea el estado de cosas, que al final no es más que una consecuencia de algo que se originó mucho antes de 1999 cuando el país comenzaba a boquear producto de las inconsecuencias de la clase política de entonces, que ahora con la cara más lavada que nunca clama por tener la “solución” en las manos, como si ellos no fueran los responsables primarios del desastre. Y díganme de aquellos que estuvieron y administraron el desastre mismo al comienzo y que ahora se dicen “opositores light” del régimen poniendo “el caldo morado”. Mayor descaro imposible. ¡Y todavía nos dicen que somos nosotros quienes confundimos al país! Hay que recordar…

Y cuando uno se pone a trabajar en solucionar las consecuencias de un desastre y no en las causas que lo originaron, invariablemente termina volviendo a empezar. Eso pasa hasta en las cosas más sencillas, como por ejemplo cuando usted tiene una filtración que le está comiendo una pared de la casa y se ocupa de arreglar solamente la pared sin resolver el escape de agua de agua de la tubería que es la causa verdadera. Si quiere solucionar de verdad el problema tiene que romper la pared primero, buscar la tubería donde está el escape de agua, repararlo y luego volver a construir la pared. Pues bien, a los venezolanos se nos está vendiendo todos los días tirar la pared solamente sin reparar la tubería. Funcionará un rato pero invariablemente tendremos que tirar la pared de nuevo, con todo lo que ello implica, con el riesgo de que nos caiga encima.

Pero más allá de eso está algo que se ha quedado en el camino que pocos ven y que es crucial para resolver el grave problema político del país y es la división que se ha hecho de los venezolanos. Nunca hubo en nuestro país diferencias y odios entre nosotros, independientemente de nuestra condición. Las diferencias entre “ricos y pobres”, “empresarios y trabajadores”, incluso diferencias de raza, fueron artificialmente creadas deliberadamente como un recurso para acentuar un odio inexistente entre los venezolanos para imponer una filosofía e ideología extraña para hacerse con el poder. Eso no lo va a resolver “un cambio de gobierno”. Eso más bien se exacerbará al haber ese cambio, si se hace sin reconciliar esas diferencias en el proceso.

Cuando hablamos de una solución no podemos quedarnos en el simple “cambio de gobierno”. El problema es más profundo que eso. Debemos plantearnos el comienzo del cambio de lo que nos han hecho en casi 20 años de “revolución” extraña, y que comienza por hacer una mirada introspectiva de quiénes somos y porque hemos llegado hasta aquí. No basta orquestar “salir de Maduro”, hay que salir de todo aquello que lo originó, sentando las bases para una nueva manera de hacer política en Venezuela.

¿Por qué creen ustedes que cuando nos planteamos hacer una consulta popular no hablamos inicialmente de salir del régimen sino de una reconciliación? Porque no existe una manera de reconstruir a Venezuela sin contar con absolutamente todos los venezolanos, no solo una parte de ellos, que deseen realmente volver al esquema cuando no teníamos diferencias y actuábamos como un solo país. Eso no puede ser solo retórica, debe ser una realidad, si de verdad queremos ser una nación unida con propósitos comunes, no que una parte se imponga sobre la otra. ¿Y cuáles propósitos son esos? ¡Los que definamos juntos! Para eso debemos reunirnos en paz en un espacio legítimo construido para eso. Eso es una Asamblea Nacional Constituyente legítima.

¿Le parece muy comeflor? Les invito a reflexionar en esto: ¿Qué hubiera ocurrido si no hubiera habido 16J? Tal vez nos estuviéramos matando en las calles en el medio de una guerra civil. Pero un grupo de comeflores de la Alianza Nacional Constituyente encabezados por Enrique Colmenares Finol se opusieron a ese estado de cosas que todo el mundo opositor quería (calle, calle y mas calle) y le propusieron una ruta diferente a la MUD, convenciéndolos –muy a pesar de ellos, porque eso no estaba en sus planes-  de ir a una consulta pacifica donde participaran todos los venezolanos como una solución política al problema. Se las tiramos para que la batearan de jonrón y ellos decidieron poncharse desconociendo el mandato directo del pueblo. Ahora el 16J es un referente político para Venezuela y para el mundo. Sin embargo, paradójicamente, muchos grupos opositores ahora usan la gesta cívica del 16J como bandera política para mover sus propias aspiraciones, ¿quién lo hubiera pensado?

Pues bien, proponemos de nuevo que el pueblo se pronuncie, esta vez de una manera política determinante, como alternativa para resolver de raíz un problema que ningún grupo político esta –ni estará- en capacidad de resolver. Las ideas no tienen que salir de grupos con dinero o posición política relevante, siempre y cuando sean pertinentes y vayan dirigidas a resolver un problema que es de todos, sin más interés que el del país. Eso fue lo que hicimos un grupo de venezolanos preocupados el jueves 22 de Febrero de 2018, con el Manifiesto “Gran Alianza por la Consulta Popular, la Unidad y Reconciliación” (leerlo en http://ancoficial.blogspot.com/2018/02/manifiesto-gran-alianza-por-la-consulta.html). Tal vez, solo tal vez haya una lejana posibilidad en Venezuela de hacer las cosas bien sin que la pared no nos caiga encima…

Caracas, 24 de Febrero de 2018

Twitter:@laguana

martes, 16 de diciembre de 2014

UNO, transición y Constituyente


Por Luis Manuel Aguana

Aunque lamentablemente y por problemas técnicos escuché por pedazos la conferencia  vía Zello que realizó anoche el Dr. Luis “Balo” Farías, a través del canal “Venezuela Hasta los Tuétanos” (http://www.ivoox.com/charla-dr-luis-balo-farias-15-12-2014-audios-mp3_rf_3862807_1.html), explicando nuestra propuesta al país del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), si pude escuchar algunas valiosas intervenciones que no puedo menos que comentar por este medio ya que tocan, a mi modo de ver, el centro de nuestro planteamiento al país de convocar al Depositario de la Soberanía, al haberse cerrado todas las vías naturales para: a) solucionar el que consideramos el verdadero fondo del problema que padecemos los venezolanos, más allá de indicar que estamos en medio de un Estado delincuente y cubanizado; y b) pasar de un estado actual de caos a un estado de reconstrucción y recuperación de la democracia.

No es fácil abordar este problema. Hemos estado muchos meses tratando de explicarle al país, en especial a la dirigencia política y a aquellos que marcan opinión el alcance del planteamiento, y si a ellos les resulta difícil entenderlo, imaginen como puede ser para el resto de la opinión pública a la cual pretendemos llegar.

Y no se trata que nosotros seamos alguna suerte de “iluminados” que nos encontramos la piedra filosofal de la política y los demás son unos tapados que no nos  entienden. No. Se trata de ver el problema desde una perspectiva diferente, de ver más allá del cuadro en donde nos hemos encasillado desde hace más de 30 años, intentando dar soluciones tradicionales a problemas inéditos y sumamente complejos.

Comenzaré por el fondo del planteamiento. Chávez llegó a la política venezolana en 1992 por las mismas razones por las que estamos tratando de salir de este régimen. Los problemas que había en 1998 y por los cuales los venezolanos le dieron su voto en mayoría relativa y compraron su planteamiento constituyente, aun sin saber que implicaba eso ni como se comía, se han agravado de manera superlativa, al punto que ya no es posible salir por la vía tradicional electoral como lo plantea la oposición oficial y colaboracionista, entre otras razones porque el régimen contaminó esa vía para quedarse en el poder.

Coincidimos plenamente entonces en que no hay salida electoral con aquellos usuarios de los canales de Zello que forman parte de una resistencia activa al régimen y que plantean la vía de la aplicación del Artículo 350 constitucional, así como de aquellos amigos, entre los cuales se encuentran Alberto Franceschi y el V.A Mario Iván Carratú, fundadores de UNO (Un Nuevo Orden), organización que se ha declarado “político-social, civil y militar”, que intentan la vía cívico-militar como el mecanismo para lograr esa transición, a la que indefectiblemente deberemos llegar los venezolanos para pasar de un estado al otro.

Nuestra diferencia estriba entonces en el cómo llegamos a esa transición. Todavía no he escuchado de quienes indican que “¡hay que ir al 350 ya!” como se come eso, más allá de pedirle a los militares que intervengan. Incluso hay quienes han indicado que esa transición debe venir del chavismo (¡!), con todo y lo sorprendente que esto pueda ser. He opinado en no menos de dos oportunidades explícitamente en relación al tema de la transición (ver Reinterpretando la Transición en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/reinterpretando-la-transicion.html y El signo de la Transición http://ticsddhh.blogspot.com/2014/07/el-signo-de-la-transicion.html) y en ambos coincido en que obviamente no es posible dejar el factor militar afuera de esta ecuación. PERO (siempre hay un pero) a mi juicio es LA SOCIEDAD CIVIL Y NO LOS MILITARES los responsables de este proceso, independientemente que estos últimos sean los que al final obliguen a forzar un cambio en las condiciones políticas del país.

Es por eso que siempre hemos hablado de la vía CONSTITUCIONAL para resolver este problema, entre otras razones porque este asunto no es solo de quienes nos consideramos opositores al régimen sino también de quienes estando en la acera del oficialismo también desean un cambio y que ven en cada vez mayor proporción que el sistema que propone el régimen del “mar de la felicidad cubano” no es la solución. Y es allí donde está el verdadero reencuentro y la reconciliación. Pero no con los delincuentes sino con el pueblo “chavista” (si, entre comillas, porque al final también son venezolanos).

Entonces, el Proyecto País Venezuela no es una cosa aislada del problema de la transición y no se puede ver como un proyecto de “buenas intenciones” que se aplique después que los militares y un grupo de civiles iluminados “resuelvan” la transición, entre otras razones porque sería un golpe de Estado más de los que ya estamos cansados los venezolanos.

Es más, si hay un golpe NO DESEO NINGUNA CONSTITUYENTE y que se quede la constitución como está, porque esta sería una más de las muchas que han existido en nuestra historia republicana, que se haría para acomodar la nueva circunstancia política a los nuevos gobernantes. Sería iluso suponer que aquellos que vengan en ese nuevo escenario no quieran, como estos que ya tenemos, administrar la chequera del Estado, en un “quítate tu pa’ponerme yo”. Nunca habrá garantía de que eso no suceda, siendo una lotería pensar que esos militares nuevos sean como los de 1958.

¿Qué es lo que le daría verdadera legitimidad a cualquier pronunciamiento de las Fuerzas Armadas o movimiento cívico-militar como el que propone UNO? TRES MILLONES DE FIRMAS EN LAS MANOS, certificadas, comprobadas, blindadas recogidas por una sociedad civil organizada para eso, SIN LA PARTICIPACION DE NINGUN ORGANO CONSTITUIDO CORROMPIDO. Eso es lo que proponemos y en eso estamos. Primero es la VOLUNTAD POPULAR expresada en los Artículos 5 y 347 constitucionales, exigiendo como pueblo depositario de la soberanía LA CONVOCATORIA DE UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE con un Tribunal Electoral Constituyente que garantice  Elecciones Autenticas de los constituyentistas, ensamblado con unas reglas o Bases que el mismo depositario de la soberanía imponga, que respete el Principio de Representación Proporcional y la participación de todos los venezolanos sin distingo de condición política.

Una vez que se tenga el mandato claro del Depositario de la Soberanía en las manos, no habría fuerza gubernamental que impida un cambio. Allí si toca que quienes deben defender con las armas esa Soberanía lo hagan, y si no lo hacen entonces los ciudadanos tienen el derecho y el deber de salir a las calles a defenderla. Iríamos entonces a las calles con un PROPÓSITO CLARO. Nadie en el mundo nos puede negar que luchemos para pedir democracia.

¿Se dan cuenta entonces que la transición no es una cosa diferente y es parte de un mismo todo constitucional? No se me escapa que esa transición será durísima y las medidas que habrá que tomar serán de mucho dolor para el pueblo venezolano. Pero es precisamente por eso que no puede ni debe ser la decisión de unos pocos sin el respaldo de la Soberanía popular que solo deviene de voluntades recogidas para una reconstrucción basada en un Proyecto con un norte claro. A eso es lo que llamamos “empoderamiento popular” de aquellos que dejando de ser pueblo nos convertimos en ciudadanos para exigir democracia y libertad.

Caracas, 16 de Diciembre de 2014

Twitter:@laguana

miércoles, 23 de julio de 2014

Los protagonistas del cambio


Por Luis Manuel Aguana

No, no es el título de un programa de televisión. Es la presentación de quienes están detrás de esto que hemos llamado Proyecto País Venezuela. Esa es la inquietud de la gente cuando pregunta ¿quien esta detrás de su Proyecto? ¿Es lo mismo que está proponiendo el partido Voluntad Popular con su constituyente? Esas respuestas son importantes porque de ellas se podría desprender si este Proyecto se realiza o se queda como una inquietud académica más...

El Proyecto País Venezuela es el resultado de un trabajo intelectual intenso de muchos años de parte de un grupo de tachirenses de la academia, macerado por otros venezolanos que hemos visto en él la respuesta a nuestras inquietudes por lo incierto del futuro de nuestro país.

El Proyecto aun siendo difundido en la mayor cantidad posible de círculos y ante los más variados personajes del mundo político de nuestro país, no encontró eco hasta que el país reclamó respuestas a su dirigencia natural y esta no pudo darlas porque son ya un cascaron vacio lleno de consignas sin contenido.

Y en el medio de ese escenario de turbulencia aparecen factores políticos promoviendo un  esquema constituyente cuando este Proyecto tiene circulando desde hace mucho tiempo en Venezuela de la mano de sus promotores, a cuya cabeza se encuentra el Ing. Enrique Colmenares Finol. Damos la bienvenida a esos nuevos promotores en tanto y en cuanto lo hagan por las mismas razones: el cambio fundamental en las estructuras políticas del país.

Desde este blog  hemos explicado una y otra vez los alcances del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) y lo seguiremos haciendo hasta que pueda ser comprendido a cabalidad, así como la vía por la cual pretendemos hacer realidad este objetivo: una Asamblea Nacional Constituyente.

Sin embargo un llamado a una Constituyente no puede ser la bandera ni la consigna de ningún partido político so pena de sectorizarlo como una propuesta más de una parcialidad. Una Constituyente es por definición un llamado para TODOS los venezolanos. Si un partido político desea apoyar esa iniciativa debe formar parte de una entidad mayor compuesta por los más variados factores de la sociedad civil y SUMARSE A ESE LLAMADO no al revés, porque sino seria una mueca que dejaría ese noble propósito sin el sentido esencial que lo caracteriza.

Entonces los protagonistas de ese proceso SOMOS TODOS, sin distinción de colores políticos, credos, o si son de la cuarta o de la quinta. Todos. Eso garantizaría esa reconciliación que tanto necesitamos, pero no con los delincuentes que nos desgobiernan, sino con ese pueblo que todavía se pone una franela roja para poder tener trabajo y sostener a su familia.

Ya están apareciendo poco a poco los protagonistas en varios Estados, y se están organizando porque se están apropiando de un Proyecto de País. Ya tienen una razón muy poderosa para continuar una lucha que solo es posible dar cuando se tiene un contenido y un propósito.

Las reacciones de la gente al conocer el Proyecto en las distintas regiones de Venezuela han sido sorprendentes. Se empoderan inmediatamente porque asumen como ciudadanos las infinitas posibilidades que da el tener el control de su propio destino. Para ejemplo un botón: en el Estado Anzoátegui una organización de la sociedad civil, Anzoátegui Plural (TW @anzplural, FB anzoateguiplural), editó un díptico explicándole a la gente de su comunidad el alcance del Proyecto. Lo hicieron ellos, no nosotros…:

“…Se ejecutará a través del Proyecto País Venezuela Reconciliada fundamentado en el reordenamiento jurídico para redistribuir constitucionalmente el poder político, legislativo, judicial, educativo, económico, el cual prevee:

·         Asignarle a la provincia, constituidas por los Estados Regionales competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia política, judicial, tributaria, administrativa y educativa;
·         Creación de la Cámara Alta en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de los Estados-Región para el debido equilibrio del poder legislativo;
·         Aplicar mecanismos de repulsa contra el fraude constitucional, con la institucionalización de normas constitucionales que garanticen las bases del sistema federal, las cuales no sean alteradas, ni modificadas discrecionalmente por ningún poder público;
·         Creación de una Corte Constitucional, que dirima los conflictos que surjan entre los diferentes poderes públicos y conozca de todas las violaciones de la Constitución;
·         Garantías electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación proporcional de las minorías;
·         Desarrollar y profundizar el sistema nacional de participación política de la sociedad en la gestión pública, acercar el poder a la gente, y los instrumentos de participación ciudadana que existen en la actualidad;
·         Transformación del Poder Judicial mediante la elección pública de los jueces y creación de las Cortes de Justicia Regionales; dar mayor poder y capacidad de actuaciones a las locales, implica una gran responsabilidad en su actuación, pero evita abusos e imposiciones del poder central

Objetivo General: Estabilidad y paz social. Reinstitucionalizar al país y crear un nuevo orden social entre todos.” (Tomado del díptico “Encuentro de la Sociedad Venezolana en una Asamblea Constituyente” de Anzoátegui Plural).

Y así como nuestros amigos de oriente, imagínense a todo el mundo en Venezuela entendiendo que el Poder Originario establecido constitucionalmente se encuentra en sus manos para el logro de una transformación radical de las estructuras de poder en nuestro país. No habría muro sobre la tierra que detenga eso. Ya el Proyecto dejó nuestras manos y recorre toda Venezuela. Los protagonistas del cambio están actuando y pronto veremos los resultados…

Caracas, 23 de Julio de 2014

Twitter:@laguana