viernes, 5 de abril de 2024

El Fascismo Eterno del siglo XXI

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

Son demasiados trapos rojos, y no nos cansamos de embestirlos, cual bestia de fiesta taurina. El último, la “Ley contra el Fascismo, Neofascismo y expresiones similares” (ver Tal Cual, ¿Qué contempla el proyecto de ley contra el fascismo, la nueva amenaza de Maduro, en https://talcualdigital.com/que-contempla-el-proyecto-de-ley-contra-el-fascismo-la-nueva-amenaza-de-maduro/) ha desviado la atención de todo el mundo de lo que realmente debería importarnos: siguen pasando los días y aun no hay respuesta del régimen a la inscripción de María Corina Machado (MCM) o la Dra. Corina Yoris Villasana en el CNE, para participar en las elecciones del 28J.

Ante la presión internacional creciente, el régimen se protege señalando a la disidencia como “fascista”, justificando la persecución que desatarían en contra de MCM y cualquier otra forma de oposición no comprable ni amenazable, aterrorizados ante la expresión “hasta el final” de la campaña de MCM. Eso es lo verdaderamente importante ahora. ¿Se medirán o no se medirán con MCM? Y la respuesta es la amenaza…

¿Y por qué creo que esa ley no es lo importante ahora? Porque, y les pregunto a todos, ¿cuándo el régimen de Nicolás Maduro Moros –y antes el de Hugo Chávez Frías- necesitó una ley para arremeter en contra de la disidencia política y desaparecer de manera forzada a sus opositores? ¿Necesitó el régimen señalar  a Fernando Albán como “fascista” para arrojarlo de un décimo piso? ¿O es que acaso necesitó el régimen de Maduro encasillar como “fascistas, neofascistas y expresiones similares” a los miembros del comando de MCM asilados en la Embajada de Argentina? ¿Necesita el régimen alguna razón “legal” para perseguir, encerrar, torturar y matar a cualquier venezolano? ¿O simplemente desaparecerlo como desaparecieron a Rocío San Miguel y Dignora Hernández? ¿Necesitó Chávez una ley para ordenar dispararles a mansalva a los marchantes desarmados de la Av. Baralt desde Puente Llaguno el 11 de abril de 2002? Ustedes tienen la respuesta. Digan ustedes si ahora debemos preocuparnos porque lo pongan por escrito…

Y no es que desestime lo que pueden hacer con esa pieza de legislación que solo sale de la desesperación de quienes se ven de salida, porque a partir de su aprobación definitiva todos los venezolanos podemos ser marcados como “fascistas”, formalizando así un blanco que ya teníamos pegado en nuestras espaldas. Esa ley sería la justificación legal para la represión descontrolada que vendrá ante la inminencia de cualquier cosa que pase en el país como consecuencia de tener a todo un pueblo en contra, que ya no se traga la mentira de unas elecciones comprobadamente  fraudulentas, ni la represión como respuesta a la negación de sus necesidades más elementales. Lo único que les queda para mantenerse en el poder es la fuerza bruta ante cualquier disidencia que aparezca en el camino. Nadie puede sentarse sobre unas bayonetas para siempre, pero el régimen de Maduro lo va a intentar con esta ley a contrapelo de la historia.

Pero lo increíble es que un régimen de características claramente fascistas pretenda con  una ley perseguir a su disidencia utilizando la razón misma que sostiene su propia existencia. Una autoridad intelectual en el tema del fascismo, el semiólogo y ensayista italiano Umberto Eco (1932–2016), describió extensamente en 1995, en una ponencia en Nueva York, qué es y cómo identificar el fascismo en su esencia (ver Umberto Eco, Qué es el fascismo según el escritor y filósofo Umberto Eco, en https://interferencia.cl/articulos/que-es-el-fascismo-segun-el-escritor-y-filosofo-umberto-eco). Analicemos una pequeña parte de esa ponencia:

“Todo esto no quiere decir que el fascismo italiano era tolerante. Gramsci fue enviado a prisión hasta su muerte; los lideres de oposición Giacomo Matteotti y los hermanos Rosselli fueron asesinados; la prensa libre fue abolida, los sindicatos fueron desmantelados y los disidentes políticos fueron confinados a islas remotas. El poder legislativo se transformó en una mera ficción y el poder ejecutivo (que controlaba tanto el judicial como a los medios masivos) directamente pasó nuevas leyes, entre ellas las que llamaban a preservar la raza (el gesto formal de apoyo de los italianos a lo que se transformó en el Holocausto)”.

¿Alguna coincidencia conocida del fascismo italiano descrito por Umberto Eco, con el régimen de Nicolás Maduro Moros? Opositores encarcelados hasta su muerte, prensa libre cerrada y abolida, sindicatos de trabajadores desmantelados y desaparecidos, disidentes exiliados, Poder Legislativo convertido en mera ficción, y Poder Ejecutivo controlando el resto de los poderes públicos y los medios de comunicación, pasando leyes para controlar y someter a la población, como esta “Ley contra el Fascismo, Neofascismo y expresiones similares” que acaban de aprobar en primera discusión.

Umberto Eco enumera en su ponencia una lista de 14 características para identificar lo que denominó Fascismo Eterno, y que es el reflejo de lo que en esencia son quienes nos quieren aplicar una ley que en buena lógica se debería aplicar a ellos mismos. Solo resaltaré por razones de espacio las tres primeras:

“…considero que es posible indicar una lista de características típicas de lo que me gustaría denominar «Ur-Fascismo», o «fascismo eterno». Tales características no pueden quedar encuadradas en un sistema; muchas se contradicen mutuamente, y son típicas de otras formas de despotismo o fanatismo, pero basta con que una de ellas esté presente para hacer coagular una nebulosa fascista.”

“1.- La primera característica de un Ur-Fascismo es el culto de la tradición…. Como consecuencia, ya no puede haber avance del saber. La verdad ya ha sido anunciada de una vez por todas, y lo único que podemos hacer es seguir interpretando su oscuro mensaje…” (resaltado nuestro).

Y que mejor prueba del Fascismo Eterno del régimen para esta primera característica que las declaraciones de Héctor Rodríguez, actual Gobernador del Estado Miranda en 2014 cuando era Ministro de Educación: “No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos” (ver Declaraciones del Ministro de Educación, Apertura Venezuela, en  http://aperturaven.blogspot.com/2014/02/no-podemos-sacar-la-gente-de-la-pobreza.html). No les interesa que la gente avance en el saber educándose y suba de nivel, so pena de convertirlas en opositores. Para ellos hay que mantener la ignorancia…

“2.- El tradicionalismo implica el rechazo del modernismo…. El rechazo del mundo moderno se camuflaba como condena de la forma de vida capitalista, pero concernía principalmente a la repulsión del espíritu del 1789 (y del 1776, obviamente). La Ilustración, la Edad de la Razón, son vistas como el principio de la depravación moderna. En ese sentido, el Ur-Fascismo puede definirse como irracionalismo”.

La repulsión del régimen al espíritu de la democracia y la libertad, nacidas de la Revolución francesa de 1789 y la condena de la forma de vida capitalista como un todo, es un sello distintivo del régimen de Chávez y Maduro. El abrazar y exportar el modelo socialista del siglo XXI y su forma totalitaria, da cuenta de la presencia plena de esta característica en el régimen venezolano.

“3.- El irracionalismo depende también del culto de la acción por la acción. La acción es bella de por sí, por lo tanto, debe actuarse antes de o incluso sin reflexión alguna. Pensar es una forma de castración. Por eso la cultura es sospechosa en la medida en que se la identifica con actitudes críticas. Desde la declaración atribuida a Goebbels ("Cuando oigo la palabra cultura, busco mi pistola") hasta el uso frecuente de expresiones como "intelectuales degenerados", "universidad, guarida de comunistas", la sospecha hacia el mundo intelectual ha sido siempre un síntoma de Ur-Fascismo”. 

El desprecio comprobado del régimen a toda forma de expresión intelectual y universitaria, comprobada por el intento consistente y descarado de controlar las universidades desde su llegada al poder, doblegando la autonomía universitaria, da fe cierta de la existencia de esta característica de Eco. La creación de “universidades” propias y paralelas, con carreras muy por debajo del estándar académico del país es prueba fehaciente que pensar es un delito para este fascismo del siglo XXI, y la intención de discriminar y sustituir los profesionales existentes de las universidades nacionales tradicionales por unos propios de ínfima calidad arrastrados al poder.

Al decir de Eco, solo una de estas características presentes es suficiente para “hacer coagular una nebulosa fascista”. La experiencia venezolana indica que desde hace mucho tiempo tenemos coagulada esta nebulosa en Venezuela.

No perdamos de vista lo importante, preocupándonos ahora por lo urgente, por más ominoso que pueda ser. Este Fascismo Eterno del siglo XXI del régimen venezolano nos necesita confundidos, asustados y amedrentados, y esa es la verdadera razón de esa ley. El problema no es esa legislación abominable, es el régimen fascista que la sustenta y tenemos una oportunidad de cambiarlo, si el liderazgo político de la única oposición con legitimidad de origen no se distrae con estos trapos rojos. Todavía tiene tiempo para rechazar la trampa electoralista del régimen y convocar al pueblo para que decida una ruta final utilizando los últimos 4 artículos de la Constitución…

Caracas, 5 de Abril de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 31 de marzo de 2024

El final son los últimos 4 artículos de la Constitución

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Debo explicar mi insistencia en notas y entrevistas acerca de la posibilidad de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, ante la preocupación de la gente argumentando que igualmente el régimen “no la permitiría”, así como no permitieron la inscripción de la persona designada por María Corina Machado (MCM) para sustituirla en las elecciones del 28J. He respondido a cada una de esas inquietudes, pero considero aún más importante profundizar en este tema y explicarlo con mayor detalle para todos y así poder enviar este texto para mejor referencia.

Antes de comenzar, debo señalar para quienes puedan tener una idea equivocada, una Asamblea Nacional Constituyente NO DEBE convocarse para destituir un gobierno, ni es su principal propósito. Una Asamblea Nacional Constituyente, a diferencia de lo que piensan algunos liderazgos latinoamericanos, es el instrumento por excelencia para REFUNDAR UNA NACIÓN y reconstruirla sobre bases nuevas. En Venezuela, el pueblo venezolano como depositario del Poder Originario PUEDE convocar al Constituyente “con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” (Artículo 347 Constitucional).

Entonces, si esto es así, ¿por qué insistimos, particularmente en este momento histórico del país, en la convocatoria de una Constituyente? Porque desde el 25 de marzo, en Venezuela, llegamos al final. Y no me refiero el final del que habla persistentemente MCM en su discurso. Es el final de la lucha pacífica, electoral y constitucional por los medios que los venezolanos consideramos tradicionales: unas elecciones. Las acciones del Poder Electoral del régimen de Nicolás Maduro Moros al negar sin ninguna razón la postulación de la Dra. Corina Yoris Villasana en el CNE han echado al traste toda posibilidad que los venezolanos confíen de nuevo en la capacidad e idoneidad de ese ente para elegir y asignar cargos de representación popular.

Después de eso, ¿quién puede dudar de que no es necesario en la Venezuela de hoy “transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” luego de la desviación sistemática del Estado hacia el totalitarismo y la destrucción institucional de los poderes públicos, al punto que se ignore olímpicamente en el Poder Electoral la decisión de un pueblo por el voto, de postular una candidata con un respaldo de 2,4 millones de voluntades? ¿Quién puede dudar ahora que los venezolanos necesitamos URGENTEMENTE reunirnos bajo nuestra legítima representación para debatir el país que deseamos para las nuevas generaciones, redefiniendo el Pacto entre gobernados y gobernantes establecido en la Constitución?

La destrucción institucional ha llegado a tales extremos que no es posible aceptar las reglas de una democracia que se deformó, tanto que es imposible que podamos llamar elecciones de cualquier tipo, porque el Poder Electoral perdió completamente su credibilidad. El 25 de marzo, se terminó de destruir la regla democrática fundamental y a partir de ese momento, no le queda otra cosa por hacer a los verdaderos demócratas que prepararse para convocar al Constituyente y rehacer la República, quedando para el final solo esgrimir los últimos 4 artículos de la Constitución: 347, 348, 349 y 350.

Hecha esta justificación institucional y aclaratoria, ante una realidad de la que no podemos escapar, pasamos entonces a explicar el significado que tendría para los venezolanos y el nuevo liderazgo opositor, encabezado por MCM, la convocatoria del Poder Originario.

En el año 2003, cuando por primera vez surgió la posibilidad constitucional de revocar a Hugo Chávez Frías de su cargo como Presidente de la República, no nos paramos en pensar que no podríamos hacerlo frente a un régimen con miles de veces más recursos del que heredó Nicolás Maduro Moros. Pasamos por todas las pruebas que nos pusieron y LOGRAMOS convocarle el revocatorio al arañero de Sabaneta. Si en aquel entonces pudimos hacerlo con un régimen con una popularidad y el dinero que ya desearía tener Nicolás Maduro Moros, ¿creen ustedes que ahora no podríamos a pesar de ese CNE? Pero el tema no solo sería convocarla, sino lograr que esa Asamblea se elija con Constituyentes electos de cada parte de Venezuela de una manera transparente. Eso tendríamos que hacerlo con la ayuda de la Comunidad Internacional, de la misma manera que con la consulta Constituyente, así como con las condiciones, o Bases Comiciales, para convocar a ese proceso. 

Una Asamblea Constituyente electa de manera transparente con una mayoría opositora procedería al cambio inmediato de los Poderes Públicos, estableciendo un Gobierno de Transición hasta la promulgación de la nueva Constitución. Ese gobierno podría ser o no encabezado por MCM por decisión de los Constituyentes.

Estoy consciente que este régimen criminal haría lo imposible para impedir esa convocatoria que es Constitucional, pero de lo que se trata aquí es mantener en movimiento un proceso que se inicia objetivamente con la elección de MCM el 22 de octubre de 2023 como candidata y principal líder opositora, y que no debe y puede detenerse solo porque a través de una estratagema combinada con traición, cerraron la posibilidad resolver el problema político de Venezuela a través de unas elecciones presidenciales.

Esta es una línea de lucha posible, constitucional, pacífica y electoral, como siempre han insistido en la Comunidad Internacional. Si igualmente MCM iba a medirse con Maduro con ese CNE por una presidencia en las condiciones del régimen, ¿por qué igualmente no podrían los constituyentes opositores medirse en condiciones negociadas y con la ayuda del mundo democrático? Y esta vez la negociación de esas condiciones no sería por quienes nos “representaron” en Barbados, sino por una representación legítima designada por quien tiene la legitimidad de origen desde el 22 de octubre.

Debo responsablemente recordar que  una Constituyente no es un proceso que se realizaría al margen del régimen. Se haría A PESAR DEL RÉGIMEN. En el año 2002 se entregaron al CNE unas firmas para consultarle al pueblo venezolano si queríamos que Hugo Chávez Frías se fuera con una “renuncia voluntaria”. Se recogieron 1.574.233 firmas y un CNE serio aprobó ese referendo para el 2 de febrero de 2003. El régimen deshizo esa solicitud descabezando a los Rectores y nombrando un nuevo CNE ajustado a sus intereses.

Entonces, los opositores venezolanos enfrentando eso, ese mismo día, hace ya poco más de 20 años, el 2 de febrero del año 2003, arrancamos un proceso revocatorio constitucional de Hugo Chávez Frías en un evento denominado El Firmazo. Recogimos allí 3.236.320 firmas, de las cuales 2.789.385 resultaron válidas, muchas más de las requeridas para ese momento de acuerdo al RE de entonces. El CNE del régimen  decidió en respuesta declarar extemporánea la solicitud. Entonces los ciudadanos hicimos otro Firmazo, El Reafirmazo, pero el CNE se reservó la producción de las planillas, con múltiples trancas y trampas para evitar nuestro ejercicio de participación constitucional. A pesar de eso, pasamos por ese camino de tierra.

Entonces comenzaron con el amedrentamiento y la persecución. Fabricaron una lista de discriminación política con nuestros nombres, La Lista de Tascón. Persiguieron a los miembros de Súmate, la organización que realizo el proceso a nivel nacional. Nos llevaron a un proceso de “reparos” de firmas y amenazas a los funcionarios públicos que se habían manifestado para que se retiraran sus firmas. Con todo y eso, el número final recolectado y duro para salir de Chávez fue de 2.436.083 firmas, que rebasó el mínimo requerido de 2.399.213. Al CNE no le quedó otra opción que convocar al Revocatorio y lo hizo para el 15 de agosto de 2004.

En otras palabras, un proceso que se inició con una simple recolección de firmas para un Consultivo en el año 2002 terminó con el tesón y la consistencia ciudadana en una fecha para un Referendo Revocatorio para agosto de 2004. El resto es la historia de un fraude con máquinas controladas por un CNE conducido por Jorge Rodríguez.

Tuvieron que sudar la gota gorda para neutralizar la voz ciudadana y finalmente la oposición política se dobló frente al régimen. No creo que esa sea ahora la disposición del nuevo liderazgo conducido por MCM. Este resumen histórico, mejor detallado para la historia por Ana Julia Jatar en su libro Apartheid del Siglo XXI, da cuenta que podemos convocarle al régimen una Constituyente, con una verdadera oposición política al frente, esta vez con la experiencia de 20 años y el respaldo de una Comunidad Internacional mejor enterada de lo que ocurre en Venezuela y su plena y mayor disposición de recuperar la democracia secuestrada por una mafia criminal (ver Ana Julia Jatar, Apartheid del Siglo XXI, Capítulo 2, Listas, miedo y discriminación, en https://www.sumate.org/documentos/ApartheidSigloXXI/Apartheid%20del%20Siglo%20XXI%20Capitulo2.pdf).

Tendrán que permitir la Constituyente como antes tuvieron que permitir el Revocatorio de Chávez. La diferencia estará en que no se enfrentarán a una oposición que se “dobla para no partirse” y la plena disposición de la mayoría de los venezolanos –los de adentro y los de afuera- para reencontrarse por encima de cualquier dificultad. El resto será defender unas condiciones de convocatoria justas o Bases Comiciales, así como los votos de todos los constituyentes, nada que no tuviéramos que hacer si MCM hubiese estado habilitada para competir en la elección del 28J.

Lograr la convocatoria Constituyente por iniciativa popular, con un liderazgo firme al frente, puede hacerse en cualquier momento, y en un corto período de tiempo, independientemente del lugar donde se encuentre el ciudadano. Solo requeriría de la voluntad de hacerlo del 15% del padrón electoral, a diferencia del 20% necesario para revocar a un funcionario de elección popular. Hasta en eso tendremos que revisar el texto fundamental cuando debata la representación del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente, el final de un camino que inició con una Constituyente y deberá terminar inexorablemente de la misma manera…

Caracas, 31 de Marzo de 2024

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