lunes, 30 de agosto de 2021

El revocatorio, la última apuesta

Por Luis Manuel Aguana

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No es nueva la discusión de si hacer una constituyente antes o después de haber salido del régimen de Nicolás Maduro Moros. De hecho, en un contexto político muy diferente en el país, comenté eso por un planteamiento del Dr. Jesús Petit Da Costa en el año 2014 (ver Constituyente: ¿antes o después?, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/constituyente-antes-o-despues.html) donde fundamentado en la máxima “se convoca la Constituyente para que redacte una Constitución que legitime el nuevo régimen y establezca el nuevo sistema político-jurídico, tal como lo conciben los que han tomado el poder”, despachaba de un plumazo cualquier intento de convocar al pueblo venezolano antes de salir del régimen.

Y el todo se centraba en el “para qué” convocar al constituyente, si para legitimar la situación política de los nuevos gobernantes, como se había realizado en toda nuestra historia republicana, o para crear un ecosistema institucional capaz de enfrentar los retos de una nueva Venezuela que necesita deslastrarse de los vicios del pasado para poder desarrollarse. Esta última proposición es la definición misma de nuestra propuesta en ANCO.

Un viejo dicho venezolano indica que “las cabras siempre tiran para el monte”, sugiriendo que aunque uno explique y explique las razones fundamentales sobre las que construimos nuestra propuesta de cambiar a Venezuela, El Gran Cambio, para legarle a nuestros hijos y nietos un país con las condiciones mínimas para poder crecer y desarrollarse sin necesidad de emigrar, todavía permanece la reminiscencia de un pasado que tira para el monte del retraso que provoco esta situación.

¿Por qué todavía hay gente que dice que hay que salir del régimen para poder ir a una Constituyente? Esa afirmación constituye en sí misma una contradicción. UNA VEZ QUE CUALQUIER FUERZA DESPLACE AL REGIMEN, ESTAS MISMAS FUERZAS DICTARÁN LOS TERMINOS SOBRE LAS QUE SE ERIGIRÁN LOS NUEVOS ACTORES EN EL PODER. Eso es lo que ha ocurrido siempre en Venezuela. Esa era precisamente la discusión sostenida con el Dr. Petit Da Costa en el 2014. Ustedes creen que si la oposición oficial le pone la mano al gobierno de este país hará una Constituyente? O peor aún, harán una Constituyente a su medida, como la que hizo Hugo Chávez en 1999 y el resto de los gobernantes que llegaron antes que el, después de una disrupción en el proceso político venezolano.

De allí la importancia trascendental de esta discusión. Les pregunto, ¿por qué creen Uds. que la oposición oficial se ha negado en redondo a la convocatoria Constituyente desde que se planteo el tema después de 1999? Porque serían desplazados por nuevos actores políticos y nuevas fuerzas que existen en el país dado el rechazo sin paralelo en la historia que han tenido todos los dirigentes políticos de ambos bandos, los del régimen y especialmente los de la oposición entregada, por la conducción deficiente de la grave crisis venezolana. La Constituyente sería como el ácido que limpiaría hasta el fondo el escenario para darles oportunidad a otros actores en la escena política nacional. Ese es el verdadero problema que tenemos entre las manos.

Cuando sugerimos que en el marco de un nuevo proceso de negociación político que se debe dar en Venezuela para hacer el intento de salir pacíficamente de este hueco en donde nos han hundido, tanto el régimen como su oposición, lo hacemos en la convicción que solamente el pueblo venezolano será capaz de resolver la profunda crisis que nos aqueja. Y el UNICO instrumento constitucional y pacífico que tenemos es convocarnos todos en una Constituyente para REFUNDAR el país, como lo hemos planteado desde hace muchos años, y ahora se nos ha unido la Iglesia Católica en el concepto porque finalmente esa institución ha entendido que sin hacer eso en el fondo nunca habrá paz en Venezuela.

¿Por qué dicen los viejos dirigentes políticos que la Constituyente debe venir “después”? Porque el problema de ellos no es resolver el problema de los venezolanos. Su problema es resolver primero el problemas de ELLOS estableciendo su salvación primero –quítate tu para ponerme yo- para después “ver” si es conveniente o no para sus intereses hacer una Constituyente. ¡Eso es lo que tenemos que rechazar de una manera categórica!

La Constituyente, mis queridos amigos, es el instrumento, el mecanismo mediante el cual el pueblo decide y expresa su decisión para determinar su futuro. No puede ser el instrumento de un vencedor (caso Chávez en 1999) ni es la competencia tampoco para salir de un gobernante. Se coloca equivocadamente el revocatorio de Maduro como la nueva panacea como si el problema fuera de quien gobierna. El problema de Venezuela ES EL SISTEMA POLITICO PODRIDO que ha venido en picada desde antes de 1999 que hay que cambiar con urgencia para salvar la vida del paciente. No estamos planteando ponerle al país un marcapasos o hacerle un cateterismo de coronarias para seguir en el sufrimiento. Estamos proponiendo un transplante completo de corazón para que el cuerpo institucional del país siga viviendo.

Pero aquellos que viven de seguir medrando en lo que hay, en el mismo sistema político que nos ha llevado al más grande de los abismos humanitarios del planeta, siguen insistiendo en el “quítate tu para ponerme yo”, al parecer sin haberse dado cuenta que YA NADIE LOS QUIERE. Pero si se han dado cuenta muy bien. Es por eso que su última apuesta por su supervivencia es vendernos una solución donde “parece” que quieren un cambio pero para que nada cambie. Proponen un revocatorio en la mejor de las condiciones para Maduro.

El régimen fingirá “ceder” para ese revocatorio en México porque eso es lo más conveniente para sus intereses, y la “oposición” lo aceptará con júbilo porque igualmente les interesa. De hecho el régimen pagará por ese revocatorio a quien participe porque al ganarlo en sus términos cobrará un reconocimiento internacional que ahora no tiene, abriendo un nuevo capítulo funesto para la historia de Venezuela. En este momento ya no es relevante quién propuso ese revocatorio (aunque no olvidaremos nunca que fue del lado “opositor”). Ahora lo más importante es que sepamos porque lo propusieron y actuar en consecuencia, rechazando con todas las letras las elecciones regionales ilegitimas que negociarán en México y se darán el 21N, y la supuesta “solución” revocatoria que saldrá después. Ya el régimen ganó con solo haberlos sentado en esas negociaciones y que esa “oposición” los haya reconocido aceptando el Memorando de Entendimiento escrito por ellos. Lo que habrá ganado Venezuela es que después del 21N y la mala apuesta de un revocatorio será el comienzo del fin para una oposición que nunca fue oposición…

Caracas, 30 de Agosto de 2021

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miércoles, 25 de agosto de 2021

Latinoamérica como seguro

Por Luis Manuel Aguana

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La extraordinaria película “Puente de espías” (original en inglés “Bridge of spies”) dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, narra la historia basada en hechos reales de un espía ruso capturado en los Estados Unidos en 1957 durante la Guerra Fría y su intercambio en la frontera entre las dos Alemanias. Lo interesante a resaltar de esta historia es que el abogado James Donovan convence al juez de cambiar la pena de muerte del espía por una sentencia de 30 años, utilizando el argumento que el espía podría ser utilizado como un “seguro” ante cualquier eventualidad que pudiera suceder en el futuro. Esta previsión le sirvió a los EEUU para recuperar al piloto del avión espía U-2 derribado en la Unión Soviética, a través de un intercambio de prisioneros que negociara posteriormente el abogado Donovan exitosamente.

Quise recordar ese episodio histórico porque los EEUU se olvidaron de ese concepto del “seguro” que el abogado Donovan utilizó con el espía ruso, al condenar a Latinoamérica dándonos la espalda durante muchos años siendo nosotros los socios más confiables que pueden tener ante cualquier problema que pudieran enfrentar –y que seguramente seguirán enfrentando- en el futuro. La prueba más clara de esa afirmación se presenta cuando, a pesar del grave inconveniente que está viviendo Colombia con la migración masiva desde Venezuela, los EEUU solicitaron al gobierno colombiano recibir a 4.000 refugiados de Afganistán. De allí que el Presidente Duque firmara un acuerdo que recibirá a los migrantes de manera temporal (ver Cerca de 4.000 refugiados afganos llegarán a Colombia, confirmó el presidente Duque, en https://www.larepublica.co/globoeconomia/cerca-de-4000-refugiados-afganos-llegaran-a-colombia-confirmo-el-presidente-duque-3220258). ¿Y porque es esto? Porque como decimos en Venezuela, “a la hora de las chiquitas” no queda otra alternativa que echar mano de quienes consideras tus amigos aunque ellos tengan problemas.

De más está decir que una Latinoamérica alineada a intereses comunes con los Estados Unidos es lo que nos conviene a todos. Sin embargo, eso no es lo que vemos en la práctica cuando vemos el avance consistente de los enemigos del mundo occidental en nuestras tierras latinoamericanas, comenzando con el castro-chavismo-madurismo, que ha financiado durante muchos años la desestabilización del continente con el dinero de los venezolanos.

¿Cuál ha sido la respuesta concreta de los gobiernos norteamericanos, incluido el de Donald Trump? Una diplomacia dirigida a proteger sus propios intereses y no los del Hemisferio en su conjunto. ¿Cuántas veces hemos oído que los Estados Unidos no se moverán en el caso venezolano si eso “no afecta su seguridad nacional”? Entonces es muy necesario que comiencen a redefinir su concepto de “seguridad nacional” más allá de su propio territorio. Y si no lo hacen, entonces ¿porqué pedirles a los colombianos ayuda para relocalizar a 4.000 afganos que trabajaron con ellos, en territorio colombiano, así lo paguen? Si Venezuela no estuviera en la órbita del castro-chavismo-madurismo socialista, también nos hubieran solicitado esa ayuda y nosotros con seguridad la hubiéramos dado. En la actualidad, salvo Colombia (y posiblemente Brasil), ningún país en Latinoamérica está en la posición de ayudar de esa manera a los Estados Unidos.

Entonces creo que es hora de sincerarnos todos. Debemos preguntarnos si estamos en la órbita del modo de vida que representan los Estados Unidos o no. Y si va a existir ayuda mutua en caso de problemas, todos debiéramos comenzar a actuar en consecuencia, comenzando por los Estados Unidos. Los aliados naturales de los Estados Unidos están indudablemente en el continente Americano. Recuerden la Doctrina de Monroe y la creación del TIAR, de iniciativa norteamericana.

Ese “seguro” que equilibró la balanza con los rusos en la Guerra Fría podría reeditarse con Latinoamérica si se reexamina el concepto de “seguridad nacional” de los Estados Unidos. Pudiera decirse que estaría en juego esa “seguridad nacional” norteamericana si Colombia cae en manos del socialismo como Venezuela, conformándose una tormenta perfecta de desestabilización terrorista unida al narcotráfico en el continente donde ellos son actores fundamentales. Ya aquí nos debemos quitar las caretas: ¿luego de esa ayuda de Colombia a los Estados Unidos, permitirán estos el avance del Foro de Sao Paulo en territorio colombiano como ocurrió en Venezuela? O más allá, ¿permitirán que se alargue el sufrimiento de los venezolanos con una negociación que a todas luces afianzará las garras del socialismo en el cuerpo político del país, permitiendo que ese cáncer haga metástasis en Colombia?

Los venezolanos hemos demostrado con creces que deseamos un cambio fundamental en la conducción política del país. NO QUEREMOS EL SOCIALISMO que ha traído la muerte, la hambruna, la pobreza, y la destrucción física, moral e institucional de nuestro país. Les hemos demostrado con dos Consultas Populares el mandato claro y la autodeterminación del pueblo venezolano para cambiar el panorama político del país. Los norteamericanos no necesitan más pruebas de nuestra vocación democrática. Para ellos es mucho más fácil que para nosotros ajustar el equilibrio ideológico del Hemisferio con las demás potencias que tienen intereses específicos en nuestra región: Rusia y China. Si verdaderamente es de su interés que el régimen de Nicolás Maduro Moros termine y no comience siquiera un posible régimen socialista en Colombia, pueden comenzar a dar los pasos necesarios para que eso se concrete. De esta forma comenzaríamos a construir entre el Norte y Sur de América una alianza mucho más fuerte, que como un nuevo “seguro”, enfrente los desafíos de las nuevas “guerras frías” del futuro…

Caracas, 25 de Agosto de 2021

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miércoles, 18 de agosto de 2021

¿Quién mató al interinato?

Por Luis Manuel Aguana

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En la inmortal novela de Lope de Vega, Fuenteovejuna, los habitantes de esa localidad española en tiempos de los Reyes Católicos, se agavillaron para ajusticiar al Comendador Mayor, y lo terminaron lapidando –muerte a pedradas- en su propia casa por las múltiples delitos que el pueblo decía que había cometido, y por más jueces e investigadores que enviaron los Reyes españoles no le sacaron otra respuesta a la gente a la célebre pregunta “¿Quién mató al Comendador?”, que “¡Fuenteovejuna Señor!”. Algo semejante está ocurriendo en cámara lenta y a partir de ahora con mayor velocidad con la figura del Gobierno Encargado, mejor conocido por los venezolanos como el “interinato”, y la nueva figura del Comendador, en la persona del Presidente Encargado Juan Guaidó.

La muerte del interinato ha sido lenta y dolorosa, como toda lapidación. La primera pedrada que sufrió el interinato fue el mismo día de su auto juramentación el 23 de Enero de 2019 cuando los propios diputados de la oposición oficial se negaron a juramentar a Guaidó en el sitio, como Presidente Encargado, y él mismo terminó haciéndolo solo, y a instancias de una muchedumbre ansiosa porque alguien diera el paso y asumiera la responsabilidad de salir del régimen de Nicolás Maduro, por supuesto con el apoyo previo del gobierno de los Estados Unidos, quien se ocupo de que el resto de las naciones hicieran lo propio.

La segunda pedrada más formal se materializa con la aprobación del Acuerdo de Transición firmado en febrero de 2019 cuando las fracciones mayoritarias opositoras de la Asamblea Nacional deciden atribuirse el Gobierno Interino y hacerlo depender de las decisiones del Parlamento, claramente de manera inconstitucional ya que en Venezuela no existen gobiernos parlamentarios, dejando a nuestro novel Comendador sin poder para el ejercicio pleno de sus funciones como Presidente Encargado de la República. Y lo peor fue que el mismo Presidente Encargado también le infringió una fuerte pedrada a su propio interinato (tal vez ésta fue la más dolorosa porque fue auto infringida) cuando decide él mismo NO ASUMIR sus propias responsabilidades como Presidente como le correspondía, obedeciendo a sus jefes políticos de la Asamblea Nacional, al entregarle al jefe de su partido la coordinación de todos los representantes designados en su gestión a través de una figura denominada “Centro de Gobierno”.

Como dije en esa oportunidad, si antes no era aceptable una Ley de Transición con Maduro ejerciendo el poder ilegalmente, imagínense como sería si ese mismo Estatuto permite que a quien le corresponde ejercer la Primera Magistratura por designio constitucional, en acatamiento del Artículo 233 de la Constitución, DELEGA en otra persona sus atribuciones como Presidente, contraviniendo la Constitución (ver, Agencia EFE, Guaidó anuncia la creación de un “centro de Gobierno” con López a cargo, en  https://www.efe.com/efe/america/politica/guaido-anuncia-la-creacion-de-un-centro-gobierno-con-leopoldo-lopez-a-cargo/20000035-4051908). Esa pedrada no fue solo a la Presidencia Encargada sino a las mismas esperanzas puestas en el Comendador por el pueblo venezolano.

A partir de ese momento Venezuela-Fuenteovejuna comenzó a acumular mucho resentimiento hacia esa figura del Gobierno Encargado y su Comendador, y su popularidad comenzó a decaer paulatinamente. Muchos solicitamos al interinato y a la Asamblea Nacional en su conjunto en todos estos años, acciones que podían realizarse al tener ellos la mayoría de los votos, los votos de los venezolanos, en la Asamblea Nacional, entre ellas la famosa autorización de misiones militares en Venezuela para el ingreso seguro de la ayuda humanitaria, de acuerdo al Artículo 187 numeral 11 Constitucional. No fue posible, ni aun con la llamada Fracción 16J, surgida con por el incumplimiento del mandato de la Consulta Popular del 16 de Julio de 2017.

Conocimos otra grave pedrada cuando los venezolanos vimos con asombro que algunos diputados de la Asamblea Nacional y funcionarios del interinato, actuando de forma conjunta y coordinada, actuaban de la misma manera que el régimen de Nicolás Maduro Moros, en los escándalos de corrupción develados por Embajador del Gobierno Encargado en Colombia, Humberto Calderón Berti. Al alcanzar este punto, a comienzos de diciembre de 2019, casi cumpliendo el primer año de ejercicio del interinato, lance también una piedra al solicitar que el Presidente Encargado, se retirara en paz (ver Presidente Guaidó, váyase en paz, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2019/12/presidente-guaido-vayase-en-paz.html).

El interinato desestimó las denuncias y recomendaciones del experto petrolero Calderón Berti en el caso de Monómeros Colombo-Venezolanos, S.A. y se desconectó de él, respaldando en conjunto con el G4/FA, el viejo esquema de cuotas partidistas muy populares en la época pre chavista, en un claro desprecio de cómo se debían manejar las cosas luego de la recuperación de nuestro país. Dije que era un mal comienzo. Si eso era así sin estar en Miraflores, imagínense cuando estuvieran el poder. Las pedradas de la corrupción siempre son sumamente graves.

Desde esa época a esta parte, siempre se le solicito al Presidente Encargado Juan Guaidó que asumiera de manera cabal la altísima responsabilidad que el pueblo venezolano le había otorgado el 23 de enero, por encima de cualquier presión o control partidista. Esas solicitudes realizadas desde dentro y fuera del país fueron desestimadas, y en especial una realizada desde el exterior por Carlos Sánchez Berzaín, Director Ejecutivo del Instituto Interamericano para la Democracia, cuando el experto indicó con lujo de detalles cómo podría el Gobierno Interino desalojar institucionalmente por la fuerza, con toda la legalidad internacional al régimen de Nicolás Maduro Moros (ver  Presidente Guaidó debe pedir y organizar coalición internacional militar para liberar a Venezuela, en https://youtu.be/6RB53HlF4BA).

Finalmente, la pedrada definitiva al interinato se la propiciaron los mismos partidos del G4/FA al negociar y firmar ese Memorando de Entendimiento en México. En él la oposición oficial en su condición de “Plataforma Unitaria de Venezuela” acuerda negociar con el “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela”, aceptando con esa sola firma la existencia de tal “gobierno”, a todas luces usurpador como lo saben todos los venezolanos, quienes en una Consulta Popular vinculante y constitucional, realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020, rechazamos al régimen de Nicolás Maduro Moros y su parlamento espurio e ilegitimo electo el 6 de diciembre de 2020.

Ese solo hecho invalida cualquier cosa que negocien en México. Ese acto de reconocimiento termino de matar la Presidencia Encargada como la experiencia opositora más cercana al éxito que hayamos tenido para acabar con la tiranía de Nicolás Maduro Moros, desde el 23 de enero de 2019. No tenía el Dr. Andrés Pastrana, ex Presidente de Colombia, que recordárnoslo en un mensaje de Twitter: “Si en México es reconocido Maduro como gobierno, y a su contraparte como oposición, el Gobierno Interino de Guaidó desaparece de un plumazo” (ver Andrés Pastrana en Twitter, en https://twitter.com/AndresPastrana_/status/1427000458334203908).

Cada una de esas piedras fueron lanzadas durante la lapidación progresiva del interinato desde el mismo 23 de enero de 2019, todas dirigidas a la cabeza de quien pusieron allí para recibirlas, el Comendador Guaidó, quien las recibe como chivo expiatorio de todas las trapacerías realizadas por los partidos de la oposición oficial para mantenerse ocultos ante la opinión pública venezolana como los principales responsables de las decisiones tomadas que han mantenido a Maduro en el poder, y que culminan con el espectáculo de México. Guaidó no es más que quien recibe las piedras. Una vez cumplido su papel será el culpable de todo lo que pase.

Pero Guaidó también es mantenido allí como la institución presidencial reconocida internacionalmente, y paradójicamente esa sería la única herramienta que puede utilizar para evitar enterrarse con quienes en mala hora ha acompañado desde su reconocimiento y sobrevivir a la lapidación final, ejerciendo constitucionalmente las atribuciones que le otorga la Constitución, como tantas veces se le ha solicitado para sacar adelante la República. Una cosa es acompañar al sepelio a los cadáveres políticos que se producirán después de las elecciones que se negocien en México, por dar la espalda al pueblo venezolano, y otra muy diferente es enterrarse con ellos. Queda todavía por saber si el Comendador de nuestra historia actuará a favor de los venezolanos o confirmará ser cómplice de lo que le acusa Venezuela-Fuenteovejuna. Si decide enterrarse, en el futuro la respuesta a la pregunta, ¿quién mató al interinato? será: ¡Venezuela Señor!

Caracas, 18 de Agosto de 2021

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sábado, 14 de agosto de 2021

Una ruta de negociación diferente

Por Luis Manuel Aguana

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No es fácil opinar sobre lo que se trata una negociación internacional. Cuando han ocurrido estos procesos con el régimen siempre me he preguntado que hubiera dicho mi profesor en la Maestría de Economía Internacional de FACES-UCV, el Dr. Carlos Guerón, a quien tuve el honor de conocer en su cátedra de Negociación Internacional, hace casi 30 años, justo antes de su lamentable desaparición física. Una vez me referí al Prof. Guerón en una nota de 2017 (ver 4 preguntas para el destino de Venezuela, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2017/11/4-preguntas-para-el-destino-de-venezuela.html) porque siempre insistía en que uno no se podía sentar a negociar acerca de Dios con el Ayatolah Komeini. Simplemente no solo era una estupidez, sino completamente inútil. Porque ¿cómo alguien podría discutir con un comunista la revolución bolchevique, el asalto al Cuartel Moncada o que los imperialistas no asesinaron a Salvador Allende? Porque inmediatamente saltaba la pregunta: ¿debemos negociar con narcotraficantes y terroristas? ¿Podríamos negociar con quienes acabaron con nuestro país como langostas y que acepten eso, y se vayan en paz?

En aquellos días de finales de 2017, luego de la Consulta Popular del 16 de julio, estaba muy reciente y claro para nosotros que la oposición oficial había traicionado el mandato popular, negociándolo por las elecciones regionales que ocurrieron al finalizar ese año. De alguna manera ahora está ocurriendo lo mismo pero con una situación agravada exponencialmente con claros síntomas a repetir la misma historia, pero con el régimen buscando una legitimidad internacional que los sucesos en el país y las sostenidas violaciones a los Derechos Humanos, le han arrebatado en estos casi 4 años de descuartizamiento de Venezuela. Ahora el régimen busca que la oposición oficial los legitime de cara a la Comunidad Internacional, buscando que les reconozcan su Presidencia y Parlamento ilegítimos, y de paso que se les devuelva el dinero que les han robado a los venezolanos, sin contar con que les levanten las sanciones que les han impuesto por precisamente violentar la democracia y la libertad de los venezolanos. Mayor descaro imposible.

Sin embargo la oposición ha ido a “negociar” en México. Desde esa nota de 2017 he sostenido -y todavía sostengo- que lo único negociable con Nicolás Maduro Moros y sus mil ladrones son los términos de su salida del gobierno. Eso es lo que la oposición debería estar negociando y no reconociéndolos de entrada como “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela” como lo suscribieron ayer 13 de agosto de 2021 en su “Memorando de Entendimiento” (Ver Memorando de Entendimiento, en https://dqtjif.bitlydns.net/2021/08/13/memorando-del-acuerdo-de-entendimiento-entre-la-oposicion-y-el-chavismo-documento/). Desde mi perspectiva, el régimen solo con esa firma logró la desaparición de la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez.

Pero voy a darle a la oposición el beneficio de la duda. De un proceso verdadero de negociación, entendido como tal y con la seriedad que el caso tiene, deberían salir perfectamente cubiertos los intereses de las partes NO SUS POSICIONES. Me explicaré mejor en base a un ejemplo que nos diera el Prof. Guerón en su cátedra, cuando Israel y Egipto negociaron la paz en Camp David, EEUU, en 1978. Israel había ocupado durante la Guerra de los Seis Días la Península del Sinaí perteneciente a Egipto. Cuando se reunieron sus posiciones eran irreconciliables Israel no cedía en conservar el territorio conquistado en el Sinaí, y Egipto insistía en que se le devolviera la soberanía de su territorio. Se dibujaron muchos mapas pero en todos no se lograba devolver a Egipto el control de la península. Para Israel no era posible volver a la misma situación previa a la guerra. Ambas posiciones estaban muy claras.

Entonces se hizo el análisis de los intereses de ambas partes. El principal interés para Israel era su seguridad. No aceptaría un vecino armado hasta los dientes respirándole al cuello. El interés de Egipto era recobrar la soberanía sobre un territorio que les había pertenecido por miles de años. El Presidente Mohamed Anwar al Sadat de Egipto y el Primer Ministro de Israel, Menájem Begin, negociaron en Camp David un plan que devolvía la soberanía plena del Sinaí a Egipto, pero garantizando la seguridad de Israel a través de zonas desmilitarizadas en el territorio previamente conquistado. Se conciliaron los intereses de ambas partes, no sus posiciones iniciales. De esa manera ambos pudieron firmar la paz.

Volviendo a nuestro caso venezolano, desde la perspectiva del ejemplo del Dr. Guerón, es el análisis de los intereses, no de las posiciones lo que se debería ventilar en ese proceso de México. Pero allí es precisamente donde se sube la gata a la batea. ¿Son conciliables los intereses de las partes? Veamos.

Examinemos primero las posiciones: ¿Cuál es la posición de Maduro y su combo de delincuentes? Que los reconozcan fuera de Venezuela como gobierno legítimo del país, con todas las prerrogativas que eso conlleva, con el consiguiente levantamiento de las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional. ¿Cuál es la posición de la oposición oficial? Que el régimen acepte ir a elecciones Presidenciales y Parlamentarias justas, libres y verificables, libere a los presos políticos, restablezca a los partidos, acepte la ayuda humanitaria, etc... En otras palabras que acepte una condición democrática y de respeto al Estado de Derecho y los Derechos Humanos que no han tenido nunca desde que secuestraron el poder. Si consideramos el talante autoritario demostrado por el régimen en más de 20 años, podemos concluir que ambas posiciones son irreconciliables.

Intentaré analizar cuáles podrían ser los intereses de ambas partes. Interés del régimen: uno solo, permanecer en el poder. Interés de la oposición: sustituir al régimen en el poder. Si alguien ya está en el poder, ¿por qué habría de ceder en una negociación para ser sustituido? De allí lo irreconciliable de las posiciones. Si los intereses no son complementarios, ¿cómo podría conseguirse una solución?

Los intereses de las partes pudieran ser complementarios si de lo que estuviéramos hablando aquí es de la supervivencia de ambas, no de quien ocupa el poder. De allí que un reenfoque de esa negociación debería concluir que ni las elecciones presidenciales o cualquier otra, ni el reconocimiento de un régimen ilegitimo deberían ser motivo de esa negociación SINO EL BIENESTAR DEL PUEBLO VENEZOLANO, con la garantía de que ambas partes regresen al juego democrático (si es eso posible) como una forma de acceder al poder. De otra manera no habría conciliación de intereses.

¿Y qué proceso podría garantizar eso? Solo hay uno posible: dejando que sea el pueblo el que decida. Pero no en una “elección” de cargos, sino en una elección que designe aquellos que puedan cambiar la realidad del país. Y eso en nuestra Constitución tiene un nombre: Asamblea Nacional Constituyente Originaria. Esa fue nuestra propuesta desde el Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana de Restablecimiento Constitucional y Democrático y desde ANCO desde nuestra fundación, donde indicamos que ese proceso negociador fracasó desde el comienzo precisamente por las razones explicadas previamente: los intereses son contrapuestos y no van en la dirección de beneficiar a los principales actores que somos todos los venezolanos, sino al de los negociadores que dicen representarnos. Planteado así cualquiera que sea el resultado de esas negociaciones en México no beneficiará al pueblo venezolano.

Al plantearse una negociación diferente donde una Constituyente sea el centro de la discusión, entonces los intereses de supervivencia de ambas partes se podrían discutir de una manera civilizada, sin importar la condición de las partes. El centro de los intereses de las partes no sería EL PODER, sino la CONVIVENCIA PACIFICA, hasta dirimir precisamente de qué manera se ocuparía el poder posteriormente.

El reciente comunicado de ANCO (ver ANCO reafirma y propone al país y a la Comunidad Internacional una Ruta para Refundar la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/08/anco-reafirma-y-propone-al-pais-y-la.html) explica en qué términos se plantearía ese proceso de negociación:PROPONEMOS  a la Comunidad Internacional, representada por los EEUU, la UE y Canadá, a los sectores representados por la oposición política encabezada por el Ing. Juan Guaidó Márquez, en su calidad de Presidente Encargado reconocido por la comunidad internacional, y al régimen que encabeza Nicolás Maduro Moros, que el proceso de negociación política exigido por la comunidad internacional, se lleve a cabo sobre las siguientes bases: a) Objeto de la negociación: la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario; b) Participantes: Una negociación entre cuatro (4) partes: una delegación de la Comunidad Internacional firmante de la Declaración Conjunta del 25 de Junio (EEUU, la UE y Canadá); una delegación de los sectores de la oposición política que encabeza Juan Guaidó Márquez como Presidente Encargado reconocido por la comunidad internacional; una delegación del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático, como representación de los más de 6,4 millones participantes de la Consulta Popular de Diciembre de 2020; y una delegación del sector gubernamental que encabeza Nicolás Maduro; c) Puntos a negociar1) la designación de una Autoridad Electoral Ad-Hoc con la participación y apoyo de los organismos técnicos de la Comunidad Internacional, únicamente para la elección de los ciudadanos Constituyentes que representarán a todos los venezolanos en la Asamblea Nacional Constituyente; y 2) Las Bases Comiciales que regirán la elección de los Constituyentes; d)  Garantías del proceso: las partes establecerán las garantías para que se cumplan los acuerdos y compromisos a los que se lleguen en el proceso de negociación;”

Si se desea verdaderamente resolverle al país la grave crisis por la que atraviesa de una manera pacífica, constitucional y electoral, esa es la ruta. De otra manera no importarán las posiciones ni los intereses. Todos los involucrados, incluyendo la Comunidad Internacional, le estarán dando la oportunidad al comienzo de la violencia. Esa es válida pero sumamente costosa para todos…

Caracas, 14 de Agosto de 2021

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lunes, 9 de agosto de 2021

Qué pasó con la Consulta Popular

Por Luis Manuel Aguana

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Es increíble que a estas alturas aun algunos venezolanos se pregunten, “¿Qué pasó con la Consulta Popular de Diciembre 2020?”. Deseo suponer que la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, blanco favorito del ataque de muchos quienes de manera interesada desean, después de varios meses de ocurrido ese evento, desestimar y destruir un esfuerzo único de los venezolanos que no tiene comparación con nada de lo que se haya hecho antes en esa materia en Venezuela, ni siquiera la Consulta Popular realizada el 16 Julio de 2017. Ha sido tanto el asedio, en especial a la Dra. Mármol que se vio en la necesidad de hacer un video para decirle a Venezuela que era a su juicio lo que había pasado con la Consulta Popular de Diciembre de 2020 (ver video de BRML, ¿Qué pasó con la Consulta Popular de Diciembre 2020?, en  https://youtu.be/wsY7y09uMlA). Debo decir que respaldo en todas sus letras el mensaje a la Nación de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León.

Muchos han tomado ese mensaje de una manera pesimista y algunos de manera equivocada utilizándolo para mal poner el esfuerzo realizado por cientos de venezolanos antes, durante y después de la Consulta Popular. Interpretan equivocadamente que “como el interinato no  apoyó el resultado de la Consulta Popular” el esfuerzo fue vano e inútil. ¡Craso error! Estoy convencido que la gente todavía no acaba de entender el por qué se hizo la Consulta Popular, a pesar de las explicaciones que yo mismo he dado a través de este medio y también la Dra. Blanca Rosa Mármol de León en múltiples intervenciones y entrevistas a los medios. Me imagino que la Dra. Mármol ya obstinada de tanto twitter culpándola de que el régimen no se cayó el otro día de la consulta, realizo ese video, indicando una realidad que ya hemos expuesto públicamente. Eso que dijo ya lo ha repetido infinidad de veces: el interinato IGNORÓ el mandato popular a través de su representación internacional. Pero ESO NO SIGNIFICA EN NINGUN MOMENTO que ese mandato no siga vigente y pendiente de ejecución.

De hecho por esa misma razón en ANCO nos movilizamos en la defensa del mandato y propusimos el Pacto Ciudadano de Restablecimiento Constitucional y Democrático (ver texto completo del Pacto en https://ancoficial.blogspot.com/2021/02/comunicado-anco-acta-que-contiene-el.html), convocando a la sociedad civil venezolana a unirse con la única finalidad de iniciar una lucha por el cumplimiento de esa Consulta y también por la Consulta Popular de 2017. SOMOS TODOS LOS VENEZOLANOS los dolientes de este país, no solamente la Dra. Blanca Rosa Mármol de León. Ella así como todos nosotros en ANCO estamos todos los días inventando como haremos para que ese mandato se cumpla.

Pero mas allá de eso, la Consulta Popular SIRVIÓ PARA ESTABLECER DE MANERA FORMAL Y CONSTITUCIONAL QUE EL PUEBLO VENEZOLANO ESTA DE ACUERDO con que el régimen se separe primero del poder (Cese de la Usurpación) para  proceder con unas elecciones libres, justas y verificables de los Poderes Públicos (1ra Pregunta). Sirvió para ILEGITIMAR el parlamento espurio del régimen cuyas elecciones ilegitimas se realizaron el 6 de diciembre de 2020 (2da. Pregunta); y lo más importante QUE EL PUEBLO LE DIERA A CADA VENEZOLANO UNA CARTA DE AUTORIZACIÓN PARA ACCIONAR, con cualquier tipo de ayuda que se consiga, lo que SEA NECESARIO PARA SALIR DEL REGIMEN (3ra. Pregunta).

Ya nosotros estamos accionando en base a ese mandato con las Conferencias Ciudadanas establecidas en el Pacto y la propuesta de convocatoria a una elección Constituyente que salió de ese Pacto (ver El Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana propone un nuevo proceso de negociación a la Nación y a la Comunidad Internacional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/el-consejo-rector-de-la-conferencias.html). Si alguien no tiene claro todavía para que sirvió la Consulta Popular de Diciembre 2020, simplemente reenvíenle esta nota y con muchísimo gusto aclararé a quien sea cualquier duda que exista en relación a este tema.

Ciertamente el primero que debió cumplir con el mandato de la Consulta Popular fue el mismo Gobierno Encargado quien inicialmente la propuso en el Pacto firmado por 37 partidos el 7 de Septiembre de 2020. Si no lo cumplieron, ya les tocara pagar por esa omisión en el momento que corresponda. Mientras tanto el resto de los venezolanos tenemos UN MANDATO QUE CUMPLIR. Y en lugar de preguntar qué pasó con la Consulta, CADA UNO DEBE PONERSE A TRABAJAR PARA SACAR AL REGIMEN en su ámbito de actuación nacional o internacional. Ya nosotros en ANCO y las Conferencias para el Restablecimiento Constitucional y Democrático estamos haciendo nuestra parte para ir sumando voluntades para ese empeño. El resto tiene ya un mandato claro para hacerlo.

No deja de llamarme la atención que todas las críticas y ataques realizados al tema de la Consulta Popular se hayan enfocado en la figura de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León. Y eso tiene un cierto sentido si nos colocamos en el entorno del cómo se hace la política en Venezuela. En nuestro país quienes dicen hacer política no confrontan ideas sino a la persona que las transmite. Si consideran peligroso el mensaje para sus intereses, inmediatamente la crítica se dirige arteramente a quien lo lleva. La Dra. Mármol es una de las figuras visibles y más emblemáticas de una idea de cambio profundo del país. Su sola presencia transmite decencia en los asuntos públicos. Y eso no se puede tolerar en un país lleno de ladrones y delincuentes de todo tipo, y en especial en la política. Al no poder atacar una idea fuerza como lo es la de la expresión de la Soberanía Popular, el ataque se centra en que la Dra. Mármol “nos mintió” porque “prometió” que Maduro caería después de la Consulta y eso no ocurrió, intentando desprestigiar su imagen, su palabra y su mensaje al pueblo venezolano.

Este es el tipo de estrategia comúnmente utilizado para poner en el paredón de las redes sociales a alguien “inconveniente” cuando de lo que se trata en realidad es de neutralizar a alguien que según ellos podría disputar algo muy codiciado en nuestro país: el poder. Muchos ven de una manera peligrosa la imagen de la Dra. Mármol y se hacen eco de campañas de desprestigio, siendo esta última la de la pregunta maliciosa “que paso con la Consulta Popular de Diciembre de 2020” cuando lo que en realidad eso es lo que menos les interesa.

A ellos deseo recordarles la frase atribuida al ex Presidente de Venezuela Antonio Guzmán Blanco: “Venezuela es como un cuero seco, lo pisan por un lado y se levanta por el otro”. En ANCO el PROYECTO que impulsamos para nuestro país es la figura principal, no ninguna persona en lo particular. Sin embargo, para que un Proyecto sea creíble como algo bueno y necesario para la sociedad y el país, este debe ser impulsado por personas de la talla ética y moral de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, porque si ellas vieron algo bueno allí para el país, entonces tiene que ser bueno.

A la Dra. Mármol la acompañan en esta cruzada de ANCO por el adecentamiento y el cambio de Venezuela, gente de altísima solvencia moral de todos los rincones de Venezuela, conscientes de la necesidad política de un Gran Cambio para nuestro país y darle un vuelco a las instituciones. Y déjenme decirles que eso no se puede hacer con la calidad ética y moral del actual liderazgo político, esa es una verdad más grande que una catedral. Saquen ustedes sus propias conclusiones. Las personas que han presionado a la Dra. Mármol exigiéndole contestar “¿qué pasó con la Consulta Popular?”, que lleva en su interior qué tanto los venezolanos hemos asumido esta lucha, deberían verse en un espejo, porque la respuesta la encontrarán allí…

Caracas, 9 de Agosto de 2021

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miércoles, 4 de agosto de 2021

Última Ratio Regis

Por Luis Manuel Aguana

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Nota de agradecimiento personal: 

Antes de entrar en materia deseo detenerme un momento para agradecer a todos mis seguidores, lectores, compañeros de ANCO a nivel nacional, y en general a todos los amigos y allegados, y aún aquellos que sin conocerme personalmente, enviaron palabras de condolencia y solidaridad a mí y a mi familia por el fallecimiento de mi madre este fin de semana. A todos ustedes mi gratitud infinita e imperecedera por esa solidaridad y nobleza que nos distingue como venezolanos y demuestra una vez más la manera única de ser de nuestra gente. Por eso no puedo dejar de confiar en que con la ayuda de Dios saldremos con bien de esta pesadilla, resurgiendo mucho mejores de lo que ahora somos. Ustedes serán los verdaderos protagonistas de esta nueva Venezuela que vamos a construir entre todos…

Con mis mayores sentimientos de consideración y estima,

Luis Manuel Aguana

A mi modo de ver solo existen dos perspectivas para asumir la propuesta Constituyente: a) desde la perspectiva de salir del régimen; y b) desde la perspectiva de reforma de las bases políticas e institucionales del país. La segunda incluye a la primera y la primera incluye a la segunda. Parece un contrasentido pero no lo es. Desde la primera vez que tomé la bandera constituyente como solución a los problemas que nos aquejan lo hice desde la segunda perspectiva, viendo la primera como un subproducto necesario del proceso de reforma de las bases de funcionamiento del país. Y eso es lo que he venido impulsando desde esta tribuna. En otras palabras, la necesidad de un proceso constituyente para establecer un nuevo marco de actuación institucional donde todos los factores se muevan de una manera diferente, dejando el espacio para desarrollar, trabajar y profundizar lo que sea necesario para conseguir una mejora en la calidad de vida de los venezolanos.

No hemos planteado un proceso constituyente para sacar a nadie del poder. Desde mi perspectiva, salir del régimen de Maduro es una condición necesaria pero no suficiente para llegar a una etapa donde se discuta el país que deseamos construir, al margen de que lo comencemos a hacer desde ahora. En otras palabras, si Maduro cae mañana es requerido y urgente un proceso Constituyente para Venezuela con el fin de poner los seguros necesarios al ejercicio del poder en la Constitución y reorganizar los Poderes Públicos, seriamente dañados por este régimen en 20 años. Nadie debería acceder al poder sin arreglar eso primero.

Pero si creo que un proceso Constituyente negociado entre todos los factores, incluida la sociedad civil, sería lo ideal para sacar entre todos adelante este país. De acuerdo al constitucionalista español, Roberto Viciano Pastor, Director del Doctorado en Derecho Constitucional de la Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia, “Los procesos constituyentes han surgido en América Latina como también en otras partes del mundo cuando aparece una importante crisis social. Si no hay una importante crisis social ningún Estado, ningún país se introduce en una zona delicada, en una zona en la cual es inestable, por definición, como es la de definir de nuevo las reglas de funcionamiento del Estado, de la economía, de la sociedad, etc, etc... Por lo tanto, esta es la “Última Ratio Regis”, la última opción que queda para intentar resolver los problemas del país. Primero se intentan resolver de otras muchas maneras. Pero cuando ya no hay otra fórmula al final los países se ven abocados a activar procesos constituyentes”. (ver video Procesos Constituyentes en América Latina desde la perspectiva comparatista, en https://www.elmostrador.cl/tv/2021/04/16/en-vivo-procesos-constituyentes-en-america-latina-desde-la-perspectiva-comparatista/ min 15:55). Revisaremos en notas posteriores otras partes de esta importante ponencia.

Intentar un proceso Constituyente solamente con la finalidad de “tumbar” a un gobierno o a un régimen, es fundamentalmente un error que se pagaría con inestabilidad política y retroceso en el desarrollo de un país. Eso fue lo que paso en Venezuela en 1999. Chávez aplicó el proceso Constituyente usando sus mayorías políticas, no para generar el espacio de mejora institucional y progreso social que necesitaba el país entre todos sino para pasarle una aplanadora a quienes hasta ese momento disfrutaron del poder por 40 años y hacer como decimos en Venezuela, un “quítate tú para ponerme yo”. Eso no podía conducir a otra cosa que a un fracaso monstruoso cuyas consecuencias estamos sufriendo los venezolanos. Y ahora, tal y como dice el Dr. Pastor, es la “Última Ratio Regis” o “el argumento final o definitivo del rey” (ver Ultima Ratio Regis, en https://www.curistoria.com/2008/06/ultima-ratio-regis.html), en otras palabras, la “última opción que queda para intentar resolver los problemas del país” cuando ya no hay más nada que hacer.

Y es claro que introducirse, como indica el experto constitucionalista, en una zona inestable como lo es la “de definir de nuevo las reglas de funcionamiento del Estado, de la economía, de la sociedad, etc, etc...” no es para nada fácil de plantear y mucho menos de convencer a alguien, en especial si ya habíamos transitado por ese camino hace 22 años con los resultados que todos conocemos. Pero es público, notorio y comunicacional que el caso venezolano lo requiere a gritos. Hay que volver a construir institucionalmente el país. En 1999 se abrió una Caja de Pandora que es preciso cerrar de nuevo.

Pero muchos de ustedes se preguntarán sobre qué bases serían esas nuevas reglas. Nuestra propuesta constituyente no viene sola, viene con unos lineamientos y un profundo contenido a debatir para la modificación de las bases institucionales del Estado y del Territorio. Pueden revisarlos en el documento El Gran Cambio, Una propuesta para el país que queremos (ver documento oficial en https://tinyurl.com/4px9rdy6).

Pero más allá de lo que cualquiera pueda proponer, esto debe llevarse a un escenario donde el país debata su futuro con la seriedad que el caso tiene. Y eso para nosotros no tiene discusión. Cualquiera puede decir que una constituyente no es lo conveniente para los intereses del país en este momento, pero lo que no puede negar es que es necesario que lo que hay ahora cambie de una manera sustancial para evitar que este desastre continúe y no vuelva a repetirse nunca. Absolutamente todo en el país se salió de control, y eso no puede ser contenido solo por el hecho de convocar a unas elecciones de cualquier tipo, ni existe ninguna persona que pueda hacerlo sin el concurso de toda la Nación. Nadie puede negar que a este país hay que cerrarlo por inventario para poder continuar en mejores condiciones  en algún momento futuro. Por eso insistimos que en nuestra Constitución existe ese escenario y se llama Asamblea Nacional Constituyente.

Si no se debate el país en un escenario donde se garantice la participación DEL OTRO en toda su extensión, así como también una verdadera representación ciudadana del país doliente de esta crisis, como NUNCA ocurrió en 1999, ni un millón de mesas de negociación servirán para lograr la estabilidad política necesaria para que Venezuela funcione y salga del infierno que nos crearon. Si queremos que el país consiga la paz ninguna parte puede imponerse sobre la otra. Y si el régimen y su oposición oficial insisten en desconocer eso, lo que estarán haciendo es alargar lo que ya saben que ocurrirá: la desaparición de ambos extremos, con el consiguiente parto sangriento de una nueva realidad para el país. No sé si eso será bueno o malo pero si será diferente y más acorde con la realidad que está exigiendo el pueblo venezolano. Y cuando ocurran esos hechos, esa realidad que se imponga si será la Última Ratio Regis…

Caracas, 4 de Agosto de 2021

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