Por Luis Manuel Aguana
En
contraposición al viejo dicho popular “no aclares porque enredas” me voy a
atrever a hacerlo porque creo que es importante explicar insistentemente, aunque
sea en cada presentación, reunión, correo, servilleta de restaurant, mensaje de
celular o en cualquier pasillo, porque razón la Consulta Popular que estamos
proponiendo no tiene nada que ver con lo que pasó el 16J, aunque tengan el
mismo nombre. ¿Y porque otra consulta si ya hicimos una el 16 de Julio? nos
repite la gente como un mantra, incluso para desechar la propuesta sin
discutirla.
Creo
que la mejor explicación se puede dar utilizando un símil. Lo que pasa en el país
es como una gran película que ahora está pasando a mas de 30 cuadros por
segundo –muy rápido- y que comenzó hace 20 años. Una consulta sería una
fotografía que hacemos de esa película, que congela en una sola imagen el
estado político de ese momento. Y vaya que la diferencia entre los momentos
políticos del país a la fecha 16J-2017, al país de ahora mismo son abismales
teniendo en cuenta la velocidad del desarrollo de los acontecimientos políticos
actuales. En consecuencia, las fotografías de ambos momentos son muy
diferentes.
Describamos
un poco la fotografía a Junio de 2017. La gente en la calle, el régimen
arrinconado y bajo la lupa de todo el planeta porque estaba asesinando
muchachos. Explicaba el año pasado después del 16J (ver ¿Qué parte de la
pregunta No. 3 no entendió la MUD, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/07/que-parte-de-la-pregunta-no-3-no.html),
que para parar la convocatoria inconstitucional de Maduro a una Asamblea
Nacional Constituyente, la Alianza Nacional Constituyente-ANCO le propuso a la
MUD una salida de ese callejón a través de una propuesta concreta: un Referendo
Consultivo sin el CNE conducido por la sociedad civil y
fundamentado en el Artículo 71 constitucional, para preguntarle al pueblo si
quería o no una Constituyente convocada desde el gobierno. Forzados, ahorcados
y sin respuestas para una población muriendo en las calles, accedieron a la
petición.
El
momento político –la fotografía- de ese entonces indicaba que la respuesta que
debía manifestar la sociedad civil ante ese robo de nuestra prerrogativa
constitucional de convocarnos en Asamblea Constituyente, era convocarnos como
se establecía en el texto constitucional. La Asamblea Nacional aplicando la
constitución nos convocó utilizando uno “los
medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía,
en lo político” establecidos en el Artículo 70 constitucional: la Consulta
Popular. Esta fue una salida políticamente hábil ya que el pueblo puede
perfectamente convocarse a sí mismo para ejercer, como en efecto lo hizo, su
participación en los grandes temas del país, manifestándose claramente en lo
político.
Sin
embargo, esa Consulta no estaba en la hoja de ruta de la MUD, ni de los
partidos presentes en la Asamblea Nacional en ese entonces. Ellos querían que
el régimen llamara a elecciones y la consulta que propusimos tenía el atractivo
para ellos de sacar a la gente de las calles –efecto colateral- y de obligar al
régimen a negociar elecciones, que era lo que en realidad querían (no de designar
un Gobierno de Unión Nacional como les ordenó el soberano en la pregunta No. 3
del 16J). Pero la jugada les salió mal porque al no cumplir con el pueblo, pero
tampoco conseguir las elecciones que buscaban en República Dominicana, así como
el resto de las demandas, crearon un estado de decepción contrario en la
población del cual todavía no han podido salir.
Si los
Diputados hubieran cumplido con la Consulta del 16J, el juego sería otro ahora,
pero no contaron con que la expresión popular del 16J fuera inesperadamente contundente.
La sentencia política del pueblo fue extraordinaria, tanto que motivó el
respaldo unánime de la comunidad internacional. Si la Asamblea Nacional hubiera
cumplido era imposible que los militares no hubieran respaldado ese Gobierno de
Unión Nacional designado. El pueblo hubiera salido en masa a las calles a
respaldar cualquier decisión que la Asamblea tomara, así de simple. Esos son
los momentos que los políticos deben “oler” por simple olfato político. Pero
tienen las narices tapadas por ambiciones mezquinas. Ese fue el mismo momento
que Henrique Capriles desperdició cuando el CNE nos robó las elecciones del
14A-2013 y el candidato nos mando a bailar salsa y tocar cacerolas.
La
ventana se cerró…otra vez y se desperdició el momento. Es increíble cómo se han
desperdiciado esos momentos fotográficos del país. Con razón Diosdado Cabello se
burla de la oposición oficial en todos sus programas de televisión; y siempre
está, por supuesto que con la pequeña ayuda de los sistemas de inteligencia
sofisticados pagados por el Estado, muchos pasos adelante de estos ineptos.
Disculpen pero no hay forma de decirlo de otra manera.
Esa fue
la fotografía de la Consulta Popular del 16J. Si bien es cierto que el mandato
de la pregunta No. 3 sigue vigente, el momento político NO, porque no se
aprovechó. Entonces hay que volver a crear las condiciones para que el pueblo
se exprese ante la situación del aquí y el ahora y proceder
inmediatamente en consecuencia del resultado, utilizando el momento político de
este momento.
El 16J
preguntamos al pueblo si rechazaba y desconocía “la Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa
del pueblo de Venezuela”. No había llegado el 30J-2017. Pues bien, la
rechazamos y la desconocimos, por lo tanto es írrita por mandato popular. Pero
más allá de eso, Maduro siguió adelante y el 30J-2017 la impuso, y ahora está
tomando decisiones que nos afectan directamente; por lo que es necesario ahora
desconocerla y desmontarla de la misma manera: por mandato popular. Se hace
necesario preguntar directamente eso al depositario de la soberanía.
Pero
preguntar también la conveniencia o no de convocarnos para un verdadero proceso
Constituyente por iniciativa del pueblo soberano, para restituir nuestro
derecho conculcado por Maduro, al convocar al Constituyente sin tener la
cualidad para hacerlo. Y en caso de proceder, consultarle al pueblo si autoriza
o no la designación por parte de los ciudadanos Constituyentes de un Gobierno
de Unión Nacional, tal y como se le preguntara en otra fotografía política
anterior.
Ya con
esos razonamientos se podría justificar un segundo proceso de Consulta Popular.
Sin embargo, la Consulta Popular tiene varias formas de interpretarse de
acuerdo a como se pretenda aplicar: a) Como una forma de lucha No Violenta; b)
Como manera o método de organizar a la sociedad civil para esa lucha; c) Como
mecanismo de unificación de la sociedad para un propósito común: combatir al
régimen. Veamos.
a) Como una forma de lucha No-Violenta.
Efectivamente, basándonos en el Artículo 70 constitucional podemos promover
todo tipo de consulta, contabilizada por los ciudadanos, para discutir las
materias que nos atañen como país. Nadie nos puede impedir eso
constitucionalmente. Cualquier cosa que haga el régimen en detrimento de los
ciudadanos podemos consultarlo de acuerdo al alcance del problema: nacional,
estatal y municipal. Usemos organizadamente ese mecanismo y demostremos si es
verdad o no que es el pueblo quien manda como decía el Comandante Galáctico.
Nunca habrá numéricamente más gente en la calles protestando, que haciendo una
cola para manifestar pacíficamente y en las urnas su desacuerdo en lo político.
¡Ese fue el éxito del 16J! En esto último no hay riesgo para la 3ra y 4ta edad,
personas con discapacidad, personas que trabajan y no pueden salir a las calles
a protestar abiertamente, etc…(para una explicación más completa de esto ver
Caída Inevitable, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/caida-inevitable.html).
b) Como manera o método de organizar a la
sociedad civil para esa lucha. La sociedad civil es la que más ha salido
perjudicada por la desorganización y la falta de estrategia del liderazgo
político. ¿Por qué no organizarnos para generar un sistema permanente de
respuesta a los atropellos del régimen? La Consulta Popular organizada puede
ser una respuesta permanente de la sociedad civil en todos los órdenes para
articular un método de lucha permanente. En eso nos podrían acompañar
perfectamente los empresarios, sindicatos, gremios, etc., que han salido
afectados por las decisiones de la delincuencia gubernamental;
c) Como
mecanismo de unificación de la sociedad para un propósito común: combatir al
régimen. Un sistema permanente de Consultas Populares que corra transversal
a cualquier grupo social, los unificaría en un solo propósito. Los empresarios
y trabajadores podrían acordar consultas de corte nacional en relación a la
inflación y salarios. Esas herramientas son pacificas y constituyen una
respuesta contundente en contra de decisiones que los perjudican como grupos
sociales.
Pero lo más importante es que una Consulta Popular que englobe
las líneas maestras de lo que percibamos como los principales problemas
nacionales, le da objetivamente a todo el mundo –nacional e internacionalmente-
la respuesta acerca de lo que los venezolanos realmente queremos, no
lo que los políticos dicen que queremos. Si eso lo establecemos
entre todos, la comunidad internacional y todo el mundo nos ayudará a conseguir
eso. Nosotros propusimos esas preguntas en nuestra comunicación a la Asamblea
Nacional (ver http://ancoficial.blogspot.com/2018/04/carta-la-asamblea-nacional-16-04-2018.html).
Mientras lo que queramos no esté definido seguiremos dando
tumbos sin dirección y más aun si el liderazgo político se encuentra
completamente descabezado y sin estrategia para la lucha. Definamos entonces la
consulta que necesitamos hacer como pueblo y procedamos. “No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”,
afirmaba Séneca (4 a.C. - 65 d.C.). Si
ya tenemos el viento de la comunidad internacional a nuestro favor, es hora de
definir hacia donde deseamos ir. ¿Y quién mejor que el pueblo soberano para
responderlo? ¡Que el pueblo venezolano decida!…
Caracas,
1ro de Junio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana