Por Luis Manuel Aguana
Muy difícil ignorar lo que ocurrió el martes 6 de marzo de
2018 en la UCV y el relanzamiento de la MUD dos días después con otro nombre.
Más difícil todavía es creer que ambos actos no estén relacionados, por más que
se lo quiera negar. La habilidad política con la cual la vieja MUD se mueve
para no morir es espeluznante, por decir lo menos. Primero, generar la matriz
de opinión de un lanzamiento de la sociedad civil de las manos de dos pilares fundamentales
de la conciencia creíble de Venezuela: la Iglesia Católica y la Universidad
venezolana; y luego, el relanzamiento de la MUD en unión con esa misma sociedad
civil que se expreso en la UCV dos días antes, pero rebautizándola como Frente
Amplio Venezuela Libre, para volver a plantear la salida electoral en la agenda
del país.
Es de hacer notar que en los Manifiestos de ambos
actos se insiste en elecciones como la salida al problema venezolano: el de la
UCV se plantea como el “ejercicio libre
del derecho al voto, con un árbitro imparcial y en las condiciones y plazos
previstos en la ley, que permita votar para elegir…”, y el del nuevo Frente
Amplio Venezuela Libre: “Proponemos una
amplia alianza que exige elecciones libres y justas para cambiar y
reconciliarnos…”. Y en ambos casos ir a elecciones sin resolver el fondo que
no es otro que una Constituyente inconstitucional sobre todos los Poderes
Públicos. ¿Qué fue lo que hicieron? Primero se bañaron de sociedad civil legítima
en la UCV y luego se relanzaron pública y muy hábilmente dos días después. El
resto lo hicieron los medios y las redes sociales.
Y si leemos en detalle ambos Manifiestos, descubriremos
entre líneas los mismos puntos que la MUD le exigía al régimen antes de irse
corriendo a República Dominicana a negociar con Maduro: apertura del canal
humanitario, liberación de los presos políticos, reconocimiento a la Asamblea
Nacional y…elecciones generales. Es impresionante como los venezolanos caemos
de nuevo con estos vendedores de espejitos.
Quiero dejar algo claro: a la sociedad civil puede
convocarla cualquiera–hasta la MUD-, incluso se puede auto convocar, y ciertamente
es necesario que lo haga en esta hora crítica del país. Pero de allí a una
manipulación de factores encubiertos de la MUD para usar posteriormente ese
acto en la UCV para el refrescamiento de aquellos que persistentemente nos han
llevado al fracaso, pretendiendo lograr que la “sociedad civil olvide” el
pasado reciente, yendo “todos juntos” al rescate del país, es pedir demasiado.
Si dejamos pasar eso, entonces dejamos pasar los muertos, dejamos pasar la
traición del 16J, dejamos pasar el fracaso de esos factores que insisten en una
solución que pretende validar al régimen de Nicolás Maduro mediante elecciones.
Eso es inaceptable.
Pero hay algo peor que sale de toda la manipulación de ese
nuevo Frente MUD+“sociedad civil”: que todos aquellos que no estamos de acuerdo
con esa nueva máscara, somos divisionistas, los que no quieren una solución “unitaria”
a los problemas del país, los radicales, los malos de la película que son
necesario excluir, con una matriz de opinión creada con los reales de la MUD. La
percepción general es que nadamos a contracorriente de una matriz de opinión, que
luciría “mayoritaria” porque la “Iglesia Católica y las Universidades”
bendijeron en un acto en la UCV a una sociedad civil que ahora trabaja “unida”
a esa MUD, y que ahora se lava la cara tranquilamente cuando nos llevo a un barranco
durante todo el año pasado. De nuevo, eso es inaceptable.
Pero la realidad dista mucho de ser la percepción de esa
matriz de opinión. La Conferencia Episcopal Venezolana no es el Padre Ugalde o
el Rector Virtuoso, personajes muy respetables, quienes tienen todo el derecho
de respaldar a la MUD en su pretensión que las elecciones son la solución del
país o que Maduro sale con votos. O incluso que la solución está en el
“chavismo light” en el poder.
La posición oficial de la CEV está por escrito desde el 12
de Enero de 2018 en su Exhortación Pastoral “Dios Consolará a su Pueblo” del 12 de Enero de 2018 y
el Comunicado de la CEV ante la convocatoria a elecciones
presidenciales adelantadas: donde establecieron claramente: “5.- Debemos recordar lo que dice la
Constitución Nacional: "La soberanía reside intransferiblemente en el
pueblo..." (Art. 5), por tanto, es el pueblo el que debe asumir
"su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar
iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una
consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta
Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia
espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar.”
Por otro lado tampoco puede afirmarse que la posición
oficial de los Rectores universitarios que conforman la Asociación de Rectores
Universitarios-AVERU concuerda con la salida electoral de la MUD (y ahora la de
su nuevo Frente) tolerando la Constituyente del régimen. Muchos Rectores de
universidades muy importantes tienen una opinión muy diferente, aunque respeten
por mucho la posición de algunos de sus colegas que si están de acuerdo. Todos
están tan divididos en opinión como el resto de los venezolanos.
El acto de UCV aun cuando haya sido concurrido y respetable
en su Manifiesto final, no representa la posición final de la sociedad civil y
mucho menos la opinión oficial de la CEV y la AVERU en su conjunto, ni de allí
se pueden derivar matrices de opinión que nos lleven a pensar que la sociedad
civil venezolana apoye esta nueva iniciativa de la MUD, llamada ahora Frente
Amplio Venezuela Libre, ni a sus descalificados dirigentes políticos. Asimismo,
es difícil disociar un acto del otro, o que el segundo sea consecuencia de una manipulación
del primero. Podrán manipular a algunos pero no a todos. Ese chantaje
“unitario” fue descarado y pretende llevar de nuevo la situación política del
país al estado previo de República Dominicana.
En consecuencia, la posición de la Alianza Nacional
Constituyente-ANCO sigue imperturbable y consecuente con la posición oficial ya
expresada de la Iglesia Católica: “…que
la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere
dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es
el propio pueblo, y no una instancia espúrea el que sitúe las cosas en su justo
lugar”. Esto solo se traduce en
nuestra única y categórica afirmación a la sociedad civil venezolana: Que el pueblo venezolano decida.
Caracas,
11 de Marzo de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana