jueves, 20 de julio de 2023

De vuelta a los principios constituyentes

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

No me queda otra que volver a apelar a los principios cuando noto que mucha gente –incluso de convicciones firmes- ha sido seducida por el carnaval electoral del régimen, confiando en que esa puede ser una solución a la gravísima situación del país. Cuando tengas dudas, regresa a los principios. Esa ha sido mi brújula fundamental y piedra filosofal de pensamiento ante la montaña de basura que se nos echa encima, capaz de convencerte de cualquier cosa.

Porque no se puede olvidar algo en todos estos años: la ruta electoral ha sido desde hace décadas la ÚNICA solución que nos han planteado los factores de la oposición política a los venezolanos para salir del error monumental que cometimos al elegir un golpista en 1998. Desde el Referendo Revocatorio amañado del 2004 hasta las próximas elecciones de 2024, han sido casi 20 años de intentar lo mismo, hasta ahora, con el mismísimo resultado.

Sin embargo, un grupo de venezolanos, agrupados bajo la idea de un proyecto de país concreto y diferente (ver El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), le planteamos al país una suerte de borrón y cuenta nueva, partiendo de invocar la soberanía popular que reside en el pueblo venezolano y que la puede ejercer directamente mediante los mecanismos políticos establecidos en la constitución y no indirectamente a través de sus representantes electos. Le planteamos al país la convocatoria –de nuevo, porque ya había sido convocada en 1999- a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

Los venezolanos nos quedamos en el pasado con el Artículo 5 de la Constitución de 1961, donde solo podía ejercerse soberanía a través de los representantes que fueran electos mediante el sufragio. Eso cambió en 1999 con el ejercicio directo de la soberanía mediante la incorporación de los mecanismos políticos establecidos en el Artículo 70, donde está prevista la convocatoria constituyente de la mano del pueblo venezolano, sin la intermediación de los Poderes Públicos.

Al plantear la salida constituyente no lo hacíamos con el fin de tumbar ningún gobierno, por más horrible que fuera, como lo es el actual, sino con exactamente la misma idea por la cual el pueblo voto en 1998: fijar un rumbo diferente para el país. Pero, como debemos aceptar todos los venezolanos, resulto en una equivocación monumental, que hay que corregir.

Ahora, en esta disputa en la que nos encontramos los venezolanos, donde estamos en el medio de una guerra con el régimen para lograr un candidato que efectivamente represente el sentir del pueblo opositor, pareciera –porque es solo una percepción que todos consideran una realidad- que si se logra ese hito, entonces estaremos a las puertas de hacer que se caigan definitivamente las barreras que impiden que se alcance la democracia y la libertad. Pero, ¿es eso cierto? Tengo 20 años de dudas en relación con eso.

Pero yo no soy el dueño de la verdad, nadie lo es. No sé si al tener un candidato(a) que ejerza el liderazgo adecuado, este conduzca una lucha que logre efectivamente demostrar, sin lugar a dudas y ante todo el mundo, que los votos de unas elecciones amañadas se transformen en una victoria sobre la tiranía y esta huya finalmente del país. Pero como bien dice el dicho popular, “los deseos no preñan”, por lo que si algo se puede garantizar con eso es ponerle rostro a quienes de verdad si desean cambiar las cosas, con la promesa de lograr la victoria en ese objetivo, si demuestran que lo hacen de una manera honesta y consistente.

Pero al margen de este razonamiento, como mencioné antes, el cambio de un gobierno no es el objetivo de un proceso constituyente. El objetivo de ese mecanismo es la revisión a fondo del pacto entre gobernantes y gobernados, discutir el sistema institucional del país para que este pueda ser gobernable de nuevo, estableciendo un sistema que le dé oportunidades y mejor calidad de vida a los venezolanos, con todos los seguros necesarios para que no vuelva a ocurrir una tragedia como la vivida en Venezuela por más de 20 años. En palabras de la Iglesia Católica, Refundar la Nación.

Si la visión de cualquiera que aspire y logre desplazar al régimen que encabeza el delincuente y condenado por un tribunal, Nicolás Maduro Moros, es solo ocupar su puesto para desplegar un “programa de gobierno”, se habrá perdido toda la sangre derramada por los jóvenes venezolanos en las calles, así como las torturas padecidas por los militares que si cumplieron con su juramento y se mueren en las mazmorras de Maduro. Si la visión es esa, su gobierno durará muy poco, ya que desde el punto de vista de la gobernabilidad con el resto de los poderes secuestrados, su viabilidad sería imposible. La única esperanza para la continuidad de su esfuerzo sería que convoque al Constituyente al acceder al poder.

Por otro lado, la recuperación de la confianza para producir algo en Venezuela, para aspirar volver a ser lo que fuimos una vez, pasa por la participación del pueblo convocado en Constituyente para rehacer con la participación de todos lo que fue destruido, no para aplicar el programa de gobierno de nadie que llegue a ser Presidente, o Presidenta, como lo llaman ahora.

Todo el mundo está preocupado por salir del régimen. Yo también lo estoy. Pero más preocupado estoy en que un cambio prometido y logrado sea gatopardiano, cambiar para no cambiar nada. En el quítate tú para ponerme yo, y que arribe una nueva nomenclatura que deje a la gente afuera, prometiendo cambios que no se podrán dar sin que se produzca una inflexión en la realidad actual, y que solo un proceso constituyente puede garantizar, donde el nuevo gobernante esté de acuerdo en ponerle límites al poder que ejercerán quienes gobiernen después de él en el futuro, en el marco de una nueva institucionalidad que necesitamos desesperadamente.

Si se trata de ir a unas elecciones con esos principios en mente, puede ser que tal vez valga la pena el esfuerzo de romper las barreras de la participación política frente a una tiranía. Pero si se trata de lo contrario, será más de lo mismo, y peor aún, con los mismos resultados…

Caracas, 20 de Julio de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

viernes, 14 de julio de 2023

Primarias clandestinas

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Tengo la impresión de que no ha sido lo suficientemente analizada la diferencia expresada por la precandidata María Corina Machado (MCM) y sus seguidores, acerca del resultado que debe arrojar el proceso de primarias opositoras. Una cosa es ir a ese proceso con la intención de demostrar con votos la preferencia del pueblo opositor venezolano acerca de su dirigencia opositora y otra muy distinta que de ese proceso salga un candidato opositor que ponerle al régimen al frente para unas elecciones presidenciales. Son dos cosas muy distintas y así lo traté de diferenciar en mi nota pasada (ver Primarias: ¿Liderazgo versus candidato? En https://ticsddhh.blogspot.com/2023/07/primarias-liderazgo-versus-candidato.html).

Nadie puede negar que haya sido exitosa la estrategia de MCM de usar ese proceso para aglutinar la fuerza popular necesaria para arrodillar políticamente al actual liderazgo opositor representado por los partidos del status quo político, actuales poseedores de la representación política opositora en Venezuela y el exterior.  

De producirse las primarias, con los números actuales de las encuestas, MCM debería alzarse con el liderazgo de la oposición política y representante indiscutible de la población opositora, respaldada con los votos de la mayoría. Y para que eso ocurra solo debería esperar que se realicen las primarias y se materialice de manera definitiva lo que indican las encuestas, y la percepción política de quienes hasta ahora han apoyado el fenómeno de su precandidatura.

Pero como siempre hemos indicado, el diablo también juega, y sin la necesidad de usar una bola de cristal o tener las dotes adivinatorias de cualquier vidente, todo indica que el proceso de primarias va rumbo de ser saboteado por el régimen, para evitar precisamente eso: que MCM se convierta en un fenómeno electoral indetenible, capaz de poner en tela de juicio cualquier resultado electoral favorable a la tiranía, fraguado en las pailas de un próximo CNE escogido por Cilia Flores.

De esta manera, los enemigos tradicionales de las aspiraciones de MCM, estarán trabajando duramente en alianzas abiertas o encubiertas con el régimen, para que esas primarias no se realicen. Eso no significa que luego de ese paso no exista un “candidato de la oposición”, producto de cualquier arreglo. Pero, ¿coincidirá ese candidato con la opción a la que apuntan todas las encuestas, apoyos y preferencias? Esa es la gran pregunta. Si después de un sabotaje de esa magnitud, toda la oposición coincide en que sin importar primarias, MCM es la que debería conducir la oposición frente a la tiranía de Maduro, habría una posibilidad de salir del régimen, así intenten la trampa que sea.

Pero si la oposición se diluye después de un sabotaje a las primarias, hasta allí llegará la esperanza del pueblo opositor en unas elecciones. De las declaraciones categóricas de MCM en el sentido de no aceptar ningún “consenso”, esa posibilidad estaría cerrada: Aquí nadie va a aceptar ningún consenso alrededor de nadie, alrededor de nadie. Y que no se les ocurra ni planteármelo a mí, porque aquí quien tiene que decidir, es el pueblo de Venezuela” (ver @elpoliticove, 4-07-2023, Declaraciones de MCM, en https://twitter.com/elpoliticove/status/1676399359246606337).

¿Y qué pasaría entonces si el régimen no permite que el pueblo opositor de Venezuela se exprese en unas primarias? Juego trancado. Y el régimen estaría esperando precisamente eso para evitar un candidato con la fuerza política necesaria para tambalear el montaje que están preparando.

Si no hay primarias, y en consecuencia, no hay contaje efectivo de los votos opositores, la posibilidad de marcar de manera oficial ese liderazgo opositor que busca MCM queda en una aspiración. El régimen ha sido especialista en todos estos años de evitar que eso suceda. Recuerden el fallido intento de Referendo Revocatorio de 2016. Cuando saben que van a perder, siempre se las ingenian para evitar un contaje determinante que haga muy difícil que la gente se crea un fraude abierto, en especial en este caso con todos los ojos del mundo puestos sobre Venezuela.

Como ya he comentado, existen dos dimensiones en esta situación política, que giran alrededor del para qué son estas primarias opositoras: La primera dimensión define a las primarias como la vía para la elección de un candidato frente al régimen. En esta dimensión, sin primarias quedan tres opciones para los que aspiran: a) que los precandidatos acuerden designar a MCM como la candidata opositora, basados en las encuestas y la percepción de la gente. Esta opción luce cuesta arriba, en especial para aquellos precandidatos que todavía creen que pueden ganarle a MCM en unas primarias, aunque generaría una plataforma de lucha opositora respaldada dentro y fuera del país, para plantearle una buena pelea al régimen y lograr finalmente su participación pese a la inhabilitación; b) que MCM acepte negociar con el resto una opción distinta sobre la cual volcar el capital político de todos para enfrentar al régimen en el 2024. Esta opción sería diferente a un “consenso entre todos”, ya que se buscaría a un personaje distinto de los 14 precandidatos existentes, pero requeriría una negociación conjunta que MCM rechaza; y c) que cada precandidato no inhabilitado vaya solo frente al régimen a inscribir su candidatura al CNE. Esta última es suicida para todos, y es la que espera el régimen.

Ahora bien, en la otra dimensión, si las primarias son para la elección de un nuevo líder político de la oposición, como ha sido la intención de MCM desde el principio, la probable desaparición del mecanismo de primarias deja en punto muerto la posibilidad de materializar en votos puros y duros ese nuevo liderazgo, salvo que se busquen otros alternativos para realizar esa elección, como en una pasada oportunidad lo planteara la misma MCM. Eso ameritaría la participación de todas las fuerzas políticas verdaderamente opositoras, y que estas acepten de buena gana el resultado. Serían algo así como unas “primarias” entre opositores reales frente al régimen (entre comillas porque ya no serían para buscar un candidato presidencial) que yo no vacilaría en calificar como clandestinas, como una forma de resistencia civil, que daría como resultado la instalación y activación de un comando de lucha permanente con un liderazgo claro por el rescate de la democracia y la libertad.

A mi juicio, esta probablemente sea una dimensión más realista que la anterior, y estoy seguro de que aglutinaría gran parte de la población opositora del país. Quedaría hacerla realidad de parte de aquellos que creemos en la necesidad de un nuevo liderazgo, y que traería los mismos resultados de unas primarias fallidas, solo que sin la necesidad de ocultarlo detrás de la participación en unas elecciones frente aquellos que cuentan los votos en una tiranía.

Caracas, 14 de Julio de 2023

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