miércoles, 22 de febrero de 2023

Primarias, los que irán al cielo

Por Luis Manuel Aguana

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Les agradezco a mis amigos y seguidores la confianza al continuar preguntando acerca del tema de las primarias opositoras y la disyuntiva manifestada a participar o no en ese evento, habida cuenta que de acuerdo a las últimas encuestas, al parecer quienes supuestamente puntean en ellas son los precandidatos radicales no asociados a la partidocracia tradicional.

Efectivamente, aun después de haber expuesto en varias oportunidades en este blog las razones que justifican mi más completo rechazo a ese evento organizado por una Comisión de Primarias de una supuesta sociedad civil que apareció de la nada, a instancias de los partidos políticos de una supuesta oposición que eliminaron el interinato, y en la que por cierto ni ustedes ni nosotros participamos de su designación, este nuevo giro de que aparezcan  como ganadores aquellos que jamás habían punteado en ninguna encuesta, pareciera la confirmación misma del desprecio de la gente por los políticos opositores que los han traicionado.

Pero de allí a que ese realmente sea un reflejo del verdadero panorama político hay mucho trecho. Esa situación ventajosa para el status quo político tradicional es precisamente lo que desean quienes manejan este circo electorero: que el venezolano acuda a esas primarias con la esperanza de que de allí surja un candidato presidencial que no esté alineado con los partidos opositores, como lo desea la gran mayoría de los venezolanos. Pero nada más alejado de la realidad, porque lo que saldrá de allí será el candidato conveniente tanto para el régimen como para el colaboracionismo opositor.

Esa fiesta de las primarias, organizada por los partidos de la llamada Plataforma Unitaria, que no representan a nadie, y encubierta por una “sociedad civil” que nadie conoce, no tendrá otro ganador que quienes decidan quienes la organizaron.

Una reciente encuesta de Datincorp de comienzos de este mes, da cuenta de un rechazo de todos los candidatos que se han presentado en esas primarias, que va de 66% a 83% de venezolanos (ver Datincorp: nivel de rechazo de los candidatos entre los electores va de 66 a 83%, ninguno se salva, en https://infocifrastv.com/nacionales/admin/datincorp-nivel-de-rechazo-de-los-candidatos-entre-los-electores-va-de-66-a-83-ninguno-se-salva/). A la pregunta: “¿Qué le generan la política y los políticos venezolanos a los electores?”, la respuesta mayoritaria “Gran decepción” se lleva el 70%.

De acuerdo a Datincorp, «En primer lugar, María Corina Machado no tiene 50 puntos sino apenas 17 puntos de apoyo. Cuando hay un escenario polarizado sube unos puntos más. Pero el elemento dominante en este momento no es María Corina, ni Maduro ni nadie sino los que no van a votar por ninguno (51%) lo cual refleja el nivel de descontento que hay en el país».

Ahora bien, si de acuerdo a esa encuesta, solo el 17% acompaña las aspiraciones –hasta ahora y si no se retira antes- de quien la lidera, seguida abajo por un punto porcentual por Nicolás Maduro (sin contar que esto podría ser considerado como un empate técnico), la pregunta del millón sería ¿Qué pasa con ese 51% de venezolanos que no están representados allí? Incluso, ¿qué pasa con los que no están tampoco representados y aún menos contados allí, pertenecientes a la diáspora en el exilio?

Entonces el mecanismo de primarias NO FAVORECE a los venezolanos, sino a quienes de alguna manera controlan el proceso, y que definirán quien debería contarse con el candidato del régimen en el 2024 o antes, y que entregará las aspiraciones de cambio de los venezolanos como lo hizo Manuel Rosales en el 2006 y Henrique Capriles en el 2012 y 2013.

Las primarias surgieron por primera vez en el año 2012 como la metodología natural para lograr cohesionar en una sola fuerza a la oposición que luchaba desesperadamente en las calles por salir de este régimen abyecto. Pero, ¿es ese el contexto de lo que se está presentando ahora, con un liderazgo político opositor rechazado por más de la mitad de la población y considerado socio del régimen? ¿Se va a poner el destino de Venezuela a depender de ese mecanismo que elegirá un abanderado con solo el 17% de la población electoral, para que represente a TODOS los venezolanos que nos oponemos al régimen? A la pregunta “¿Por quién votarían los venezolanos para elegir al Presidente de la República, si hoy fuesen las elecciones?”, la respuesta mayoritaria fue “Ninguno” en un 24%, 7 puntos porcentuales por encima de quien sale de primero. Es realmente decepcionante.

Pero la oposición política ha convencido con éxito a la Comunidad Internacional y al país que el candidato opositor que salga de esas primarias “representará” la mayoría de quienes nos oponemos al régimen, y los números demuestran claramente que eso NO ES ASÍ. Pero los hilos de quienes tienen el poder y el dinero, tanto en el régimen como su oposición, lograrán hacer posible lo imposible, aunque los ciudadanos estemos convencidos de lo contrario.

Lo anterior me hizo recordar una caricatura histórica de 1976 de Joaquín Salvador Lavado (1), mejor conocido mundialmente como Quino, creador de la famosa historieta de Mafalda, donde un personaje rico y poderoso, sentado en su oficina, leía en la Biblia: De cierto os digo que antes entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico al reino de Dios. Al leer eso marca el intercomunicador a su secretaria: ¿Señor? A continuación el personaje le ordena: “Comuníquese con el Museo de Ciencias Naturales de El Cairo y averigüe bien todas las medidas que pueda tener un camello... Luego llame a las acerías Krupp, de Essen, Alemania, pida con el Jefe de Ingenieros y páseme la comunicación…”. Y mirando la Biblia con desdén, la arroja al escritorio, fumándose un puro con satisfacción, haciendo aros de humo, como pensando: ¿Y quién dice que no iré al cielo?

Pues eso mismo estarán pensando los que están detrás de ese laboratorio electorero sofisticado, que es en lo que se ha convertido en el actual contexto el mecanismo de primarias opositoras, para asegurar la continuidad del régimen y su legitimidad ante la Comunidad Internacional a partir de las próximas elecciones presidenciales.

Si se tuviera que utilizar la vía electoral, porque no hay otra alternativa, como efectivamente lo está emplazando la Comunidad Internacional a Venezuela, diría que quien se vaya a enfrentar con el régimen no es ninguno de los que se han presentado hasta ahora porque definitivamente no han entusiasmado a nadie lo suficiente para aglutinar a toda la Venezuela opositora aspirante de un cambio profundo.

Las condiciones políticas de un momento de la vida del país, hace hoy casi 10 años, le dieron a Henrique Capriles esa oportunidad, porque la Venezuela opositora había recorrido el camino completo: primarias, aglutinamiento consistente, fuerza de calle y disposición de cobrar el triunfo. Lamentablemente Capriles arruinó el momento con las cacerolas y la salsa. Y ahora tiene la desvergüenza de intentarlo de nuevo creyendo que esas condiciones se repetirán. Desafortunadamente para él, los contextos no se repiten porque se quiera.

Y si apareciera un personaje que se acople al contexto de máxima gravedad del momento político actual, que no incluye precisamente unas primarias, tal vez, solo tal vez, exista una oportunidad para que una Venezuela inspirada, con ese liderazgo al frente, pueda arrasar, pasando por encima de los colaboracionistas y del régimen, quienes dan por sentado que irán al cielo como el rico y poderoso de Quino. Menos mal que soñar no cuesta nada y los milagros todavía pasan…

Caracas, 22 de Febrero de 2023

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(1) Joaquín Salvador Lavado(a) Quino, Bien, gracias, ¿y usted? Editorial Lumen, 1976


sábado, 18 de febrero de 2023

Las llaves de la embajada

Por Luis Manuel Aguana

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No me cansaré de insistir que en política no existen ingenuidades. Por supuesto, es imposible negar que exista allí mucha ignorancia de las cosas y por esa razón se tomen decisiones que terminan afectando a quienes las toman, precisamente por ignorantes. Y no es que esto sea dicho con carácter peyorativo. Mi padre, educador insigne, decía al respecto de ese tema, que ignorante es el que ignora, y de allí que sea necesario educarlo, aunque la tarea de educar ignorantes sea muy dura. O como decía Benjamín Franklin: “Ser ignorante no es una gran vergüenza, pero no estar dispuesto a aprender si lo es”. Y los políticos han demostrado hasta la saciedad ser unos desvergonzados…

Es el caso de las primeras consecuencias que estamos observando los venezolanos, al perder la sede y la representación diplomática de Venezuela en los EEUU con la decisión de eliminar el interinato y desaparecer la figura de la Presidencia Encargada en la Ley de Reforma del Estatuto que rige la Transición, que es el nombre del adefesio legal que aprobó la Asamblea Nacional de 2015, el pasado 30 de diciembre de 2022. Dudo mucho que los autores de semejante acción lo hayan hecho por ignorancia de la Convención de Viena, o cualquier otra reacción de desconocimiento que ahora esgrima el Departamento de Estado de los EEUU (ver El Departamento de Estado asume las sedes diplomáticas de Venezuela en EEUU, en https://www.turimiquire.net/2023/02/10/el-departamento-de-estado-asume-las-sedes-diplomaticas-de-venezuela-en-los-estados-unidos/).

Fueron múltiples notorias y comunicacionales las oportunidades en que las delegaciones opositoras se reunieron con James Story, Embajador de los EEUU para Venezuela, con sede en Bogotá, Colombia, antes de diciembre de 2022, al punto que muchos consideraron que el jefe de la oposición política de Venezuela era el Embajador Story. Es por eso que dudo mucho que esa intención no haya sido ventilada, con la consiguiente respuesta acerca de sus consecuencias de parte de los funcionarios norteamericanos, por lo que difícilmente el llamado grupo G3 no estaría en desconocimiento de lo que sucedería si desaparecían la Presidencia Encargada.

Pero aun así lo hicieron, colocando deliberadamente las relaciones con los EEUU en suspenso hasta que ocurran las elecciones de 2024 o antes cuando el régimen así lo decida. Los EEUU cerraron la Embajada de Venezuela en Washington y se quedaron con las llaves para entregárselas al nuevo gobierno que ellos consideren legítimo en nuestro país. Y ese nuevo gobierno deberá salir de esas elecciones.

Ciertamente, la Presidencia Encargada era un obstáculo para quienes, dentro de la erróneamente llamada oposición venezolana, están haciendo el trabajo de ayudar a la permanencia de Nicolás Maduro Moros en el poder. Lo lamentable de esta situación es que ese paso demostró allanarle es camino al régimen en su pretensión de ser considerado legítimo a los ojos de la Comunidad Internacional.

Viéndolo de esa manera un acto que ahora ha sido tomado por la colectividad como impulsivo, ingenuo o hasta ignorante por las consecuencias que tuvo, tiene ahora toda la apariencia de ser deliberado y a conciencia.

Esa fue la tarea que el régimen le impuso a la oposición oficial en ese “diálogo” de México: acabar con el interinato e impulsar la vía electoral a través de las primarias opositoras, ya que ese paso catalizaría la existencia de un “gobierno legítimo” que los EEUU puedan reconocer a partir de esas elecciones. Incluso si son antes mejor, como ya lo han venido anunciando prominentes voceros del régimen como Diosdado Cabello Rondón.

El siguiente paso ya lo está dando la Comisión de Primarias, al iniciar los acercamientos formales con el Consejo Nacional Electoral, CNE. Esto eliminaría la participación de precandidatos incómodos y que están pidiendo algo que no les van a dar: elecciones primarias libres, manuales y transparentes, con la plena participación de los venezolanos de la diáspora.

Pero el régimen y sus asociados mantendrán cerca a esos candidatos incómodos hasta donde sea posible, enviándoles el caramelo de encuestas donde salen ganadores. Eso los mantendrá entretenidos y en confianza, así como a la población, que vería con agrado aquello de que van adelante “ni los unos ni los otros”, en una estrategia donde luciría ganadora una opción donde más del 80% de los venezolanos se inscribe. Pero esto durará hasta cuando esa Comisión de Primarias anuncie su decisión mayoritaria de utilizar el CNE para contar los votos opositores, como efectivamente lo desea la mayoría de sus factores principales, y algunos lo han manifestado públicamente.

¿De qué se trata finalmente todo esto? De quien se queda finalmente con las llaves de la embajada en los EEUU y el reconocimiento de la Comunidad Internacional. Y la oposición oficial se lo está poniendo al régimen en bandeja de plata deliberadamente. Los que creen que pueden ganar esa elección primaria con una Comisión de Primarias que nadie sabe de dónde salió, bajo qué criterios fue designada y a que intereses responde, están viviendo una suerte de Sueño de una Noche de Verano. Lo que sí está muy claro para todos es que quien salga designado como candidato “ganador” de esas primarias para medirse con quien ponga el régimen, será el que aceptará mansamente los resultados que decida el CNE controlado por Maduro. Esa es la situación que está planteada en Venezuela.

Y ustedes me dirán, “pero tú lo que quieres es que nos coma el tigre” como decía la vieja guaracha. Pareciera que el destino de Venezuela ya está determinado, y que es como un tren que va a toda marcha montado en un riel que apunta hacia un barranco.  Que el régimen tiene todos los números de la rifa del poder. Pues bien, hasta ahora es así.

¿Y cómo hacemos para descarrilar ese tren? La Comunidad Internacional insiste tercamente en que nos midamos electoralmente con quien controla la máquina de contar votos, y el que la tiene se está asegurando que el resultado le favorezca, incluyendo quien será su oponente, porque tiene el dinero y el poder para hacerlo.

Mientras tanto Maduro cancela el diálogo, donde supuestamente la oposición oficial discutiría “las condiciones” para unas elecciones “libres, justas y verificables”, indicando que no hay garantías para seguir en el diálogo (ver Nicolás Maduro anunció que no vuelve a la mesa de diálogo en México, en https://www.costadelsolfm.org/2023/02/16/nicolas-maduro-anuncio-que-no-vuelve-a-la-mesa-de-dialogo-en-mexico/).

El régimen nunca tuvo intenciones de concluir ese diálogo, pero si convocará a unas elecciones, pero bajos sus propios términos y en el momento que quiera. Eso es lo que se ve en el horizonte político. Si los venezolanos estamos dispuestos a entregar las llaves de la embajada de los EEUU al régimen en el 2024, y con ellas el reconocimiento que está buscando desesperadamente, sigamos pensando como la oposición oficial que el camino de las primarias es la salida. De lo contrario tenemos tiempo para pensar desde ahora cómo se hace para descarrilar un tren…

Caracas, 18 de Febrero de 2023

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jueves, 9 de febrero de 2023

¿Interinato o representación legítima?

Por Luis Manuel Aguana

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El Recurso de Amparo introducido por la representación de la Asamblea Nacional de los Trabajadores de Venezuela, ante el Tribunal Supremo de Justicia que opera en el exilio, solicitando la NULIDAD del inconstitucional Acto Legislativo de la Asamblea Nacional (de 2015) que sanciona y promulga la Ley de Reforma del Estatuto de la Transición a la Democracia para Restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ver Nuevo Herald, Piden a máxima corte venezolana anular desmantelamiento de presidencia interina, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/america-latina/venezuela-es/article272217213.html), aterriza judicialmente lo que muchos ya hemos expuesto informalmente a través de las redes sociales: la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición.

En efecto, no es precisamente de ahora que se introdujo ese Amparo, que esa Ley es inconstitucional, sino desde el mismo año 2019, cuando ese instrumento le dio soporte operativo a la llamada Presidencia Encargada, institución que si fue constitucionalmente establecida a raíz de la falta absoluta del Presidente de la República –Artículo 233 Constitucional- a consecuencia del fraude perpetrado por Nicolás Maduro Moros con sus elecciones anticipadas en mayo de 2018 (ver texto completo del Recurso de Amparo de la Asamblea Nacional de Trabajadores, 01-02-2023, en https://tinyurl.com/4j5h3zuw).

Sin embargo, el disparador del Amparo de los trabajadores, no fue precisamente la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición, que efectivamente ya lo era desde 2019, sino la desaparición en la última reforma de la ley, ocurrida el 30 de diciembre de 2022, de la figura de la Presidencia Encargada que nació por disposición constitucional el mismo día en que debía aparecer un Presidente de la República legítimamente electo para encargarse de la Primera Magistratura del país.

En el año 2019, la Asamblea Nacional de 2015, desde el primer momento, cuando el Diputado Juan Guaidó Márquez asumió la Presidencia de la República por mandato constitucional establecido en el Artículo 233, al permanecer en su cargo como Presidente de la Asamblea Nacional, ya violentaba la separación de poderes, por lo que no era nada que ya no supiéramos los venezolanos.

Lo novedoso de este acto es que los venezolanos asumimos erróneamente que esa Ley del Estatuto para la Transición le daba vida a la Presidencia Encargada, cuando no era así. Los partidos políticos mayoritarios de la Asamblea Nacional nunca tuvieron la intención de juramentar como Presidente de la República a Juan Guaidó Márquez –y de hecho no lo hicieron- porque su intención clara era controlar las atribuciones del Poder Ejecutivo y así lo hicieron de manera descarada, y el diputado Juan Guaidó Márquez lo permitió abiertamente durante tres años, generándose en la práctica ese gobierno parlamentario inconstitucional al que alude el Recurso de Amparo de los trabajadores, porque para este momento ya Guaidó era realmente un estorbo al haberse separado su partido de la coalición parlamentaria.

Lo escandaloso de esa reforma es que se pretende convencer a los venezolanos que se puede lograr la recuperación del Estado de Derecho y el restablecimiento constitucional en Venezuela montados sobre un adefesio inconstitucional. Y la atrocidad más relevante que cometieron fue eliminar la figura de la Presidencia Encargada, que no fue creada por la Ley del Estatuto para la Transición en el año 2019, sino por la propia Constitución de 1999.

Por encima de las opiniones de expertos abogados constitucionalistas, algunos de ellos citados en ese Recurso de Amparo, los diputados aprobaron la reforma a “troche y moche” como decimos en Venezuela, con la excusa de mantener el control de los activos en el exterior y la “ineficiencia” de Juan Guaidó Márquez de lograr el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, cuando fueron ellos mismos los que decidieron todas las acciones de esa Presidencia Encargada, manejada cual marioneta de circo. No era de extrañar entonces un estrepitoso fracaso.

Aun cuando podamos acordar la procedencia de ese Recurso de Amparo en la restitución de la figura de la Presidencia Encargada atropellada por esa reforma de la ya inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición, no podemos dejar de lado que el interés final de los venezolanos NO ES tener una Presidencia Encargada, sino un Presidente Legítimo y Constitucional en funciones. Eso fue lo que nos quitó a los venezolanos el régimen en mayo de 2018, y Juan Guaidó Márquez en la Presidencia Encargada debía ser el responsable de la restitución de ese orden atropellado.

Es por eso que existía la Presidencia Encargada, pero los partidos, en lugar de darle las atribuciones que constitucionalmente le correspondían al Poder Ejecutivo, secuestraron sus funciones en el Legislativo, a través de esa funesta Ley del Estatuto para la Transición, para medrar de los pocos recursos que la Comunidad Internacional, con EEUU a la cabeza, le proporcionaron para su operación, y así financiar lo poco legítimo que quedaba en Venezuela. Y se quedaron en eso, demostrando una falta de grandeza y amor por este país.

Ante tamaña distorsión de valores, moral, ética y objetivos, los venezolanos estamos sufriendo las peores consecuencias, porque esta acción (o inacción) de quienes se supone debían actuar a favor de nuestro bienestar, le han entregado el país al régimen. Y no contentos con eso, pretenden convencernos de ir a unas elecciones controladas por Nicolás Maduro Moros en el año 2024, o cuando a este le de la gana. Esto viene precedido por un caramelo anestesiante llamado “elecciones primarias” de la misma supuesta oposición, autora del descabezamiento de Juan Guaidó Márquez, la Presidencia Encargada y la inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición y su correspondiente atorrante reforma. Póngale usted el adjetivo que quiera a quien le puedan vender eso.

Y es por esta misma razón que otro grupo de venezolanos concurrimos en octubre del año pasado al mismo Tribunal Supremo de Justicia en el exilio para solicitar el rescate de nuestro derecho a la participación política y al voto, y entre otras importantes peticiones, la NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre el régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros y la llamada “Plataforma Unitaria”, firmado el 15 de agosto de 2021 (ver Nota de Prensa y Recurso de Amparo en Solicitan NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre la oposición y el gobierno de Maduro, ante el TSJ en el exilio, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/solicitan-nulidad-del-memorandum-de.html y texto del Amparo en https://tinyurl.com/yc7r276y) (ver nota Un Amparo por el rescate al Derecho a la participación Política en, https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/un-amparo-para-el-rescate-al-derecho-la.html).

Este Recurso de Amparo previo, aun pendiente de decisión por el Alto Tribunal en el exilio, como consecuencia de lo anterior, solicita que se designe un ente electoral Ad-Hoc, que ofrezca “confianza a los venezolanos”, y “… asuma la competencia reglamentaria para la organización de las elecciones o consultas pertinentes a los venezolanos, sin la interferencia y/o la mediatización de los actuales factores en pugna política, pues eso fue, precisamente, lo que el Constituyente quiso evitar al establecer el derecho a la participación política…”, como reza la Nota de Prensa que anunció al mundo este nuevo intento en la larga cruzada por cambiar las cosas en nuestro país.

Si bien es cierto que los supuestos opositores reventaron la Presidencia Encargada, no menos cierto es que el fundamento de nuestra lucha no es designar a nadie que “se encargue” de ella, sino que los venezolanos podamos elegir a nuestros representantes legítimos a través de administradores igualmente legítimos, designados por un Tribunal legítimo. Y lamentablemente a todos ellos no los podremos conseguir en Venezuela mientras exista un régimen con el control del Poder Electoral, y en consecuencia, un nuevo Poder Electoral tendrá que ser designado en el exilio. Esa es la lucha que la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez no libró, ni creo que libre nadie en sustitución de él, que no seamos los que realmente somos los dolientes de un retorno de la libertad en Venezuela.

Caracas, 9 de Febrero de 2023

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jueves, 2 de febrero de 2023

DDHH y sanciones, ¿huevo y gallina?

Por Luis Manuel Aguana

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La reciente visita del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, y sus conclusiones al despedirse de Venezuela, me dejaron, como dice una gran amiga, un gusto a poco. Al contrario de la prensa local, que catalogó la visita como un gran éxito en la dirección al respeto de los Derechos Humanos en Venezuela por parte de los delincuentes que gobiernan el país, el Alto Comisionado Turk reforzó la tesis del régimen según la cual son las sanciones las responsables de la grave crisis económica y humanitaria del país:

“Diferentes grupos de personas con los que hablé, incluidos los agentes humanitarios y las agencias de la ONU, me hablaron del impacto de las sanciones sectoriales en los segmentos más vulnerables de la población y de los obstáculos que las sanciones crean para la recuperación y el desarrollo del país, especialmente tras la pandemia de Covid-19. Las personas que conocí describieron su lucha por conseguir productos básicos y esenciales para mantener sus medios de vida, la imposibilidad de encontrar medicinas que sus seres queridos tanto necesitan y el impacto mental, la ansiedad y la depresión en que caen al tener que endeudarse cada vez más para sobrevivir. Si bien las raíces de la crisis económica de Venezuela son anteriores a la imposición de sanciones económicas, como destaqué en mis interacciones, es evidente que las sanciones sectoriales impuestas desde agosto de 2017 han exacerbado la crisis económica y obstaculizado el disfrute de los derechos humanos” (ver El Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, Volker Turk, concluye su misión oficial a Venezuela, en https://www.ohchr.org/es/statements/2023/01/un-high-commissioner-human-rights-volker-turk-concludes-official-mission

El Alto Comisionado se reunió, según su declaración, “con más de 125 miembros de la sociedad civil, personas defensoras de derechos humanos, víctimas de violaciones de derechos humanos y representantes de organizaciones de víctimas provenientes de todo el país”, y al parecer ninguno de ellos le indicó que la situación de los derechos humanos del país es precisamente la causante de esas sanciones, no al revés, y es debido al saqueo inmisericorde de los bienes de la Nación que han realizado -y todavía realizan- los delincuentes del régimen con quienes se reunió.

Esa exacerbación de la crisis económica de la que habla el Alto Comisionado, no tiene nada que ver con las sanciones que se le han impuesto a los responsables del régimen y a las empresas del Estado que administran, con las que blanquean los capitales provenientes de los negocios ilícitos que manejan, incluyendo el narcotráfico y la extracción ilegal de minerales en el país, sino por la aplicación de políticas económicas que han destruido la empresa y la propiedad privada, y que son acordes con el plan socialista impuesto a los venezolanos hace más de 20 años. De esto nada habló el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en su visita a Venezuela.

En otras palabras, el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU nos pone ante el clásico dilema milenario según el cual humanidad se ha preguntado, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?, resolviendo de una vez la discusión, tomando partido por la política progresista de la ONU de proteger al tipo de gobierno que manejan los delincuentes en el poder en Venezuela, de que son las sanciones las que han provocado la crisis humanitaria en nuestro país.

Si bien es cierto que el funcionario de la ONU solicitó lo que todos los venezolanos hemos exigido por años, como la libertad de los presos políticos, las condiciones de detención y los retrasos judiciales, coloca el origen de la crisis en el lugar equivocado, por lo que las posibles respuestas de esa oficina de la ONU a los problemas de Derechos Humanos en el país serán inaplicables y en el mejor de los casos equivocadas.

Cuando el origen mismo de la situación de los Derechos Humanos es el mismo gobierno del país, no se puede tratar de resolver con las medidas que se aplicarían a cualquier otro país en el que simplemente por errores o desviaciones de su sistema de justicia se generan violaciones a los Derechos Humanos.

La Comunidad Internacional, y especial la ONU, no pueden tratar al régimen venezolano como cualquier gobierno y solicitarle “reformas a los sectores de la justicia y la seguridad” porque son esos los que precisamente están configurados y diseñados especialmente para sostenerlos en el poder, y la violación a los Derechos Humanos no es más que una consecuencia de esa estructura de preservación. Cuando estos entiendan definitivamente que la política del régimen venezolano es precisamente la violación de los Derechos Humanos para su sostenimiento en el poder, entonces a partir de allí vendrá una ayuda que si pueda ser aplicada con éxito en Venezuela.

Si esto no lo entiende el Alto Comisionado de la ONU al concluir que: “Basándome en mis conversaciones, percibo que existe un reconocimiento general en todo el espectro político y social de la necesidad de reforma”, al referirse a las reformas en los sistemas de justicia y seguridad, entonces no ha entendido o no ha querido entender el verdadero problema de los venezolanos.

El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU viene a Venezuela para dar la imagen de que la ONU si está pendiente de Venezuela y puede hacer algo en relación con la gravedad de lo que sucede, cuando la realidad es como la de un médico que va a casa de un enfermo de gravedad y prescribe aspirinas a sabiendas de que no puede hacer nada por él y le miente en la cara a los familiares. Ese es el verdadero sentido de la visita del Sr. Turk a Venezuela.

Al instar  a ratificar la Convención contra las Desapariciones Forzadas y el Acuerdo Regional Latinoamericano y del Caribe sobre medio ambiente, Acuerdo de Escazú, el Alto Comisionado sabe de cierto que realiza un saludo a la bandera y más aún cuando ha escuchado con crudeza la información de la sociedad civil “sobre la situación, a menudo calamitosa, de las prisiones y la falta de alimentación, medicinas adecuadas y de acceso a asistencia sanitaria oportuna”.

¿Cree de verdad el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU que el régimen le abrirá a la ONU las puertas de las prisiones militares de la Tumba y las mazmorras del DGCIM en Boleíta, para conocer la situación de presos como Caiguaripano? Lo que les dará es tiempo para que preparen una parodia que presentarle al mundo y seguir escondiendo lo que pasa en Venezuela.

Pero lo que más me sorprende es que toda la prensa de Venezuela y el mundo reseñe que las cosas mejorarán en el país en materia de Derechos Humanos, porque vino ese funcionario que lo primero que dice es que las sanciones son el problema, cuando el problema de fondo es un régimen que ha provocado con su saqueo la crisis migratoria y humanitaria más grande del continente americano. Sería bueno para la humanidad que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, al descifrar el enigma del huevo y la gallina en Venezuela, diera el siguiente paso al indicarnos cómo hacer para alcanzar la paz mundial…

Caracas, 2 de Febrero de 2023

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