viernes, 29 de marzo de 2019

No es el 187#11, es el R2P

Por Luis Manuel Aguana

De la información oficial de la rueda de prensa del Presidente Encargado Juan Guaidó el 27 de Marzo, extraigo el siguiente párrafo:

“No crean ese cuento que solos no podemos. Podemos unidos y movilizados, ¡claro que podemos! Y tampoco estamos solos, de cara a la comunidad internacional. Yo les pido confianza, no podemos depositarlo en un tercero. Si lo aprobábamos ayer en la asamblea (187-11) hoy no iba a pasar nada. Estamos siendo responsables con las expectativas y con la protección de los ciudadanos. Hay que evaluar esa línea de protección, *cooperación* internacional, intervención tenemos cubana y rusa y no la queremos.”

Estas palabras resumen el problema en el que estamos metidos los venezolanos: la oposición oficial, con Juan Guaidó a la cabeza insiste, a) que este es un problema venezolano; b) que con calle, calle y mas calle, y por supuesto más muertos y más tiempo, lo solucionaremos; y c) que podemos solos. En este momento ya no sé si lo hacen por interés político porque quieren una elección con el régimen, o por un problema ideológico porque “yo no quiero que me liberen los Estados Unidos”, Gilber Caro dixit, o por simple y pura estupidez, con la cual es imposible razonar.

Veamos:

a) Lamentablemente, el problema que tenemos en Venezuela escapo hacia otras fronteras, ya no es un “problema venezolano”. La magnitud y las implicaciones de la mega crisis que hay en Venezuela excedió desde hace rato la capacidad que tenemos para resolverlo. Y esto no dicho por mi sino por la OEA, los países del Grupo de Lima, los Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del mundo. Si eso no lo tiene claro la oposición oficial, tendremos a Maduro para rato y ese “cese de la usurpación” será solo un sueño inalcanzable;

b) La calle, calle y más calle puede ser necesaria pero de ninguna manera es suficiente. Y si se ofrece persistentemente como la “solución” no solo tendremos más muertos, sino más frustración. Es claro que sin una actitud de lucha tampoco saldremos y hay que sostenerla, independiente lo grave de la situación. Pero eso no puede venir solo, tiene que haber un complemento de esperanza cierto para seguir, como la promesa creíble de una ayuda en el cortísimo plazo. Si alguien se cae en un pozo profundo o se queda encerrado en una mina a kilómetros bajo tierra, si no tiene el ánimo de vivir pero con la esperanza verdadera de ser rescatado en algún momento, muere;

c) Si no se le habla claro y con la verdad a la población, actuando con la prepotencia y la autosuficiencia que nos muestra permanentemente la oposición oficial, no se obtendrá la necesaria colaboración y actitud unificada de la gente para salir adelante. Esto lo demostró con creces Sir Winston Churchill con su famosa frase ante el Parlamento británico, “No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Me encantaría esa actitud de parte de estos líderes, pero le mienten a la gente indicando una situación que saben que no se corresponde con la realidad. Que infeliz fue esa foto de Guaidó en la tarima de la Operación Libertad con toda esa partida de bates quebrados y corruptos. Me dio muchísima tristeza y me hizo preguntarme, ¿todos los muertos fueron para que quedara esa gente? Eso es lo que le resta credibilidad al Presidente Encargado, no yo escribiendo esta nota. Piensen eso…

Pero lo que me deja realmente indignado de esas declaraciones es la segunda parte: “…les pido confianza, no podemos depositarlo en un tercero. Si lo aprobábamos ayer en la asamblea (187-11) hoy no iba a pasar nada.”. ¡Por Dios! ¿Qué manipulación tan retorcida es esa? Trataré de explicarlo con un ejemplo sencillo.

Usted tiene una situación donde unos delincuentes fuertemente armados se han metido en su casa. Se encuentra desarmado y no tiene manera alguna de cómo enfrentar ese problema (¿le suena conocido?), pero tiene la posibilidad de llamar al 911 de emergencias, y en ese preciso momento se detiene a pensar que al instante que la policía irrumpa en su hogar a tiros, a usted o algún miembro de su familia puede salir herido o muerto. Los minutos son cruciales porque ya los tiene encima y tiene que tomar una decisión de enfrentarlos desarmado.

Tenga en cuenta aquí que ambas opciones no son de ninguna manera excluyentes, es mas son complementarias. Solo que si usted intenta hacerlo solo tiene la altísima probabilidad de salir muerto con su familia. ¿Qué haría? Cualquier persona con dos dedos de frente haría la llamada y dependiendo de la actitud de quien sea el protagonista se enfrentaría o no con los delincuentes esperando a la policía, pero eso es otra cosa porque la posibilidad cierta de ayuda viene en camino.

El Artículo 187, numeral 11 funciona como si usted autorizara a la policía después de haber hecho la llamada al 911 (aprobación de la Asamblea Nacional) para que entrara a su casa como sea para auxiliarle. Pero también es posible que la policía no llegue a tiempo o no llegue por alguna razón. Pero seguramente NUNCA llegara si usted no llama, es decir si no manifiesta su voluntad abierta de ser ayudado.

Pero suponga que usted no hace esa llamada y decide enfrentarlos solo. Además se ser estúpido, es su prerrogativa como dueño de su casa. Pero los vecinos se dan cuenta que hay delincuentes dentro de su casa y eso les afecta. Entonces son ellos los que deciden llamar al 911. La policía puede, como en el caso anterior, decidir no venir a auxiliar. Pero existe una normativa vecinal que les obliga moral y políticamente a intervenir (R2P), aun si el dueño de la casa no llama al 911 (Art. 187#11). Y aquí la cosa cambia radicalmente y el problema escala a otro nivel.

Los vecinos (y también usted internamente) saben que si no viene la policía los delincuentes no serán desalojados de su casa. Pero usted le está diciendo a su familia que se meterá a “héroe” y desalojará por “sus propios medios” a unos delincuentes fuertemente armados. ¿Qué diría su familia? Que usted se volvió loco.

Guaidó nos está diciendo “les pido confianza (para sacar a los delincuentes armados), no podemos depositarlo en un tercero (la policía)”. ¿Qué clase de mensaje es ese? ¿Qué diferencia hay en ese discurso con esa realidad del ejemplo? Y además agregando “Si lo aprobábamos (llamar al 911) ayer en la asamblea (187-11) hoy no iba a pasar nada (no vendría la policía)”. ¿Y porque no iba a pasar nada? Por el contrario, no pasará nada si no llama al 911.

Pero el remate es lo mejor (o peor): “Estamos siendo responsables con las expectativas y con la protección de los ciudadanos. Hay que evaluar esa línea de protección, *cooperación* internacional, intervención tenemos cubana y rusa y no la queremos”. Pues no están siendo responsables con la protección de los ciudadanos. La familia venezolana que está metida en la casa del ejemplo está siendo masacrada todos los días por los delincuentes fuertemente armados que se metieron, y están ejecutando crímenes en contra de los Derechos Humanos de la población.

Si no quieren llamar al 911 (autorizar el 187#11 en la Asamblea Nacional) eso no quiere decir que no exista la Responsabilidad de Proteger (R2P) del vecindario para que la policía se meta sin que se haya producido la llamada al 911 que irresponsablemente no están haciendo. No son ellos los que deben “evaluar la cooperación internacional” para determinar si la policía entra o no. DEJO DE SER UN PROBLEMA DE SOBERANIA PARA CONVERTIRSE EN UN PROBLEMA DE DERECHOS HUMANOS.

La Soberanía de los Estados queda subrogada cuando se ejecutan crímenes en contra de los Derechos Humanos de una población. Queda de lado cuando de hecho se conoce que se está produciendo un exterminio deliberado en contra de las personas en cualquier lugar del planeta. Y en Venezuela está plenamente comprobado. La actitud de los políticos al negarse a dar la autorización lo que hace es esconder la responsabilidad de las naciones de auxiliar a Venezuela  porque le envía al mundo un mensaje de una autosuficiencia inexistente. Porque entonces el vecindario diría “si sus representantes políticos dicen que pueden, ¿por qué habríamos de arriesgarnos nosotros?”. ¿Cuántos muertos más necesitan para comprenderlo?  ¡Más irresponsabilidad imposible!

Los venezolanos deben entender que la aplicación del Artículo 187, numeral 11 es meramente accesoria y que la Comunidad Internacional está en la obligación moral y política de intervenir, así no la hayan llamado, en atención al Principio de Responsabilidad de Proteger (R2P), para detener que se sigan cometiendo los crímenes plenamente tipificados en el Estatuto de Roma, que Nicolás Maduro Moros y su pandilla de criminales están cometiendo en contra de los venezolanos, así Juan Guaidó y la Asamblea Nacional aun no hayan acabado de entender este problema, subrogándolo a la estupidez nacionalista de Gilber Caro o el populismo condescendiente de la oposición oficial que insiste en ocultar la gravedad del problema para ir a unas elecciones.

Cuando insistimos en que sean los venezolanos los que decidan, no es por un simple capricho. Dada la gravedad de lo que ha ocurrido en Venezuela creemos que la restitución de un mínimo orden en el país no solo pasa por recibir la ayuda humanitaria del exterior en medicinas y alimentos, sino para reconstruir a Venezuela, como pasó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Aquí hará falta de todo, desde bombillos hasta repuestos para maquinaria agrícola e industrial. Todo fue destruido. Y hará falta especialmente ayuda en la reconstrucción de unas nuevas Fuerzas Armadas destruidas institucionalmente por el comunismo castrista.

Y esas nuevas Fuerzas Armadas deberán hacerse cargo de poner orden al caos que vendrá después de la caída de Maduro. Y esa decisión no es de Guaidó ni de nadie de esa Asamblea Nacional, entre otras razones porque no nos representan, en virtud de que nosotros no votamos por ellos, votamos en contra del régimen el 6D-2015. Por lo tanto, y dada la gravedad de la situación planteada, esa decisión es de cada venezolano. De allí que solicitemos esa Consulta Popular para autorizar a la Comunidad Internacional, ejerciendo directamente nuestra soberanía, para que ingrese en nuestra casa porque es su obligación en base a una responsabilidad asumida por ellos en el 2005, y de paso autorizar el 187#11 como requisito constitucional (ver Manifiesto para la Consulta Mundial, en http://ancoficial.blogspot.com/2019/03/comunicado-anco-manifiesto-ciudadano.html).

De modo que esa Consulta NO ES PARA AUTORIZAR EL 187#11 sino para autorizar la liberación de Venezuela por la vía de la fuerza, para impedir inmediatamente que se sigan cometiendo delitos en contra de los Derechos Humanos, al exigir a los países el cumplimiento del R2P. El 187#11 sale como una consecuencia posterior de esa decisión. Nótese muy bien la diferencia. Así que NO es el 187#11, es el R2P.

Si la oposición oficial y sus seguidores fanáticos insisten en seguir recetando aspirinas a un cáncer, tergiversando el clamor de los venezolanos, lo seguiremos pagando con más sangre de la que ellos afirman no desear derramar. Los venezolanos ya estamos en un problema de derramamiento de sangre, solo que queda en manos de quienes son responsables si se derrama más de la que se debería por ambiciones de poder, inexperiencia o simplemente estupidez.

Caracas, 29 de Marzo de 2019

Twitter:@laguana

martes, 26 de marzo de 2019

Elecciones fraudulentas o R2P

Por Luis Manuel Aguana

Lo voy a decir claro y sin tapujos: existe un plan de la oposición oficial de venderle a los venezolanos unas elecciones con la participación de Juan Guaidó como candidato en contra de Nicolás Maduro. Y falta solo la aprobación de Leopoldo López. Aparte de la locura de aceptar a Maduro como supuesto candidato (no solo por ser extranjero y convicto por ladrón), y la estupidez de convencer a Venezuela de ir a unas elecciones saliéndose de la ruta establecida que comienza con el “cese de la usurpación”, el planteamiento es retrogrado y pasa por pensar a estas alturas que los que todavía nos quedamos en Venezuela somos un atajo de estúpidos resignados. Lo retorcido del solo planteamiento es asqueroso. ¡Por Dios! ¿Qué habremos hecho los venezolanos para merecer esa oposición?

Y aun si no fuera Maduro el candidato, plantear la inversión de la ruta –elecciones primero- porque aun no se produce el famoso “quiebre” del régimen, es simplemente suicida. De allí que Stalin González se encuentre trabajando a todo vapor para salir con una propuesta de unos Rectores del CNE “equilibrados”, y que como consecuencia del “arrase” de la figura de Guaidó a nivel nacional, Maduro o cualquier otro que ponga el régimen “perdería” las elecciones. ¡Y listo! Así saldríamos del régimen y todos seriamos felices, en especial la corrupción régimen-oposición. ¡Pareciera que no han vivido en Venezuela en estos últimos 20 años!

En lo particular espero que Juan Gerardo Guaidó Márquez (si, su nombre completo) no se preste a semejante vagabundería corrupta. Aunque de acuerdo a muchos analistas sería parte principal de cualquier jugada de cohabitación futura, porque es protagonista principal del acuerdo del G4 para esa solución política ante la dificultad de lograr el “quiebre” del régimen. Prefiero ver más de esta película para llegar a esa conclusión.

La insistencia de la oposición oficial en la ruta electoral para salir del régimen sin haber desalojado a Nicolás Maduro Moros de Miraflores no es de ninguna manera nueva. Viene desde mucho antes del Referendo Revocatorio abortado ilegalmente en 2016. Han desconocido la autoridad del Tribunal Supremo de Justicia legitimo en el exilio que sentenció en Bogotá a Nicolás Maduro Moros en Octubre de 2018, a 18 años y 3 meses de prisión, y ordenó un nuevo sistema electoral con base manual para Venezuela en sentencia del 13 de Junio de 2018.

Ese patético cuadro obliga a que toda solución que se le de a la crisis política venezolana pase por aceptar a los delincuentes que tienen secuestrado el poder en Venezuela, tolerando elecciones amañadas permanentemente con un CNE fraudulento y reafirmadas por un Tribunal Supremo de Justicia a las órdenes de Maduro, y presidido por un ex convicto. Esta postura recibe cada vez más el NO rotundo del pueblo venezolano.

Luego del 23 de Enero de 2019 con la irrupción al escenario político venezolano de una figura fresca que encarno las esperanzas casi perdidas de los venezolanos, y con el establecimiento de una ruta clara que comenzaba con la salida primero de Nicolás Maduro Moros del poder, se reactiva la protesta en las calles y se le da un nuevo impulso a la oposición de la gente a la tiranía.

El mantra, como he llamado a la secuencia lógica, 1) Cese de la usurpación; 2) Gobierno de Transición; y 3) Elecciones Libres, se posicionó de la mente de todos los venezolanos como la manera de resolver la crisis de nuestro país. Nadie cuestionó la lógica de esta sucesión de eventos. Pero el primer paso, que algunos “boys scouts” de la Asamblea Nacional creyeron que se daría de inmediato porque se iba a introducir “si o si” la ayuda humanitaria por la frontera el 23 de Febrero, no se dio. Se le mintió descaradamente al pueblo venezolano en ese “si o si” porque pensaron que las Fuerzas Armadas se “cambiarían de bando” solo porque el gobierno impediría que la ayuda humanitaria ingresara al país. Más improvisado imposible.

No pasó el “quiebre” y comenzó el calvario. El tiempo pasa y la aceleración de la crisis es brutal. Los apagones, la hiperinflación, la falta de agua, alimentos y medicinas, han agravado al extremo las condiciones de vida de los venezolanos. Y en el medio del camino, las tendencias medidas del respaldo de Juan Guaidó como Presidente de un Gobierno de Transición pasan del 81,4% el 23 de Enero al 63,3% el 14 de Marzo de 2019 (ver Meganalisis en https://twitter.com/Meganalisis/status/1107700862233862144) en una caída vertiginosa de casi 20 puntos. El respaldo popular es crítico para los políticos, y como hay que hacer algo porque el quiebre no se produce, ahora están preparando el brebaje de unas elecciones con Maduro para hacérselo tragar a los venezolanos. Y el “quiebre” nunca se producirá porque entendieron finalmente la realidad: las Fuerzas Armadas están destruidas y lo que queda de ellas está en poder de una fuerza militar extranjera, todo esto por obra y gracia del régimen castro-chavista-madurista.

¿Cómo es posible que la solución de Venezuela pase por tolerar, por la vía electoral, la existencia de unas Fuerzas Armadas controladas por un país extranjero? ¿Cómo es posible ni siquiera considerar que se vaya de nuevo a un proceso electoral, demostradamente fraudulento y controlado por el régimen? ¿Cómo es posible que aun la oposición oficial de Venezuela insista en un proceso electoral sin antes haber salido del régimen de Nicolás Maduro Moros, invirtiendo el orden de los factores de la ruta que se le vendió a los venezolanos? Mi respuesta es que todo eso es posible porque la oposición oficial ya es parte del régimen a través de operadores políticos comprados en la Asamblea Nacional.

De allí que entendamos que factores del gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó se opongan y obstaculicen internacionalmente la solución inmediata al problema venezolano como lo sería la aplicación de la Responsabilidad de Proteger (R2P) para Venezuela de la Comunidad Internacional, con la negación de la Asamblea Nacional a la autorización del empleo de misiones militares extranjeras en el país, como lo establece el Artículo 187, numeral 11, para el acompañamiento de la Ayuda Humanitaria (ver Factores del Gobierno de Guaidó se oponen y obstaculizan intervención en Venezuela

Entonces tenemos dos posiciones encontradas para resolver el problema y queda a los venezolanos decidir cuál de las dos debe ser aplicada: o unas elecciones fraudulentas controladas por el régimen o la aplicación del Principio de la Responsabilidad de Proteger (R2P) con fines humanitarios que ponga fin a la usurpación para continuar la secuencia planteada desde el 23 de Enero. Creemos que lo grave de la situación de Venezuela sobrepasó a Guaidó y a la oposición oficial colaboracionista por lo que creemos que ya el asunto debe ser consultado al pueblo venezolano.

La Alianza Nacional Constituyente Originaria-ANCO ha hecho una propuesta que plantea elevar a la consideración de los venezolanos, en Venezuela y en el exterior, este problema que nos agobia a todos, a través de una Consulta Popular, preguntando directamente a los venezolanos en los siguientes términos:

¿Autoriza usted, en ejercicio directo de la soberanía popular, a los países que en la Comunidad Internacional sean aliados de la libertad del pueblo de Venezuela, a que integren una Misión Militar Extranjera de Paz con fines humanitarios, para que ingrese en territorio venezolano con el objetivo de proteger, socorrer y liberar al pueblo, realizando las acciones que fueren necesarias para el cese inmediato de la usurpación en que ha incurrido Nicolás Maduro Moros al ejercer, de facto, la Presidencia de la República? (ver Manifiesto para la Consulta Mundial, en http://ancoficial.blogspot.com/2019/03/comunicado-anco-manifiesto-ciudadano.html). Esta autorización tiene unos alcances que pueden revisar en el referido enlace).

Una Consulta Popular de esta naturaleza tendría un poder de movilización incomparable y extraordinario en Venezuela. No sería un Cabildo, ni una Asamblea de Ciudadanos, ni una marcha, sería una manifestación de voluntad contundente e incontestable dirigida directamente a la Comunidad Internacional. De esa manera, ni la Asamblea Nacional, ni Juan Guaidó o ninguno de sus representantes en el exterior podrían hablar más por nosotros, quienes estamos sufriendo esta tragedia, ya que estaríamos ejerciendo de manera directa nuestra soberanía como lo establece el Artículo 5 de la Constitución Nacional. Quedaría de parte de la Comunidad Internacional venir o no en nuestro auxilio. Esta Consulta no estaría en contra de los esfuerzos de Juan Guaidó, sino todo lo contrario, sería una manifestación claramente complementaria a la ruta que se nos planteó a los venezolanos, cuyo primer paso es el “cese de la usurpación”.

No se puede luego tener un Gobierno de Transición y menos aun Elecciones Libres sin haber salido de estos delincuentes que han impulsado una invasión comunista armada dentro de nuestro país. Y eso no se puede hacer sin el uso de una fuerza armada inspirada en principios democráticos. Si esa fuerza ya no existe en nuestro país porque fue extinguida deliberadamente por los invasores, nosotros los dueños de la Soberanía debemos solicitarla.

Caracas, 26 de Marzo de 2019

Twitter:@laguana

lunes, 25 de marzo de 2019

Constituyente en Transición

Por Luis Manuel Aguana

Cada vez que escucho que “hay que defender la constitución de 1999” se me descompone el cuerpo. Chávez llego al poder bajo la consigna Constituyente, y en lugar de acelerar el trabajo de reforma necesario que se había estado realizando a la Constitución de 1961, y que todos los gobiernos antes de 1999 no tuvieron el coraje político de aplicar, creo un adefesio que le dio más poder del que ya tenían los Presidentes pero sin los controles institucionales necesarios para frenarlo. Ahora resulta que nos estamos agarrando de las pocas cosas rescatables del texto constitucional de 1999 cual tabla de salvación, para poder salir de este túnel oscuro que lleva ya 20 años.

Venezuela deberá de alguna manera encontrar el camino para un cambio constitucional que enderece el entuerto de la Constitución de 1999. Los ascensos militares a los Altos Mandos no pueden seguir estando en manos del Presidente; ni tampoco puede seguir inexistente la representación de los Estados en el Parlamento, que no es otra cosa que la Cámara del Senado, siendo Venezuela un país Federal, y que esta sea la última alcabala para aprobación de las leyes; ni puede seguir siendo el Presidente de la República dueño y señor de la Hacienda Pública Nacional, que disponga a su antojo del dinero de los venezolanos. Ese poder en la administración de los dineros públicos debe pasar a ser repartido constitucionalmente a los Municipios y los Estados conjuntamente con la autonomía política, luego de haber hecho una profunda reforma político-territorial en todo el país, modificando la distribución de los Municipios actuales con la creación de nuevos a la luz de la realidad actual.

Eso, aparte de ser lo mínimo que hay que cambiarle a la Constitución antes de siquiera considerar entregarle el poder a cualquier otra persona, debería ser el inicio para una discusión a fondo de un cambio de envergadura del texto constitucional que proyecte la Venezuela post castro-chavista-madurista socialista hacia una nuevo país, basado en el trabajo y en la producción del inmenso potencial que tiene cada región de Venezuela. Y el momento para comenzar a hacerlo debería ser el segundo después del “cese de la usurpación”. Venezuela ya se encuentra en ruinas y el trabajo de construcción de un nuevo país aun no comienza.

No encuentro un mejor momento que ahora para comenzar esa discusión. ¿Y por qué? Porque el estado de destrucción en que encontraremos las instituciones luego de salir de esta plaga, impone su redirección hacia formas modernas de administración del Estado. Ese proceso de reformas podría comenzar a plantearse inmediatamente, regresando en algunos casos a las discusiones que existían en la antigua Comisión para la Reforma del Estado-COPRE con la intención de ajustar un futuro texto constitucional a los nuevos tiempos, en base a una nueva concepción de país. Y esa evaluación será de absoluta necesidad hacerla, comenzando con el sistema electoral de los venezolanos.

Y no me estoy refiriendo a las discusiones de un programa de gobierno que lleva el nombre de “Plan País” sino de una verdadera reestructuración y modernización del Estado venezolano. Esas discusiones –si es que han existido- han quedado de lado ante la urgencia de salir de la usurpación de Nicolás Maduro Moros a la brevedad posible y la inminencia posterior de un Gobierno de Transición que garantice a través de un proceso electoral limpio el retorno de la democracia. Sin embargo en la Alianza Nacional Constituyente Originaria-ANCO no hemos olvidado la necesidad de un proceso Constituyente, aunque nuestra prioridad sea en este momento el “cese de la usurpación”, suerte de mantra que mantiene entrampada a la oposición venezolana.

De allí que nuestra propuesta para coadyuvar y acelerar el “cese de la usurpación” sea una Consulta Mundial (ver Manifiesto Ciudadano para la Consulta Mundial, en http://ancoficial.blogspot.com/2019/03/comunicado-anco-manifiesto-ciudadano.html) que movilice a la población dentro y fuera de Venezuela democráticamente para exigir el auxilio humanitario de la Comunidad Internacional custodiado de fuerzas militares extranjeras y ordene el “cese de la usurpación”, ayuda a la que están moral y políticamente obligados los Estados miembros de la ONU, basados en el marco del Principio de la Responsabilidad de Proteger (R2P).

El Presidente Encargado no debería desperdiciar esta oportunidad de acompañar al pueblo para que decida su destino a través de los mecanismos de participación ciudadana establecidos en la Constitución. De esa manera estaría actuando con un sólido respaldo nacional para tomar decisiones tan complejas como decidir inmediatamente la solicitud de una misión militar extranjera de acompañamiento a la ayuda humanitaria que no ha ingresado al país, y que no se detenga el flujo de ayuda.

De ser exitosa tal consulta y movilización, el Presidente Encargado tendría el piso político suficiente para conducir el Proceso de Transición y desde allí decidir lanzar la iniciativa para debatir los cambios constitucionales necesarios en la reinstitucionalización del país para que empiecen a regir en Venezuela a partir del siguiente proceso electoral. No tendría sentido todo este esfuerzo si no se le da la oportunidad a Venezuela de entrar verdaderamente al siglo XXI de la mano de un nuevo y verdadero Pacto Social, y no a partir del producto de una Constituyente que no fue la representación cabal de los legítimos intereses de todos los venezolanos en 1999. De allí la necesidad de enmendar ese error.

¿Les parece escandaloso? Pues debemos comenzar a pensar en grande sin perder el tiempo. El “socialismo del Siglo XXI” nos ha hecho retroceder no menos de 100 años en nuestro desarrollo. Y si bien es cierto que la Constitución de 1999 nos debe ayudar a salir del túnel oscuro, no será ella la que nos ayude a cubrir hacia el futuro lo que hemos retrocedido institucionalmente. Esa discusión deberemos iniciarla inmediatamente al salir de la tiranía.

No estoy planteando aquí que se llame a un proceso constituyente al siguiente día del “cese de la usurpación”, pero si llamarlo durante el periodo de la transición después de realizados los cambios necesarios al sistema electoral venezolano, que es el primero que debe ser intervenido. Debe llamarse de urgencia un proceso constituyente inclusivo donde se discuta un nuevo Proyecto de País y hacia donde debe ir Venezuela al cierre de esta pesadilla. Tiene que ser discutido allí el nuevo papel de las Fuerzas Armadas luego de este periodo nefasto de la historia de Venezuela, así como la reconstrucción de nuestra principal industria. Para ANCO es de vital discusión la descentralización del poder, así como una nueva distribución político-territorial que acerque la solución de los problemas a los ciudadanos.

Habrá muchos y gigantescos enemigos de este planteamiento por un sinfín de razones, la mayoría de ellas asociadas la corrupción que ha imperado en este régimen, asociado con sus pares de la oposición oficial (para mayor información de este mal que deberemos enfrentar les recomiendo escuchar la entrevista a  Alek Boyd, realizada el 10 de Marzo de 2019, Todo lo que querías saber sobre la oposición y tenías miedo de preguntar, https://quemas.fr/2019/03/060-todo-lo-que-querias-saber-sobre-la-oposicion-y-tenias-miedo-de-preguntar-feat-alek-boyd/).

Todavía tengo la confianza que llegaremos a esa transición, pero más aun que lleguemos a ella con un claro sentido de cambio a futuro de las manos de personas conscientes que es necesario pero no suficiente “recuperar la democracia y la libertad” y hacer elecciones libres, sino establecer los seguros necesarios para no perderlas de nuevo.

Caracas, 25 de Marzo de 2019

Twitter:@laguana