lunes, 8 de agosto de 2011

Más información, menos conocimiento

Por: Mario Vargas Llosa

Nicholas Carr estudió Literatura en Dartmouth College y en la Universidad de Harvard y todo indica que fue en su juventud un voraz lector de buenos libros. Luego, como le ocurrió a toda su generación, descubrió el ordenador, el Internet, los prodigios de la gran revolución informática de nuestro tiempo, y no sólo dedicó buena parte de su vida a valerse de todos los servicios online y a navegar mañana y tarde por la red; además, se hizo un profesional y un experto en las nuevas tecnologías de la comunicación sobre las que ha escrito extensamente en prestigiosas publicaciones de Estados Unidos e Inglaterra.

Un buen día descubrió que había dejado de ser un buen lector, y, casi casi, un lector. Su concentración se disipaba luego de una o dos páginas de un libro, y, sobre todo si aquello que leía era complejo y demandaba mucha atención y reflexión, surgía en su mente algo así como un recóndito rechazo a continuar con aquel empeño intelectual. Así lo cuenta: “Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un esfuerzo”.

Preocupado, tomó una decisión radical. A finales de 2007, él y su esposa abandonaron sus ultramodernas instalaciones de Boston y se fueron a vivir a una cabaña de las montañas de Colorado, donde no había telefonía móvil y el Internet llegaba tarde, mal y nunca. Allí, a lo largo de dos años, escribió el polémico libro que lo ha hecho famoso. Se titula en inglés The Shallows: What the Internet is Doing to Our Brains y, en español: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus, 2011). Lo acabo de leer, de un tirón, y he quedado fascinado, asustado y entristecido.

Carr no es un renegado de la informática, no se ha vuelto un ludita contemporáneo que quisiera acabar con todas las computadoras, ni mucho menos. En su libro reconoce la extraordinaria aportación que servicios como el de Google, Twitter, Facebook o Skype prestan a la información y a la comunicación, el tiempo que ahorran, la facilidad con que una inmensa cantidad de seres humanos pueden compartir experiencias, los beneficios que todo esto acarrea a las empresas, a la investigación científica y al desarrollo económico de las naciones.

Pero todo esto tiene un precio y, en última instancia, significará una transformación tan grande en nuestra vida cultural y en la manera de operar del cerebro humano como lo fue el descubrimiento de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV que generalizó la lectura de libros, hasta entonces confinada en una minoría insignificante de clérigos, intelectuales y aristócratas. El libro de Carr es una reivindicación de las teorías del ahora olvidado Marshall McLuhan, a quien nadie hizo mucho caso cuando, hace más de medio siglo, aseguró que los medios no son nunca meros vehículos de un contenido, que ejercen una solapada influencia sobre éste, y que, a largo plazo, modifican nuestra manera de pensar y de actuar. McLuhan se refería sobre todo a la televisión, pero la argumentación del libro de Carr y los abundantes experimentos y testimonios que cita en su apoyo indican que semejante tesis alcanza una extraordinaria actualidad relacionada con el mundo del Internet.

Los defensores recalcitrantes del software alegan que se trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa y, desde luego, hay abundantes experimentos que parecen corroborarlo, siempre y cuando estas pruebas se efectúen en el campo de acción en el que los beneficios de aquella tecnología son indiscutibles: ¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas? Pero también hay pruebas concluyentes de que, cuando la memoria de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos que dejan de usarse.

No es verdad que el Internet sea sólo una herramienta. Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo, de nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera discreta, se va adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar, renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a veces, mejor que él. No es una metáfora poética decir que la “inteligencia artificial” que está a su servicio, soborna y sensualiza a nuestros órganos pensantes, los que se van volviendo, de manera paulatina, dependientes de aquellas herramientas, y, por fin, en sus esclavos. ¿Para qué mantener fresca y activa la memoria si toda ella está almacenada en algo que un programador de sistemas ha llamado “la mejor y más grande biblioteca del mundo”? ¿Y para qué aguzar la atención si pulsando las teclas adecuadas los recuerdos que necesito vienen a mí, resucitados por esas diligentes máquinas?

No es extraño, por eso, que algunos fanáticos de la Web, como el profesor Joe O’Shea, filósofo de la Universidad de Florida, afirme: “Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos”. Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para “informarse”. Es uno de los estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita. De ahí, la patética confesión de la doctora Katherine Hayles, profesora de Literatura de la Universidad de Duke: “Ya no puedo conseguir que mis alumnos lean libros enteros”.

Esos alumnos no tienen la culpa de ser ahora incapaces de leer La Guerra y la Paz o el Quijote. Acostumbrados a picotear información en sus computadoras, sin tener necesidad de hacer prolongados esfuerzos de concentración, han ido perdiendo el hábito y hasta la facultad de hacerlo, y han sido condicionados para contentarse con ese mariposeo cognitivo a que los acostumbra la red, con sus infinitas conexiones y saltos hacia añadidos y complementos, de modo que han quedado en cierta forma vacunados contra el tipo de atención, reflexión, paciencia y prolongado abandono a aquello que se lee, y que es la única manera de leer, gozando, la gran literatura. Pero no creo que sea sólo la literatura a la que el Internet vuelve superflua: toda obra de creación gratuita, no subordinada a la utilización pragmática, queda fuera del tipo de conocimiento y cultura que propicia la Web. Sin duda que ésta almacenará con facilidad a Proust, Homero, Popper y Platón, pero difícilmente sus obras tendrán muchos lectores. ¿Para qué tomarse el trabajo de leerlas si en Google puedo encontrar síntesis sencillas, claras y amenas de lo que inventaron en esos farragosos librotes que leían los lectores prehistóricos?

La revolución de la información está lejos de haber concluido. Por el contrario, en este dominio cada día surgen nuevas posibilidades, logros, y lo imposible retrocede velozmente. ¿Debemos alegrarnos? Si el género de cultura que está reemplazando a la antigua nos parece un progreso, sin duda sí. Pero debemos inquietarnos si ese progreso significa aquello que un erudito estudioso de los efectos del Internet en nuestro cerebro y en nuestras costumbres, Van Nimwegen, dedujo luego de uno de sus experimentos: que confiar a los ordenadores la solución de todos los problemas cognitivos reduce “la capacidad de nuestros cerebros para construir estructuras estables de conocimientos”. En otras palabras: cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos.

Tal vez haya exageraciones en el libro de Nicholas Carr, como ocurre siempre con los argumentos que defienden tesis controvertidas. Yo carezco de los conocimientos neurológicos y de informática para juzgar hasta qué punto son confiables las pruebas y experimentos científicos que describe en su libro. Pero éste me da la impresión de ser riguroso y sensato, un llamado de atención que –para qué engañarnos– no será escuchado. Lo que significa, si él tiene razón, que la robotización de una humanidad organizada en función de la “inteligencia artificial” es imparable. A menos, claro, que un cataclismo nuclear, por obra de un accidente o una acción terrorista, nos regrese a las cavernas. Habría que empezar de nuevo, entonces, y a ver si esta segunda vez lo hacemos mejor.

Fuente: La Republica.pe
http://www.larepublica.pe/31-07-2011/mas-informacion-menos-conocimiento

domingo, 24 de julio de 2011

Deus ex machina

GUSTAVO LINARES BENZO
EL UNIVERSAL

domingo 24 de julio de 2011

Como demuestra Roberto Casanova en su reciente libro Bifurcación, uno de los componentes esenciales del neomarxismo es su fe en la tecnología. Los fallos garrafales de las economías de planificación centralizada se habrían debido a la falta de tecnologías capaces de acopiar y procesar la información necesaria para que el Estado dirigiera la economía, no a que tal centralismo socialista fuese malo e inoperante en sí mismo. Ahora, el propio capitalismo ha puesto en las manos de los revolucionarios la herramienta para controlar la economía hasta sus últimos detalles: la computación.

El decreto Ley de Costos es muestra privilegiada de esta idolización de los bits y del Internet. Se pretende, literalmente, fijar los precios y costos de todas las transacciones económicas que ocurren en Venezuela, desde la harina de maíz hasta los diamantes. ¿Imposible, impracticable? Mao no pudo, Chávez sí podría, la diferencia la hacen Microsoft y Linux. Con computadoras, el Estado socialista será eficiente, manejará suficiente información y podrá procesarla, el totalitarismo cibernético es el único posible.

Dos proyectos ya hechos realidad han demostrado que el Estado venezolano puede ser muy hábil con la tecnología: los servicios de identificación y el control de cambios. Ambos manejan información sobre casi todos los venezolanos, el primero sobre efectivamente todos, a través de portales y correos electrónicos cada vez más eficientes. Pero se trata de la eficiencia del Gran Hermano, de algo muy semejante al Panóptico de Bentham, esa cárcel diseñada para que un solo centinela pudiese vigilar a todos los presos simultáneamente: el Gobierno lo quiere saber todo de nosotros, y lo está logrando.

Los nuevos símbolos del comunismo serán entonces la computadora y el teléfono inteligente. La tecnología se vuelve enemiga de la libertad, como demuestra la lucha de los activistas de derechos humanos por la privacidad de la data de los ciudadanos. Aquí, de un plumazo, el Gobierno pretende saber todo sobre nuestras finanzas y sobre esa base controlarnos. Ya es hora, pues, de pensar en venezolano sobre los grandes peligros de la técnica, no solamente de la que permite fabricar bombas atómicas o ensuciar el planeta, sino la que es capaz de hacer posible, real y terroríficamente, el Estado total que anhelaba Hitler, quien gracias a Dios no contaba con computadores.

glinares@cjlegal.net

viernes, 22 de julio de 2011

Porque no les abriré mi puerta

Por Luis Manuel Aguana (*)

Los Censos de Población y Vivienda son instrumentos básicos de Planificación a largo plazo en cualquier país del mundo. Los datos que se recaban les sirven a los Estados para entender como se ha extendido la población a lo largo y ancho del territorio en un periodo de 10 años y para tomar decisiones trascendentales de la vida de un país. Decisiones como cuantas escuelas y hospitales deberían existir y donde deberían ubicarse, que tantos acueductos, vías de penetración, comunicaciones y electricidad deberían necesitarse y donde, son parte de las decisiones que se toman derivadas de la información que se procesa del Censo. Asimismo, el saber cuantas personas viven en el país y donde se encuentran, les indican a los organismos electorales cuantos diputados deberán existir por circunscripción en los siguientes 10 años. Imagínense cuantas decisiones a favor de un país podrían tomarse de ser utilizados estos datos para el bienestar de la población.

Sin embargo, lamentablemente, ese no será el caso en la Venezuela de hoy con el próximo Censo de Población y Vivienda. Tenemos historia fundamentada de la utilización que ha hecho este gobierno con los datos personales de los ciudadanos, donde el ejemplo más doloroso lo ha representado la mal llamada "Lista de Tascón" y que este escribidor ha rebautizado como "Lista de Chávez" (ver Un Réquiem por Luis Tascón en http://ticsddhh.blogspot.com/2010/08/un-requiem-por-luis-tascon.html) al ser este ultimo su principal instigador y el primero su autor material. Los venezolanos corremos el altísimo riesgo de que nuestros datos personales se encuentren en una base de datos administrada por extranjeros agentes de la tiranía castrista. Asimismo, la prensa nos ha informado (ver Siete Días, El Nacional 17 de Julio 2011) que será una empresa castrista la que elaborará y administrará la expedición de nuestro principal documento de identificación, la cédula de identidad, y que contendrá datos personalísimos que además de los conocidos nombres y apellidos y fecha de nacimiento, almacenará adicionalmente la identificación biométrica de las huellas dactilares, pago de impuestos, firma y fotografía digital. Inclusive se ha hablado de incluir el tipo de sangre y la historia médica. El gobierno nacional ha puesto en manos de extranjeros todos los datos actuales de los venezolanos, a lo que debemos agregar que el gobierno venezolano, mucho menos los ciudadanos venezolanos tendremos acceso a esa base de datos (véase Siete Días mencionado).

La Protección de Datos Personales es una deuda que tienen la mayoría de los países latinoamericanos para con sus ciudadanos. Sin embargo, varios de ellos han empezado a saldar esa deuda, como el caso del Perú, que recientemente aprobó el Proyecto de Ley No. 4079/2009-PE, publicado el 3 de Julio de 2011, como Ley No. 29733, Ley de Protección de Datos Personales, que desarrolla el contenido del derecho fundamental de la protección a la vida privada reconocido en el artículo 2º inciso 6º de la Constitución peruana de 1993, así como establece medidas orientadas a su respeto y garantía. Otro caso es el de Uruguay, que decretó en el año 2008 la Ley Nº 18.331, Ley de Protección de Datos Personales y Acción de "Habeas Data", fundamentada en el Artículo 72 de su Constitución que resguarda también la vida privada de sus ciudadanos. Así como estos casos, el resto de los países latinoamericanos se encuentran en el desarrollo de sus normas correspondientes. Sin embargo en nuestro país esa norma no se divisa por ningún lado. Existe en la actualidad un Anteproyecto denominado "Proyecto de Ley de Protección de Datos y Habeas Data en Venezuela" que duerme el sueño de los justos en la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Asamblea Nacional y que estuvo en la Agenda Legislativa en el año 2004.

Como se verá, existe una preocupación legítima en Latinoamérica acerca de lo que pueden hacer los gobiernos con los datos personales de los ciudadanos a la luz de las nuevas tecnologías de información. De no existir en el ordenamiento jurídico vigente una Ley que reglamente lo previsto en los Artículos 28, 48 y 60 de nuestra Constitución en relación a la protección de la privacidad de los ciudadanos, lo que nos queda es negarnos a proveer mas información a un gobierno que ha demostrado fehacientemente no tener ningún respeto a la norma Constitucional.

¿Como es posible que Perú, por solo citar el ejemplo descrito, que se encuentra por debajo de Venezuela en penetración digital como lo indica la Unión Internacional de Telecomunicaciones en su índice de penetración de tecnologías, ya posea una ley vigente aprobada este mes, que norma lo previsto en su Constitución acerca de la protección a la privacidad de los datos de sus ciudadanos? La respuesta nos la da el propio gobierno al poner todos los datos de la población en manos de agentes castristas : no está en su interés protegerlos. En la medida que nos encontremos más desprotegidos mayor será la invasión a nuestra intimidad y privacidad y presas fáciles del Estado totalitario castrocomunista que intentan imponernos.

El Director del Instituto Nacional de Estadística, INE, se ha apresurado a decir, preocupado por esta situación, que los datos que se suministren en el Censo serán secretos y protegidos por el "Secreto Estadístico". Eso sería cierto en cualquier país civilizado con un Estado de Derecho en el que se cumpla la Constitución. Los venezolanos tenemos sobradas razones para creer que esos datos personales que se entreguen a los funcionarios del INE no serán utilizados para lo que deberían ser utilizados, sino para fines muy distintos en consonancia con los intereses totalitarios del castrismo y del castrochavismo. Los venezolanos hemos acumulado harta experiencia desde 1999 hasta el presente como para no creer en nada de lo que diga o prometa el gobierno y tenemos la certeza de que nada hará cambiar su modo de pensar porque ya nos ha probado que ha usado ilegalmente datos de las personas en el pasado, violentando la ley y el Estado de Derecho.

Nunca antes los venezolanos nos habíamos visto tan desprotegidos cuando la norma Constitucional, que debiera ser el eje principal de esa protección, es violada permanentemente por quien está en la obligación en primer lugar de respetarla y hacerla respetar. El hecho de que datos personales como quienes y cuantas personas viven en nuestra casa, cuantas habitaciones tiene, que tipo de vivienda posees, estén en manos de un gobierno como este, es inaceptable para esa inmensa mayoría de quienes ese mismo gobierno dispuso que fuéramos discriminados políticamente en Venezuela a través de la Lista de Tascón, que esta más vigente que nunca. Estando fuera del gobierno, millones de venezolanos no estamos en condiciones de saber para que utilizaría el gobierno esta información privilegiada y almacenada en medios electrónicos, pero por amarga experiencia se nos ocurre una muy evidente: su utilización política y con fines electorales para la reubicación de más dos millones de personas damnificadas que buscan vivienda y que fueron registradas en la Misión Vivienda del gobierno. Y eso podrían hacerlo de la noche a la mañana utilizando medios informáticos, una vez que conozcan los datos del Censo, violentando así la confidencialidad de ese "Secreto Estadístico" que el Director del INE dice que protegerá. ¿Los venezolanos nos estamos dando cuenta de lo grave que es que un gobierno tenga información privilegiada y que pueda usarla en contra de todos nosotros con fines políticos y represivos, pasando por encima de la norma constitucional y que nosotros no podamos hacer nada?

Como venezolanos estamos en nuestro derecho, como lo establece el Artículo 60: "Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos.". Y en el ejercicio de ese derecho a nuestra vida privada, que nos concede la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, es nuestro deber cívico, constitucional y con nosotros mismos no abrirles nuestra puerta. Esa al menos será mi posición personal.

Caracas, 22 de julio de 2011

(*) Incluye las observaciones y sugerencias del Dr. Manuel Rodríguez Mena, Ex Decano FACES-UCV

Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

domingo, 3 de julio de 2011

Captahuellas y Maquinas versus Medicinas

Por Luis Manuel Aguana

Ya consiguieron los reales. La Asamblea Nacional le aprobó al CNE 499 millones 500 mil BsF para adquirir entre 40 y 45 mil nuevas captahuellas y 12 mil maquinas electorales para las próximas elecciones. Ni vale la pena hacer ejercicios mentales acerca de lo que podría hacerse con ese dinero dentro de las urgencias mas agudas de nuestra población en materia de salud, vivienda, seguridad, etc., etc., etc. Todos nos preguntamos porque es prioritario para el gobierno el tema electoral, aun por encima de la salud, por solo mencionar una de las más importantes. ¿Porque la compra de más de 40 mil maquinas captahuellas y 12 mil maquinas electorales nuevas es mas importante que proveer insumos para los hospitales, donde mueren como moscas miles de venezolanos todos los días por la falta de medicinas? Eso lo tendrá que responder para la historia este gobierno algún día.

Por ahora, nos toca tratar de resolver que es lo que pretenden hacer con esos equipos, ya que como para el gobierno son más importantes que la salud de la población, nos figuramos que su adquisición tiene que ver con la salud, pero no la del pueblo, sino de la salud y la continuidad del proceso socialista. Y ya en el terreno de las especulaciones, y en virtud de que muy poco hemos sabido del proyecto Sistema de Autenticación Integral-SAI que tiene el CNE y por el cual los venezolanos no tendremos ni mas medicinas, ni más seguridad ni más viviendas, lo que nos queda a la sociedad civil es seguir presionando por respuestas. Las pocas respuestas dadas por los voceros de una y otra parte, oposición y oficialismo, que leemos en la prensa dan pie para más dudas e interrogantes.

En efecto, leemos en la prensa (6to Poder, 03 al 10 de Julio 2011) de los voceros técnicos de la Unidad Democrática que la preocupación fundamental se centra en como van a ser procesadas las huellas, su transformación de un sistema a otro (Saime-Sagem a CNE-Cogent) o el retraso que se materializaría muy probablemente cuando por alguna circunstancia técnica el lector captahuella no reconozca a un elector y tenga que haber una decisión para ver si puede o no votar en una mesa. También se indica que sistemas como estos deben ser probados antes, en una implementación de prueba y por supuesto que se deben estudiar las naturales experiencias internacionales acerca de este tipo de sistemas. Era de esperar que cada una de estas “objeciones” fuera claramente respondida por técnicos vinculados al oficialismo, indicando que lo técnico esta resuelto porque como bien hemos apuntado, todo se puede hacer con la tecnología y aun más si se tiene el dinero dispuesto para ello. La única y tal vez mas importante apreciación mencionada en la prensa por parte de los factores de oposición es de orden político y nos habla de que el gobierno desea atemorizar “a los empleados públicos, beneficiarios de las misiones, jubilados, promover la abstención”, a lo que responde el oficialismo que lo que el gobierno pretende con esa nueva tecnología es tener unas elecciones “blindadas y transparentes que le confieran mayor confiabilidad y credibilidad al organismo electoral”.

De nuevo, ¿Y que esperaban que les dijeran? ¿Que el CNE no iba a poder resolver una pendejada técnica como una conversión de datos? ¿Que la gente no iba a poder votar cuando una la maquina captahuella no reconociera a un elector? ¿Qué el CNE con todos los reales del mundo no iba a poder hacer una prueba técnica manipulada para demostrar que el sistema si sirve? ¿Qué les pasa? Luego de leer la prensa me siento aterrorizado.

No vi ninguna apreciación de fondo de ese sistema de parte de nuestros representantes técnicos. ¿Dónde van a residir los datos biométricos para la constatación de un elector? ¿En el CNE? ¿En la maquina electoral? Si los datos van a estar en el CNE, ¿Cómo será el mecanismo que le dará permiso al elector para que haga su voto en la máquina? Si esto es así, TODAS las maquinas del país deberán estar “en línea”, fracturando de ese modo la conquista previa de que las captahuellas debían estar “fuera de línea” para evitar el ventajismo que se demostró en el pasado de la movilización de las bandas del PSUV porque tenían conocimiento de quien había votado y quien no. Estando los datos biométricos en el CNE para poder dar luz verde al elector y proceder al voto, el organismo electoral debe explicar como hará para que eso ocurra. ¿Estará la máquina con su captahuella “en línea” con el CNE o serán equipos diferentes? Si la máquina electoral está “en línea” estaremos ante una situación sumamente grave puesto que en todos nuestros anteriores procesos electorales nunca se había permitido esa posibilidad, dadas las infinitas formas técnicas y de intercambio de datos que se abren acerca de la violación del principio al secreto del voto.

Por otro lado, si los datos biométricos residen en cada máquina electoral y la máquina esta “fuera de línea”, el CNE debe responder como garantizará que no habrá una nueva versión del “multicedulado”. Esto es, que un registro Cedula-Huella Biométrica este presente en varias máquinas ¿Y como se come eso? Fácilmente. Diferentes bases de datos en distintas maquinas que contengan registros duplicados de militantes del oficialismo permitiéndole a estos presentarse en varias mesas con su mismo número de cédula y la maquina permitiendo su voto. No veo como, con el nuevo sistema del CNE, pueda evitarse este problema si la data es manipulada convenientemente en cada máquina. Si este es el escenario, deberíamos estar pidiendo garantías y copias de esas bases de datos de cada máquina.

En cada caso es precisa una explicación y una garantía de cómo se hará para que no se registe la identificación del elector con su voto, ya que este se producirá en el mismo acto; en otras palabras como se garantizará el secreto del voto. Y es precisamente por eso que fuera de toda explicación de forma, la oposición debe exigir conocer a fondo como es la arquitectura general del sistema que se le esta proponiendo al país, incluyendo el procedimiento completo, porque no lo conocemos. Lo único que sabemos es que habrán nuevas captahuellas pegadas a la maquina de votación. No sabemos aún en cuales condiciones técnicas. No sabemos como serán los programas y como funcionarán. No sabemos como serán esos programas y la configuración técnica de los equipos sobre los que van a operar, ni como se dará garantía al secreto del voto a la población. Eso es lo que debería estar exigiendo la oposición para poder tomar como un todo, político y técnico, una posición definitiva acerca de si este sistema le conviene o no a los venezolanos. Si los técnicos de la MUD saben más acerca de este proyecto, están en la obligación de informarlo a todo el mundo.

Siento que la oposición política ha sido muy débil en su respuesta a esto que se nos viene encima con esta nueva implementación electoral del CNE y ha sido muy poca la cobertura que le han dado los medios de comunicación a este nuevo sistema. El CNE convenientemente ha toreado con mucho éxito los requerimientos que se le han formulado acerca del proyecto precisamente porque nos lo piensa comunicar cuando ya este listo para su implantación y cuando ya sea un hecho técnico. ¿Y que estaremos nosotros haciendo mientras eso pasa? ¿Viéndonos el ombligo?

Es ahora precisamente cuando debemos dar nuestros alegatos técnicos porque si bien es cierto tienen los reales para comprar su nuevo sistema, aun no lo han hecho. El CNE debe tener ya un proyecto escrito para indicarle al proveedor que es lo que van a hacer y que es lo que van a comprar. Y eso es precisamente lo que no nos quieren informar. Tenemos todo el derecho a conocer su proyecto y como se implementará, ya que se esta comprando con del dinero de todos los venezolanos, incluso por sobre necesidades mas perentorias como las medicinas para los hospitales. Eso es lo que tenemos todos que exigir públicamente, así como ya lo exijo como venezolano y elector a través de estas líneas. Hagamos todos una cruzada para que eso sea así.

martes, 21 de junio de 2011

Violación de correos: Un problema de soberanía

Por Luis Manuel Aguana

La noticia del espionaje cubano de correos venezolanos, más que una nueva violación de la Constitución por parte del gobierno de Hugo Chávez, es la comprobación más abyecta de la entrega de nuestra soberanía a otro país. Ni siquiera nos están espiando policías venezolanos, nos están espiando los esbirros de la policía política de Cuba. Se comprueban así todos los supuestos que hemos manejado en este blog relativos a la relación directa que existe entre el respeto a la privacidad de los datos y los mensajes privados con la violación de los Derechos Humanos de los ciudadanos. De allí a que empiece la policía política a allanar los domicilios de los espiados, buscando supuestas pruebas de una conspiración en contra de la seguridad del Estado, no hay más que un paso.

La utilización de medios técnicos, en especial las tecnologías del manejo de información y comunicaciones, TICs, por parte de los gobiernos con el fin de manipular, controlar y en algunos casos perseguir a los ciudadanos, ya está ocurriendo en Venezuela y se comprueba con la noticia. Esta desviación en países como los nuestros, donde aún existen rasgos profundamente presidencialistas y de tendencias históricas autoritarias, hace aún más vulnerables los derechos ciudadanos de las personas. Si un Estado puede en virtud de su poder controlar hasta la más pequeña pieza de información relativa a sus ciudadanos, sin respeto de las leyes y la Constitución, el resto de los derechos humanos estarán seriamente amenazados. Un país sin instituciones sólidas puede utilizar las herramientas que da la tecnología para violar más eficientemente los Derechos Humanos, irrespetando la Constitución y las leyes. El gobierno de Chávez ha sido un ejemplo de ello.

Los adelantos técnicos solo tienen un sentido cuando, además de aumentar la calidad de vida en sociedad por intermedio de su utilización, traigan un aumento de la libertad y la democracia en el marco de un mayor respeto a los Derechos Humanos; y cualquier desviación técnica debido a la utilización impropia de las tecnologías de la información, que implique un uso en contra de estos principios fundamentales, debe ser denunciada y condenada.

De acuerdo a la información que leemos de El Nuevo Herald (http://www.elnuevoherald.com/2011/06/15/962107/cubanos-realizan-espionaje-digital.html) las operaciones de espionaje son realizadas desde las instalaciones de la Dirección de Inteligencia Militar-DIM, pero son completamente controladas por cubanos, sin intervención de venezolanos. Debemos recordar que a comienzos del presente año escribimos en este blog acerca del cable submarino que se esta instalando entre Cuba y Venezuela (http://ticsddhh.blogspot.com/2011/01/el-cable.html) y cuya inauguración esta prevista para Julio del presente año. Una vez que ya este completado el tendido de ese cable submarino ya no necesitarán instalaciones de cubanos para espiarnos en la sede del DIM en Caracas; eso lo realizarán desde Cuba.

La situación de entrega nuestra soberanía que hace Hugo Chávez poniendo a la disposición del gobierno cubano toda la estructura tecnológica necesaria y toda la información de ciudadanos venezolanos para perseguirlos, lo hace responsable no solo de un delito de violación de Derechos Humanos sino de Traición a la Patria, en virtud de la delegación de soberanía y la entrega de una información que solo tiene pertinencia a los ciudadanos de este país. Todos los venezolanos debemos rechazar contundentemente y por todas las vías posibles este nuevo escenario que nos pone en el primer plano de la violación global de Derechos Humanos.

Es notoria la composición de esta nueva lista de ciudadanos: Políticos, periodistas, formadores de opinión pública, miembros y dirigentes de organizaciones civiles. Se está construyendo una nueva y más sofisticada Lista de Tascón al servicio de la llamada “revolución bolivariana”, utilizando los medios más avanzados que puede proveer la renta petrolera en materia de tecnología. Pero en esta segunda fase del avance del proyecto comunista de Hugo Chávez, la nueva lista podrá ser utilizada, no para despedirnos de un trabajo, o rescindirnos contratos con el gobierno, sino para reprimirnos y perseguirnos policialmente. Y lo mas grave, todos los venezolanos con un correo electrónico estaremos expuestos a esta violación. Ojo con esto oposición dormida!

He sostenido la hipótesis que el uso de las tecnologías de información y comunicaciones, TICs, en sociedades carentes de madurez social y política, y con instituciones débiles y corrompidas, derivan hacia una utilización inadecuada de estas tecnologías en el ámbito de lo público, siendo una tentación muy fuerte de los gobiernos el hacer un uso político de ellas, en aras de su sostenimiento en el poder. Este uso generalmente esta reñido con el respeto básico a los Derechos Humanos fundamentales, en violación expresa a toda normativa que pueda existir en esa materia en los países. Es posible que en razón de un gobierno eficiente un país pueda invertir en TIC’s, pero queda en manos de la orientación de sus gobernantes un uso racional de esas tecnologías cónsono con los Derechos Humanos para el bienestar de sus ciudadanos. Si no existen los resortes legales que impidan un uso ilegitimo de las TIC’s y/o gobiernos que ignoren los límites, esta puede resultar ser la mejor herramienta para la violación persistente de los derechos fundamentales y la persecución de las personas.

Deseo resaltar la gravedad de esta noticia: en Venezuela, está constitucionalmente establecida la protección de la privacidad de los datos de las personas, (Art. 60 Constitucional) y existe una ley expresamente redactada, la Ley Especial Contra Delitos Informáticos, Gaceta Oficial Nº 37.313 de fecha 30 de octubre de 2001, que en su Artículo 11, Espionaje informático establece: “El que indebidamente obtenga, revele o difunda la data o información contenidas en un sistema que utilice tecnologías de información o en cualquiera de sus componentes, será penado con prisión de cuatro a ocho años y multa de cuatrocientas a ochocientas unidades tributarias”. El gobierno no solo esta violando la Constitución y la Ley del país al violentar la información contenida en estos correos de ciudadanos venezolanos sino la está entregando a un Estado foráneo. Y esto no solo va para el gobierno sino para cualquier ciudadano que haga difusión pública de esa información (La Hojilla dixit).

Los venezolanos concientes de este nuevo giro técnico de la “revolución” de Hugo Chávez en contra de nuestras libertades y derechos, deberemos estar mucho mas vigilantes a partir de ahora dada la naturaleza especializada de la persecución que se nos avecina. Y nuestra oposición deberá ser mucho más conciente y más técnica para una lucha que promete ser muy dura en los próximos tiempos. El comunismo cubano ha avanzado en materia tecnológica y esta utilizando el puente que Venezuela ha significado, para acceder a tecnologías que les estaban prohibidas hasta hace poco gracias a la entrega total de nuestro país por parte de Hugo Chávez. Desde aquí un campanazo de alerta a quienes corresponda para que los cubanos no nos agarren por pendejos porque somos mejores en esto…

Caracas 21 de Junio de 2011

lunes, 20 de junio de 2011

Ante los cambios que el CNE pretende introducir en el Sistema Automatizado de Votación




El pasado 12 de mayo Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la aprobación de un proyecto de “ampliación y mejoras del Sistema Automatizado de Votación”. Dicho proyecto contempla incluir en cada una de las mesas electorales un dispositivo de autenticación biométrica (capta huella digital), para garantizar que las máquinas de votación no puedan ser activadas hasta tanto este sistema haya identificado al elector ubicado justo al frente de las máquinas de votación.

Ante tal situación, hacemos del conocimiento público que este sistema, que no oculta la posibilidad de que se pueda establecer un vínculo inequívoco entre el voto y el votante, obliga al elector común a someterse a mecanismos que no está capacitado para entender, y por ende no puede determinar por si mismo, y en base a sus propios conocimientos, si su voto es o no secreto. Por lo cual coarta la libertad del voto.

Aceptar que se implemente este sistema implica aceptar que se viole:

1.- La Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece (Art. 21) que “la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público”, y que “esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”.

2.- El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que establece (Art. 25) que todos los ciudadanos gozarán del derecho a “votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores”.

3.- El Pacto de San José de Costa Rica que establece (Art. 23) que todos los ciudadanos deben gozar del derecho de “votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores”.

4.- La Constitución de 1999 que establece (Art. 64) que “el sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres”.

5.- La Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política que establece (Art. 159) que “el voto es secreto y el elector debe ser protegido de toda coacción o soborno”.

Por tal motivo los abajo firmantes rechazamos categóricamente la implementación de este sistema. Por otra parte exhortamos a todos los venezolanos, al resto la Sociedad Civil y a la MUD a impedir que se instaure este sistema y a luchar por que en Venezuela se den Elecciones Auténticas; libres, transparentes y justas.

Nota: El que un grupo de técnicos, a los cuales la ciudadanía nunca ha escogido ni le ha endosado sus derechos, avalen el uso de este sistema y/o que difundan que el mismo no viola el secreto del voto carece de todo valor. El derecho a tener elecciones auténticas, libres, transparentes y justas, le pertenece a cada ciudadano, por lo tanto son ellos, los ciudadanos, quienes deben entender y verificar por si mismos, aún sin poseer conocimientos técnicos especializados, todos los mecanismos que garantizan el secreto de su voto.

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miércoles, 15 de junio de 2011

La responsabilidad social de los que saben

Por Luis Manuel Aguana

“Nosotros estamos frente a desafíos gigantescos. En primer lugar estamos frente a un mundo que se está complicando crecientemente, en donde la explosión de conocimientos es gigantesca; donde un país como Venezuela para lograr defenderse y hallar su camino y mantenerse con dignidad de independencia frente a los grandes centros de poder del mundo, va a necesitar de hombres muy capaces, de gente muy calificada en todos los terrenos y en todas las actividades, porque de otro modo vamos a estar en la peor de las dependencias.”
Arturo Uslar Pietri, 5 de Octubre de 1973, Discurso de Despedida de Senador


Una anécdota primero: hace muchos años asistí a una reunión de condominio en el edificio donde vivía. Acababa de mudarme con mi familia y había notado las quejas de mis nuevos vecinos acerca de la Junta de Condominio y quería constatar en persona de que se trataba. En efecto, la Junta se componía de personas mayores que tenían muchos años viviendo en el edificio y siempre acababan siendo los mismos debido a la consabida falta de participación; y aunque la queja acerca de la Junta y su ineficacia para resolver los problemas de la comunidad podía ser cierta, no menos cierto era que nadie deseaba ser el blanco de quejas y reclamos; y los únicos que de una u otra forma terminaban participando en la Junta de Condominio eran siempre las mismas personas. Y al pasar los años, permanecían todavía en la Junta de Condominio, en una suerte círculo vicioso de hastío, que cualquier iniciativa de un nuevo vecino chocaba con esa paz inmóvil de muchos años. ¿Les parece conocida esa situación?

Al insistir en nuevas propuestas encaminadas a cambiar las cosas, el Presidente del Condominio me dijo: “Lo que propone me parece bien pero ¿y porqué no se lanza como Presidente y lo hace usted mismo?” Algo así como el conocido refrán “mandando a cantar y teniendo buena voz” Y tenía razón. Me percaté que si quería que se hicieran las cosas como las proponía, debía estar en la disposición de participar y acometerlas yo mismo, con la ayuda de otros vecinos dispuestos a que la situación cambiara. Con el correr del tiempo me di cuenta también que muchas de las quejas que los vecinos tenían de la Junta anterior no se habían resuelto, no por alguna obscura intención malvada de mis viejos vecinos, sino debido a una sencilla falta de técnica administrativa, control financiero o simples negociaciones con la empresa Administradora del edificio. Un control básico del flujo de caja permitió la compra de los insumos necesarios para que siempre tuviéramos bombillos operativos y los materiales de limpieza necesarios para la higiene permanente del edificio. No resultaba tan complicado, pero requería de una atención permanente, de una hoja de cálculo afilada y de un tiempo que le quitaba a mi familia para dedicarlo a la comunidad. Las Juntas de Condominio posteriores tomaron la experiencia continuando y mejorando la administración.

De esta sencilla experiencia personal y luego de conocer mejor a mis viejos y estimados vecinos de la Junta anterior, saque como conclusión que las cosas no se hacían, no porque ellos no quisieran hacerlas-que si querían-, sino porque no estaban entrenados en ciertas normas y lineamientos básicos administrativos necesarios para una pulcra rendición de cuentas y presentación de resultados. Es decir, no sabían como realizarlas, habiendo hecho lo mejor posible con sus propias competencias, pero que fracasaban aun teniendo la mejor disposición y deseos de hacer las cosas bien; y lo peor es que todos se quejaban pero nadie movía un dedo para que las cosas cambiaran.

Esta anécdota me viene a la memoria al tratar de plantear una situación que pienso que será uno de los ejes principales sobre los cuales descansará una posible reconstrucción de este país luego de la pesadilla chavista. Si yo sabía como hacer las cosas, aun por simple que fueran, y no tengo la disposición para dedicar un tiempo de mi vida para vivir mejor en mi edificio, el estado de cosas, por lo menos, hubiera seguido igual y con el tiempo hubiese empeorado. Y yo continuaría quejándome porque otro no hacia las cosas bien para que mi familia viviera mejor. ¿Cuantas veces hemos visto esa situación? La participación no solo requiere de gente interesada en que se resuelvan los problemas, sino que se tengan también las competencias necesarias para enfrentarlos. Es decir, son dos los requisitos que hacen que una situación se resuelva: el deseo de hacerlo y saberlo hacer. No solo basta querer participar.

Y aquí la cuestión de fondo: si aquellos que saben como se resuelven los problemas no prestan su concurso técnico y esperan que otro sea el que los “resuelva”, vamos a hundirnos todos en el propio mar de la incompetencia, que es como aquel “mar de la felicidad” ya conocido pero peor. En otras palabras es necesaria la sensibilidad y la responsabilidad social de los que saben.

Pero esto es algo que debe nacer de las mismas personas. Haciendo un ejercicio de proyección mucho mayor podría atreverme a decir que esta situación puede notarse en los más variados campos, entre ellos el de la participación política. Resulta que le hemos dejado a los peores elementos, no solo a los menos capaces, sino a los más audaces, la conducción de nada menos y nada más que nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos. ¿Que tal?

Por diversas razones, cuando me ha tocado ser testigo o participar en algún proceso donde la figuración publica esta de por medio, he notado que los que más se interesan en participar son precisamente aquellos que menos saben del tema; pero son los que prestan su concurso para dirigir, organizar y coordinar. En otras palabras, los más audaces. ¿Y porque? Porque estas personas participan siempre, aunque en muchos casos no sepan adonde se están metiendo. Y aquí no estoy queriendo desestimar la audacia como valor, sino que aquellos que tienen este motor básico que se necesita para la participación, en la mayoría de los casos notamos que esta audacia no viene necesariamente acompañada del segundo requisito: el conocimiento. Y es por eso que se estrellan las más importantes iniciativas. Son pocos los casos en que la audacia y el conocimiento van de la mano al ser aplicados a la cosa social y política.

En este momento Venezuela esta llena de atrevidos en puestos de muy alta responsabilidad que no saben absolutamente nada de lo que tienen entre manos. Esa es precisamente la impronta de esta “revolución” y una de las causas principales de este desastre destructivo. Lamentablemente los que saben, en su gran mayoría, no siguen al “proceso”. Y lo más grave es que quienes audazmente están allí no les importa un comino, porque precisamente si tuvieran una idea, o al menos alguna competencia y tuvieran vergüenza, dejarían inmediatamente esas posiciones de responsabilidad en manos más expertas. Pero eso no ocurrirá nunca, precisamente ¡porque son audaces, atrevidos y desvergonzados! ¡Miren solo el caso de la electricidad!

Si existiera la manera de que las personas con conocimiento fueran más atrevidas y audaces, y dieran un paso adelante, tal vez las cosas no nos hubieran ido tan mal en los últimos años. Pero esto tampoco pasa porque el conocimiento esta reñido conceptualmente con la autoridad, al menos en esta época. El gabinete de Juan Vicente Gómez era una colección de las mejores inteligencias de su tiempo. Habría que analizar porque se dio esa situación en aquel entonces. Pero sin embargo, aun dadas las condiciones autoritarias de ese gobierno, se organizó como nunca antes la Hacienda Pública Nacional, se pago la deuda externa y el país, aun siendo el hato personal de un caporal, tuvo las condiciones para entrar posteriormente en la primera modernidad. En la actualidad no se concibe que una mente iluminada por el conocimiento conviva con un gobierno autoritario. Y el mejor ejemplo de eso lo tenemos solo viendo el actual gabinete y quienes en general manejan la cosa pública. Mientras alguien mas sabe, es más autónomo y no responde a órdenes ni líneas. Responde a razonamientos y a trabajo en equipo. Eso es lo extraordinario de este tiempo y que se conjuga con la esencia del hacer democrático. Y eso es precisamente de lo que carece el actual gobierno encabezado por un capataz.

Necesitaremos para entrar en una nueva modernidad que los que saben estén dispuestos a prestar su concurso y su apoyo. Y lo más importante, que se les dé la oportunidad. Solo tenemos una idea superficial del estado de destrucción al que se ha sometido el país, en todas las áreas. Dios nos coja confesados cuando en realidad sepamos lo que se esconde por dentro. No hay hueso que no haya roto este gobierno. Necesitamos que se le entregue a los que saben cada área que ha sido destruida. Pero también necesitamos una concepción diferente del papel que de ahora en adelante deberá tener la política en relación a los que saben.

Cuando decimos, dejen a los que saben manejar las cosas no es porque eso este descontextualizado. Una cosa es saber pegar bien un clavo en una pared y otra muy diferente es saber donde pegarlo. El que sabe pega el clavo, el político determina donde hacerlo. Y no solo determina en qué parte de la pared, sino cuando, si esa debe ser la pared o si se debe o no pegar el clavo. ¡Tan importante es la política como el saber técnico y no la hemos estudiado y ejercido como se debe! No se le ha dado a los que saben tampoco la oportunidad de pegar el clavo, que es la técnica, y se ha perdido la orientación de donde pegarlo, que es la política. Ambas destrezas son indispensables para que esto marche. Pero si quienes sabemos como se pega el clavo no queremos hacerlo, porque eso es problema de otro, o porque eso es meterse en política, todos estaremos fregados. Y si aquellos a quienes les corresponde, no entienden que los clavos los pegan quienes saben hacerlo y tampoco conocen donde se deben pegar, allí no solo estaremos fregados, sino crucificados. Y así, aun saliendo de este gobierno, este país no se podrá reconstruir.

Ojala, cuando esta tragedia venezolana llegue a su fin y le estemos contando a nuestros nietos como una vez llegamos a un estado de locura colectiva y todo se destruyó, podamos agradecer a los que saben su concurso en la tarea titánica de haber reconstruido el país y que hayan dado un paso adelante, audaz y atrevido, por encima de lo que históricamente siempre han hecho. Y no lo digo solo para agradecer a los que saben pegar los clavos, sino también a los que deben, en estricta política, saber donde se deben pegar…

Caracas, 15 de Junio de 2011