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miércoles, 31 de octubre de 2012

Aprendizajes del 7-O



Por Luis Manuel Aguana

Aun cuando en algún momento me dije que dejaría el tema del fraude atrás, de alguna manera las acciones que provienen de ese hecho y que realicemos en el futuro lo referencian permanentemente. Sin embargo, debemos pasar la página y continuar la lucha por Elecciones Auténticas.

Muchos dijimos y requeté dijimos que el gobierno haría trampa, aunque teníamos la lejana esperanza que los votos opositores sobrepasarían ese fraude pero no contamos con las diferentes marramucias que el gobierno nos puso ese día a lo largo del camino. Fuimos como corderos al matadero electoral. Y lo más lamentable era que lo sabíamos y nuestra dirigencia nos quedo corta a la hora del reclamo, hasta poniéndose de parte del árbitro que sabíamos vendido. Bueno, esa no la sabíamos…

¿Qué aprendimos de esa experiencia? Se me ocurren algunas respuestas: a) no ganaremos elecciones si no luchamos por condiciones justas antes de cualquier siguiente elección; b) debemos comenzar una lucha larga por el cambio del sistema electoral; c) tenemos que encontrar a la dirigencia correcta que lidere esta lucha; y d) tenemos que reevaluar en cual liderazgo depositamos nuestra confianza para emprender ese camino.

Comenzaré por lo último: lamento decirlo pero ya no confío en la “nueva dirigencia”. Creí en ella hasta el 7-O. Demostró ser tan “vieja” como la de antes aunque con gente más joven. Generalmente suponemos “lo nuevo” como quebrador de esquemas, contestatario, abridor de caminos, ingenioso, retador y sobre todo resuelto a cambiar este estado de cosas a como de lugar. ¡Eso es lo que tú esperas de un joven!

Y de verdad yo lo esperaba, en esos 15 minutos de gloria de Henrique al admitir su “derrota”. Esperaba una salida joven y retadora. Pero si no ves a un joven en esa actitud te decepcionas. Anuncio abierto: ¡Se buscan personas jóvenes y viejas pero con actitudes nuevas para reemplazar liderazgos decepcionantes! Interesados por favor ponerse en contacto con la Sociedad Civil cuanto antes porque la cosa es seria!

He tenido discusiones en relación a este tema porque seriamente la cosa es difícil y es importante traerlo a la luz pública. No es posible construir un país democráticamente sin partidos políticos, Y SIN POLITICOS. Aquí no hay una discusión de anti política. Ya había escrito alrededor de este tema a principios de año (ver  El Limbo Democrático: Anti política y Sociedad Civil en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/01/el-limbo-democratico-anti-politica-y.html). Pero en ese entonces decía y lo reafirmo ahora, más aún luego de este resultado decepcionante: si los partidos creen que las críticas que hacemos desde la Sociedad Civil están dirigidas a desmontar el sistema de partidos, están equivocados; así como también lo están si creen que nos quedaremos tranquilos ante su indiferencia.

Los partidos tienen que sintonizarse con la gente. Y si la gente dice, siente, huele, palpa que hay humo de fraude, los partidos opositores no pueden salir a decirnos que eso proviene de nuestra imaginación cuando de verdad se nos está quemando el rancho.

Es por eso que el ciudadano común no les creyó el 7-O. ¡Ni siquiera pidieron una investigación! Tuvimos que ir una representación de la Sociedad Civil a pedir la nulidad de las elecciones ante el TSJ. ¡Si yo militara en un partido político se me caería la cara de vergüenza que otro este haciendo el trabajo que me corresponde a mí!

¿Y cual es en el fondo esta discusión? Que hay personas muy honorables que piensan que no es posible salir de este atolladero con ESTA DIRIGENCIA POLITICA que tenemos en la MUD. No deseo englobar en un solo saco a toda la dirigencia de la MUD como responsable del fracaso del 7-O porque como en toda organización, política o no, las cosas no son blancas o negras completamente.

Creo que allí hay gente honorable pero también creo que hubo gente que jugó al fracaso electoral del 7-O. Eso hay que decirlo y asumirlo. Y también pienso que si no hay un golpe de timón de las personas honorables de los partidos, los malos seguirán ganando.

Lamentablemente no tengo manera de saber quiénes son los honorables y quienes los sinvergüenzas. Eso lo saben bien ellos, no los que estamos afuera. Los que estamos afuera esperamos cambios. Si no se dan pronto esos cambios en los actuales partidos, el proceso de transformación será mucho más lento y todos sufriremos. Pero eso no quiere decir que nos quedemos cruzados de brazos.

La dinámica será tal que habrá un proceso natural de sustitución. Pero el país requiere de la urgencia de ese parto y que salga la dirigencia adecuada para este problema y lo lamentable es que no se haya visto, al menos puertas adentro, ni siquiera un propósito de enmienda de quienes dirigieron el proceso que culminó el 7-O porque ESTAN CONVENCIDOS DE QUE LO HICIERON BIEN!!! ¡Ninguno de ellos está viendo al Rey desnudo! Eso significa que no veremos cambios en un futuro previsible.

Lo malo de eso es que los procesos siguen indetenibles. Si ellos no se ponen al frente de la situación, como deberían, otros lo harán. Lo correcto es que sean los partidos y los políticos profesionales. De allí debe salir la dirigencia correcta y con experiencia. Pero no es la única cantera. La Sociedad Civil está dando sus primeros pasos en ese sentido y ya veremos otras acciones como la del TSJ que se harán sin el concurso de los partidos.

La sociedad venezolana no se quedará tranquila a la espera de que ellos asuman su responsabilidad. Eso no quiere decir que estemos jugando a su desaparición. Lo que quiere decir es que la naturaleza conceptualmente odia los vacíos, y si ellos no están otros estarán por ellos. Sin embargo eso no es natural. Es por eso que debemos jugar a su fortalecimiento y a su sintonía real y honorable con los problemas del país.

Existe una matriz de que todo el que se mete a la política quiere sacar prebenda de ello. Hasta ahora lo que hemos visto los venezolanos es eso. Pero la historia nos ha demostrado con casos excepcionales que no en todos los casos es así. Pero lamentablemente esas excepciones confirman la regla. Y es por eso que la sociedad debe estar vigilante de sus representantes y exigir más de ellos.

Mi posición ha sido que debemos EDUCAR al liderazgo político, no desecharlo. Esa es una tarea de todos. Muchos testigos y organizaciones políticas demostraron desconocer para qué eran las Constancias de Verificación Ciudadana, al punto que es por eso que aparecen solo menos de 1000 Constancias de más de 21000 que tenían que estar, sin contar con las desaparecidas por la violencia del gobierno.

Algunas personas honorables, a quienes respeto mucho, dicen que ese liderazgo político opositor es incurable y que es arar en el mar cualquier propuesta que les hagamos. Es posible. Pero creo que siempre hay que intentarlo. Sin partidos ni dirigencia política fuerte, educada y sobre todo HONESTA será difícil salir del atolladero de Chávez y nunca construiremos así una democracia vertebrada. Y sin gente que comprenda la importancia de esto en los partidos políticos será aun más difícil que nos acompañen a una lucha organizada por un nuevo sistema electoral y a la exigencia por mejores condiciones.

Tal vez las venideras elecciones de Gobernadores y posteriormente la de Alcaldes sean el campanazo de esta situación. Nadie aprende en cabeza ajena y no hay nada más duro que te haga cambiar que una dolorosa tragedia. Ya volvimos a decir, y otra vez a las personas correctas, que pasaría sin condiciones electorales el 16D. Quizá ese sea el mejor aprendizaje del 7-O…

Caracas, 31 de Octubre de 2012

Twitter:@laguana

viernes, 27 de enero de 2012

El Limbo Democrático: Anti política y Sociedad Civil

Por Luis Manuel Aguana

Es difícil entrarle a un tema que podría catalogarse como escabroso y difícil en la actualidad. ¿Y porque difícil? Porque en las actuales circunstancias podría distinguirse como anti político que los ciudadanos le reclamen a los partidos políticos acciones y responsabilidades que en cualquier sociedad democrática civilizada del mundo sería de lo más común y hasta considerado como un deber e incluso un derecho.

Sin embargo, es importante hacer previamente algunas apreciaciones. Desde antes de asumir Hugo Chávez como Presidente de la República se desató en la Venezuela contemporánea un feroz ataque a los partidos políticos por parte de muchos sectores considerados como de la “sociedad civil”, los medios de comunicación, personalidades influyentes provenientes de los más diversos círculos, académicos, culturales e intelectuales. Inclusive, uno de los líderes de la democracia puntofijista, Rafael Caldera, hizo como Saturno devorando a sus hijos, cavando así la fosa de su partido político, a favor de lo que el mismo llamó “el chiripero”, que no era otra cosa que una masa descontenta del actuar de los partidos aglutinada alrededor de este liderazgo que fue precisamente el último de la democracia cuartorepublicana.

¿Que nos dejó esta actuación? La terrible herencia del actual régimen, cuyos inicios se sustentaron en la eliminación de toda estructura partidista en el país. La gente no votó por Chávez en 1998, votó en contra del actuar de los partidos que habían socavado todo rasgo de institucionalidad. La reconstrucción del tejido partidista ha sido una labor muy difícil dada la pérdida de la necesaria credibilidad y el error de la población que no supo que al matar la alternativa partidista estaba también matando la democracia. El remedio llamado Hugo Chávez fue peor que la enfermedad.

Pero hubo otro subproducto macabro de ese fenómeno: el temor irracional a que la sociedad civil ponga en tela de juicio la actuación de los partidos y sus desviaciones. O dicho de otro modo: la falsa creencia que la crítica fundamentada a la actuación de los partidos por su comportamiento, puede perpetuar el régimen, o peor aún, acallar a aquellos quienes reclamamos comportamientos como los que precisamente nos llevaron a él. Entonces nos encontramos en el peor de los dos mundos: aquellos quienes no pertenecemos a ningún partido y que como sociedad civil organizada exigimos una mejor y más transparente actuación de los partidos políticos, no podemos levantar la voz porque nos señalan como destructores de la democracia y favorecedores del régimen. De acuerdo a ese criterio no nos encontramos en ninguno de los dos bandos. Es decir, nos encontramos en lo que llamo un Limbo Democrático.

Esta condición hace que los partidos políticos ignoren completamente muchas exigencias consideradas justas por un grueso segmento de la población, concediéndoles una clara patente de corso para realizar cualquier cosa que ellos consideren conveniente a sus intereses. Y en algunos muy importantes casos, muy distantes de los de la mayoría. Un ejemplo claro de esta situación es la que se está presentando con la transparencia exigida en el venidero proceso electoral del 7 de Octubre. Organizaciones de la sociedad civil especializadas en el tema electoral, como ESDATA, han señalado con conocimiento de causa y respaldo técnico la existencia de graves discrepancias en el Registro Electoral. Se ha denunciado la presencia en el RE de más de 5 millones de votos “virtuales” que estarían listos para ser puestos al servicio del régimen castrochavista para su perpetuación. ¿Y los partidos políticos? Bien gracias. Cero exigencias a la depuración del REP, serias irregularidades denunciadas en relación a los representantes de la MUD en el CNE (ver Informe Guácharo en http://venezuelavetada.blogspot.com/2011/11/ludwin-moreno-informe-guacharo.html), desconocimiento del país acerca del nuevo sistema electoral, su contratación e implicaciones técnicas. La política del aquí no pasa nada y después resolvemos, ha privado en los partidos, con el grave riesgo de que el candidato que resulte de las primarias del 12F, quien quiera que este sea, le levante la mano a Hugo Chávez como vencedor, como sucedió en las anteriores elecciones del 2006. Esto nos ha llevado a muchos muy justamente a pensar en la existencia de intereses subterráneos muy fuertes que involucran a los partidos en una conveniencia para ellos de la continuidad del régimen que actualmente azota a los venezolanos, más allá de lo que indican públicamente.

Desde aquí no levantamos las banderas de la anti política. Los partidos son necesarios para que la democracia funcione. Pero necesitamos más y mejores partidos, porque ya es imposible acallar la urgencia de la gente que estos no vuelvan a sus viejas prácticas y a las andadas del pasado. La gente desea un cambio verdadero. Sin embargo ya existe el convencimiento general que los partidos no cambiarán solos y seguirán sus prácticas pasadas si no existe una fuerza desde adentro y desde afuera que los haga cambiar.

Participo, como muchos otros, de la creencia que una sociedad civil muy fuerte es capaz de cambiar el curso de la historia. Lo demostró el 11 de Abril de 2002 cuando puso su sangre en las calles, pero fue manipulada por intereses subalternos. Lo está demostrando el Movimiento de los Indignados en Europa, obstinado de que la claque institucionalizada siga ignorando sus necesidades. Desde este momento la sociedad civil ha aprendido que además de fuerte debe estar organizada y luchar por sus intereses sectoriales para poder tener éxito en sus exigencias sociales. Los estudiantes, los médicos, los maestros, los comerciantes informales, los gremios profesionales en general, solo por mencionar algunos, ya desde hace mucho rato se convencieron que los partidos políticos no resolverán sus problemas. Lo harán ellos mismos haciendo la presión social necesaria, eligiendo naturalmente a sus propios liderazgos. Esto ha traído como consecuencia que a esa lucha se sumen los partidos de acuerdo a sus intereses. Pero en esta oportunidad, las condiciones no las impondrán ellos. Y esto no es un fenómeno que terminará con el régimen de Hugo Chávez. Seguirá consistentemente y con más razón para cualquier cosa que venga para el futuro, ya bien sea que Chávez se quede o se vaya. El único anticuerpo que ha demostrado tener la democracia para protegerse de los desmanes del poder es una sociedad civil fuerte y organizada.

De esta manera la anti política del pasado la convertimos en un movimiento positivo, no en un instrumento para acabar con los partidos, como en el pasado, sino para reconducir su comportamiento a favor de lo que en realidad son las aspiraciones de la mayoría. Si los partidos creen que las críticas que hacemos desde la sociedad civil están dirigidas a desmontar el sistema de partidos, desde ya les digo que están equivocados; así como también lo están si creen que nos quedaremos tranquilos ante su indiferencia. No deseamos estar en un Limbo Democrático, lo que deseamos es más y mejor democracia, representatividad y transparencia de parte de ellos. Que exigimos respeto y que se oigan seriamente los planteamientos en relación a la cuestión electoral y se den los correctivos necesarios. En la medida que la sociedad civil y los partidos estén sintonizados en relación a las exigencias sociales, mayor será la probabilidad de salir con bien de este régimen oprobioso. Pero lo contrario es peor y muy valido también: en la medida en que estemos más alejados no saldremos del atolladero. En todo caso, para cualquier decisión que tomen, encontrarán a una sociedad civil fortalecida y consciente del momento histórico en que nos encontramos.

Caracas, 27 de Enero de 2012

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