jueves, 31 de diciembre de 2020

La última institucionalidad que nos queda

Por Luis Manuel Aguana

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El ultimo día del año 2020 lo celebramos con el logro y la reafirmación de la expresión ciudadana, finalmente establecida como un mandato del pueblo de Venezuela de la secuencia establecida en el Estatuto de la Transición aprobado en Febrero de 2019, que comienza por el cese de la usurpación del poder de Nicolás Maduro Moros, en la pregunta No. 1 de la Consulta Popular realizada del 7 al 12 de Diciembre de 2020. Mal podría entonces esta decisión del pueblo venezolano, máxima instancia de la Soberanía del país establecida en el Artículo 5 Constitucional, ser revertida con la modificación del referido Estatuto el 26 de Diciembre de 2020 por parte de la Asamblea Nacional, decisión que por cierto está siendo puesta en duda como lo demuestra este interesante hilo de Michael Penfold en twitter (ver https://twitter.com/penfold_michael/status/1344025882491551748?s=03) y noticias relacionadas (ver Maduradas, en https://maduradas.com/polemico-participaron-68-principales-rellenaron-suplentes-denuncian-supuestas-irregularidades-sesion-la-an-la-se-modifico-estatuto-transicion/).

Sin embargo, más allá de las dudas relativas a esa decisión de la Asamblea Nacional, tres aspectos importantes se desprendieron de esta nueva versión del Estatuto de la Transición: a) el intento, a mi juicio infructuoso (porque el pueblo se pronunció en relación a eso del 7 al 12 de Diciembre de 2020) de borrar el mantra de tres pasos indicando que para los diputados lo importante ahora son las elecciones (Artículo 2), restando importancia al pronunciamiento de los venezolanos en la Consulta Popular; b) la continuidad política y administrativa de la actual Asamblea Nacional a través de la Comisión Delegada, estableciéndole atribuciones más allá de las que indica la Constitución (Artículos 12 y 14); y c) la eliminación del Centro de Gobierno con la creación del Consejo Político como una nueva figura que controla al Presidente Encargado (Artículos 18 y 19).

Veamos esos tres aspectos con más detalle. Por más que los Diputados hayan modificado el Artículo 2 del Estatuto de la Transición, indicando que  “En la actuación de los órganos del Poder Público se dará prioridad a la procura de elecciones libres, justas y verificables…”, esto no modifica en un ápice el mandato popular de exigir el cese de la usurpación previo a la realización de cualquier elección en Venezuela. De hecho, el mismo Estatuto modificado todavía reafirma el Cese de la Usurpación y la conformación de un Gobierno de Transición “como los elementos concurrentes que configuran la liberación del régimen…” (Artículo 10 del nuevo Estatuto).

Sin embargo, me resultó muy decepcionante que los ciudadanos diputados hicieran caso omiso de la manifestación de 6,4 millones de venezolanos en la Consulta Popular y su mandato, para el cambio del Estatuto de la Transición, en especial en la reafirmación del Cese de la Usurpación y el rechazo al fraude del 6 de Diciembre de 2020. Ese cambio sustentado por la expresión de la Consulta Popular hubiera fortalecido enormemente la modificación del Estatuto de la Transición convirtiéndolo en una de los primeros resultados del mandato del pueblo, y no como una expresión de desespero por mantener vigente la actual Asamblea Nacional y celebrar a troche y moche elecciones con el régimen. Ese desaire al pueblo venezolano es un error que necesariamente tendrá consecuencias.

Al único que escuché referirse a la Consulta Popular luego de ese cambio fue al Presidente Encargado Juan Guaidó en su mensaje de fin de año y su compromiso por cumplir ese resultado (ver mensaje de Fin de Año del Presidente Encargado Juan Guaidó, en https://twitter.com/jguaido/status/1343352956859666432). Vaya entonces el reconocimiento por ese compromiso que también es nuestro.

El segundo aspecto que resalta de los cambios en el Estatuto fue la continuidad de la Asamblea Nacional. No existe en la Constitución, como en el caso de la ausencia del Presidente de la República, ninguna previsión acerca de la ausencia de la Asamblea Nacional como poder público, para garantizar su continuidad. No es suficiente alegar que la elección del 6 de Diciembre de 2020 no fue legitima (Artículo 11) sin alegar como se sustenta esa afirmación y sin decir que fue el pueblo quien rechazó esa elección parlamentaria en una Consulta Popular. En todo caso si fue ilegítima la elección, como en efecto lo fue, se esperaría una justificación constitucional para la continuidad de la actual Asamblea Nacional legítima. El no haber tal justificación debilita tremendamente la sustentabilidad de la Asamblea Nacional frente a los países que han respaldado internacionalmente como legitima la elección del 6 de Diciembre de 2015, certificando sus decisiones. Creo que frente a esa fragilidad se debe anteponer la decisión del pueblo soberano en la Consulta Popular de exigir el Cese de la Usurpación para continuar proceder con unas elecciones libres previo a un Gobierno de Transición.

El último aspecto de importancia y que cierra con broche de oro los cambios realizados fue la creación de un Consejo Político que sustituye al Presidente Encargado en su ÚNICA función que no es otra que la de lograr las elecciones libres y verificables: Artículo 233: “...Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes...”. ¿Cómo se entiende entonces que ese Consejo Político oriente su actuación a “...la procura de elecciones libres, justas y verificables, al pleno restablecimiento del orden constitucional y de la separación de poderes, y al rescate del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia en la República Bolivariana de Venezuela..” siendo estas precisamente las funciones constitucionales del Presidente Encargado?

Al eliminar el famoso “Centro de Gobierno”, adefesio creado para gobernar por Juan Guaidó, la Asamblea no solo reventó a Leopoldo López sino que asumió en el Estatuto las funciones del Presidente de la República. Y eso tiene implicaciones mucho más allá de lo que se ve superficialmente. No hay en ese nuevo Estatuto nada que le impida a esa Comisión Delegada "fortalecida" decidir una nueva persona en el cargo de Presidente Encargado de la República. ¡Ojo con esa jugada! Al hacer eso -si esa es la intención- la Asamblea Nacional se pone tan al margen de la legalidad como el régimen.

Pero más allá de  lo que acaban de hacer los diputados para seguir vigentes después del 5 de Enero de 2021, y la consecuente extensión del mandato de Juan Guaidó como Presidente Encargado, considero más importante como se desarrollará la lucha opositora en el transcurso del año 2021 al no tener una Asamblea Nacional en pleno funcionamiento como este año, o peor aún, con un funcionamiento en entredicho, y un Presidente Encargado mediatizado. En el neto en ambos terrenos hemos retrocedido con respecto al año que cierra hoy.

Eso le deja una sola carta a Venezuela: el papel que deberán jugar los ciudadanos no investidos de autoridad para recobrar su libertad en el 2021. Ya no veo a nadie investido de autoridad jugando un papel preponderante, sino a los liderazgos surgidos al calor de la lucha por reafirmar la voluntad del pueblo venezolano en una Consulta Popular, que nadie quería salvo los ciudadanos.

Entonces, la última institucionalidad que nos queda en pié después del deslave producto de los múltiples errores cometidos por la oposición oficial será la determinación del pueblo venezolano expresado en una Consulta Popular de salir de la usurpación logrando los apoyos nacionales e internacionales que sean necesarios. En lo personal prefiero eso que seguir en manos de una dirección inexperta, timorata y corrupta. Preferible solos que mal acompañados. ANCO jugó un papel fundamental y de primer orden en la Consulta Popular en el 2020 y lo seguirá jugando en esa nueva orientación ciudadana para recobrar nuestra libertad en el 2021. Dios será nuestra guía y compañía para este Nuevo Año del Señor. Tengo la fe de Florentino a mi favor...Agradeciendo profundamente otro año más a mis seguidores por su sincero acompañamiento, solo me resta desearles un extraordinario Feliz Año 2021 a todos…!

Caracas, 31 de Diciembre de 2020

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lunes, 28 de diciembre de 2020

La secuencia de la libertad

Por Luis Manuel Aguana

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No me extrañaron las reacciones inmediatas de los enemigos de la Consulta Popular al éxito de haber alcanzado 6,4M de participaciones. Al no poder negar que efectivamente pese a todos los esfuerzos de quienes dentro y fuera del Gobierno Encargado trataron de hacer fracasar esta iniciativa, ahora pretenden negar que ese fue un evento político de magnitudes incontestables, y comienzan la campaña del “bueno, y ¿ahora que van a hacer?” o “¿ustedes creyeron que el régimen se caería solo con esa consultica?”. Lo lamentable de eso es que juega en contra de la fe de aquellos que si participaron y creyeron que ese paso era absolutamente necesario –como efectivamente lo es- en la lucha que emprenderemos de ahora en adelante.

 

Y el truco miserable es utilizar en contra nuestra uno de los rasgos culturales más profundos del venezolano: la inmediatez. A los venezolanos nos gusta que las cosas pasen inmediatamente. “Lo mío que me lo den ya”. No tenemos una cultura de trabajo sistemático y perseverante para abordar y resolver los problemas. Y esto está respaldado por estudios académicos y gerenciales que se han realizado:

 

“Desde el punto de vista de la mayor parte de los entrevistados, todo lo que el venezolano tienen en entusiasmo le falta en perseverancia. Su sensibilidad, apertura y entusiasmo por nuevas ideas y retos, suele ser la chispa que genera un nuevo plan, idea o proyecto. Sin embargo, para que ese plan lleve a los resultados deseados es necesario tener dos cosas: disciplina para la acción (perseverancia) y un entorno que permita ir recogiendo la cosecha poco a poco, para que los pequeños logros estimule la cadena que lleva hasta el objetivo final…el venezolano es fácil de motivar y entusiasmar por algo nuevo…luego le falta vapor para continuar.” (Granell y otros, p102, 1997) (1)

 

En lo que estamos metidos como pueblo requiere de un proyecto de magnitudes políticas nunca antes vistas en nuestro país, y nuestra dirigencia opositora ha tratado con aspirinas lo que en medicina se conoce como un tumor cancerígeno con metástasis. Y es claro que esto tiene que ver mucho con la calidad del liderazgo político que conduce el barco opositor.

 

Los venezolanos somos los inventores de los operativos. Y como dice el estudio en referencia: “Somos buenos enfrentando situaciones de emergencia y en acciones de tipo comando para manejar situaciones críticas” (Granell y otros, p103, 1997) (1). Pero fallamos estrepitosamente cuando se trata de llevar un plan de largo plazo: “En términos generales, podemos considerar que la cultura venezolana es esencialmente cortoplacista, con un predominio del pensamiento sincrónico, una concepción muy flexible del tiempo y orientada a la obtención de resultados inmediatos más que al inferimiento de recompensas futuras” (Granell y otros, p107, 1997) (1).

 

Veamos lo que significa el pensamiento secuencial versus el pensamiento sincrónico: “En las culturas donde priva el pensamiento secuencial, como por ejemplo las anglosajonas, se le da importancia al orden en el cual las cosas deben realizarse para ser eficiente. Se siguen las normas aun cuando ello no sea lo más conveniente en el momento y se entiende que la línea recta es el camino más corto entre dos puntos. Así, se le da mucha importancia a la planificación, al cumplimento de los compromisos y se respetan las prioridades. Por el contrario en las culturas sincrónicas se pueden hacer varias cosas simultáneamente, se es flexible para pensar que no necesariamente el camino más recto entre dos puntos es el que lleva a la eficiencia y, con frecuencia, las prioridades se van estableciendo con la aparición azarosa de los eventos”  (Granell y otros, p101, 1997) (1).

 

En nuestro país al pensamiento sincrónico se le conoce como la doctrina Eudomar Santos: “Como vaya viniendo vamos viendo”. Eso es lo que ha aplicado la oposición oficial al mega problema del régimen narcoterrorista de Maduro, siendo esta la fórmula más segura del fracaso al abordar un problema de alta complejidad como el que estamos enfrentando con unos delincuentes que tienen el apoyo planetario de las fuerzas del mal, enemigos de la civilización occidental.

 

Los venezolanos tenemos que comenzar a pensar de una manera secuencial aunque nos cueste. Primero es una cosa, tenemos éxito, y vamos a la otra. Perseveramos hasta tener éxito y continuamos, con un plan en la mano, que no puede ser conocido por el enemigo hasta que sea absolutamente necesario. Eso hicimos nosotros en ANCO con esta Consulta Popular. Llevábamos años en esa línea de secuencia en contra de todo el mundo hasta que se logró. Vamos al siguiente paso, que es la cristalización del mandato del pueblo en esa Consulta. Eso no ocurrirá de la noche a la mañana. Requiere esfuerzos y tiene objetivos intermedios que no se pueden revelar, ni el tiempo en que se ejecutarán. Eso sí, requiere de una organización ciudadana muy fuerte que se inició durante la ejecución de la Consulta Popular y que debe fortalecerse en todo el país.

 

Tenemos el liderazgo, no de nosotros sino de ustedes mismos en cada región de Venezuela. Aquellos que se reventaron el lomo para conseguir que 6,4M de personas participaran en una consulta que los mismos políticos que la pusieron en una Ruta ahora niegan, siendo que es la viva voz y mandato del pueblo venezolano. Quienes deben liderar este esfuerzo en los puntos más recónditos de Venezuela son ustedes. Eso forma parte de un plan de mucho mayor alcance que ha sido la bandera desde la fundación de ANCO: llevar el poder político real al ciudadano. El ciudadano al conseguir la libertad de Venezuela, retiene el poder y la responsabilidad que conlleva no perderlo junto con la libertad.

 

No se dejen engañar por los cantos de sirena de quienes creen que esto es un problema que se resuelve con una “invasión”, intentando descalificar nuestro esfuerzo con preguntas inmediatistas acerca de cómo vamos a hacer. Como hemos visto esa creencia la refuerza nuestra cultura de la inmediatez matizada por la inexperiencia y la irresponsabilidad de quienes hasta ahora conducen la oposición del país. Vamos a organizar a Venezuela con un plan en la mano. Y será Venezuela quien decida, después de conseguir su libertad, quien tendrá el honor de dirigir su destino.

 

Caracas, 28 de Diciembre de 2020

 

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Twitter:@laguana

(1)  Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Garaway, Malpica, Ediciones IESA 1997, ISBN 980-217-189-1

jueves, 24 de diciembre de 2020

La fe de Florentino

Por Luis Manuel Aguana

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Tal vez les suene dura la sentencia que sigue para ser esta noche la Nochebuena de Navidad: los venezolanos no nos hemos percatado a cabalidad que la situación que vivimos ahora solo es comparable con otra en la historia del país: la Guerra de Independencia. Solo en estas dos épocas se ha planteado una lucha vital por conseguir la libertad.

 

Algunos dirán que en las anteriores oportunidades en las luchas en contra de las dictaduras del pasado los venezolanos también lucharon por conseguir la libertad. Eso es cierto, pero en esas ocasiones no se planteo una lucha en contra de fuerzas externas para la liberación de nuestro país como ocurrió en la Independencia en contra del colonialismo español, y en la actualidad en contra del colonialismo cubano, chino, ruso e iraní. Bien se podría decir, respetando por supuesto las distancias, que el problema que tenemos de independencia y lucha por la libertad es mucho más complejo que en el pasado, aunque la postración sea semejante.

 

Y esta dura comparación me lleva a afirmar que si en el pasado contábamos con el genio de El Libertador, nos encontramos ahora prácticamente solos para una dar una pelea que requiere de una conducción de un nivel semejante o mayor al que le dio Bolívar a la guerra por la Independencia de Venezuela.

 

Esta reflexión me vino a la mente al escuchar al Ing. Enrique Colmenares Finol, Coordinador del Comité Organizador de la Consulta Popular designado por loa Asamblea Nacional y Coordinador Nacional del ANCO, jurar hacer respetar el mandato que el pueblo venezolano dio en la Consulta Popular en su discurso de presentación de los resultados finales el día 21 de Diciembre (ver Un Juramento por Venezuela, en https://youtu.be/VUN5eAgnQYA). Este juramento fue compartido por el resto de nosotros en ANCO en nuestro comunicado del mismo nombre (Juramento por Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/2020/12/cado-anco-juramento-por-venezuela-23-12.html).

 

Algunos no entendieron la razón de ese juramento de ANCO y posiblemente haya alguna razón en eso. Y es porque aun algunos todavía no se percatan de lo que mencionaba al comienzo de esta nota, donde a falta de un Simón Bolívar, los venezolanos tendremos que sacar entre todos ese genio que logró la Independencia de Venezuela. Y mucho más…

 

Y esto no es simple retorica populista. No. Es la constatación de la realidad de lo que ha pasado en estos últimos 20 años de errores continuados que nos han hundido cada vez más en el hueco mas envilecido y profundo de la miseria socialista. Nunca la humanidad había visto un nivel hiperinflacionario tan grande en ningún país, solo por poner un ejemplo, y que los responsables sigan todavía allí. Ni siquiera después de las guerras más terribles de la humanidad.

 

Pero se siguen cometiendo errores. Minimizar la respuesta favorable del pueblo venezolano a la Consulta Popular y negar su impacto político a nivel internacional, le hace un flaco servicio a la causa por la libertad de los venezolanos. Pero esa es la respuesta de una clase política opositora que ahora todo el mundo está viendo desnuda. Así se hubiera logrado un millón de participaciones, la respuesta hubiera sido igual de positiva y grandiosa. ¡Imagínense 6,4 millones! Y no se lograron las 10 millones que quisimos por todos los problemas que ya he descrito en estas notas. Pero igualmente son reales y válidas y por eso se les debe respeto. Lamentablemente tuvieron la oportunidad de blandir ese resultado a favor de la causa por la libertad y no lo hicieron. Eso tendrá un costo que tarde o temprano tendrán que asumir.

 

De allí que esto solo nos deja un camino: hacerlo nosotros desde la sociedad civil con la ayuda de quien desee apoyarnos desde el sector político. La primera prioridad de los venezolanos expresada en esa clara demostración de la Soberanía Popular es salir del régimen de Nicolás Maduro Moros. Si se lo quisiera tomar como una encuesta y no como efectivamente es, un mandato, cualquier político con dos dedos de frente estaría trabajando para hacerlo efectivo solo por acompañar lo que desea la mayoría. Ninguna encuesta trabaja con muestras de semejante calibre. ¿A qué juega esta gente entonces?

 

El comunicado de ANCO “Juramento por Venezuela” describe el sustento jurídico de quienes comenzamos a emprender el camino de hacer efectivo este mandato popular, fundamentado en el Artículo 333 Constitucional. Tomaremos estos resultados y los haremos valer por encima de cualquier política que se pretenda aplicar en el país sin haber salido de la usurpación. No se vistan que no van aquellos que pretendan hacer elecciones de cualquier tipo en Venezuela con Maduro en el poder. Los que nos manifestamos en esa Consulta Popular seremos los primeros en desconocerla. No dejaremos que esos resultados se olviden.

 

Un Niño nació hoy hace 2020 años a pesar de la persecución de quienes lo querían muerto. La verdad de Dios se impuso y se hizo Su voluntad en el corazón de todos, trayéndole fe a un  pueblo que la había perdido. Es un buen momento para recordar que es esa fe cristiana la que tenemos que invocar aquí. La fe en nosotros mismos de que podremos pasar por encima de este problema por más grande que sea, convirtiéndonos todos juntos en una versión mejorada de El Libertador para recobrar la libertad de Venezuela. Es la fe de Florentino en el poema venezolanísimo de Alberto Arvelo Torrealba, quien pudo imponerse a Satanás invocando los poderes sobrenaturales de Dios y todas las Vírgenes de Venezuela:

 

“…Sácame de aquí con Dios/ Virgen de la Soledá,/ Virgen del Carmen bendita,/ sagrada Virgen del Real,/ tierna Virgen del Socorro,/ dulce Virgen de la Paz,/ Virgen de la Coromoto,/ Virgen de Chiquinquirá,/ piadosa Virgen del Valle,/ santa Virgen del Pilar,/ Fiel Madre de los Dolores/ dame el fulgor que tú das,/ ¡San Miguel!, dame tu escudo,/ tu rejón y tu puñal,/ Niño de Atocha bendito,/ Santísima Trinidá.”

 

¡Esa es la fe del venezolano! ¡Sácame de aquí con Dios! Y es increíble cómo funciona cuando se invoca de corazón. Y eso fue lo que hicimos al jurar por Venezuela. Somos un pueblo noble a pesar de todos nuestros defectos. Le hemos dado la confianza a quienes no la merecen. Ya es hora del escudo, el rejón y el puñal de San Miguel, para enfrentar a Satanás. Y con fe, el Niño Dios que nace hoy nos sacará de aquí…Feliz Navidad para todos…!

 

Caracas, 24 de Diciembre de 2020

 

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viernes, 18 de diciembre de 2020

Variable principal

Por Luis Manuel Aguana

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La primera clase de mi carrera en Computación en la Facultad de Ciencias de la UCV, hace ya casi 50 años, trató sobre el concepto de variables y algoritmos. Cuando el profesor puso en el pizarrón la formulación a=a+1, todo el mundo saltó del asiento y  puso el grito al cielo! ¿Cómo era eso que la misma "variable" con una unidad sumada diera lo mismo? Y yo que me preciaba de ser bastante bueno en álgebra, la proposición de entrada me pareció chocante. Ese fue mi primer encuentro con un concepto que puede tomar desprevenido a cualquiera.

Y es que esa proposición no era “lineal” como lo habíamos aprendido todos en bachillerato, sino que involucraba algo que no se manifestaba allí de una manera explícita: el tiempo. Si “a” valía 2 en un primer tiempo, luego de aplicada la proposición citada, valdría 3 en un segundo tiempo. Esa era la manera de escribir que las cosas cambiaban, que no eran estáticas, y que “a” era una especie de recipiente que se movía en el tiempo de acuerdo a lo que quisiéramos. Que si el recipiente (la variable en este caso) tenía un valor en un momento, en el siguiente tendría otro de acuerdo a lo que programáramos. Así fue como aprendí por primera vez que contenido y recipiente eran dos cosas distintas.

Parece simple pero no lo es. Los venezolanos confunden todavía el contenido (Juan Guaidó) con el recipiente (la Presidencia Encargada), y el nombre que se le da al recipiente, esto es, la “variable”. Muchos hablan del término “variable” sin saber de qué se trata y cuál es su importancia. Los estudiosos de los números pueden tal vez saber de lo que se trata pero no el común de la gente. De allí que todavía crean que defender el contenido es igual que defender la variable. Y no es así…

Ahora bien, después de conocer el concepto respondan: ¿Qué fue lo que respaldaron de manera irrestricta la mayoría de las naciones, comenzando por los EEUU? ¿A Juan Guaidó Marquez o a la Presidencia Encargada? Me siento oyéndoles contestar correctamente: ¡A la Presidencia Encargada! ¿Y por qué? Porque esa variable, surgida de nuestra institucionalidad constitucional, se colocó justo frente al hueco increíblemente grande de una ausencia constitucional del Presidente Electo para el momento de su toma de posesión en enero de 2019, fecha en la cual por mandato del Artículo 233, el Presidente de la Asamblea Nacional, en ese momento Juan Guaidó Márquez,  debía encargarse de la Presidencia de la República. Entonces, Juan Guaidó Márquez se convirtió en el contenido de la variable principal del país, la Presidencia de la República.

Siendo Venezuela un país que no se mueve por Instituciones sino por las personas que las administran, ha sido muy difícil separar la variable principal de su contenido. Y esa es la razón por la cual los venezolanos confunden la chicha con la limonada en este asunto tan vital para la supervivencia de la esperanza para arrancar el tirano del poder. Nos hemos mezclado pero no fundido con el contenido del recipiente para realizar una operación audaz, como lo menciono el mismo Departamento de Estado de los EEUU. Eso es lo que he llamado “juntos pero no revueltos”. Hay una gran diferencia en eso.

No ha habido manera de explicar al país adecuadamente que ANCO no apoyó a Juan Guaidó Márquez para realizar una Consulta Popular después de presentar esa propuesta el 4 de Septiembre de 2020, sino a la Presidencia Encargada del país porque esa es la MEJOR institución que hemos tenido para combatir al régimen desde hace mas de 20 años. Que no podemos dejar sola a esa Institución, la variable principal de nuestra legitimidad política, porque perderemos la República, y que le hacemos un grave daño al país si por no saber cómo actuar con el contenido rompemos el recipiente.

Luego del apoyo irrestricto de los EEUU, oficializado por el comunicado de Global Public Affairs, del Departamento de Estado norteamericano, firmado por el Secretario de Estado Mike Pompeo al indicar: “La Consulta Popular fue un proyecto democrático audaz, al coordinar una votación transparente, tanto presencial como en forma virtual. Pese a todos los desafíos que entraña la vida en Venezuela —escasez de combustible, cortes del suministro eléctrico y el acoso del régimen mediante el bloqueo o la eliminación de sitios web, la intimidación violenta, la represión y la persecución—, ha sido un logro sin precedentes” (ver comunicado de los EEUU, en https://translations.state.gov/2020/12/16/estados-unidos-apoya-las-voces-del-pueblo-venezolano/), es nuestra convicción de que estuvimos siempre en el camino correcto al proponerle esta ruta para Venezuela a la Presidencia Encargada; y ella en haber tomado la decisión correcta de apoyarla, aun y con todos los problemas que se presentaron en su realización.

Algunos analistas y dirigentes políticos que han denigrado o minimizado de una manera mezquina este logro indiscutible del pueblo venezolano, comparándolo con los “resultados” que presento el régimen en su fraude del 6D-2020, deben recordar –y algunos de ellos leer por primera vez- el famoso discurso inaugural de toma de posesión del trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, John F Kennedy el 20 de Enero de 1961: “Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país.” (ver Discurso inaugural de JFK, en https://discursosparalahistoria.wordpress.com/2010/01/25/discurso-inaugural-john-f-kennedy/). Y eso lo digo por las múltiples preguntas e interpelaciones acerca de lo que haremos nosotros después de la jornada democrática del 7 al 12 de Diciembre de 2020, señalando a todos quienes tuvimos algún protagonismo para que ese logro se materializara como los únicos responsables de los próximos pasos a seguir.

Nosotros en ANCO si haremos algo con ese resultado y pronto lo informaremos en su oportunidad adecuada, así como informamos de nuestra propuesta para una Consulta Popular. Pero lo más importante es que ahora todos los venezolanos disponen de un MANDATO concreto, claro y constitucional que antes no teníamos más allá del deber señalado por la Constitución en el Artículo 333.

Nadie puede negar que ahora los demócratas venezolanos estamos un paso más cerca de conseguir la liberación de Venezuela que el día anterior a la Consulta Popular. Pero no servirá de nada si todo el mundo espera que “alguien haga algo” olvidando su propia responsabilidad, y denigrando de este logro porque fue apoyado por el contenido de la variable principal del país.   

Juan Guaidó Márquez seguirá siendo el Presidente Encargado y legítimo de Venezuela porque así lo decidió la institucionalidad que nos dimos con una Constitución votada en 1999. ¡Eso fue lo que apoyó el mundo entero, no al Diputado del Estado Vargas Juan Guaidó Márquez!

Por más que me disguste esa Constitución y trabaje por su cambio a la brevedad posible por los múltiples defectos que tiene, a ella es a la que le debemos el hecho de que tengamos esa variable principal frente al régimen, y debemos USARLA a favor de su desplazamiento inmediatamente. Reventar esa institucionalidad es un acto suicida que todos debemos rechazar, sin significar que estemos de acuerdo con lo que ha hecho hasta ahora el contenido de la variable principal, que por cierto se verá modificado en un tiempo posterior por la misma definición implícita en el concepto de variable, en el momento que logremos el objetivo por el que en primer lugar convocamos a una Consulta Popular al Soberano Pueblo de Venezuela…

Caracas, 18 de Diciembre de 2020

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