Por Luis Manuel Aguana
Tal vez esta nota pueda ser interpretada como una carta dura dirigida
a Leopoldo López. Sí y no. Esta dirigida a cualquier venezolano que en su plena
conciencia haya tomado la seria decisión de comenzar una huelga de hambre como último
recurso para la restitución de sus derechos pisoteados por el régimen y por
todos nosotros.
Las huelgas de hambre tienen un sitial prominente en la historia de la
humanidad. Las 17 huelgas de hambre del Mahatma Ghandi en su lucha por la
liberación de la India, no las hizo en contra de un régimen comunista. Las hizo
en contra del Imperio Británico, con una sociedad altamente civilizada que
nunca arriesgó su reputación de siglos por un político muerto bajo su custodia,
independientemente de la prominencia de su protagonista.
La disidencia cubana ha emprendido este camino de lucha extrema No
Violenta en contra de los comunistas. Orlando Zapata falleció luego de 85 días
en huelga de hambre solo por pedirle al régimen de los Castro que se le tratara
como preso de conciencia (ver http://www.rtve.es/noticias/20100224/muere-preso-politico-cubano-orlando-zapata-tras-dias-huelga-hambre/319874.shtml).
Imagínense si este régimen, astilla de ese palo, se moverá por algo de mucha
mayor trascendencia en los casos de nuestros presos en huelga de hambre. Y para
muestra un botón: este régimen dejo morir a Franklin Brito por no devolverle lo
que era suyo por legítimo derecho.
Entonces, podríamos enunciar una hipótesis sujeta a comprobación: el éxito
de las huelgas de hambre va en relación directa a la percepción que tenga el
gobierno a quien se le dirigen, de que pueden perder algo de mucho mayor valor
si el huelguista muere. Los gobiernos no ceden porque les importe la vida del
huelguista, ceden porque si muere pierden algo que consideran de mucha mayor
importancia para ellos.
En el caso del Imperio Británico, cedieron porque pudieron en ese
tiempo convulsionado en la India, perder el control de una colonia donde eran
minoría y tendrían que involucrarse por poderío y dominación en una mortandad
de parte y parte. Y en el caso del régimen los Castro con Zapata, o del régimen
de Chávez con Franklin Brito ¿que podría perderse mas allá de una reputación ya
perdida? Obviamente crecería la presión internacional al régimen pero eso no
comprometería su estabilidad. En otras palabras, los gobiernos no ceden a una
huelga de hambre, si en el horizonte no existe nada de mayor interés para ellos
que puedan perder si la vida que está en riesgo fallece.
No se trata aquí de minimizar en modo alguno la importancia de este
drástico instrumento de lucha No Violenta, sino de calibrar cuando usarlo, las
condiciones del enemigo para enfrentar esa situación y las posibilidades de lograr
las demandas después de esa evaluación, considerando siempre la huelga como el
último recurso luego de haber tratado todos los demás, y pensando si al usarlo
se tendrá un éxito medido en el tamaño del riesgo que se está corriendo, ya que
está de por medio la vida.
Bajo esa perspectiva, no creo que las huelgas iniciadas por Leopoldo y
el resto de los presos políticos tengan ese perfil. Resultado previsible: al
régimen le importará un pito dejar que fallezcan como Brito. No creo que el
régimen este considerando el costo de que muera alguno de los presos políticos en
esa huelga como algo que lo desestabilice verdaderamente, mucho más allá de lo
que se logró con los sucesos del año pasado, y que pudieron controlar con ayuda
de la oposición oficial.
Ya están apareciendo artículos de opinión de una supuesta oposición que
hacen aparecer a Leopoldo López-y en consecuencia al resto de los huelguistas-
como unos irresponsables al intentar “polarizar con la MUD”, creando de esa
manera una matriz que hace que todo ese esfuerzo de huelga de hambre se vea
como el de unos ambiciosos sin límites que no les importa llevarse por delante
a quien sea. Eso da como resultado que en el lamentable caso de que fallezca
alguno, su muerte no resulte significativa a esa supuesta oposición. Eso es de
una mezquindad indescriptible.
Pero esa pelea es así de sucia. Se están jugando los intereses de la “representación
opositora” y por consiguiente los de la franquicia que maneja indirectamente el
régimen. El gobierno no dejará que quienes ahora detentan esa franquicia
pierdan la representación ya que la controlan a voluntad; y pagarán a cuanto
tarifado sea necesario para desprestigiar el noble esfuerzo de esas huelgas.
Es por eso que la huelga de hambre de nuestros jóvenes lideres ya no
tiene sentido, si alguna vez lo tuvo. Los necesitamos con vida y saludables
para que asuman la responsabilidad de la conducción opositora, conjuntamente
con los verdaderos dolientes de esta tragedia: los estudiantes, los gremios, la
sociedad civil, desplazando esa entelequia cooperante de la MUD. Cuando eso ocurra
se empezarán a ver cambios significativos en nuestra lucha en contra los
castro-comunistas.
La carta que dirigió Diego Arria a Leopoldo (ver https://www.facebook.com/Arria.Diego?_rdr)
no solo reconoce la valentía y dignidad de estos lideres presos en huelga de
hambre, como bien lo expresa el texto, sino que da como un éxito intrínseco para
suspenderla el hecho mismo de la convocatoria realizada en toda Venezuela. Efectivamente,
ese poder de convocatoria les concede una indudable legitimidad, desplazando de hecho y de una vez,
ese secuestro al que tienen sometida a la oposición desde el régimen a través de
la MUD. Por eso le tenían pánico a esa convocatoria y no fueron a ella para no
darle poder a quienes están presos.
No solo hay que ponerle fin a las huelgas de hambre, como bien dice
Diego, sino a una representación que ya siendo ilegitima antes del sábado 30 de
mayo, ahora es criminal. Es tiempo de movernos a mejores espacios, pero eso sí,
de la mano de un liderazgo acorde con la situación del país y que no se inmole
en el altar de un régimen que tiene las manos llenas de sangre.
Leopoldo, Daniel, Raúl Emilio, Alexander, y ahora el resto de los
estudiantes y jóvenes valientes que les siguen hasta ahora en huelgas de hambre:
créanme, estoy seguro que existen caminos más efectivos para derrotar al
régimen. Todavía falta probar a profundidad las restantes 197 formas de Lucha
No violenta de Gene Sharp. Si ustedes se ponen a la cabeza de eso con el resto
de la sociedad civil, esa convocatoria del sábado 30 de mayo será poco para lo
que veremos todavía en Venezuela. Y si como dice Leopoldo, “el que se cansa
pierde”, el que se muere desaparece de la lucha. Y eso es inaceptable…
Caracas,
2 de Junio de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana