Por Luis Manuel Aguana
Cuando ya era insostenible para la
opinión publica la inevitabilidad de la muerte del Presidente Hugo Chávez
Frías, escribí una nota muy respetuosa que titule “Presidente, muera en paz”
(ver http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/presidente-muera-en-paz.html).
Sin detallarles el asunto, en resumen le pedía que arreglara sus cuentas en la
tierra antes de irse, porque Dios le había impuesto una pena que le imponía
resolver, si no todo, por lo menos en gran parte, el desastre que nos había
ocasionado a todos los venezolanos.
En esta oportunidad deseo hacer
algo semejante pero con el régimen de Nicolás Maduro: que arregle sus cuentas
antes de irse. Ya el régimen está
mostrando signos inequívocos de cercanía a la muerte, que se exteriorizan
cuando aplican la pena de destierro a personas consideradas sus enemigos
políticos, en clarísima violación a lo dispuesto en nuestra Carta Magna en su
Artículo 50: "...Ningún acto del Poder Público podrá establecer la
pena de extrañamiento del territorio nacional contra venezolanos o venezolanas”.
¿Qué parte de “Ningún acto del Poder Público”
no entendió el régimen desterrando al Vilca Fernández al Perú? Sin duda que con
esas actuaciones el régimen demuestra que están conscientes de la cercanía de
la muerte y lo irreversible de los resultados -Tiby Lucena dixit- de todo este
desastre que han provocado en Venezuela.
Sin embargo, como lo estuvo Chávez
cuando escribí esa nota en el 2011, el gobierno aun se aferra a un último
respiro y patalea, igual que El Galáctico en su oportunidad, en contra de la
Constitución, obligando venezolanos al cambiar prisión por destierro, tal y
como se hacía en los peores momentos de nuestras dictaduras pasadas. Si alguien
dentro o fuera de Venezuela dudaba que esto que existe como “gobierno” en la
Venezuela de Nicolás Maduro fuera una dictadura, ya se convenció de ese hecho
irrebatible. Y eso no es tolerable en este continente en pleno siglo XXI.
En
consecuencia, los de la MUD/Frente-Amplio ya debieran estar cambiando su
discurso electoralista y remojando sus bardas porque todos aquí, querámoslo o
no, tenemos un número. Pero fieles a su tradición colaboracionista, al parecer
ya se están preparando para respaldar al régimen en las siguientes elecciones
de Concejales que anuncio el CNE para diciembre, a pesar de que ninguna
dictadura acepta medirse en una contienda electoral si no cuentan ellos mismos
los votos y se ponen a ganar, como pasó el 20M. Si insisten en eso, estarán
dándole un espaldarazo y reconocimiento a Maduro y su “triunfo” electoral, negando
la sentencia del TSJ legítimo, que declaró NULO el actual sistema electoral
venezolano (ver Sentencia de la Sala Electoral del TSJ-L en https://tinyurl.com/y77abfxy). De acuerdo a ella no se pueden
realizar más elecciones con voto automatizado en Venezuela.
Pero volvamos a lo inevitable del
fin, y lo que deberían estar haciendo en el régimen para irse en paz como le
fue sugerido a Chávez antes de su muerte y que en este caso se traduce a que el
régimen se vaya “con el menor trauma posible” para todos, ellos incluidos. Y no
me refiero precisamente a la tesis de ¡Maduro renuncia! que es la tesis de los
opositores anti MUD, y que no necesariamente implica que se vaya
voluntariamente y en paz.
Asumiendo como obvio que el
régimen no se quiere ir, usurpando el gobierno del país, provocando el mayor
malestar y rechazo que se ha tenido en la historia, cometiendo actos y delitos
de toda índole penados por la justicia internacional, y los cercos cerrándose
cada vez más alrededor de su cuello, ¿qué haría un delincuente para no salir
malogrado de esta situación de rehenes en la que ellos mismos se han metido,
sometiendo a los venezolanos?
Poco a poco testaferros y
familiares de las principales cabezas del régimen están siendo expulsados de
muchos países del mundo, y ellos están sitiados en Venezuela. No pueden salir
sin que sean capturados por la policía internacional y remitidos por cargos
criminales a los Estados Unidos.
Si usted estuviera en esa
situación ¿qué haría? Tal vez lo más lógico sería negociar para ver como se
desembaraza de la justicia como cualquier delincuente que se mete a robar un
banco y amenaza con matar a los rehenes, pero rodeados afuera por la policía.
No hay para donde escapar. Al ir poco a poco cortándoles las vías de
supervivencia exterior, lo que les queda es refugiarse en el país con el riesgo
cada vez más creciente de terminar como Benito Mussolini y Clara Petacci, en la
Plaza de Loreto de Milán, a manos de quienes fueron sus víctimas, mientras
intentaban huir desesperadamente de la situación. Me imagino que esa debe ser
la pesadilla recurrente de muchos de ellos.
Pero, ¿por qué llegar a eso? ¿Por
qué no irse en paz como le sugerí a Chávez en el 2011? Está claro que después
de haber cometido un fraude de las magnitudes del 20M, Maduro y su régimen no
amanecerán un día diciendo “me voy”. Tendría que haber una sucesión de pasos
previos que lleven concertadamente a un final con el menor trauma posible.
Nuestra sugerencia: una Consulta Popular. Paradójicamente una Consulta Popular
es una salida que le conviene a todo el mundo por igual. ¿Por qué? Porque se
obedecería al mandato popular que de ella provenga. Los términos serán los que
decida el soberano pero con los votos contados por la sociedad civil –sin el
CNE-, con la observación de la comunidad internacional.
Si el régimen permite esa consulta
a sabiendas de que la perderán, saldrán por la puerta del frente, y si en esa
consulta se prevé un llamado al Constituyente Originario, tal y como ha sido
nuestra propuesta (ver Porque ANCO propone una nueva Consulta Nacional, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/06/comunicado-porque-anco-propone-una.html),
entonces la población que aun acompaña al régimen tendría su representación
proporcional acorde con los seguidores que aun cuenten. No tendría que haber
violencia de rescate de rehenes (si es que eso estuviera planteado), ni tendría
que haber implosión social con hordas buscando venganza (a mi juicio en algunos
casos justificados) hacia aquellos que han arruinado y masacrado a esta
población de hambre y enfermedades. Y lo mejor de todo, el Gobierno de
Emergencia Nacional que se escoja saldría de una decisión popular al autorizar
al Constituyente Originario para que lo designe. No se trata de “rocket
science”, solo de puro sentido común.
Si este mensaje le llega a alguien
del régimen que no pueda dormir pensando que tiene que “morir por la
revolución”, no tiene porque hacerlo. Si no ha cometido crímenes, puede seguir
luchando democráticamente en una Asamblea Nacional Constituyente legítima, si
el pueblo le da su representación en unas elecciones constituyentes validadas
por todo el mundo. También podría hacerlo luego en un Congreso democrático
producto de una nueva Constitución. Es más creo que son muchos los que estarían
de acuerdo con esta solución y se acogerían a ella, militares incluidos.
Pero es claro que también deberá
haber justicia. Esa Asamblea Nacional Constituyente Legítima deberá, sin
cacería de brujas, designar un Tribunal Especial para establecer las responsabilidades
a las que hubiera lugar por todos los crímenes cometidos en este largo período,
desde el desfalco y robo de los recursos a la Nación hasta los crímenes y
violaciones a los Derechos Humanos de los venezolanos.
¿Podría ser esta propuesta
posible? Es tan posible como lo fue cuando le pedí a Hugo Chávez que enmendara
sus errores antes de morir. No lo hizo y creo que no lo debe estar pasando muy
bien en donde este. El Creador lo debe estar tratando de la misma manera como
él trató a los venezolanos, razón por la cual debe estar muy arrepentido de no
haber seguido mi sugerencia.
Ahora mi recomendación a un
régimen moribundo es proponerle lo mismo que le sugerí al Galáctico en su
oportunidad: que muera en paz. Esto es, que resuelvan antes de irse si quieren
salvarse, no solo acordando una consulta al pueblo venezolano en los términos
propuestos, sino atenerse a obedecer al veredicto popular, cualquiera que este
sea. En otras palabras ¡que el pueblo venezolano decida!
Eso no solo les permitirá como grupo político “morir en paz” (de una manera
figurada, claro está) como declinó hacerlo Hugo Chávez en su oportunidad, sino permanecer
en el juego político de la Venezuela que venga. Aun están a tiempo de hacerlo
mejor que su Comandante, salvándose de los designios de la Justicia Divina, yéndose
en paz…
Caracas,
18 de Junio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana