Por
Luis Manuel Aguana
En el extraordinario libro de
Morris West, Las Sandalias del Pescador, llevado al cine en los años 60 con la
magistral actuación de Anthony Queen, había unas escenas donde el Papa se
“escapa” del Vaticano vestido de cura párroco para descender a la vida
cotidiana. En una de esas escenas se ve involucrado en la asistencia a un
moribundo que lleva a cabo una mujer médico en un barrio de Roma, y que está
pasando por unos momentos emocionales muy duros de su matrimonio, en el cual se
lamenta de haber perdido el amor.
El Papa, en su papel de cura
párroco encubierto, oye el lamento de la doctora y le dice algo que siempre he
recordado con especial atención: “el amor
es algo que también puede extraviarse. Haga el esfuerzo de recordar donde lo
vio por última vez. Si no logra recordarlo, es posible que no lo haya extraviado,
sino que nunca lo ha tenido...”.
Siempre me llega ese recuerdo de
la escena del Papa escapado cuando me descubro en lo mismo con otras cosas
menos emocionales, porque muchas veces los seres humanos insistimos en tratar
de encontrar cosas que nunca hemos tenido.
Los dialogantes de la ex MUD
parecieran estar en ese mismo predicamento de la mujer que le consulta al Papa:
esperan encontrar algo en República Dominicana que no puede encontrarse porque nunca
ha existido. Para comenzar, un interlocutor válido...
¿De qué manera se plantea el
gobierno ese encuentro? Como el delincuente que tiene de rehén a un país
completo. “Si no me ayudan a desmontar las sanciones económicas para seguir
hipotecando al país y exprimiendo lo que queda, no les dejo pasar la comida las
medicinas a los rehenes, ¡y si no reconocen mi Constituyente no negocio más!”…
¿Y yo me pregunto? ¿Y qué
dialogo es ese, donde lo primero que hace el que busca la negociación es la
extorsión de los más débiles por comida y medicinas a cambio de dinero y
reconocimiento a su fraude constituyente? Entonces no estás yendo a “un
dialogo”, estás en presencia de un secuestro y escuchando de primera mano las
peticiones de los secuestradores. Para eso no tenían que viajar muy lejos.
Todo lo que ha ocurrido en
Venezuela desde el año 2004 ha sido un fraude, comenzando por el sainete
electoral tan bien seguido por la oposición oficial. No insistiré en el casino
trampeado del CNE, ni aquellos que persisten demencialmente en seguir jugando porque
“no hay que perder espacios”. Juegue lo que quiera, seguirá perdiendo. ¿Cuál
sería la actitud lógica de alguien normal? Desmontar el casino, o al menos
hacer todo lo posible para que no siga robando gente. Pero no, aquí la
oposición oficial le pide a la gente seguir jugando. Ante tal clase de conducta
contradictoria no se puede esperar menos que una incertidumbre masiva.
El domingo 10 de diciembre los
venezolanos comenzamos a transitar por lo que Rosa María Zulueta llamó “el
fin de las creencias limitantes”. La Dra. Zulueta se cansó de decir sin
que la oyeran y hasta que se murió, que el venezolano estaba psicológicamente
enfermo producto de una estrategia deliberada del régimen al aplicarnos “discursos violentos, intolerancia,
chantajes y manipulaciones, engaños y rebotes de culpa, violaciones de derechos
humanos, discriminación política, ineficiencia, corrupción y pobreza” (ver
Rosa María Zulueta, ciudadana integral, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/rosa-maria-zulueta-ciudadana-integral.html).
Y que eso provocaba en la población “quiebres
de lógica (disonancias), desesperanza, inermidad, incertidumbre, frustración,
resentimiento, rabia tóxica, paranoia y reactividad”. Y para romper ese círculo vicioso era
imprescindible enterarte que te están aplicando eso permanentemente y actuar en
consecuencia, “poniéndole fin al miedo y a las falsas creencias o creencias limitantes”,
como indicaba Rosa María.
Entonces, lo primero que
teníamos que hacer los venezolanos era comenzar a separar lo que es real de lo
que no lo es, aunque eso supusiera dejar de lado cosas que creíamos tener por
verdaderas cuando nunca lo fueron como en el caso del ejemplo del Papa y la
doctora, comenzando por la falsa creencia de que la oposición oficial desea
salir de este régimen tanto como nosotros, haciéndole comparsa al régimen con
un sistema electoral viciado. ¡Ese paso para recuperar la cordura colectiva era
decisivo!
Nos han metido en una locura
colectiva que hace que soportemos de una manera pasiva lo que nadie en el mundo
aceptaría en circunstancias similares. Debemos comenzar por allí, sanando
conductas para poder salir adelante. Eso lo comenzamos a hacer el 10 de
diciembre, entendiendo que el CNE -el casino de Tiby Lucena- está arreglado
para perdamos siempre.
Otro paso dirigido de esa
estrategia es hacernos aceptar como normales imposiciones que discriminan a los
venezolanos como ciudadanos y como seres humanos. Eso empezó desde hace mucho
tiempo con el uso de los chips para controlar el combustible en los Estados
fronterizos y que ha evolucionado poco a poco para el control de otras áreas de
la vida ciudadana. Ya el régimen está solicitando el “Carnet de la Patria” para
todo, y últimamente para solicitar la pensión que por ley le corresponde a
cualquier venezolano que haya cotizado al seguro social (http://www.el-nacional.com/noticias/economia/seguro-social-exige-carnet-patria-para-solicitar-pension_214731).
Los únicos documentos válidos para solicitar una pensión del Seguro Social, son
haber completado el mínimo número de cotizaciones exigidas por la ley y la
cédula de identidad. El resto es discriminación política y es inaceptable. Cada
venezolano debe rechazar pública y privadamente ese atropello.
Poco a poco los venezolanos
hemos ido considerando normales estas agresiones a nuestra vida cotidiana por
parte de un régimen violador de libertades. Ese “Carnet de la Patria” está
siendo cada vez más utilizado para discriminar a la población, dejando a
criterio de los funcionarios del régimen quienes “pueden” y quienes “no pueden”
comprar alimentos del único que puede importarlos, porque es el único que tiene
el poder de hacerlo ya que Venezuela no se produce nada. Cuando el régimen
llegue a decidir –y ya está llegando a ese Rubicón- quien tiene y quien no
tiene el derecho de comer, se compró todos los números de una revuelta social.
Tuvimos los venezolanos que
darnos cuenta de la peor manera que nuestros “lideres opositores” nos estaban
engañando cuando luego de más de 140 muertos se fueron corriendo a negociar con
el régimen; que el CNE era una trampa permanente cuando Tiby se sacó de debajo
de la falda más de 8 millones de votos fantasmas el 30J con el fraude
constituyente; y que los castrocomunistas pretenden dominarnos con la comida
por la vía del “Carnet de la Patria” cuando ya lo están pidiendo hasta para
darles una pensión a los viejitos. ¡Rosa María, creo que estas más viva que
nunca! ya la gente rompió el círculo de las creencias limitantes como
llamaste al fenómeno, y como bien dijiste, esos son los principales
pensamientos asociados al miedo. Vamos por buen camino. Tus palabras no se me
olvidan amiga: después de ese muro se hallan la independencia, la democracia y
la libertad…
Caracas, 11 de Diciembre de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana