lunes, 27 de abril de 2020

El rol de la Oposición Civil

Por Luis Manuel Aguana

Desde que se formulara aquella famosa pregunta “¿Sociedad Civil? ¿Cómo se come eso?”, la Sociedad Civil venezolana ha dado vueltas en círculo para servir de contrapeso a las barbaridades que ha cometido tanto el régimen como la oposición oficial durante este periodo de oscurantismo de la historia de Venezuela.

En una reciente nota anterior (La Oposición Civil presente, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/03/la-oposicion-civil-presente.html), recordaba un término que acuñe en el año 2012, que iba más allá del consabido Sociedad Civil que todos los venezolanos conocemos, y que bauticé Oposición Civil:

“La Oposición Civil es la sociedad civil en su papel protagónico de los cambios, y su actuación en los asuntos públicos se manifiesta en su participación activa y contralora de los principales actores públicos. Siempre será opositora y les recordará permanentemente a esos actores que existe un país anónimo al que les afectan las decisiones y las políticas públicas que se apliquen a los ciudadanos. Son las personas de a pie que no militan en partidos pero que son ciudadanos conscientes que viven y quieren a su país, ONGs que tienen sus espacios civiles, personalidades generadoras de opinión sin vinculaciones ni rabos de paja, que están día a día aportando su granito de arena para las cosas se hagan bien. De haber existido antes esa participación decidida tal vez las cosas no hubieran llegado tan lejos y Chávez no existiría en la escena política venezolana.(ver Oposición Civil, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/08/oposicion-civil.html).

En el marco de esa Oposición Civil, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, ha actuado para que los protagonistas políticos entiendan que dada la situación de extrema gravedad institucional en que se encuentra Venezuela, era, es y sigue siendo necesario concurrir a la Soberanía Popular para producir los cambios que este país necesita, no solo el de expulsar a Maduro y sus delincuentes del poder. Los políticos han sido sordos a este planteamiento principista. Primero ante el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria que hemos hecho desde hace muchos años cuando nos llamábamos Movimiento Constituyente, y a partir del 2016 con la fundación de ANCO. De la misma manera posteriormente luego con nuestra propuesta de una Consulta Popular Plebiscitaria.

No ha sido nunca nuestra propuesta sustituir como Oposición Civil el rol de los partidos políticos. Los partidos en Venezuela -los nuevos y los viejos, todos- perdieron desde hace más de 20 años su rumbo democrático. No existe ni un solo partido político en Venezuela que haya renovado su liderazgo en elecciones democráticas internas y ofrecido una solución estructural para resolver los problemas del país, más allá de poner las caras de sus dirigentes para una elección. Todos están huecos. Es por eso que la Oposición Civil se ha hecho presente en sus diferentes manifestaciones y fue por eso que fundamos ANCO.

Pero eso no resuelve el problema. La Oposición Civil, salvo que sus dirigentes acompañen a los partidos políticos actuales en sus pretensiones de poder por el poder mismo, no puede sustituir por definición el rol de los partidos políticos, por mas horrible que haya sido su actuación. Los partidos actuales tienen la obligación de modificar su manera de actuar frente al país o perecer frente a otros nuevos que efectivamente vibren en la misma frecuencia de la ciudadanía. Y la cantera de donde saldrán esos nuevos partidos es, de nuevo, de la Sociedad Civil en su rol principalísimo de contraloría social de los partidos y los gobernantes que salen de ellos.

Si a nosotros no nos gusta algo que hagan los partidos, denunciémoslos. Insistamos permanentemente y critiquemos hasta más no poder sus actuaciones al frente de sus responsabilidades públicas. Pero la Sociedad Civil no ejerce el poder para la toma de decisiones. Solo nos movilizamos con actividades y hacemos presión para que actúen de la manera que creemos conveniente para los intereses del país. Y si aun no se logra que hagan lo que consideramos que deben hacer, entonces no quedará otra que participar directamente en los asuntos públicos, dando un paso adelante y creando nuevos partidos que si respondan a lo que la gente quiera, solicitando el voto de los ciudadanos para hacer nosotros mismos lo que esos lideres que criticamos no quieren hacer a favor de la gente. Así funciona el sistema.

El comportamiento de los partidos políticos en Venezuela ha dejado muchísimo que desear. En 1998 el bipartidismo tal y como lo conocíamos hasta ese año desapareció. Muchísimos de esos dirigentes podridos de los viejos partidos destruidos migraron a esa nueva plataforma que conformó Chávez para modificar la institucionalidad de nuestro país. Y los que sobrevivieron decidieron cohabitar con el régimen para sobrevivir. Estamos viendo ahora los resultados de eso. Hemos visto en estos 20 años que ese experimento no resolvió sino que agravó la enfermedad que ya traía Venezuela que hizo que precisamente un golpista resultara electo Presidente de la República. Y aunque surgieron otros partidos con caras nuevas, incluso muy jóvenes, estos lamentablemente siguieron la experiencia y las malas costumbres de los viejos. ¿Y porque esto ha sido así? Porque los ciudadanos verdaderamente preocupados nunca han querido dar el paso de integrarse a los viejos partidos para renovarlos, o crear nuevos para proponer soluciones para la población, quedándose en la acera de la Sociedad Civil, y así las cosas tampoco cambiaron para los venezolanos.

Cuando desde ANCO, como organización de la Sociedad Civil, solicitamos una Consulta Popular Plebiscitaria como herramienta para remover al régimen, lo que planteábamos en el fondo era generar en la práctica el mandato constitucional de un pueblo hacia los que tienen roles en el poder público para cambiar la situación política. Esa era la única manera que desde la Sociedad Civil podíamos hacer que ellos hicieran lo que nosotros pedimos. Al no lograrlo, siguieron haciendo lo que ellos han creído conveniente en su rol de “representantes” que les dimos con nuestro voto. Esas son las reglas del juego democrático.

El esfuerzo que están realizando distinguidos venezolanos de ponerle “representantes” a la Sociedad Civil del país a través de mecanismos novedosos basados en las redes sociales, es una aproximación moderna de darle forma a esa inquietud de movilización de la Sociedad Civil en su rol de contraloría social de lo que hacen los partidos políticos y sus dirigentes, pero nunca los representantes que se logren elegir a través de esos mecanismos podrían sustituir a quienes legítimamente resultaron electos con votos en la Asamblea Nacional o cualquier otro poder público de la actual institucionalidad venezolana, así eso nos disguste muchísimo porque en este momento no están cumpliendo con su rol de representantes. Han perdido legitimidad de ejercicio y es por eso que desde ANCO luchamos por cambiar estructuralmente la manera en como esos representantes ejercen nuestra representación pública, por una forma moderna y distinta donde los ciudadanos podamos ejercer su control. Y eso es parte de nuestra propuesta en el Gran Cambio.

Doy la bienvenida a todas las iniciativas que intenten organizar de alguna manera a la Sociedad Civil pero sin desviar el rol actual y posterior que debe tener en la salida de esta crisis. No existe una Sociedad Civil única, como no existe una representación de la humanidad porque somos seres humanos con expresiones diferentes. Existirán múltiples esas expresiones de los ciudadanos que tendrán sus representaciones legitimas y todas serán igualmente muy válidas y deberán continuar y fortalecerse; porque si hay algo que hemos ganado en estos últimos 20 años en Venezuela es la conciencia ciudadana de que nuestras vidas y la calidad en cómo la vivimos depende del ejercicio deficiente o eficiente de la actividad de los políticos que nos representan. Que nuestro rol como ciudadanos en la vida pública del país manifestado en una Oposición Civil fuerte debe ir más allá de ejercer un sufragio periódicamente. Y porque no lo hemos hecho es la razón por la cual nos hallamos en esta gravísima situación. No dejemos que nos arrebaten esa nueva condición ciudadana que hemos adquirido después de tanto sacrificio, haciéndola sentir para lo que vaya a suceder ahora y en el futuro de Venezuela.

Caracas, 27 de Abril de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

miércoles, 22 de abril de 2020

Hinderburgo, el llanero omniabarcante

Por Luis Manuel Aguana

No me lo presentaron, se presentó solo. Una tarde llegó a mi casa porque quería saber más de algo que habíamos comenzado a plantar en el país, el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente. Con ese tono campechano que solo tienen los llaneros, me explicó que había sido Diputado por el partido de Rafael Caldera, aquel famoso “chiripero” que llegó al poder en 1993 pero que se había retirado de la política de partidos decepcionado del resultado que había tenido todo eso que Chávez una vez llamó 4ta República, pero que le había caído en las manos por intermedio de un amigo común, un ejemplar del libro de la propuesta de cambio estructural del Proyecto País, y como buen ingeniero que era, lo analizó y quería saber más, no solo de la propuesta sino de quienes la habían formulado. El amigo le recomendó que hablara conmigo porque ya había escrito bastante en ese momento acerca de la propuesta.

Si esto es verdad, es algo por lo que vale la pena regresar a la política” me confesó Hinderburgo Becerra sin conocerle. Pero dejó claro que se refería a la otra política, a la política de verdad, no la que resulta de los conciliábulos que se hacen para alcanzar el poder por si mismo, sino alcanzarlo para aplicar lo necesario para el bienestar de la gente. Si alguien tenia claro el poder y sus fines era él. Les confieso que me inquietó porque no lo conocía. Me pidió muchos ejemplares del libro del Proyecto País Venezuela para entregarlos a “su gente” del Estado Guárico para hacerles “un examen” y evaluar su aplicación en el propio lugar de los hechos. Les confieso que me causó en ese momento cierta desconfianza entregarle tantos ejemplares que fueran a parar a cualquier lugar, pero en el grupo acordamos dárselos. El tiempo demostró que no fue un error sino la mejor inversión de nuestro proyecto en ese entonces. De su mano recorrimos el Estado Guárico con el Proyecto País Venezuela, en múltiples foros y discusiones enriquecedoras, conociendo gente valiosísima que nunca hubiéramos conocido de otra manera.

Hinderburgo Becerra era un operador político nato de esa política que conocen los venezolanos de jugar “caribe”. Se había movido en las mas altas esferas de la política como conciliador personal del Presidente Caldera, manejándose como pez en el agua entre todas las fracciones políticas del antiguo Congreso, en un gobierno que era franca minoría en ese período difícil del “chiripero” de Caldera, y salir adelante. Había que ser bueno en política para lograr eso, pero Hinderburgo me demostró en lo personal que no solo era bueno en política, sino que para ser exitoso en ella se requería calidad humana y de zamarrería política que pocas veces se dan juntas en un ser humano. Nadie creería eso de un político en Venezuela. Hinderburgo fue la prueba viviente que se podía ser político, honesto y ser humano al mismo tiempo en Venezuela.

Y eso fue lo que paso ayer, se nos fue un ser humano, un ser humano muy valioso. Ayer falleció Hinderburgo Becerra. Y es una perdida tan grande que difícilmente alguna vez podremos evaluar en su justa medida lo que perdimos, no solo por la calidad del ser humano que se fue, como ya se han ido tantos otros en este largo camino recorrido en nuestro Proyecto de un país distinto, sino por lo difícil que resulta conseguir que confluyan en una sola persona el conocimiento político de su país y de su Estado, la profundidad con la que Hinderburgo entendió la propuesta del Proyecto País Venezuela y finalmente la aplicación de esa propuesta para su Estado natal, el Estado Guárico.

Y aquí me referiré de manera egoísta al dolor desgarrador de perder gente de tanta valía cuando el país mas los necesita. Hinderburgo pudo ser otro rico mas de la 4ta República, disfrutando de millones mal habidos, como ya mismo lo están haciendo quienes ni siquiera han accedido al poder desde el gobierno interino. Se había retirado de la política decepcionado y volvió porque nosotros nos pusimos en el medio, pidiéndole que nos acompañara a rescatar lo que habían destruido, difundiendo una propuesta que consideramos lo mejor para Venezuela. Hinder, como le decíamos cercanamente, decidió después de viejo dejar las pantuflas de un cómodo retiro bien ganado de muchos años al servicio del país, enfermo como ya estaba de una operación de cáncer, para dedicarse a recorrer su Estado y el país para convencer a su gente que la política que había sido su vida, si podía ser interpretada mas allá de las banalidades y la corrupción rampante de quienes la ejercen ahora. Que existe una oportunidad, que no todo esta podrido. Y su vida de los últimos años demostró eso con creces. Nadie mejor que él la entendió, siendo como el lo había sido, protagonista de excepción del hecho político venezolano de las últimas décadas.

Disfrutó de sus últimos años blandiendo una nueva bandera política -de la política con “P” mayúscula- que trabajó intensamente para su Estado Guárico en una época donde los políticos solo quieren un puesto publico solo para tener poder y mandar. Tomó las bases escritas del Proyecto País Venezuela, las interpretó y escribió para su Estado. Fue un trabajo extraordinario y digno que todo guariqueño conozca, estudie y aplique. Les dejo una dirección en la red para que se enteren de “Propuesta Región Guárico, Estado Federado” de Hinderburgo Becerra (descargar propuesta en https://tinyurl.com/ybuknwfq), en la que Hinder explica con la minuciocidad que solo un ingeniero de excepción como el podría lograr, de que manera su Estado podía transformarse en una potencia agroalimentaria, con proyectos de agroindustriales, ferroviarios, agua y gas, con la consigna “El Guárico alcanza para todos y sobra...¿Hasta cuándo estaremos sentados sobre nuestras riquezas?”...Eso lo representó con un llanero guariqueño pordiosero, pidiendo monedas cuando estaba sentado sobre un lingote de oro. Esa idea fue de él. Lo sé porque me hizo la dibujar en esa lámina que ustedes verán en ese trabajo extraordinario en el que expresara realmente lo que somos los venezolanos. Eso es lo que esperamos para cada Estado de Venezuela.

En este momento lloro la impotencia de una Venezuela que se le mueren sus mejores hijos en el medio de una desidia y una incomprensión inenarrables. Pero peor aún la sordera de un país que todavía oye con embeleso las promesas huecas de una clase política que se niega a morir, al tiempo que se mueren venezolanos únicos que dejan aportes concretos de política para mejorar su país y su región. ¿¿¿¡Que injusticia es esa Dios mio!??? Y es aquí es en donde comienzo a comprender la angustia del Libertador en sus últimos días...

Nunca tuve ninguna duda del increíble aporte de los llaneros a la libertad de Venezuela. El único que lo dudó fue Hugo Chávez al denigrar de la figura histórica de José Antonio Páez. Afirmo sin lugar a dudas que Hinderburgo Becerra es la prueba de esos aportes que el Estado Guárico seguirá dando a Venezuela. Y esto me hace recordar el Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas, localizado en el Departamento de Boyacá en Colombia, considerado el monumento más grande de ese país, hecho en homenaje a la carga de 15 lanceros al mando de un venezolano, el Coronel Juan José Rondón, llanero del Estado Guárico, en la Batalla del Pantano de Vargas, y que fue a parar tan lejos de su tierra al mando del Libertador, peleando por la libertad de un continente (véanlo ustedes en https://es.wikipedia.org/wiki/Lanceros_del_Pantano_de_Vargas). Estoy seguro que en una Venezuela que yo no veré habrá un monumento en honor a los héroes civiles que reconstruyeron este país, y en alguno de ellos, tal vez el mas grande de su Estado Guárico, habrá uno que encabece Hinderburgo Becerra, como el de Juan José Rondón en Pantano de Vargas, cargando vencedor en contra de la ignorancia, la corrupción y la desidia que azotan a su pueblo.

Hinder solía llamarme a menudo muy temprano en la mañana para comentar cada vez que leía de madrugada alguna nota que le había gustado de las muchas que he publicado, refiriéndose inmerecidamente a mi persona como “un hombre de pensamiento omniabarcante”. Siempre me reí de eso con él porque quienes lo fueron solo están en los libros de historia y por supuesto muertos. Pero siempre me llamó la atención el término. Ahora que te has muerto hermano, me doy cuenta que en ti si aplica el término que me pusiste inmerecidamente. Fuiste mas allá de todo lo esperado y dejaste para las nuevas generaciones un profundo legado de amor y futuro para tu país y para tu Estado. Has abarcado todas facetas que un ser humano puede dejar de legado para su gente y su gentilicio en todas las direcciones posibles, la humana, la ética, y la política. A partir de ahora no se podrá hablar de decencia política en el Guárico sin mencionar tu nombre, te lo ganaste. Descansa en paz hermano, ya hiciste tu parte. Nos queda a los que quedamos hacer la nuestra...

Caracas, 22 de Abril de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

viernes, 17 de abril de 2020

Cambios, palabras y política

Por Luis Manuel Aguana

Así como en mis años mozos me encantaba la ciencia-ficción –y todavía me encanta-, después de viejo me fascina la política-ficción. Ambas hacen de alguna manera realidad las cosas que presentan. Es el ejercicio del concepto de la “profecía autocumplida”, siendo algo que termina por realizarse porque lo deseas. Aquellos con la suficiente edad recordarán como en los 60s todas las series de ciencia-ficción presentaban las llamadas telefónicas con video incorporado como de uso normal en un momento donde apenas las redes telefónicas pasaban los teléfonos de disco a tonos en los países desarrollados. En Venezuela solo teníamos teléfonos de disco. Ahora las videollamadas portátiles son de uso corriente como en la serie de dibujos animados futurista “Los Supersónicos” (“The Jetsons”) y “Viaje a las Estrellas” (“Star Trek”), incluso hasta mejores porque son gratuitas.

Recordé que fue de la extraordinaria película de política-ficción del 2002, “La suma de todos los miedos” (“The Sum of All Fears”), protagonizada por Morgan Freeman y Ben Affleck, la frase “Ten cuidado de lo que dices, las palabras tienen el hábito de convertirse en política”. 18 años después, los Estados Unidos aun temen y se han preparado para evitar la explosión de una bomba nuclear de origen terrorista en su territorio, como lo expone muy bien la película como una posibilidad cierta, lo que sería el inicio de una guerra atómica de impredecibles consecuencias.

Es por eso que todo lo que se expresa, se escribe y se debate en las redes sociales, que es el nuevo marco de la información nacional y mundial, terminarán tarde o temprano convirtiéndose en política, tal y como se convirtieron en realidad las videollamadas telefónicas y otras tantas maravillas que ha descrito la ciencia-ficción.

En Venezuela no hemos comenzado siquiera a debatir como quisiéramos que fuera nuestro futuro político, más allá de de los lugares comunes que da una clase política absolutamente devaluada y de sus nuevos protagonistas, que han aprendido todas las malas costumbres de sus mentores que todavía viven de la política venezolana, para desgracia de todos nosotros.

En la alborada de un nuevo amanecer político del país, que con el favor de Dios Todopoderoso deberá estar muy cercano, a partir del primer día posterior a la salida de quienes han conducido la desgracia de Venezuela, lo que vemos en nuestro inmediato futuro es a quienes estuvieron asociados con el régimen (y cuidado si no los mismos delincuentes disfrazados y mezclados con quienes se dicen opositores). Eso es lo que lamentablemente veo en nuestro futuro inmediato. Nada hasta ahora me dice que no será así, independientemente de quien termine siendo el que desplace a Nicolás Maduro Moros del poder, ya sea de afuera o de adentro.

Y no es muy difícil pronosticar que el G4 tomará control de la próxima transición, con factores de la política tradicional poniendo a personas en ese gobierno completamente alineadas con las estrategias de poder de los principales partidos. Suena obvio, ¿verdad? Y también lógico. Ninguno de los partidos que controlan la oposición oficial querrá quedarse fuera de lo que pase luego de la salida de Maduro. Pero ¿y cómo quedamos nosotros? Me refiero a la sociedad civil que reclama cambios sustanciales. Para las grandes mayorías, a la oposición oficial le bastará con restituir la comodidad de un país que existía previo al desastre de Chávez en 1998. Y muchos considerarían eso “suficiente” dado el impresionante estado de destrucción alcanzado durante estos últimos 20 años. Y “sería bastante” dirían muchos de ellos. Pero sería un engaño nuevo de una gravedad extrema porque Venezuela y el mundo han cambiado en todos estos años de destrucción interna masiva.

Para comenzar ¿de dónde saldrían los reales para intentar volver al “status quo” de 1998, sin la industria petrolera –en Recursos Humanos, organización y equipos- que teníamos en ese año y los mercados internacionales que se perdieron por esa destrucción? Ese jarrón chino se rompió irremediablemente. La antigua dirigencia política de la oposición oficial –y digo antigua porque toda lo es - nos intentará vender un plan de gobierno para administrar un edificio completamente destruido. Eso es como si lo que te ofrecieran, después de la destrucción de tu vivienda por un terremoto brutal, es un plan para vivir indefinidamente en carpas con aire acondicionado sin levantar un dedo para construir una nueva. O peor aún, que te ofrezcan construir la misma vivienda sin los cambios mínimos en su arquitectura para prevenir que sea destruida por un nuevo terremoto en el futuro, sin darte la oportunidad para soñar como sería la nueva, porque al fin y al cabo tienes que hacerla otra vez.

Pues bien, a partir de hoy comienzo a soñar mi nueva vivienda porque la que tengo está completamente destruida. Y no voy a permitir que quienes se hagan con el poder después de Maduro lo eviten tratando de volver a un pasado que nunca ocurrirá, ya bien sea por intereses, por  corrupción, por ignorancia en el manejo de los asuntos públicos, o por simple falta de amor por Venezuela. Voy a soñar con las videollamadas de los años 60s porque ese es el futuro que quiero. Y como las palabras tienen el hábito de convertirse en política, someto a la discusión pública algunos temas de importancia fundamental que a mi juicio deberían hacerse realidad y marcar el país donde vivirían las nuevas generaciones. Debemos discutir el Gran Cambio que NECESITA EL PAIS en la ventana de oportunidad que se abre con la transición de Venezuela después esta tragedia.

Y por ejemplo, ¿de cuales cambios mínimos estoy hablando? ¿Cómo sería la arquitectura de esa nueva casa donde viviríamos? Describiré por encima solo algunas de las habitaciones (puntos de referencia) a ver si a ustedes les gusta la maqueta. Posteriormente podríamos ver el detalle de cada una:

·         La representación del pueblo debe controlar el Poder Ejecutivo. No se puede seguir tolerando que cualquier Presidente de la República que venga haga lo que le venga en gana con los venezolanos y la Hacienda Pública. Ningún Presidente puede crear o eliminar Ministerios ni manejar presupuestos a su antojo, ni sacarnos de Acuerdos internacionales sin el consentimiento de la representación del pueblo. Su poder debe ser reducido, despiezado y entregado a los Municipios y Estados estableciéndose un nuevo Pacto Federal;
·         Se debe restablecer la representación de los Estados en el Parlamento. Esto es restituir el Senado de la República y darle pleno control de los ascensos de las Fuerzas Armadas y la aprobación final de las leyes. Eso no puede seguir en manos de ningún Presidente de la República;
·         Los Municipios y los Estados deben tener la capacidad económica y política para dar la calidad de vida que demandan sus ciudadanos. El poder debe acercarse lo más posible a los ciudadanos y esto solo es posible invirtiendo la pirámide del poder. Hay que establecer a la brevedad las autonomías de los Estados y Municipios, para que los ciudadanos tomen el control de su destino en cada rincón de Venezuela;
·         Los Estados deben replantear cuantos Municipios deben tener de acuerdo a su realidad poblacional, comenzando por convertir las Parroquias actuales en Municipios. No se puede seguir viviendo con una realidad ciudadana de 335 Municipios en todo el país y esperar buenos servicios públicos. Caracas debe tener alrededor de 30 Municipios para ser bien administrada adecuadamente en todos sus servicios;
·         Hay que repensar a fondo la industria petrolera y nuevos términos para el reparto de la renta, que sean completamente distintos a los actuales. La industria debe ser de Energía y cada Estado debe controlar a todo nivel sus propios recursos, incluyendo los petroleros y mineros, estableciendo sus aportes a un fondo federal. Si tiene más aportara mas al Pacto Federal;
·         Toda tierra deberá tener dueño. No podrá existir un solo metro de terreno en Venezuela “propiedad del Estado”, salvo aquellos decretados como de áreas de conservación natural y no serían “propiedad del Estado” sino de todos los venezolanos, producto de leyes de protección ambiental; 
·         Se requiere de un cambio URGENTE de los criterios de la representación ciudadana en el Parlamento. Los Diputados deben ser reales representantes de sus Estados, no de los partidos en los que militan. Que la representación de los Estados en el Parlamento salga de las Asambleas Legislativas y se roten durante todo el periodo legislativo. Debemos quebrar la dictadura de los partidos sobre nuestros representantes populares. Los partidos solo tendrían opción de cargos de representación popular para puestos de Diputados, Gobernadores y Presidentes de la Republica. Las Alcaldes y Concejales serian exclusivamente del ámbito de la Sociedad Civil;
·         Al rehacer el papel de los Estados y Municipios, debe como consecuencia  desaparecer la decimonónica figura del Situado Constitucional porque cada Estado deberá aportar, no que le aporten, a un fondo federal que sostenga servicios comunes a toda la República como las Fuerzas Armadas o Policía de Investigación de rango federal (que podría ser el CICPC);
·         La Educación, la Justicia, la Salud y las policías deben estar al nivel de los Estados y Municipios, con lineamientos nacionales comunes. El agua y la electricidad deben ser servicios controlados y garantizados localmente;
·         La Justicia deberá ser federada y cada Estado sostener y contar con una última instancia federal, una Corte Suprema de Justicia, con un sistema de independencia de jueces al punto de pensar que sean de carácter indefinido (de por vida) hasta que demuestren que no lo merecen, a través de controles estrictos de anticorrupción; y un sistema de carrera judicial tan cerrado y estricto como el de los militares. Sería la única manera de garantizarnos una justicia que nos llegue a todos por igual.

Estas son algunas de las habitaciones de la nueva casa que quiero para mi país. No están todas y algunas de ellas son solo ideas que deben discutirse y mejorarse en ese repensar del país. “Tenemos que REPENSAR A VENEZUELA. Tenemos que REINVENTAR LA DEMOCRACIA. Tenemos que REFUNDAR EL PAIS” como dice nuestro comunicado de ANCO del 28 de Marzo de 2020, el Gran Cambio (http://ancoficial.blogspot.com/2020/03/comunicado-anco-todos-los-venezolanos.html).

¿Han ustedes visto algún factor político en Venezuela hablando de estos temas trascendentales que incidirían sobre nuestras vidas en un futuro, en esta hora trágica cuando todos estamos en el medio del campo llorando porque nuestra casa está destruida? No, ¿verdad?

Se nos abre una oportunidad única AHORA QUE TODO LO DESTRUYERON para proyectar una nueva casa para las generaciones futuras. Si no la dibujamos, describimos, y menos aun discutimos, nunca será realidad. Si no se hubiesen presentado las videollamadas a la gente en los años 60s no las tendríamos hoy. Es muy posible que yo no vea esos cambios pero tal vez si mi nieta, y todas los nietas y nietos de Venezuela, que espero que para ese momento vivan en este hermosísimo país que sigo considerando el mejor del mundo. Por eso, y solamente por eso, vale la pena seguir trabajando tercamente para ese cambio expresado en esas palabras se convierta en una realidad política…

Caracas, 17 de Abril de 2020

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