martes, 6 de mayo de 2025

Negociación Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

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A diferencia de lo muchos creen, los principios que sustentan lo que hoy se conoce como Derechos Humanos en el mundo, no nacieron con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 10 de diciembre de 1948, y ni siquiera tampoco de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada previamente en Bogotá el 30 de abril de 1948, en la Novena Conferencia Panamericana, con la creación de la Organización de los Estados Americanos, OEA.

Los principios fundamentales de los Derechos Humanos que hoy existen, tuvieron su origen en la Asamblea Nacional Constituyente aprobada en Francia, el 26 de agosto de 1789, en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Los principios de libertad e igualdad entre los hombres, soberanía, presunción de inocencia, libertad de expresión, rendición de cuentas, separación de poderes, propiedad privada fueron establecidos en ese documento histórico y que hoy defiende la humanidad (ver Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, en https://www.conseil-constitutionnel.fr/sites/default/files/as/root/bank_mm/espagnol/es_ddhc.pdf).

La Asamblea Nacional Constituyente de Francia de 1789 fue la primera en su tipo en el mundo y nació pocas semanas después de la histórica Toma de la Bastilla. “El 14 de julio de 1789 los ciudadanos de París tomaron la prisión de la Bastilla, lo que marca simbólicamente el comienzo de la Revolución Francesa y el fin del absolutismo monárquico, sustentado en la doctrina del origen divino de la autoridad real”. El pilar fundamental sobre el que se sustentó esa Constituyente en Francia fue el trabajo del Abate Emmanuel Joseph Sieyès titulado, “¿Qué es el Tercer Estado?”,  “un documento contra los privilegios  que resulta clave para explicar tanto el advenimiento de la clase burguesa al poder como la doctrina del poder constituyente del pueblo” (ver El Historiador, El abate Sieyès y la Revolución Francesa, en https://elhistoriador.com.ar/el-abate-sieyes-y-la-revolucion-francesa/).

¿Por qué hago esa referencia histórica previa? Porque en Venezuela nos encontramos en una situación de completa anomia política, como se encontraba Francia en 1789, que motivó a los cambios estructurales que sucedieron posteriormente. En Francia se denominaba 1er. Estado a la nobleza (incluyendo al Rey), el 2do. Estado al clero, y el 3er. Estado al pueblo que con su trabajo sostenía al resto de los Estados. Las mismas razones que hicieron caer la monarquía de Luis XVI en 1789 se presentan en la Venezuela de 2025, con una clase política que rige el país con características  similares a las de la nobleza de Francia de 1789: corrupta y vividora del resto del país, con un 2do. Estado que en la actualidad no tiene la incidencia política que tenía en el mundo de entonces.

Quienes no estaban en la nobleza o en el clero –el 3er. Estado- comprendían el 98% de la población y “... carecían de poder y decisión política. Sobre él recaían los trabajos más duros. No tenía ningún derecho y pagaba todos los impuestos. Las exacciones fiscales de los campesinos llegaron a absorber hasta un 70 por ciento del ingreso”. Conservando las distancias, el cuadro no podía ser más similar y desolador, comparable al que tenemos en la Venezuela de hoy.

Los participantes del 1er. Estado, la nobleza, que detentaba el poder político, dilapidó toda la riqueza del país en guerras “que significaron la pérdida de la mayor parte de sus posesiones de ultramar y el agotamiento de los recursos”… “En este clima de efervescencia social, durante los últimos meses del año 1788 y los primeros del siguiente, aparecieron en Francia infinidad de escritos destinados a impugnar el orden existente, pero ninguno impresionó tanto como el panfleto del abate Emmanuel Joseph Sieyès, uno de los más esclarecidos representantes del Tercer Estado” (ver nota anterior de El Historiador, en https://elhistoriador.com.ar/el-abate-sieyes-y-la-revolucion-francesa/).

La única guerra que se ha dado en Venezuela en el presente siglo, ha sido la guerra del régimen de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros en contra de la población para cambiar nuestro modelo político. Esa guerra ha arruinado el país y ha dejado al sector político opositor completamente inerme para poder actuar a favor de los ciudadanos. No existe en la actualidad ninguna fuerza de lo que se dio en llamar la representación política, para ese 3er. Estado venezolano, para poder cambiar el estado de cosas en el país. Pero eso no significa que un 3er. Estado en Venezuela no exista y no se pueda manifestar.

Luego de más de 2 siglos de experiencia Constitucional, el mundo evolucionó, pero Venezuela olvidó sus propios orígenes. Dos procesos Constituyentes referenciales en el siglo XX, el de 1946-1947, que estableció nuestros Derechos Civiles y Políticos, y el de 1961, que nos dio convivencia pacífica luego de una tiranía, cerraron el siglo pasado en paz. Pero en estos 26 años retrocedimos Constitucionalmente, al destruir las bases federales de nuestra acta de nacimiento de 1811, entregando todo el poder a otro tirano con una nueva Constitución en 1999.

La guerra que se ha suscitado al tratar de corregir ese entuerto nos ha arruinado a todos,  desapareciendo en el proceso todas las bases institucionales que nos hacen un país funcional a los ojos de la comunidad de naciones. Urge recuperar en Venezuela los principios que sustentaron al primer Constituyente del mundo.

No hizo falta recurrir a un texto constitucional, o alguna reglamentación previa que les indicara a los franceses, y también poco después inspirados en ellos, a las provincias de lo que luego se conoció como los Estados Unidos de América, que un pueblo consciente de su situación se reuniera y decidiera un curso de acción para constituirse en Nación para enfrentar sus problemas. Solo hizo falta sentido común y mucha creatividad democrática, y que la iniciativa para eso no partiera necesariamente de su clase política, sino de las fuerzas vivas de la sociedad.

Estando en un punto semejante en el año 2014, la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, coordinada por el Dr. Agustín Blanco Muñoz, acuñó el concepto Constituyente de Calle a esta solicitud que venía realizando el grupo que se conocería 2 años después como Alianza Nacional Constituyente, ANCO.

La interpretación jurídica precisa nos la dio en esa oportunidad el Dr. José Vicente Haro, para ese entonces Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Constitucional, quien explicara con mucha sencillez el concepto en una entrevista del programa “Toque de Queda”, que tenía el periodista José Domingo Blanco, Mingo, en EUTv, un espacio que cerrara posteriormente el régimen. Sin embargo, rescaté ese importante testimonio para la posteridad (ver Constituyente de Calle, Toque de Queda, EUTv con Mingo, en  https://www.youtube.com/watch?v=CoygzadEA1g).

Indicaba en una nota que publiqué en ese momento que, de acuerdo a la explicación sin desperdicio del Dr. Haro, “O hacemos una Constituyente con base a los procedimientos establecidos en la Constitución de 1999 y pasamos obligatoriamente por todos los caminos establecidos en ella (CNE, TSJ y demás Poderes invadidos), o hacemos una Constituyente sin seguir ese camino, tal y cuál se la dieron hace más de 200 años el pueblo francés y el pueblo norteamericano cuando fundaron a sus respectivas naciones. Esto es, convocando al pueblo a la calle a deliberar y reconstruirse, preguntándole, por ejemplo, si el modelo de desarrollo que quiere es el de los hermanos Castro”. De eso es lo que se trata toda esta discusión (ver Constituyente de Calle, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/constituyente-de-calle.html).

Hemos crecido en experiencia y aplicación de ese concepto desde ese entonces, que en su forma más básica es el explicado por el Dr. José Vicente Haro, pero que entendido después de muchos años de incomprensión política, han terminado por establecer que es la sociedad en su conjunto, Y NO SOLAMENTE SU SECTOR POLÍTICO, quien debe movilizarse para lograr ese preciado objetivo de lograr convocarse para restablecer el orden constitucional extraviado.

Esto también debe ser comprendido por quienes ejercen el gobierno, así como quienes lo sostienen, aun cuando esta apreciación no sea asimilada o compartida todavía por todos, porque de eso precisamente se trata un proceso constituyente. O nos sentamos a negociar ese proceso, o Venezuela no volverá a la normalidad política, con crecimiento y desarrollo económico, político y social. La otra manera es la exterminación del contrario. Y eso es lo que han tratado y continúan tratando de hacer los factores políticos en disputa, sin que ninguno haya tenido éxito. Y no creo que ninguno lo tenga si no lo han logrado en más de 20 años.

Esa es la quintaesencia de la Proclama que hiciera ANCO el 2 de mayo de 2025, titulada “Hacia una negociación Constituyente”, que no debe ni puede pasar por debajo de la mesa de ningún sector de la vida del país, ni de aquellos que desde fuera desean el bienestar de los venezolanos (ver Proclama ANCO: Hacia una negociación Constituyente, en https://ancoficial.blogspot.com/2025/05/proclama-anco-hacia-una-negociacion.html). No defendemos la Constitución de 1999 de una Reforma Inconstitucional. Defendemos nuestro derecho humano inalienable, proclamado desde  1789, de rehacer un Pacto Social a todas luces injusto que nos ha llevado a una guerra no declarada entre nosotros. Ese entendimiento haría que ayuden, en lugar de perjudicar, a que se materialice una solución que no es otra cosa que tratar de convivir después de una guerra, que lamentablemente ahora estamos perdiendo trágicamente  todos los venezolanos…

Caracas, 6 de Mayo de 2025

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miércoles, 30 de abril de 2025

El modo de diálogo del Papa Francisco

Por Luis Manuel Aguana

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“…la (verdadera) política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”

Papa Francisco (1936-2025)

En la última entrevista realizada por INFOBAE al Papa Francisco, y conducida por el periodista Daniel Hadad, fundador y CEO del prestigioso medio digital, publicada originalmente en marzo de 2023, el Papa se refirió en los últimos minutos a la situación de Venezuela:

“P: Las últimas tres preguntas tienen que ver con América Latina. La primera tiene que ver con Venezuela. El informe Bachelet de Naciones Unidas habla de violaciones, descargas eléctricas, presos políticos, desaparición forzada de personas. Me hizo acordar a la noche oscura que vivió la Argentina con la dictadura militar, pero 40 y tantos años después. ¿Ve alguna luz de esperanza en que pueda modificarse el régimen de Venezuela?

R: Pienso que sí. Pienso que sí porque son las circunstancias históricas las que van a obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen. Pienso que sí. O sea, nunca cierro la puerta a posibles soluciones. Al contrario, la fomento” (ver El último reportaje del Papa Francisco a Infobae, en https://www.infobae.com/sociedad/2025/04/21/el-ultimo-reportaje-del-papa-francisco-a-infobae/) (resaltado nuestro).

Como todos saben, el Papa Francisco nunca fue particularmente explicito en rechazar de plano públicamente al régimen de Nicolás Maduro Moros, refiriéndose siempre a la búsqueda de dialogo y el rechazo de las dictaduras, dándole de manera permanente el respaldo a la posición de los representantes de la Iglesia Católica local, esto es a la Conferencia Episcopal Venezolana.

Un ejemplo de eso fue una declaración de septiembre de 2024 a Rome Reports, donde a la solicitud de un mensaje para el pueblo venezolano, respondió: “No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno” (ver Rome Reports, Las dictaduras acaban mal, en  https://www.romereports.com/2024/09/16/el-papa-se-pronuncia-sobre-venezuela-las-dictaduras-no-sirven-de-nada-y-acaban-mal/).

Sin embargo, en ese lenguaje simple del Papa Francisco, que no daba cabida a otras interpretaciones, nos veía como dos grupos enfrentados que debían dialogar, y en esa particular entrevista de INFOBAE de 2023, de una manera premonitoria se refirió a que las circunstancias históricas nos obligarían a cambiar “el modo de diálogo” que teníamos -y todavía tenemos- entre los bandos enfrentados en el país.

Lo anterior me dejó impactado porque los venezolanos nunca hemos tenido una representación que genuinamente haya “dialogado” con el régimen en unos términos que puedan considerarse equitativos. Porque si se considera que “dialogar” donde la parte “opositora” está completamente desacreditada y chantajeada por el régimen porque todos los negociadores tienen algún “rabo de paja” que el régimen explota hasta la saciedad, díganme ustedes si los venezolanos, esto es, aquellos a quienes ellos dicen representar en esa mesa de diálogo, podremos sacar algún provecho de esas negociaciones.

Y las “circunstancias históricas” cambiaron, tanto fuera como dentro del país. Y cambiaron mucho. Ahora y desde octubre de 2023, meses luego de esa entrevista de INFOBAE, María Corina Machado (MCM) se convierte en cabeza indiscutible de la oposición política y supuesta nueva negociadora, si las condiciones se dan para eso con el régimen. De hecho, el último diálogo oposición-régimen que dio origen al evento electoral del 28 de julio de 2024, sale del Acuerdo de Barbados que el régimen decidió ignorar.

Pero el Papa tenía razón. Las nuevas circunstancias históricas van a “obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen”. Y eso tendrá que ocurrir, aunque MCM no lo quiera, si queremos salir del estancamiento de la situación política venezolana. ¿Y por qué lo digo? Porque si la herramienta de los políticos es la argumentación y el medio de convencer es el diálogo, no hay otra manera de resolver la situación política venezolana.

Y alguno de ustedes me dirá, “no, la solución es sacarlos a la fuerza”. Mi modesta respuesta sería que ese no es el terreno de los políticos. Los políticos son muy malos en establecer estrategias para la violencia, debiendo ceder para eso la conducción a los militares. Porque si Venezuela llegó al punto donde las circunstancias señalan que se debe desarrollar un conflicto armado para resolver el problema político, estamos peor de lo que pensé, porque a nuestros políticos todavía les falta muchísima preparación para esa eventualidad. Tendría que haber reencarnado en alguno de ellos El Libertador Simón Bolívar, el venezolano que combinó de manera única y genial la disciplina política y militar. Y solo el hecho de pensarlo causaría risa…

La situación externa de los EEUU, la interna con una oposición escondida y otra entregada que no se puede llamar oposición, aunado a la calle cerrada de una solución electoral en la que ya nadie cree, y los pasos cada vez más decididos del régimen para afianzarse en el poder con una Reforma Constitucional, sin contar con la pérdida de las FFAA tal y como la conocimos, no dejan margen alguno para otra cosa que no sea cambiar el modo de diálogo con el régimen y entrar a una nueva negociación. Esa es la evolución de la negociación política en Venezuela después del 28 de julio, con un modo de diálogo que sería completamente diferente al que hemos tenido hasta ahora.

La negociación de la MUD/PU fracasó, no solo porque nunca nos representaron genuinamente, sino por mediocre y ajustada a sus propios intereses políticos. Esa no fue una negociación verdadera, sino una entrega. La negociación que debe tener lugar ahora con MCM tiene que ser diferente. Estoy completamente seguro de que el régimen estaría dispuesto a negociar, pero no existirá negociación posible si lo que se ofrece a cambio es cárcel y persecución. La propuesta tiene que ser a la altura de la excepcional circunstancia del país, por lo que hay que ofrecer una negociación distinta.

Hay que poner sobre la mesa una salida en la cual puedan converger equitativamente los intereses de los grupos en disputa. ¿Y qué propuesta más equitativa que una elección Constituyente, donde se convocaría al pueblo, de un lado y de otro, para que decida el destino del país, con la intermediación electoral de la Comunidad Internacional? Es una solución que conoce muy bien el régimen y que con los negociadores adecuados podría convocarse, salvaguardando los intereses del país y de todos los sectores enfrentados.

En este caso, no se estaría eligiendo un presidente de la República para cualquiera de los bandos, sino la representación genuina del pueblo. Si ellos quieren una Reforma Constitucional, nosotros proponemos una Constituyente que es lo que corresponde para las reformas estructurales, como las del poder comunal que quieren hacer a la Constitución. Y que en ese escenario, reunidos todos en una Asamblea Nacional Constituyente, que esa representación decida lo que se hará, restableciendo el Estado de derecho. Esto está dispuesto en la Constitución y constituye una solución legítima y electoral que obviaría la desconfianza de todo el mundo, incluyendo sectores oficialistas, en el Consejo Nacional Electoral, garantizando la participación de todos los venezolanos.

Si la oposición política no quiere negociar, se me haría difícil entender su discurso, porque si los quieren presos, entonces deben buscar quien financie y conduzca una salida violenta que pueda lograrlo. Pero si no la han conseguido, ni existen las condiciones internacionales para proceder con eso, ¿entonces qué es lo que queda? HACER POLÍTICA.

Y hacer política en este contexto ES NEGOCIAR. El tema de fondo es qué le propones al otro para negociar. De allí nuestra propuesta, porque como están las cosas, tenemos la obligación ética de comenzar creativamente a proponer soluciones, porque mientras más tiempo pasa, la gente se va consumiendo de hambre, en un país cada vez más depauperado.

¿Es descabellado lo que proponemos? No lo creo. Creo que es más descabellado seguir esperando que alguien nos “salve” sin tener con qué hacerlo. Si somos serios, debemos empezar a avanzar nosotros mismos por alguna parte para al menos iniciar la recuperación de la esperanza de los venezolanos. Si la verdadera política es “el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”, ya es hora de comenzar a obligarnos a cambiar el modo de diálogo, como dijo el Papa Francisco. La maestría en cualquier arte solo se alcanza con la práctica…

Caracas, 30 de abril de 2025

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