sábado, 31 de diciembre de 2022

Por un amanecer en el 2023

Por Luis Manuel Aguana

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La famosa frase de una novela de Stephen King, "La noche es más oscura justo antes del amanecer" quizás pueda ser una promesa para el año 2023. Sea quien sea su autor, esta frase es en esencia optimista, especialmente para aquellos quienes hemos estado metidos en una noche que lleva más de 20 años, y cuya oscuridad más negra la constatamos ayer cuando la oposición termino de demostrar  ante los venezolanos su verdadera esencia.

No voy a someterlos en este último día del año 2022, a un análisis del porqué la Asamblea Nacional decidió lo que decidió. Creo modestamente que eso ya lo he hecho en las notas publicadas desde este rincón de la red durante todo el año. Un alacrán es un alacrán, y por más promesas que nos haga de no picarnos en el medio del río, acabará haciéndolo sobre nuestra espalda porque es su naturaleza. Y cuando me refiero a ese animal, no me estoy refiriendo al apodo endilgado a la micro oposición que se pasó al régimen, sino a todos los que pidieron en diciembre de 2015 la confianza del pueblo opositor para solucionar el problema de Maduro si les daban la mayoría de la Asamblea Nacional. Se les dio, y ayer demostraron su naturaleza.

Entonces la pregunta no es si es posible pasar un río con un alacrán a cuestas, porque esa respuesta ya la conocemos, sino si seguiremos creyendo en las promesas del alacrán. De allí que me refiera a la famosa frase de King. Tengo la profunda sensación -que no es convicción- de que por fin dejaremos de hacerlo, lo cual abre la enorme posibilidad de pasar este río solos, sin el alacrán.

Pero, ¿es posible hacer eso? A mi juicio, siempre fue posible, como fueron posibles todas las victorias de la humanidad, cuando por fin un pueblo se convence de sus propias capacidades. ¿Quiénes son estas personas que nos dicen que "derrotaremos" al régimen en un encuentro electoral en 2024 -o 2023- con ellos montados en nuestra espalda? Ayer confirmaron lo que algunos insistíamos que eran: Alacranes que pican porque esa es su naturaleza...

La decepción generalizada de ayer –que para mí es prueba fundamental de la entrega opositora al régimen- es solo el comienzo, y prerrequisito fundamental e indispensable para dar los pasos necesarios que nos lleven a una verdadera derrota de la tiranía, en algún momento a partir de este último día del año del Señor 2022. Si será en el corto, mediano o largo plazo, dependerá de que tan generalizada fue esa decepción, y de la credibilidad que le den los venezolanos a las excusas que ha dado la oposición oficial para constituir de hecho un gobierno parlamentario en Venezuela pasando por encima de la Constitución.

Y no vale la excusa de que todo el mundo ignora o viola la Constitución sin consecuencias. Eso es como quitarle la luz roja que indica que hay falla del alternador al tablero de tu carro porque te molesta. Tarde o temprano te quedarás accidentado. El hecho de que la ignores no significa que siga allí como recordatorio de algo descompuesto que debe ser reparado y que está pudriendo el cuerpo social del país. Tampoco vale la excusa de que los políticos de esa mayoría de partidos “no son pendejos” y saben lo que hacen. Yo creo que si lo saben, pero no es precisamente para el beneficio de todos. ¡Y esa es la verdadera situación aquí!

Esa justificación de la viveza de unos delincuentes con poder político es lo que nos ha traído a este nuevo límite de la catástrofe de magnitudes continentales que seguimos viviendo. De allí que debamos darles la espalda y dejarlos solos para cualquier iniciativa a la que nos convoquen. Se dice fácil porque esa pléyade de alacranes -en el más amplio sentido de la palabra- constituye hasta el día de hoy el liderazgo reconocido de la oposición oficial del país. Y partir de hoy ya no se puede contar con eso.

Y ustedes dirán. ¿Y entonces? ¿La nada? ¿El vacío político? Siempre existen alternativas y de allí que haya que comenzar a escuchar y someter a la consideración de todos otras propuestas. Debemos abrir nuevos cauces para que el río mayoritario que desea salir de este régimen se manifieste con el poder que ya tiene y le pase como un tsunami tanto al régimen como a su oposición.

Al finalizar el año 2022, la circunstancia política pareciera presentarse con una sola manera de enfrentar ta tragedia que vivimos: ir a unas “primarias opositoras” para luego concurrir a unas elecciones con el régimen, esperando un resultado irreal. Los hechos de ayer demostraron que hacerlo es un error que pagarán las próximas generaciones de venezolanos, y cada uno de nosotros correrá con parte de esa grave responsabilidad, no solo los alacranes que ayer picaron a Guaidó y lo hundieron junto a su Presidencia Encargado al fondo del río. Los partidos políticos no podrían hacer nada sin el apoyo popular. Y esa es la respuesta de esta coyuntura: el apoyo de la gente.

No concurrir a esas primarias y a elecciones presidenciales subsecuentes, sería una respuesta más que proporcional a la eliminación inconstitucional de la Presidencia Encargada, y a la forma de gobierno parlamentario por la vía de comisiones repartidas entre los mismos partidos, haciendo caso omiso a las recomendaciones de los abogados constitucionalistas más renombrados del país. Falta entonces que sientan el rechazo político del pueblo venezolano.

Desde ANCO hemos insistido, desde antes y durante todo el 2022, en una idea fuerza que no tiene discusión alguna: ¡Que el pueblo decida! ¿Quién puede objetar eso? Ese es el principio fundamental de la democracia, la voluntad popular; y dadas las condiciones políticas del país, sin la intermediación de ninguna fuerza interesada en la continuación del régimen imperante. Pero hacer que eso ocurra pasa por la creación de las condiciones necesarias y suficientes para una convocatoria, con arbitraje internacional, a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria.

Esta posibilidad se nos pondría mucho más cerca en la medida en que la gente se convenza de que definitivamente no existe otra manera de restablecer el imperio de la Constitución y rescatar las instituciones que hemos perdido a causa de un arreglo de intereses, externos e internos, de oposición y régimen, que dejan afuera al pueblo venezolano. Si tomamos conciencia de eso en su correcta magnitud, no estaríamos buscando otra cosa que la manera de hacer que esa voluntad popular constituyente sea posible y se exprese, decidiendo qué hacer con el régimen, dando el primer paso para el restablecimiento del orden constitucional y la Refundación de la Nación.

Estas no son meras palabras para finalizar un año lleno de conflictos políticos con pobreza extrema y éxodo, bajo la represión de una tiranía, ni el deseo de un loco desesperado porque las cosas cambien. Es la convicción de quien al llegar este día final de otro año nefasto, se siente esperanzado de la posibilidad de un amanecer pleno porque ve con dificultad que exista una noche más oscura que la de esta última semana de diciembre de 2022.

Si por esa máxima oscuridad llegamos a tener esa conciencia colectiva de pueblo que nos ponga en la vía de convocarnos para decidir nuestro destino a través del ÚNICO instrumento constitucional que apunta hacia la Refundación de la Nación, no importaría que el amanecer no fuera el 2023, porque habríamos dado el primer paso de darnos cuenta de nuestra condición, pero estamos dispuestos a cambiar para mejorar. Si esto es así, habrá valido la pena pasar por este año desastroso con una oposición política que no merecemos como pueblo. Con la ayuda de Dios encontraremos el camino para hacer posible una nueva solución política para este Nuevo Año del Señor 2023. De nuevo, y como todos los años, agradezco profundamente a todos mis seguidores otro año más por su acompañamiento solidario, y solo me resta desearles un Feliz Año 2023, pleno de salud, éxitos y oportunidades para todos ustedes…

Caracas, 31 de Diciembre de 2022

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martes, 27 de diciembre de 2022

La oposición que necesitamos

Por Luis Manuel Aguana

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En estos días me respondía un lector, a la pregunta que me hacía en una pasada nota (ver Ese Estatuto no es de Transición, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/12/ese-estatuto-no-es-de-transicion.html), ¿Es esa la oposición que necesitamos?, que si no era esa, entonces ¿cuál debía ser? Y a estas alturas, con todo lo que ha pasado en Venezuela, me atrevería a responder que ninguna, por aquello de más vale andar solo que mal acompañado. Pero esa pregunta si debería tener una respuesta, más aún cuando la ya rayada oposición oficial que tenemos, está enfrentada por la Presidencia Encargada, peleando como borrachos por una botella vacía.

¿Cuál es el rol de un opositor en una democracia que funcione? Intuitivamente, podríamos decir que el rol opositor es fundamentalmente contralor. Estar pendiente del accionar de quienes detentan el poder y fungir de contrapeso a las decisiones que tomen que afectan a las mayorías. Debatir públicamente en un parlamento democrático lo que hace el gobierno y bloquear cualquier iniciativa que crea que perjudica al país. De allí se deriva la alternancia en el poder que de cara al pueblo al que sirven, luego de elecciones democráticas. Ese es el panorama ideal, el deber ser.

La oposición debe cambiar su rol cuando quien detenta el poder dejó por alguna razón de ser democrático en el gobierno –aunque haga “elecciones”, y en el mejor de los casos debe desaparecer para convertirse en resistencia. Así ocurrió en Venezuela en la dictadura de Juan Vicente Gómez, y durante los 10 años de la Junta Militar de Marcos Pérez Jiménez. Tanto en uno como en otro caso, la oposición que imperaba se centró en el derrocamiento de los tiranos por la vía de la fuerza. Ningún partido existente durante los casi primeros 60 años del siglo XX se plantearon maneras de convivir con los tiranos de sus respectivas épocas.

Podría asegurar, sin llegar a equivocarme, que la principal dirigencia política opositora de los primeros 60 años del siglo XX, forjada en la lucha en contra de esas dos tiranías predominantes, tenían muy claro la tesitura de los tiranos que enfrentaron, y sabían que no había lugar posible a ninguna convivencia. O eran ellos o los tiranos, sin grises. Los muertos, perseguidos, exiliados y torturados en prisión lo dejaban muy en claro y sin lugar a dudas. Lamentablemente, durante los siguientes 40 años del siglo pasado fueron muriendo uno a uno sin dejar un relevo político que lo comprendiera a cabalidad, pero que vivió, sin mayores problemas ni tiranías, los mejores 40 años de Venezuela, con ingresos y alternabilidad democrática.

El siglo XXI nos encuentra a los venezolanos sin anticuerpos para combatir la peste de una nueva tiranía, muertos en su casi totalidad quienes la habían vivido y combatido. Lo que quedaba de allí eran las sobras de unos partidos que una vez fueron los estandartes de las luchas democráticas, casi todos convertidos en cascarones vacíos, sin credibilidad. Hugo Chávez les paso por encima como un ferrocarril, con la ayuda de los poderosos medios de entonces y el dinero de quienes siempre se anotan a ganador.

¿Y qué hicieron esos partidos? Ante la perspectiva de desaparecer, convivieron. También el régimen los necesitaba para dar la apariencia democrática hacia afuera. El año 2012, después de las elecciones del 7-O, días antes de morirse realmente Chávez en Cuba, profundicé en este análisis de la relación simbiótica entre el régimen y la oposición oficial, que en aquel entonces llamaba “formal”. Nada de lo que escribí allí hace 10 años no ha cambiado ni un ápice: “Esa es la razón por la cual prefieren que Chávez continúe en el poder porque así sobrevivirían en una relación simbiótica mutualista y asqueante, ya que por un lado dicen defender los valores de la democracia y por el otro la traicionan en conciliábulos y negociaciones. Y por ninguna causa permitirán que el estado de cosas cambie, ni que el CNE cambie, aunque las cárceles revienten de presos políticos atropellados y vejados. Por esa razón pienso que son peores que el régimen que combatimos y por eso Chávez se defeca en ellos porque, así como el resto de sus sigüises, están en su nómina” (ver Simbiosis, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/simbiosis.html).

Sistemáticamente, he seguido día a día este juego opositor desde hace muchos años, como aquel que mantiene una estadística cerrada que con el tiempo puede predecir con un error muy pequeño lo que podría ocurrir. Esto lo he hecho a beneficio de la sociedad civil, a los fines que tome sus mejores decisiones a la hora de acompañar o no a quienes dicen que representan los intereses de los venezolanos, llegando a la conclusión lamentable que el régimen continuará en el poder mientras sigamos apoyando a esta oposición miserable. De hecho, aunque la simbiosis sigue siendo mutualista, el régimen parece depender más de esa oposición que en aquellos años, antes de la existencia de Maduro en el poder.

¿Qué quiero decir con esto? Que todo esto que ha pasado con la primera votación de la Asamblea Nacional para la eliminación del Gobierno Encargado y su muy probable aprobación definitiva, no es más que la prueba demostrativa de la necesidad de un cambio en la conducción política opositora. Pero eso se dice fácil. Los venezolanos nos debemos quedar sin oposición oficial para que de una vez se entienda el cambio que forzosamente se tiene que dar para salir del régimen. Esto es, el surgimiento espontáneo de nuevas formas opositoras radicales que terminen por dar al traste con la tiranía.

Cuando la oposición oficial, los dos toletes, los que están a favor y en contra de la existencia del Gobierno Encargado, dejen de alimentarse de los activos de los venezolanos en el exterior, se desaparecerán aquellos que han trabajado activamente en contra de que exista una solución al problema de la tiranía. Esos son los verdaderos parásitos de esta historia. De allí que responsablemente prefiera que el régimen mate la relación simbiótica con esta pseudo oposición, al quedarse con el control de los activos en el exterior, porque de lo que se trata esa pelea de perros por la existencia de un Gobierno Encargado, es de la supervivencia de ese engendro llamado G4.

A los que se escandalicen por la afirmación anterior, desde ya les digo que aquí la lucha no es por CITGO o el oro de Londres o los haberes mal habidos del régimen, NO. Es por LA LIBERTAD DE ESTE PAÍS. Una vez recuperado el supremo bien de la libertad, como lo llamaba el Libertador, recuperaremos lo que tengamos que recuperar. Aquellos que entiendan eso son la oposición que necesitamos…

Caracas, 27 de Diciembre de 2022

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sábado, 24 de diciembre de 2022

La Noche de las Hallacas lloronas

Por Luis Manuel Aguana

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A diferencia de lo que tal vez la mayoría piense, los partidos mayoritarios de la oposición oficial le dieron en esta Navidad su mejor regalo a los venezolanos: revelar sus verdaderas intenciones. Pero no lo hicieron adrede. Fue más bien el natural proceso de descomposición al que está sometido todo aquel se hace pasar por quien no es, y llega el punto estelar en que la única manera de lograr su cometido es desnudando las verdaderas intenciones. Es ese el momento clave de la trama de la película, donde el villano se enfrenta a su víctima frente a frente con el arma en la mano, en una clara disposición de quitarle la vida.

Pero ese momento no es malo en sí mismo. Es el momento de la revelación. Es el momento preciso donde los roles están claros para todo el mundo, dónde el villano se quita la máscara que había utilizado en toda la trama y le dice al mundo: ¡este soy yo!, mi verdadera esencia, y tengo la abierta intención de matar al protagonista, para quedarme con cualquier cosa que represente la continuación de la vida de quien está al frente de la historia.

Pero el tema central aquí, no es el preciso momento de la revelación, sino que pasará después, aunque este hito es obligatorio y crucial para el desenlace final, y constituye, a mi juicio, un regalo, ya que es un firme indicador del lugar en donde nos encontramos parados. Eso definitivamente nos sirve para decidir qué hacer en el futuro.

Y aunque no lo recordemos así, algo semejante paso el 4F-1992, cuando luego de años de encubrirse como demócratas, los militares felones y golpistas descubrieron a todos finalmente sus verdaderas intenciones y se mostraron al mundo tal cual eran, y con la excusa de “salvar al país” decidieron –gracias a Dios sin éxito- un golpe de Estado, que incluía matar al Presidente de la República y su familia en su residencia oficial. Al final lo lograron, luego de la muerte política de quien no pudieron derrocar con las armas. Y pudieron conseguirlo gracias a la pequeña ayuda de la misma clase política que ahora lleva al cadalso al Gobierno Interino de Juan Guaidó.

Chávez fue el producto directo e indirecto de quienes ahora dicen que no necesitan un Gobierno Encargado. Lamentablemente, cuando se descubrió la identidad de los responsables del 4F, la sociedad en su conjunto no los rechazó, así como su artero intento de acabar con las instituciones, sino que, por el contrario, los abrazó y elogió sin saber que estaban acogiendo un cuervo que nos sacaría los ojos. De allí la importancia de advertir en este nuevo golpe, quienes son los que lo llevan a cabo y qué propósito tienen sus protagonistas, de manera de no volver a cometer el mismo error. Es por eso que este momento es crucial, porque definirá la continuación de la historia de la lucha democrática en contra del régimen que ha acabado con Venezuela.

En 1998 la decepción política llevo a los venezolanos a votar mayoritariamente por un engendro que arruinó nuestra forma de vida. Nuestra decisión colectiva al votar por ese resentido social afectó por más de 20 años –y contando- el rumbo del país hacia un barranco del que no hemos podido salir. Pero las señales estaban allí cuando se presentaron en 1992 en ese histórico día cuando Venezuela amaneció de golpe.

En este momento, los partidos de la oposición oficial nos obsequian en esta Navidad nuevas señales, creando una Navidad de golpe, al acabar con la institucionalidad legítima que quedaba, asumiendo desde la Asamblea Nacional las funciones de un poder que no les corresponde, modificando un Estatuto que dejo de ser de transición.

Miremos con mucho cuidado y precisión quiénes son y porque lo hacen. Pero más allá de eso, lo que vendrá producto de esa decisión. Eso nunca lo analizamos después de votar por Chávez en 1998, como consecuencia de ese entusiasmo militarista de 1992.

La oposición oficial pretende negar con manotadas jurídicas la realidad de que Nicolás Maduro Moros es un usurpador del poder, y la necesidad que este país requiera de un gobierno de transición que nos lleve a unas elecciones libres, justas y verificables. Eso no se puede borrar así como así del ADN venezolano con un nuevo “Estatuto”. Y el hecho que Juan Guaidó y su Gobierno Encargado desde el 2019 haya fracasado en desplazar al régimen que usurpa el poder en Venezuela, no significa que eso no sea verdad. El rey está desnudo desde hace mucho tiempo.

Pero las razones que aducen los ciudadanos diputados de los partidos AD, PJ y UNT, es que el Gobierno Encargado -que ellos manejaron a su antojo- fracasó, y es necesaria una nueva estrategia que nos lleve a elecciones con el que sigue siendo usurpador y culpable de delitos de Lesa Humanidad. Y que en lugar de un necesario gobierno de transición luego de desplazado Maduro y sus delincuentes, vayamos a unas elecciones con él y su poder electoral corrupto e ilegítimo, manteniendo al tirano en el poder. Menudo cambio de estrategia…

Lamentablemente, el Presidente Encargado y su partido Voluntad Popular, nunca asumieron sus responsabilidades ejecutivas, poniendo por encima la Constitución a cualquier Estatuto que aprobara la Asamblea. Eso también los hace responsables ante los venezolanos de la situación que hoy se presenta en la Navidad de 2022, como un golpe jurídico del Parlamento, a la casi nula institucionalidad que existe en el país.

Pero, como señalé antes, lo importante es lo viene después. De lo que decidamos los venezolanos, y del cómo acojamos esas nuevas decisiones políticas, se determinará nuestro destino para los próximos 20 o 30 años. Recuerden, los errores en esos hitos históricos nos cuestan generaciones. Existe hoy, después de 1998, toda una generación de jóvenes que nunca han sabido lo que es comprar una vivienda propia con su trabajo, así como levantar normalmente una familia en su propio país.

Esta Navidad de 2022 les invito a reflexionar sobre esa realidad. Somos nosotros los que avalaremos con nuestra conducta los errores de quienes dicen representarnos. ¡Nos equivocamos como pueblo en 1998! ¡No podemos repetir ese error! El error de 1998 lo hemos pagado muy caro, con sangre en las calles, sudor del esfuerzo inhumano de poder sobrevivir en un país que han vuelto invivible, y las lágrimas por toda nuestra familia que se fue y no está ya con nosotros.

No podemos seguir respaldando partidos, grupos y estrategias que no pongan por delante la salida inmediata del régimen que ha acabado con Venezuela. Eso no es negociable, sin contar lo inmoral de tan siquiera plantearlo a los venezolanos En ANCO hemos propuesto la convocatoria del dueño de la soberanía a una indispensable Refundación de la Nación, planteamiento en el que acompañamos a la Iglesia Católica venezolana, a través de nuestra convicción de que solo el pueblo venezolano será capaz de resolver el daño causado por nuestro error de 1998.

La manera de hacer eso pasa por una elección arbitrada internacionalmente de una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, donde todos los sectores políticos y no políticos, de todos los rincones del país, se encuentren representados y resuelvan qué hacer con Maduro y con el país. Lo demás es continuar avalando rutas y caminos que acepten a un régimen que todos los venezolanos rechazamos mayoritariamente por criminal. El golpe que nos acaba de hacer la oposición oficial en esta Navidad deja claro a todos en Venezuela, quienes desean descaradamente y a toda costa la continuidad del régimen de Maduro. ¡Rechacemos de ahora en adelante todas sus manifestaciones!

Luego de 27 años en el poder, el dictador Juan Vicente Gómez murió apaciblemente en su cama de Maracay, el 17 de diciembre de 1935. Mucha gente murió en las mazmorras de ese régimen implacable, y nunca nadie de esa oposición férrea de profundo amor venezolanista se planteó convivir con él. Se dejaron matar como relatan las historias que ya son parte de nuestro gentilicio. Nadie negoció para cohabitar con el tirano porque era un asunto de ética, de moral, de hombres y mujeres intachables que muy poco se ven en nuestra lamentable realidad política.

Pues bien, estamos ahora en esa misma situación como claramente nos ha revelado la oposición oficial. Nos encontramos con un régimen sin oposición política porque la que existe demostró estar comprada para convivir electoralmente con él. Queda la resistencia abierta y franca de la sociedad civil venezolana, que con esa fibra moral que no se ha extinguido, tiene clarísimo el camino que tiene por delante.

Y en la medida que seamos más quienes tengamos esa claridad, más cercana estará la Noche de las Hallacas lloronas para Venezuela, así bautizada la Navidad de 1935 por la familia de Oscar Yanes, extraordinario recordado periodista venezolano, cuando al morir el tirano resaltó en su obra un fenómeno hermosísimo: “Los presos que vienen de La Rotunda, del Castillo y de las carreteras y los desterrados, que retornan, algunos con hijos grandes, que jamás han visto las hallacas, lloran al contemplar el pastel, envuelto en hojas, que escurriendo agua en el plato, sirve la madre, la abuela, o la novia ya vieja”(1).

Muchos preferimos morirnos esperando la Noche de las Hallacas lloronas, como la vivieron las abuelas de mi generación, que traicionar las vidas de quienes se han sacrificado noblemente -y todavía se sacrifican perseguidos, presos y exiliados por el régimen- por alcanzar la libertad de Venezuela. A ellos, nuestra eterna gratitud y lealtad; y a todos ustedes, mis mayores deseos, porque esta Nochebuena de Navidad, el Niño Jesús les regale la fortaleza para esperar el momento supremo en que toda la familia venezolana unida llore alrededor de una hallaca, por el porvenir que con justicia nos merecemos. Amén y Dios los bendiga a todos…

Caracas, 24 de Diciembre de 2022

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(1) Oscar Yanes, Memorias de Armandito, Editorial Planeta Venezolana, S.A., Tercera Edición, 1993. Pag. 341.

martes, 20 de diciembre de 2022

Ese Estatuto no es de Transición

Por Luis Manuel Aguana

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Los venezolanos ya deberíamos estar acostumbrados a conocer las andanzas de la oposición oficial a través de otros, pero como la mujer del marido infiel, siempre nos enteramos de último. De acuerdo a una nota del portal Bloomberg, “Los partidos políticos de la oposición venezolana se están movilizando para deshacerse de Juan Guaidó como jefe de su llamado Gobierno interino, lo que marcaría el final de una estrategia respaldada por Estados Unidos que no ha logrado forzar la salida del presidente Nicolás Maduro. Al menos dos de los cuatro principales partidos de la oposición planean proponer la sustitución de Guaidó por una comisión de legisladores, según una propuesta conjunta a la que tuvo acceso Bloomberg y cinco personas con conocimiento directo del asunto” (ver Guaidó en riesgo de perder apoyo de la oposición, en

https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-12-19/guaido-en-riesgo-de-perder-apoyo-de-oposicion-para-nuevo-mandato).

Al mismo tiempo, el portal Noticiero Digital, en exclusiva, titula que “AD, UNT y PJ se proponen eliminar el   Gobierno Interino de Guaidó”, indicado que “…los partidos Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia han tomado la decisión de no apoyar la continuidad del gobierno interino que preside Juan Guaidó, y adelantan una reforma al Estatuto que Rige la Transición Democrática para darle más relevancia a la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional/2015” (ver ND AD, UNT y PJ se proponen eliminar el   Gobierno Interino de Guaidó, en https://noticierodigital.com/2022/12/exclusiva-nd-ad-unt-y-pj-se-proponen-eliminar-el-gobierno-interino-de-guaido/).

Lo cierto de todas estas noticias, es que hasta este momento eran rumores no confirmados, que hacían pública una realidad que toda la Venezuela política ya conocía: los partidos de la oposición oficial decidieron pactar con Maduro e irse a elecciones con su régimen en el poder, y requieren de quitarse encima seguir hablando de “usurpación” y de “gobierno de transición”, desapareciendo todo rastro de eso del -ya tres veces- inconstitucional Estatuto de la Transición.

De allí que el primer sacrificado sea el Gobierno Interino y su principal representante, quien por cierto, no puede cargar con toda la culpa de no haber podido acabar con el régimen de Maduro, ya que nunca manejó absolutamente nada, como acertadamente indica la nota de Bloomberg nunca ejerció ningún poder real en Venezuela”, precisamente porque quienes lo manejaron desde esa Asamblea Nacional que ahora lo desconoce, fueron los principales y verdaderos responsables de ese proceso, impidiendo que el Presidente Encargado ejerciera sus funciones constitucionales como Presidente y poder legítimo de Venezuela, ignorando abiertamente la separación de poderes en su Estatuto para la Transición.

Algunos pudieran decir que Guaidó “no es responsable” porque actuó dentro del marco establecido del Estatuto de la Transición. Pero si lo es. Es corresponsable de haber puesto por encima de la Constitución una norma inconstitucional que disolvió la separación de poderes, ejerciendo él mismo la Presidencia de dos poderes públicos de una naturaleza estructural y completamente distinta. El no podía pagarse y darse el vuelto, siendo el supervisor y el supervisado al mismo tiempo.

Si los venezolanos no vimos un resultado de su gestión como Presidente Interino, fue porque esa Asamblea comenzó mal, violando la Constitución que pretendían defender en todas las versiones de ese Estatuto de la Transición. En esta nueva versión que se está cocinando para el año 2023, aun después de desaparecido el Gobierno Encargado, ese pecado original todavía permanece vivito y coleando.

La Asamblea Nacional del 2015 podrá eliminar del Estatuto de la Transición al Gobierno Encargado, buscando “…La defensa por la restitución de la democracia en Venezuela y plena vigencia de la constitución”, pero sería una contradicción y tarea imposible de alcanzar si en esa nueva versión insisten en seguir modificando las atribuciones de la Comisión Delegada, preestablecidas en la Constitución en su Artículo 196, y que fueron ampliadas inconstitucionalmente en el Estatuto anterior. Insisto en señalar que el Artículo 333 Constitucional no dice por ningún lado que tengamos que violar la Constitución con la excusa de defenderla. Ese Estatuto fue, es y seguirá siendo inconstitucional.

Pero para salir en la defensa de nuestra Constitución y en especial blandir los Artículos 333 y 350, los ciudadanos Diputados no tienen la necesidad de redactar ningún Estatuto de la Transición, cuyo nombre dejó de tener sentido desde que eliminaron su esencia, que no era otra que la de reglamentar una transición que eliminaron de la pasada versión del Estatuto al eliminar el concepto del “cese de la usurpación” que debía llevarnos a un “gobierno de transición” con “elecciones libres”.

Lo que estarán fabricando los ciudadanos diputados de la Asamblea Nacional del año 2015 en su nueva modificación del Estatuto de la Transición no es más que el documento de entrega del país al régimen de Nicolás Maduro Moros, para una elección sin condiciones cuando al régimen le de la gana. De acuerdo a la nota del portal Noticiero Digital en el documento al que tuvieron acceso “…desaparece toda mención al desconocimiento a Maduro y a las autoridades usurpadas. Elimina los capítulos referentes a la reinstitucionalización y la conformación de un Gobierno Provisional, que es el centro de la transición política”. ¡Por eso se llamaba Estatuto de la Transición!

¿Qué debe decirles eso a los venezolanos? Que se utilizó la figura de la Presidencia Encargada para esconder a los verdaderos responsables de su fracaso y de la permanencia de Maduro en el poder, y que ahora se harán cargo directamente quienes siempre manejaron a Guaidó, pero que ahora será sin intermediarios, desapareciendo en esta versión al muñeco de ventrílocuo. Pero eso no mejorará la situación de los venezolanos, al contrario, la pondrá peor.

Sin embargo, lo más grave de todo este nuevo sainete “opositor” es en lo que se ha convertido nuestra lucha por salir de este régimen siniestro. Y no es que esta gente que se dice opositora esté cuadrando para su beneficio un nuevo mecanismo para administrar los activos de los venezolanos que han congelado en el exterior. Lo grave es que el problema opositor lo hayan reducido al “como quedo yo allí” para la supervivencia política de los partidos, olvidando la principal razón por la que se hizo ese Estatuto en primer lugar, que no era otra que de salir de manera inmediata del régimen de Nicolás Maduro Moros, como se le vendió a los venezolanos. Y ahora nos dicen que la solución a nuestros problemas ACTUALES se traduce en esperar por unas elecciones cuando al régimen disponga y bajo sus condiciones.

¡Qué falta de respeto a los cientos de muertos, desaparecidos, presos y perseguidos políticos del país! ¿Es esa la oposición que necesitamos? Tengan al menos la decencia de dejar de engañar a los venezolanos y pónganle otro nombre a ese nuevo bodrio. Les sugiero uno: “Acta de entrega de Venezuela”, porque ese Estatuto no es de Transición. Forma parte de la estrategia de entrega del país que comenzó con la firma del Memorando de Entendimiento en México, donde lo primero que hicieron fue reconocer a Maduro como Presidente.

Los venezolanos debemos comenzar a mirar con mayor seriedad los llamados de quienes dicen ser opositores. No seré yo quien les diga qué hacer con esas primarias o con esas elecciones a las que pretenden convencernos. Solo miren los hechos, sus protagonistas y saquen ustedes sus propias conclusiones. Será un primer paso para terminarnos de convencer de que la solución no pasa por la elección para un cargo de un salvador de la patria a través de los mecanismos electorales que el régimen imponga, sino por la decisión de una representación calificada y Constituyente de los representantes de todo un pueblo, sin la intermediación de ningún poder corrupto de la tiranía. Cuando todos –los de adentro y los de afuera- estemos alineados y convencidos de que esa es la solución, el mecanismo para llegar a eso será lo de menos…

Caracas, 20 de Diciembre de 2022

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miércoles, 14 de diciembre de 2022

El reto del largo plazo

Por Luis Manuel Aguana

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En algún momento de nuestras vidas nos hemos hecho la siguiente reflexión: “tantas cosas por hacer y tan poco tiempo para hacerlas”, y en el medio de eso nos hemos frustrado al ver que solo existe un recurso que no se puede comprar ni sustituir por ningún otro: el tiempo. Para nosotros, los venezolanos, que estamos estructuralmente hechos para el disfrute instantáneo, es muy difícil y hasta imposible digerir que existen cosas que solo se pueden obtener si se les dedica tiempo y esfuerzo.

Esa característica especial de nuestra gente, en sí misma, no es ni buena ni mala. Simplemente es. Por el lado negativo, ha producido los corruptos más abyectos de la historia contemporánea del mundo, que han robado las arcas de este país hasta lo inimaginable, haciéndose de una fortuna instantánea. Y por el lado positivo, ha producido héroes de una talla que no es posible explicar, sino por la vocación de obtener inmediatamente lo que sería imposible realizar para cualquier ser humano racional, como por ejemplo, la independencia de 5 naciones, en el menor periodo de tiempo en la historia del mundo.

Sin embargo, esta característica nos frustra como pueblo cuando se nos presenta un problema que de por sí solo tiene solución en el largo plazo, siendo nosotros individuos construidos para disfrutar logros y satisfacciones instantáneas. Los venezolanos fuimos felices muchos años cuando por el simple hecho de disfrutar una fortuna no trabajada, sino extraída del subsuelo, la aplicábamos para resolver a punta de dinero hasta el más mínimo problema, aunque derrocháramos el dinero y no se resolviera.

Los venezolanos no concebimos el largo plazo. Estamos y esperamos resultados en el corto plazo de cualquier problema que se nos presente, o cualquier asunto que emprendamos. Y eso también lo trasladamos al campo político. Es imposible para un político que pretenda los votos de alguien de este país, no ofrecer algo que no de resultados inmediatamente: “… Arreglaré la salud y la educación si votan por mí”, aunque todos sepamos desde muy adentro, que eso es imposible, prefiriendo autoengañarnos, a aceptar que ese problema requiere trabajo, planes y dedicación constantes por mucho más tiempo del que ese político dispone. En otras palabras, preferimos dejarnos engañar conscientemente, que aceptar que es necesario cambiar nuestra manera de ser para lograr la solución del problema.

Conociendo ese contexto, la idiosincrasia de este noble pueblo, cualquiera que pretenda una solución al problema político más importante que se nos ha planteado como país después de la guerra de independencia de Venezuela, deberá lograr la cuadratura del círculo. Esto es, hacer compatible la solución de un problema que de por sí se ha conformado como uno de largo plazo –la tiranía de Nicolás Maduro Moros- con un pueblo que espera una solución de corto plazo. El resultado de todo lo que se ha intentado hasta ahora, en soluciones de corto plazo, ha sido frustración, desesperanza, éxodo, y paralización.

Y si a todo esto le sumamos un régimen que está en perfecto conocimiento de su contexto, es claro que sacárnoslo de encima se hará cada vez más difícil. La desaparecida Dra. Rosa María Zulueta, extraordinaria psicólogo social venezolana (ver Rosa María Zulueta, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/rosa-maria-zulueta-ciudadana-integral.html) indicaba que esa estrategia de dominación nos había producido “quiebres de lógica, desesperanza, inermidad, incertidumbre, frustración, resentimiento, rabia tóxica, paranoia y reactividad”.

Y como una consecuencia de todo lo anterior, los venezolanos enfermos sentíamos los efectos más perversos: “evasión, postergación, habituación, resignación y paralización”. Todo eso hacía que nosotros mismos nos saboteáramos con estas tres armas, que yo llamaría ahora de destrucción masiva: “El miedo, la resistencia psicológica al cambio y la desconfianza”. Estas tres cosas pueden resumir lo que los venezolanos estamos sintiendo a fines de este año 2022.

Cuando en mis notas anteriores recordé el planteamiento de una Huelga Electoral Indefinida, que fuera aplicada por los venezolanos a cualquiera que viniera ofrecernos utilizar el sagrado instrumento de la democracia, que es el voto, para contraponerlo a una asquerosa tiranía, y realizar unas elecciones primarias que decidieran un “candidato” para ir a unas nuevas elecciones con el régimen en el poder, no lo hice con la intención de que esa forma de lucha “sacara al régimen” mañana, que es lo que naturalmente esperan los venezolanos, dada su manera natural de ser, como ya hemos señalado.

Lo hice porque esa es una de las muchas formas no violentas de resistir y sabotear todo intento de NORMALIZAR A LA TIRANÍA. Si aquí va a extenderse el régimen en el poder porque la oposición se entregó por mil razones, ya sea porque cobraron por eso, o bien porque desean cohabitar en el poder con ellos, que eso no tenga el respaldo de los votos de los venezolanos. Léase bien esto: si usted va a votar por un candidato de la supuesta oposición en esas primarias, usted está aceptando desde ese mismo instante que ese supuesto candidato irá a medirse con el régimen en el momento que Maduro lo decida, y en las condiciones que imponga.

Si usted cree que ese candidato, salido de un grupo de partidos, que sin representar a nadie, fueron a negociar nuestro futuro en México, en un diálogo que ya el régimen dio por cancelado porque consiguieron lo que buscaban, va a restearse a pelear con nosotros en una lucha de largo plazo que esa misma oposición ha dado por perdida, porque precisamente pretenden medirse electoralmente con quien tiene el control de las máquinas de contar los votos, usted no ha visualizado el panorama completo, y está cayendo en la trampa que el régimen y su oposición esperan que caiga, dada su natural inclinación estructural de esperar una solución de corto plazo.

Entiéndase bien esta proposición: no existe una solución de corto plazo para el problema de Venezuela. Debemos entender e interiorizar que se han destruido todos los resortes conocidos y se requieren soluciones inéditas que debemos parir entre todos, y tejerlas un paso a la vez, con una dirección definida, constante y persistente. Y la primera idea que nos debemos meter todos a la cabeza es que no es posible utilizar los mecanismos de la democracia para deshacernos de una tiranía.

Cualquier cosa que hagamos a partir de ahora deberá estar dirigida a demostrar, sin posibilidad de duda, que los venezolanos, sin la intermediación de ninguna fuerza entregada al régimen, está resteada a seguir resistiendo, hasta que el régimen caiga. Eso requiere organización y dirección genuinas, pero sobre todo constancia. Que es posible que eso suceda si nos adaptamos con mucho esfuerzo a controlar nuestra tendencia natural de esperar resultados a corto plazo por una recompensa de mucho mayor valor a largo plazo: la libertad. Eso es en definitiva un reto para los venezolanos conscientes de esta realidad, si nos tomamos la lucha cívica en ese nuevo marco de tiempo. Solo así tendremos la oportunidad de alcanzar el éxito.

Caracas, 14 de Diciembre de 2022

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domingo, 4 de diciembre de 2022

Método 124 de No Cooperación política

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Años de concurrir a las urnas electorales han conseguido que el pueblo venezolano sea esencialmente democrático, y no proclive a otra solución que no sea la racional y pacífica escogencia de nuestros gobernantes a través de los votos. Ese es un legado y uno de los activos intangibles más importantes conseguidos en 40 años continuos de ventana democrática que tuvo Venezuela de 1958 a 1998. Sin embargo, eso fue utilizado de una manera artera por quienes a partir del año 2004 envenenaron el pozo de donde salía el agua que regaba una democracia sana. Lo pudrieron a tal extremo de usarlo una y otra vez en contra de la voluntad popular, y desnaturalizar el sentido natural del voto, utilizando el consentimiento de una población crédula.

De allí que cuando ocurriera la primera violación, nadie en Venezuela tomara en serio la advertencia técnica  que señalaba que los delincuentes que conducían -y aún conducen- el casino llamado Consejo Nacional Electoral, habían cambiado el sistema de contar votos, poniéndolo a favor de los candidatos del régimen. Pero Dios existe y estas denuncias fueron posteriormente comprobadas por la confesión de los representantes de la empresa Smartmatic, contratista electoral del régimen, de que existió una “diferencia entre la cantidad anunciada (por el CNE) y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores” (ver Declaración de Smartmatic sobre la reciente elección de la Asamblea Constituyente en Venezuela, en https://youtu.be/Bhqnn0lM2IM).

Y aun así, lamentablemente muchos venezolanos todavía siguen creyendo que no se pueden vulnerar los sistemas automatizados y ponerlos al servicio de quien controla el Poder Electoral, y piensan que es posible ganarle a una ruleta arreglada solo con continuar jugando con más intensidad, en una conducta instigada por quienes desde la oposición partidista manejan intereses con el régimen para que las cosas sigan como están.

Las incesantes campañas comunicacionales, tanto del régimen como de su oposición, para hacerle creer a la población de que los resultados electorales no son susceptibles de manipulación si la gente va en masa a votar, han dado resultados, a pesar de lo indicado por los autores del sistema y que fueron socios del régimen hasta que, como delincuentes al fin,  tuvieron diferencias en el botín. La mejor prueba de que si pueden manipular resultados y lo han hecho impunemente, fue precisamente esa declaración pública de Smartmatic.

Una lógica sana indicaría dejar de insistir en cambiar el gobierno de facto del país por la vía electoral, haciendo caso a la definición de locura de Einstein, y buscando otra alternativa. Pero la dirección política opositora, con todos sus recursos, y en especial su maquinaria comunicacional, ha satanizado cualquier otra salida que se le presente al país, en especial aquellas que podrían hacerlos desaparecer de la conducción política, razón por la cual aún seguimos en el mismo hueco desde hace más de 20 años, insistiendo en convencer a los venezolanos de ir por una ruta que está perdida antes de comenzar.

Sin embargo, los afectados seguimos siendo todos los venezolanos por una decisión en la que no tenemos injerencia, y menos aún en la escogencia de los “representantes” opositores que han decidido ir a elecciones y están negociando con el régimen una ruta electoral donde Maduro controla las máquinas de contar votos. Si lo permitimos, seremos nosotros, quienes con nuestra asistencia a ese evento, validaremos en el 2024 o cuando al régimen le de la gana, a la persona que señale ese ilegítimo CNE como “ganadora” en la elección presidencial. ¿Creen ustedes que será de la “oposición”? Si la mayoría de los venezolanos quiere eso, a sabiendas de lo expuesto anteriormente, deberé convencerme de la locura que anunció Einstein, aceptando que el régimen volvió a violarnos, al comportarnos colectiva e individualmente tal cual, tanto ellos como su oposición, esperan.

Pero creo que los venezolanos son mejor que eso. Estoy convencido de que cada uno de nosotros desea terminar con la pesadilla de este régimen y no colaborar activamente con lo que seguramente ocurrirá de seguir el curso electoral que los factores políticos están forzando en Venezuela.

Hace 10 años, finalizando el año 2012, intenté convencer desde esta minúscula tribuna a todo el que quisiera leerme, que una cosa era el abstencionismo en democracia y otra muy diferente, el abstencionismo en dictadura (o tiranía como llamo ahora al fenómeno) (ver Abstencionismo en dictadura, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/abstencionismo-en-tiempos-de-dictadura.html). Y es particularmente en este último método de lucha, en el que aún creo que tenemos que centrar nuestro énfasis, ya que representa una forma de resistencia civil no-violenta de la población frente a quienes le han pasado por encima a dos mandatos populares, en el 2017 y 2020.

Gene Sharp, en su conocida obra “De la Dictadura a la Democracia, un sistema conceptual para la liberación” cataloga en su lista de 198 métodos de protesta y persuasión no-violentas, al “Boicot de Elecciones”, como el método No. 124, dentro de los “Métodos de No Cooperación Política, No Cooperación de los ciudadanos con el gobierno” (ver Gene Sharp, De la Dictadura a la Democracia, en https://www.aeinstein.org/wp-content/uploads/2013/09/DelaDict.pdf).

¿Y por qué No Cooperación? Porque ya el problema no puede seguir en manos de quienes nos han traicionado, debiendo nosotros mismos tomar el asunto directa y colectivamente, sin la intermediación de nadie, no cooperando con sus intenciones. De acuerdo a la definición más actualizada de CAPEL (Centro Interamericano de Asesoría y Promoción Electoral), Programa especializado del Instituto Interamericano de los Derechos Humanos, el abstencionismo electoral tiene, en su definición, diferentes modos de interpretarse según el régimen donde se produce:

El abstencionismo electoral se plantea desde perspectivas distintas en los regímenes autoritarios y en los democráticos. En los primeros, la decisión de no votar es generalmente la expresión pública de la oposición política y suele configurarse como una infracción e incluso como un delito”… “… cabe mencionar la abstención política o racional, actitud consciente de silencio o pasividad individual en el acto electoral que es la expresión de una determinada voluntad política, bien de rechazo del sistema político, de la convocatoria electoral en concreto, de no identificación con ninguno de los líderes o programas políticos en competencia electoral, o bien por la consideración de que todas las opciones son coincidentes (“todos los políticos son iguales”). La abstención reflexiva racionalizada la podríamos definir como activa y, en sí misma, puede constituir una suerte de objeción de conciencia política o un acto de desobediencia cívica o derivada de la insatisfacción política. Es la denominada opción por la “salida” en vez de por la “voz”. Cuando trasvasa los límites de la decisión individual para convertirse en un movimiento que promueve la inhibición participativa con el objeto de hacer pública la oposición al régimen político o al sistema de partidos, toma la forma de  abstencionismo de lucha o beligerante… (ver CAPEL, Diccionario Electoral, Tercera edición: IIDH/CAPEL y TEPJF, Costa Rica/México, 2017, en https://www2.iidh.ed.cr/capel/diccionario/index.html).

Hacemos un llamado a la población a aplicar el Método No. 124 de No Cooperación política o Boicot Electoral, como la define Sharp, en contra de la deliberada y criminal intención, tanto del régimen como de su oposición, de continuar haciéndole daño al pueblo venezolano, alargando su tragedia. En consecuencia, lo que le queda al ciudadano común es protestar masiva y conscientemente en contra de lo que están haciendo para repartirse el poder en Venezuela.

Un llamado a un Boicot Electoral, o como lo llamamos en Venezuela en el año 2018, una Huelga Electoral Indefinida, constituye “una suerte de objeción de conciencia política o un acto de desobediencia cívica o derivada de la insatisfacción política”. Léase bien, INSATISFACCIÓN POLÍTICA. Eso define perfectamente nuestro malestar frente a lo que nos están vendiendo. NO ES UNA ABSTENCIÓN ELECTORAL PURA Y SIMPLE, como se pretende hacer ver, constituyéndose en un acto de objeción pura a toda la basura electoral que se nos está metiendo por los ojos, INCLUYENDO LAS PRIMARIAS OPOSITORAS, antesala para medirse posteriormente con el CNE de Maduro y su régimen.

A los argumentos maniqueos de los partidos que normalmente vienen después de una declaración como esta, de que si no votamos perdemos “espacios”, o que “presentemos candidatos”, les responderé claramente lo siguiente: no pueden existir elecciones libres PORQUE ESTAMOS EN UNA TIRANÍA, ¡entiéndanlo de una vez! ¡Despierta y Reacciona!, como dijo en Venezuela Juan Pablo II, liquidador del comunismo de su tiempo. ¡No existen espacios en una tiranía y menos aún en una narco tiranía militarizada!

Lo que se logrará con ese boicot mientras encontramos la manera correcta de enfrentar con éxito la tiranía, es NO LEGITIMARLA CON NUESTROS VOTOS, y continuar la lucha para que el mundo de una vez entienda que no pueden cocinar soluciones para Venezuela sin nosotros, SIN LA PARTICIPACIÓN DEL PUEBLO VENEZOLANO. Y la participación establecida en la Constitución, después de todo lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en Venezuela, es una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario para Refundar la Nación. Debemos hallar entre todos la manera de convocarla…

Caracas, 4 de Diciembre de 2022

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jueves, 1 de diciembre de 2022

Resistencia civil: Huelga Electoral Indefinida

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Para aquellos que aún tenían dudas acerca de lo inconveniente para Venezuela del trato firmado por la pseudo oposición con el régimen, en ese Segundo Acuerdo de México, solo vean las declaraciones de Maduro y Rodríguez, señalando quien finalmente administrará, y en qué se "invertirán" los fondos que les ayudaron a desbloquear en los EEUU, y por supuesto quienes saldrán políticamente beneficiados (ver Elecciones libres de sanciones, en https://ultimasnoticias.substack.com/p/elecciones-libres-de-sanciones).

Efectivamente, el portal oficialista reporta: “Ahí agarró el micrófono Jorge Rodríguez, el jefe de la delegación del Gobierno en el diálogo, y aclaró que el dinero que van a descongelar, bajo la figura de un fondo especial de Naciones Unidas, será administrado por el Estado venezolano”… “Lo cierto es que toda la administración de estos fondos será basada en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, en la Constitución, y los órganos rectores serán el Ministerio del Poder Popular para la Salud, el Ministerio del Poder Popular para la Electricidad, y el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, que son los que han realizado con sus técnicos este plan”. Y yo me pregunto, ¿y eso no lo sabía antes de esa firma la oposición firmante? Allí no había ningún ingenuo político, porque no existe la ingenuidad en política. Lo que existió allí fue complicidad, con un hedor horrible de corrupción, en cualquiera de sus manifestaciones.

No era muy difícil prever esa situación, a pesar de haber colocado a la ONU como una excusa de  "transparencia" a los ojos de los venezolanos. Pero, ¿a quién le importa eso? Ciertamente, no a los EEUU, quienes lograron sentar al régimen a "negociar", para que su Departamento del Tesoro, permitiera, con solo ese acto de México, avanzar en las negociaciones petroleras de Chevron con el régimen.

Algunos dirán que los venezolanos "ganamos" porque el régimen supuestamente pondrá ese dinero en educación, salud, generación eléctrica y atención a las víctimas de las tragedias ocurridas por las recientes lluvias, que por cierto también fueron producto de la destrucción provocada por la corrupción del régimen. Pero si comparamos la miseria que representa la cantidad liberada en relación con lo que se han robado del país, notaremos que poco o nada pasara que ya no hayamos visto antes cuando las cantidades eran extraordinariamente mayores.

Veremos de nuevo los contratos para la ejecución de esas “obras” y contratación de insumos con los Ministerios señalados por Rodríguez, de intermediarios del régimen, y las conocidas comisiones del 40% y 50% -y en muchos casos más aún- que harán que esos 2.700, 3.000 o 5.000 millones de dólares se vuelvan sal y agua, sin que hayamos resuelto el problema estructural que significa tener a una mafia narcoterrorista al control del Estado venezolano. Y volveremos al punto inicial otra vez cuando esos reales se hayan terminado sin resolverles nada a los venezolanos.

¿Para qué sirvió entonces todo ese circo? Sirvió para que Maduro y su mafia continúen más tiempo en el poder y con más dinero que antes. Eso se lo pondremos al debe de la oposición política. Pero, ¿hasta cuándo?

A mi juicio, lo más importante de la declaración de la mafia usurpadora en su celebración de la firma de ese bodrio con la oposición oficial, fue la amenaza de que todo ese proceso, que sabemos que es una parodia del régimen para eternizarse en el poder, no concluirá en unas elecciones libres, justas y transparentes, como lo pide de rodillas la oposición entregada, porque Maduro lo quiere todo: “¿Elecciones libres quieren, justas y transparentes? Elecciones libres de sanciones, de medidas coercitivas unilaterales. Que las quiten todas, que se las lleven todas”.

¿Serán capaces, desde la Comunidad Internacional, levantarle TODAS las sanciones a Maduro para que ocurran unas elecciones con ellos en el poder? Porque eso el lo que pedirá el régimen para que eso ocurra, eso sin incluir la presencia del delincuente Alex Saab en la mesa de negociaciones. Mi opinión es que se lo darán, porque solo así terminarán de destrabarse los contratos petroleros, no solo con Chevron sino con el resto de las petroleras europeas, chinas y rusas. El problema de Venezuela es geopolítico, con un alto componente petrolero. A los gobiernos de países afuera les importa muy poco si los venezolanos pasamos hambre o nos persigue, tortura o asesina un régimen castrador de libertades. Eso lo dejan para los discursos. Solo les importará si lo que pasa aquí les afecta a ellos o no. Y les está afectando, y mucho. Y por eso buscan que en Venezuela exista una apariencia de estabilidad política. ¿Y nosotros los venezolanos? Bien jodidos, gracias.

Siempre he creído, incluso antes que los profesionales de la salud mental lo dijeran públicamente, que tu futuro no depende de lo que te hacen, sino de cómo sea tu reacción a lo que te hagan. Podemos molestarnos y culpar –y con toda razón- a la oposición oficial y al régimen de nuestras desgracias. Pero solo seremos nosotros –cada uno de nosotros- quienes al reaccionar ante eso, definimos el futuro. La decisión que tomemos a lo que nos presentan, quienes dicen representarnos, que hasta ahora son los responsables de ese acuerdo miserable que en el neto atornilla al régimen en su posición de poder, definirá el futuro de Venezuela. Si decidimos dejar pasar eso seremos tan responsables como ellos.

En su último comunicado, ANCO vuelve a señalarle a la oposición la existencia de la ruta de la Refundación y Reconstrucción de la Nación a través de un proceso Constituyente, sin la rectoría del CNE, y la inclusión de la Sociedad Civil y a nuestra organización, así como a otros países amigos de Venezuela, en esas negociaciones. Esta exigencia no es nueva y ha sido persistentemente ignorada, por lo cual ANCO “convoca a los venezolanos a protestar esta nueva traición a la patria, no asistiendo ni avalando cualquier actividad electorera que esta oposición promueva, mientras no existan condiciones para participar en un proceso libre, confiable  auditable y transparente, con votación y escrutinio manual” (ver Pronunciamiento de ANCO ante la firma del llamado Segundo Acuerdo Parcial para la Protección Social del Pueblo venezolano, en https://ancoficial.blogspot.com/2022/11/comunicado-anco-pronunciamiento-de-anco.html).

La única manera que los partidos políticos de esta oposición negociadora, que montaron este circo con el narco régimen de Nicolás Maduro Moros, en su persistencia suicida de negociar lo innegociable, entiendan que los venezolanos deben ser escuchados y no ignorados en su decisión irrenunciable de ser libres PRIMERO antes de siquiera pensar en unas elecciones con unos delincuentes, es EXIGIR nuestro derecho de votar en libertad, sin la intermediación de poderes corrompidos por el régimen. Esto no es negociable. Y de allí el pecado original de aceptar que un régimen terrorista se autocalifique como “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela”.

Hacemos un llamado –otra vez- a una Huelga Electoral Indefinida, cuyo planteamiento inicial hicimos hace exactamente 4 años un grupo de venezolanos (ver Huelga Electoral Indefinida, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/huelga-electoral-indefinida.html) llamando a la resistencia civil de abstenernos electoralmente, y en esta oportunidad INCLUYENDO SUS PRIMARIAS, hasta que se nos escuchen nuestros planteamientos, y se convoque al pueblo venezolano a una elección Constituyente con la administración electoral de la Comunidad Internacional.

Decía en ese entonces: “Si quienes deben representarnos deciden darle la espalda a las instituciones legítimas, les tocará a los ciudadanos salir directamente en su defensa, como efectivamente lo estamos haciendo ahora con esta iniciativa”. Tenemos la obligación de ejercer nuestro derecho a la participación política directa. Las cosas con el régimen y su oposición han empeorado dramáticamente desde 2018, lo que hace esta propuesta más vigente que nunca, y más aún, después de ver la evidencia clara de esta traición opositora con la firma de un acuerdo que nos perjudica, ya no existe otro camino…

Caracas, 1ro. de Diciembre de 2022

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