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jueves, 31 de julio de 2014

La perspectiva ciudadana del Proyecto País Venezuela



Por Luis Manuel Aguana

Intervención en la Asamblea de Ciudadanos para el lanzamiento del Movimiento Constituyente y del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente. San Cristóbal, Estado Táchira, 31 de Julio de 2014.

Buenas tardes. Me siento honrado, no solo por la invitación que me han hecho a este acto que considero histórico, sino por compartir de primera mano las ideas de un Proyecto único en su naturaleza, que estoy seguro cambiará el curso de la historia de Venezuela. Así, de ese tamaño, es el compromiso que asume hoy el Táchira en este momento.

Sería osado para cualquier persona hablar en el Táchira acerca de lo que pueden hacer los ciudadanos para salvar la democracia venezolana. Ya el Táchira ha dictado cátedra en esa materia, y la sigue dictando. Por eso estamos aquí. Y solo por esa razón me atreveré a resaltar algunos aspectos que sí creo importantes señalar habida cuenta que todavía a estas alturas del debate político nacional aun se cree que es una “locura” convocar al Pueblo Soberano para, citando a la Constitución en su artículo 347: “…transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

La interpretación del momento histórico y el significado del porque actúan las masas populares no es un asunto sencillo de tratar. Leoncio Martinez, el inmortal Leo, en el editorial de su Semanario “Fantoches” del sábado 26 de septiembre de 1936, titulado “El Significado de las Masas Populares”, indicaba:

Los pueblos no siguen a sus agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los pueblos no conocen agitadores sino intérpretes, por eso siguen a quien les promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se sienten víctimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones, definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como intérprete, no tradujo sino la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa; Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba.(Subrayado nuestro) (http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html)

Y de esto último es de lo que trata el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente, de un programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se desea para Venezuela. En esta ocasión va de la mano de quienes han interpretado correctamente un sentimiento de cambio sobre el cual encausar toda la energía contenida en un país hambriento de respuestas y soluciones.

El Táchira ha sido fiel intérprete del sentimiento del país, primero al alzar su voz en las calles clamando por democracia y ahora indicando la vía correcta por la cual transitar para el logro de un sueño común para todos: una Venezuela democrática, próspera y llena de oportunidades.

En mis continuas discusiones del Proyecto País Venezuela siempre me he topado con quienes han asumido la posición pasiva de la espera de una solución militar, aduciendo el argumento de que los venezolanos somos incapaces de organizarnos para propiciar un cambio en el país. Pues no es así. Cada venezolano, con o sin uniforme, tiene el deber y la obligación de hacer restituir el imperio de la Constitución “si dejare de observarse por acto de fuerza” como bien reza el artículo 333 de la Constitución. Y vaya que se ha dejado de observar por acto de fuerza…

Obviamente que no podemos hablar por los que tienen uniforme, ni sabemos si están haciendo algo porque se restituya “el imperio de la Constitución”. Lo que sí vemos es lo que se percibe en las calles de San Cristóbal: una ciudad venezolana ocupada por su propio Ejército para evitar la protesta ciudadana, a la que tiene pleno derecho. Pero la sociedad civil en su más amplia expresión si está determinada a que las cosas cambien y estamos haciendo lo que nos corresponde. Por eso estamos aquí haciendo manifestación cívica de lo que la sociedad civil puede hacer en este lanzamiento para todo el país.

La sociedad civil se echó a las calles para un cambio que no resulto exitoso. En marzo de este año escribí una nota que titulé “El Operativo Libertad” (http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/el-operativo-libertad.html). Decía allí que los venezolanos, de acuerdo a una investigación muy seria conducida por Elena Granell, David Garaway y Claudia Malpica, publicada por el IESA en 1997, son proclives a organizarse en una forma que poca gente del mundo comprende: los operativos. Decían los investigadores:

“¿Por qué nos encantan los operativos? Un operativo tiene varias características estrechamente asociadas a los rasgos del venezolano. Es un reto (somos sensibles al reto), requiere de un esfuerzo conjunto con otra gente (nos gusta trabajar en grupos), tiene un tiempo limitado, (entusiasmo y energía pero poca perseverancia) y es un esfuerzo de todos. En resumen, la combinación de la necesidad de afiliación y de calor humano, visión del día a día y la sensibilidad hacia lo novedoso, el reto y las nuevas ideas, generan las condiciones para que se dé un rasgo cultural fundamental en el venezolano: el del trabajo intensivo, concentrado en el tiempo, con la colaboración y entusiasmo de todos para lograr un resultado concreto en muy poco tiempo (1) (subrayado nuestro).

¿Y qué pasa cuando se termina el operativo? Todo vuelve a nuestra “normalidad”, en especial si este no es exitoso. Si el régimen se tambaleó con lo que sucedió aquí en el Táchira por un “operativo” que surgió de las entrañas mismas de la población descontenta, imagínense si ese “operativo” hubiera tenido éxito en todo el país. Pero eso no sucedió. No era solo del Táchira la responsabilidad de regresar al imperio de la Constitución, era de toda Venezuela. Ustedes, los estudiantes, la sociedad civil, el pueblo tachirense, marcaron una pauta de comportamiento acerca de cómo enfrentar y resistir a una dictadura.

Ahora, estamos proponiendo un “operativo” diferente (y aquí me incluyo como “tachirense” invitado – ¿por qué si Maduro habiendo nacido en Cúcuta dice que nació en El Valle en Caracas, no podría yo, siendo de Caracas, con más razón decir que nací en San Cristóbal?) organizando desde el Táchira para Venezuela una nueva lucha, distinta en propósito pero con la misma contundencia, con esas tres características básicas: trabajo intensivo, colaboración entusiasta de todos y concentrado en el tiempo. ¿Y cuál es la diferencia fundamental? Que se hará para cambiar las estructuras políticas del país, empoderando a las regiones de sus recursos y de su propio desarrollo, estableciendo un propósito común para nuestra lucha civil que no es otro que lograr un Estado Federal de Poder Descentralizado vía un proceso Constituyente (ver Proyecto Pais Venezuela Reconciliada Vía Constituyente en http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Nuestro nuevo “operativo” deberá entonces centrarse en convencer y reclutar seguidores para nuestro Proyecto País de toda la sociedad civil en todos los Estados de Venezuela, para luego recolectar las voluntades necesarias para hacer realidad la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que logre implantar ese Proyecto. Esta labor ya ha comenzado con el extraordinario esfuerzo de tres tachirenses insignes: Enrique Colmenares Finol, Luis “Balo” Farías y Luis Granados, pero que aún no termina y que necesita más adeptos y más recursos.

Convencer a los venezolanos que ese proceso Constituyente es de todos, porque de los pueblos de toda Venezuela, de sus dolientes, deben salir esos diputados constituyentes, con cuya ciudadanía contamos para hacer realidad el Proyecto País en una Asamblea Nacional Constituyente. A quienes van a representar realmente esos Constituyentes son a los venezolanos que desean un cambio estructural de la forma en que se ha gobernado Venezuela y la manera en que se han administrado nuestros recursos, no a una particular parcialidad política porque esto NO SE TRATA de una carrera electoral de los partidos. Se trata de un  pueblo pensando en la próxima generación, no de unos partidos pensando en un próximo gobierno. Es por eso que el Proyecto ha tomado vida propia en los Estados que se han visitado hasta ahora en el país.

Deseo terminar esta intervención con las mismas palabras que utilizó Leo en su editorial que ha quedado para la historia, exigiendo una mejor interpretación del significado de las masas populares, oponiéndose a una visión equivocada del pueblo por parte de su dirigencia, y que aún perdura en nuestros días:

“A nombre de ese pueblo que sabe lo que siente y sabe lo que quiere, a nombre de esa masa que es la misma que luchó y venció al lado del Libertador hasta lograr implantar las doctrinas de la democracia y la igualdad social, a nombre de ese conglomerado consciente que no ha servido de pedestal para la gloria de nadie sino para su propia gloria, ya que el Libertador era a la vez hombre y masa, porque dentro de él dormía el pueblo libre a que aspiraba, pedimos para Venezuela la legítima apreciación de la democracia, de esa democracia siempre reñida con quienes pretenden imponer sin oír, gobernar sin acatar...”

Esa masa es la sociedad civil venezolana, cuya perspectiva ciudadana quieren relegar como rebaño los partidos y sus dirigentes. Ya dejamos de ser seres inermes y sin propósito. Esa masa se convirtió en ciudadanía consciente de su responsabilidad histórica luego de tanta decepción y engaño. Y que ya no solo exige un cambio fundamental para ser gobernada, sino que está actuando en consecuencia, haciendo valer su derecho a ser oída y acatada. Ese cambio comienza ahora, con un Proyecto País de la mano de todos nosotros, un propósito y la determinación de unos gochos que han sido ejemplo para toda Venezuela.

Muchas gracias.

San Cristóbal, 31 de Julio de 2014

Twitter:@laguana

(1)     Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Graraway, Malpica, Ediciones IESA 1997, 234p, ISBN 980-217-189-1

domingo, 28 de octubre de 2012

De bagre a bagre, la lucha continúa



Por Luis Manuel Aguana

A la muerte del “bagre” Juan Vicente Gómez, como así le llamaban los opositores de principios del siglo XX, ocurrió la transición política más importante del siglo pasado. Luego de dominar al país por 27 años, sorteando y dominando a todos sus opositores, Gómez pudo morir en la silla. Tenía el control férreo del aparato del Estado, sus ingresos, y utilizó de la manera más abyecta su conocimiento de las debilidades del venezolano.

A aquellos que no dominaba con dinero,  prebendas y poder los eliminaba en los calabozos de La Rotunda o dentro de las paredes del Castillo de Puerto Cabello. Aquellos que le sobrevivieron en el poder nunca estuvieron a favor de sus métodos pero estaban a su lado cuando murió.

Me sorprende cuan parecido es lo que pasa en la Venezuela del Siglo XXI del 2012 con lo que pasó a principios del Siglo XX, durante ese 1935 de la muerte del “bagre” Gómez. Una diferencia es que Gómez no requirió de la tecnología de la información moderna de un CNE para su sostenimiento en el poder. Le bastaba con mantener el control firme del Ejército y una lista de nombres excepcionales en las posiciones de poder.

Las mejores mentes de la Venezuela de principios de siglo estuvieron en el gabinete de Juan Vicente Gómez. Esto último sería lo único que le faltaría a Chávez para ir más allá de los 20 años que estará en el poder, si la naturaleza lo deja, de acuerdo a los resultados del 7-O. Si licuáramos a todos los ministros de Chávez dudo que saquemos alguno de la talla de uno solo de los ministros de Gómez.

Hago estas reflexiones porque después del “bagre” Gómez, Chávez es el único venezolano que ha estado más tiempo en Miraflores. Logró lo que logró Gómez: dominar los ingresos y las armas de la Republica, manteniendo una estructura civil que le garantizara paz, unión y trabajo. En la época se decía “Paz en los cementerios, unión en las cárceles y trabajo en las carreteras”. De allí que algunos digamos que lo que hay aquí es una dictadura. Y los métodos para luchar contra una dictadura difieren en mucho de los métodos para luchar dentro de un régimen de libertades.

Los venezolanos de principios de siglo intentaron acabar con el régimen gomecista sin éxito. Hicieron todo lo que pudieron hacer: montoneras, invasiones desde el exterior, hasta huelgas de estudiantes como la de la Generación del 28 que no comenzó como una protesta cívica pero que terminó con persecución y tortura.

Tuvo que morirse Gómez para que los venezolanos saliéramos de él. No hubo manera. También las mejores mentes de la época, pero de la acera contraria, lucharon contra ese régimen y no pudieron. Tuvo que morirse para que el país pudiera continuar. Fíjense que no hubo “sucesores” del gomecismo. Todos desaparecieron con Gómez.

Lo anterior no quiere decir que hasta que murió Gómez no siguieron intentándolo. Es que los venezolanos sucumbieron a ese intento, poco a poco y con el tiempo que demuele voluntades. Cada vez eran menos las intentonas. Gómez lucía invencible. Era dueño y señor del país. El solo leer los diarios de la época dan cuenta de lo sometida que estaba la población. Con la honrosa excepción de lúcidos intelectuales como Leoncio Martinez-Leo y su semanario Fantoches, que desde 1923 dieron la pelea, había todavía una Venezuela que estaba allí y podía levantar la cara con dignidad.



La caricatura que les anexo corresponde al No. 544 de Fantoches del 11 de Julio de 1936, después de la muerte del dictador y describe como aún se sentía el pueblo venezolano aún después de haber salido de 27 años de dictadura. La leyenda indica lo siguiente: - Busco la luz de la democracia, pero siempre me persiguen estas sombras. – Pero, no te preocupes, como sombras se desvanecerán…Si esa caricatura la hubiera publicado ayer en el diario El Nacional y en lugar de “gomecismo” hubiera colocado “chavismo”, no hubiera habido ninguna diferencia en el mensaje. Lo diferente es que el chavismo aun sigue allí.

Al decir de todas las opiniones derrotadas, Venezuela ha claudicado después del 7-O a seguir luchando, esperando un desenlace de Dios o la naturaleza para “salir de esto”, repitiendo la historia de 1935. ¿Será el 2013 el año 1935 de esta época? No lo sabemos, salvo algunos brujos que andan por allí. Y no podemos colocar nuestro destino en manos de los brujos porque esto puede ser muy largo y si lo hacen podría haber una decepción peor que la del mismo 7-O. Solamente miren hacia Cuba…

El próximo paso, amén de continuar nuestra lucha por Elecciones Auténticas, es convencer a quienes tengamos que convencer para iniciar los pasos cívicos necesarios para un cambio de raíz del sistema electoral. Debemos empezar por convencer y educar a los mismos partidos políticos, que aun no saben cual es la diferencia conceptual entre un Acta de Escrutinio emitida por una máquina y una Constancia de Verificación Ciudadana, de la importancia de la segunda sobre la primera. Y esa lucha es larga porque si no lo saben NO LO PUEDEN DEFENDER.

Es necesario explicarle a la ciudadanía que si deja de votar, no solo se perderán los espacios políticos, sino que no tendremos tribunas ganadas donde pararnos para defender lo que nos queda de democracia. Que si realizamos bien el trabajo electoral en las mesas, aun siguiendo las reglas absurdas de este CNE vendido, podremos mantener viva la llama mientras recogemos la leña para prender el fuego de un cambio más profundo.

Lo que nos toca a los demócratas de este siglo es no deponer la lucha y no entregarle la pista libre a aquellos que apuestan por nuestro cansancio. Debemos demostrarles que si ellos creían que éramos corredores de los 100 metros, en realidad somos maratonistas. Y los maratonistas no apuran sino al final de la carrera. De hecho van lento deliberadamente durante los primeros kilómetros. Lo duro lo demuestran al final cuando es necesario y se demuestra la fibra verdadera.

Algunos me dirán que “eso se dice fácil”. Eso es verdad, es bien difícil. Pero no hay nada más gratificante que lo que te comes producto de tu propio esfuerzo. Nadie nos va a regalar la democracia. Disfrutamos parte de ella algunos que tenemos la edad suficiente porque nos la legaron muchos luchadores que desde 1928 gomecista pusieron sus vidas en riesgo para que hubiera esa herencia para todos nosotros.

Pero al parecer el destino quiso que de nuevo la ganáramos para nuestros hijos. Algunos lo han entendido, otros simplemente lo han ignorado. Lo que no sabían los que la administraron es que la democracia no solo hay que ganarla sino mantenerla todos los días. Y como buenos venezolanos se nos olvidó que la democracia también requiere de mantenimiento porque si no se funde.

Pues bien, henos aquí de nuevo repitiendo la historia del “bagre” Gómez con otro “bagre” más elaborado. Pero con la diferencia que estamos en otros tiempos, con mejores herramientas y disposición, e incluso con mejores hombres y mujeres. Vamos a ver qué tan largo es este nuevo maratón. Apenas estamos comenzando. ¿Estarán ellos preparados? Definitivamente, nosotros sí…

Caracas, 28 de Octubre de 2012

Twitter:@laguana

jueves, 13 de septiembre de 2012

El Flaco, el nuevo intérprete

Por Luis Manuel Aguana

En junio del año pasado publiqué en la red un artículo titulado “Chávez: ¿Boves del Siglo XXI?” (ver en http://webalia.com/articulos-de-opinion/chavez-boves-del-siglo-xxi/gmx-niv98-con4960619.htm). La intención de ese entonces no era comparar al Saliente con las características destructivas del histórico personaje, aunque muchos dirían que se lo merece, sino colocarlo en el contexto de nuestra realidad sociopolítica de aquellos últimos años del periodo que terminó con su elevación a la primera magistratura del país.

Deseo traer de nuevo el tema porque para el tiempo en que escribí esa nota no se visualizaba aún quién sería el candidato que se colocaría al frente de ese encantador de serpientes. Dada la cercanía del proceso electoral creo indispensable recordar de nuevo a Leoncio Martinez, mejor conocido como Leo, editor del Semanario Fantoches, publicación venezolana de principios del Siglo XX. Traigo a Leo para recordarles a los venezolanos que de tiempo en tiempo repetimos la historia y que cíclicamente aparecen en la vida del país intérpretes que la cambian, ya bien sea para mal o para bien. Y creo que este es uno de esos momentos.

En 1998 los venezolanos, y lo digo en términos generales, seguimos a quien interpretó mas adecuadamente el momento histórico del país. Y la mayoría votó por ese intérprete pensando que sería el comienzo de la solución de los problemas. Venezuela se equivocó, como lo hemos visto luego de 14 años de destrucción sostenida. Pero las masas no se equivocaron al seguir a su mejor intérprete del momento, como bien lo escribió Leo, hace 76 años el próximo 26 de septiembre. En el editorial de Fantoches titulado “El Significado de las Masas Populares” (verlo completo en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html), que publicara Leo el 26 de septiembre de 1936, se describe esto para los venezolanos de todas las generaciones posteriores:

“Alguien ha dicho que “los pueblos son como los niños que no saben lo que quieren”, y esta ha sido otra afirmación empleada para constatar la teoría que ahora interesa a algunos; pero con esta afirmación ocurre algo tan descabellado como con la anteriormente expuesta. Puede que los pueblos no sepan lo que quieren, pero sí conocen sus necesidades, y cuando hay alguien capaz de traducir en palabras ese sentimiento popular, alguien que redacte y relate esas necesidades, el pueblo le acompaña decididamente, como acompañó a Boves primero y a Bolívar después. No queremos decir con esto que el ideal de Boves es tan importante como el del Libertador, puesto que bien sabemos que el sanguinario español era simplemente un profesional de la guerra y del asalto, mientras que el plan de Simón Bolívar era toda la construcción de un pueblo fuerte y libre e invencible; pero sí queremos demostrar que la masa popular persiguió siempre el éxito de sus reivindicaciones sentidas, ya siguiendo a un bárbaro como a un genio.” (Subrayado nuestro).

Y continúa más adelante:

“Los pueblos no siguen a sus agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los pueblos no conocen agitadores sino intérpretes, por eso siguen a quien les promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se sienten victimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones, definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como interprete, no tradujo sino la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa; Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba.” (Subrayado nuestro).

Decía en mi artículo de hace más de un año que esta exposición no podía ser más premonitoria y acertada. El primer párrafo se percibe dirigido a nuestro liderazgo político: si el pueblo consigue a alguien capaz de traducir en palabras un sentimiento popular, el pueblo le acompañará decididamente. Aquí cita específicamente porqué el pueblo venezolano siguió a Boves por venganza de promesas incumplidas de una clase dirigente del pasado y luego, al encontrar en otro interprete, el Libertador, que llego más a fondo y expuso un programa, total y completo que culminó con éxito, como lo indica Leo, lo siguió también pero con un resultado enteramente diferente y opuesto.

El Saliente no ha hecho otra cosa que haber encarnado el resentimiento de las masas al exigir venganza de las promesas incumplidas de una generación política. De allí la acertada exposición de Leo al contrastar a Boves con Bolívar. El Saliente en 1998, interpretó el sentimiento de venganza hacia una dirigencia política, el odio del pueblo, “la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa”, y que se agitaba en alma del venezolano en 1998 por el desafuero de expoliación del país que sufrimos de los partidos tradicionales. Sin embargo “el vengador” tampoco cumplió sus promesas, la generación política a la que dirigió su odio ya no está en la escena, y otra generación de venezolanos se abre paso para el futuro; y a pesar que el “vengador” aun grite su odio a los cuatro vientos, agitando a las masas a una guerra civil, ya su tiempo se agotó.

Pero como dijo Leo, el pueblo no conoce agitadores sino intérpretes. Y ya el tiempo del agitador terminó. El país ya encontró quien interpretara el sentimiento de cambio. Solamente ver las calles por donde pasa el candidato de la Unidad, da cuenta de la interpretación que ha hecho el Flaco Capriles de lo que la gente desea: paz, progreso y unidad. Ya el tiempo de la venganza de Boves terminó para abrirle paso a la paz y al raciocinio constructivo.

Como nunca, y como dijo Leo de Bolivar, “… llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba”. Y no es que aquí hagamos una interpretación adulante y maniquea de la historia, ni pretender decir que El Flaco es el “nuevo Bolivar” de Venezuela, como lo intentó acuñar el Saliente de él mismo en todos estos años. Es que los acontecimientos han colocado al candidato en ese punto mágico donde se vuelve a repetir la historia.

Si bien el Saliente fue el Boves interpretador del sentimiento popular de venganza en 1998, Henrique Capriles Radonski es el nuevo intérprete de la realidad venezolana que anhela paz y progreso después de tanta destrucción y odio. ¡Qué extraños suelen ser los designios de la historia! Se repite dejando en las manos de un familiar lejano de El Libertador un nuevo sentimiento de cambio en positivo, agigantándose en la campaña como siguiente intérprete de ese sentimiento de todos.

Concluyo con un párrafo al final del editorial que cierra magistralmente Leo, de una vigencia especial para todos los venezolanos de hoy, a esta hora cuando decidiremos en pocos días el destino del país:

“A nombre de ese pueblo que sabe lo que siente y sabe lo que quiere, a nombre de esa masa que es la misma que luchó y venció al lado del Libertador hasta lograr implantar las doctrinas de la democracia y la igualdad social, a nombre de ese conglomerado conciente que no ha servido de pedestal para la gloria de nadie sino para su propia gloria, ya que el Libertador era a la vez hombre y masa, porque dentro de él dormía el pueblo libre a que aspiraba, pedimos para Venezuela la legitima apreciación de la democracia, de esa democracia siempre reñida con quienes pretenden imponer sin oír, gobernar sin acatar. (Subrayado nuestro).

El Saliente es sin duda de los que “pretenden imponer sin oír y gobernar sin acatar” y nuestra democracia está reñida históricamente con eso, como bien señaló Leo. Y también dijo que Venezuela era capaz de seguir tanto a un bárbaro como a un genio. Pues bien, ya tuvimos 14 años del primero. Y conseguimos al segundo pisándole los talones a la gloria de la genialidad como el intérprete cabal de esa legítima apreciación de la Democracia venezolana…verdaderamente ¡Hay un Camino!

Caracas, 13 de Septiembre de 2012

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