miércoles, 10 de julio de 2013

Snowden, el antiespía



Por Luis Manuel Aguana

El revuelo internacional causado por el caso del antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA-National Security Agency) de los Estados Unidos y su periplo internacional solicitando asilo político, ha tapado en realidad el fondo del problema, al punto que si este gobierno pirata lo entendiera de verdad, no se hubiera metido en ese avispero que va mas allá de la comprensión de Maduro y sus 40 ladrones.

Edward Snowden es considerado por algunos-incluyéndome-, como un “whistle-blower” o en cristiano, un delator de ilegalidades corporativas. Siendo contratista de la NSA, en una categoría de altísima seguridad, Snowden decidió hacer público a través del Washington Post y The Guardian, dos de las publicaciones más importantes del mundo, documentos secretos que revelan nada menos que la NSA y el FBI (Federal Bureau of Investigations) tienen conexión directa a los servidores centrales de las nueve principales compañías de Internet de los Estados Unidos, extrayendo de ellos audios, video-chats, fotografías, correos electrónicos, documentos y registros de conexión que le permiten a los analistas de los servicios de seguridad norteamericanos y de sus asociados internacionales hacer seguimiento a objetivos de seguridad. Este programa, hasta ahora secreto, lleva el nombre código PRISM (ver información completa en http://www.washingtonpost.com/investigations/us-intelligence-mining-data-from-nine-us-internet-companies-in-broad-secret-program/2013/06/06/3a0c0da8-cebf-11e2-8845-d970ccb04497_story.html).

Snowden delata que la NSA y el FBI recolectan datos directamente desde los servidores de  Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple. Datos como direcciones de correo electrónico, quien llama o le escribe a quien, ubicación (donde estuvieron), duración y lugar de las llamadas de millones de personas, norteamericanos y extranjeros. Esa “metadata” permite al gobierno norteamericano hacer seguimiento a los movimientos de las personas durante cualquier periodo de tiempo y construir un panorama detallado de quien se comunica con quien y en donde (ver What We Don't Know About Spying on Citizens: Scarier Than What We Know en http://m.theatlantic.com/politics/print/2013/06/what-we-dont-know-about-spying-on-citizens-scarier-than-what-we-know/276607/).

Pero esto no es nuevo. Lo nuevo es que ahora es certificado, público, notorio y comunicacional, revelando lo que verdaderamente está pasando en la red de redes. El mayor porcentaje de la información que circula por la Internet pasa por los Estados Unidos (ver esquema PRISM en http://www.washingtonpost.com/wp-srv/special/politics/prism-collection-documents/) y no hay absolutamente ninguna regulación internacional que lo ampare. De hecho, los más desamparados somos los ciudadanos no-norteamericanos, o sea los que vivimos fuera de los Estados Unidos.

Tal vez los ciudadanos norteamericanos puedan solicitar, a la luz de esta realidad denunciada por Snowden, un cambio en las regulaciones y se protejan ellos. ¿Pero el resto del mundo? ¿Quién no tiene una cuenta de Gmail? ¿Quién no usa Skype, Facebook o Google? Todos esos servicios los disfrutamos desde la comodidad de nuestros hogares pero residen en un país diferente y sin leyes nacionales que los regulen.

Algunos podrán decir, “¿pero a mí que me importa eso? yo no soy un terrorista”. Es verdad, sin embargo alguien que usted no conoce le tiene una Espada de Damocles en su cabeza y la usará en su contra el día menos pensado, al ser poseedor o tener el control de SUS DATOS. ¿Quién sabe si el día de mañana cualquiera de esos servicios decide poner sus datos al mejor postor? De hecho ya lo está haciendo Facebook (ver La Verdad de Facebook en http://actividadentrerios.blogspot.com/2008/12/la-verdad-de-facebook-por-el-periodista.html). Estos son los escenarios que deberemos profundizar aquellos que nos hemos dado a la tarea de estudiar las interioridades del problema de la privacidad en un mundo interconectado.

Pero volvamos a Snowden. A diferencia del personaje de Tom Cruise en Misión Imposible, Snowden actuó como el antiespía. En lugar de espiar o buscar datos del enemigo para su país, hizo todo lo contrario. Los datos de seguridad su país los reveló al mundo, independientemente que ello pueda ser considerado por algunos como una delación de ilegalidad (“whistle-blow”) pero si considerado como un delito de seguridad nacional por el gobierno norteamericano.

El caso Snowden es tan grave para Estados Unidos que de reformarse las leyes de ese país para no permitir lo que denunció este antiespía, la NSA y el resto de los servicios de seguridad interna deberán inventarse una manera diferente, y al costo que sea, para alcanzar a realizar lo que en estos momentos les provee PRISM para la lucha antiterrorista. Y eso es un problema mayúsculo para el gobierno de Obama.

Los niveles de importancia que tiene el hecho que sean los Estados Unidos el país poseedor de la tecnología de esas 9 compañías principales de Internet les da la primacía en el manejo de la información a escala planetaria, y la NSA puede virtualmente hacerle seguimiento a cualquier persona que tenga una cuenta de correos en TODO EL MUNDO.

Si trasladamos el caso Snowden a nuestro entorno domestico, ¿se dan cuenta porqué los norteamericanos saben más de nosotros que nosotros mismos? Imagino que la NSA debe haber leído las cuentas de correo de TODO EL GOBIERNO Y DE LA OPOSICION TAMBIEN. Es así como los norteamericanos estaban en conocimiento de la enfermedad de Chávez, su convalecencia y su muerte, salvo que los chavistas usaran palomas mensajeras para comunicarse.

El caso de Edward Snowden no es más que un alerta a los ciudadanos que indica claramente la tendencia de los gobiernos a utilizar los datos de la gente, en especial aquellos que tienen amenazas a lo que ellos consideran su seguridad nacional. En el caso de los Estados Unidos, un país con un sistema legal independiente de su gobierno, seguramente habrá una evolución hacia la protección ciudadana.

Pero igualmente nos dice y le dice a todo el mundo que cuando los gobiernos pueden usar los datos de las personas para protegerse, EFECTIVAMENTE LOS USAN. Y los venezolanos estamos completamente desprotegidos en eso. La falta de una Ley de Protección de Datos Personales y su institucionalidad correspondiente, nos habla muchísimo de la poca importancia que otorga un régimen autoritario a este problema. El caso Snowden puso al descubierto la desprotección de los datos en su país y a nivel mundial.

Con el altísimo nivel de vigilancia que ejercen las autoridades norteamericanas alrededor del mundo a través de este sofisticado mecanismo de tecnología de información, más le valdría a Snowden entregarse y pelear su caso de “whistle-blower” en los tribunales norteamericanos e intentar al menos un cambio en la legislación de protección de las personas en su mismo patio, en virtud de la débil posición de su gobierno ante la opinión pública de ese país y que todo el planeta tiene los ojos puestos en su caso. Nunca se podrá esconder de este sofisticado “Big Brother” salvo que regrese en una máquina del tiempo al Siglo XIX.

Cometer la estupidez de aceptar un “asilo” con los delincuentes que manejan el gobierno venezolano, cubano o nicaragüense solo le pondría las cosas más difíciles al fugitivo, poniendo incluso en riesgo su vida, dado el profundo nivel de información técnica que debe manejar, situación que sería inaceptable para las agencias de seguridad de los países implicados en PRISM. Es por eso que la disposición de “proteger” a Snowden de la persecución de su país no solo revela la contradicción sino la ignorancia extrema de quienes nos desgobiernan acerca del fondo de los problemas que afectan el verdadero balance del poder mundial.

Caracas, 10 de Julio de 2013

Twitter:@laguana

jueves, 4 de julio de 2013

Doce Ejes y un Destino: 2) El Municipio Fuerte

Por Luis Manuel Aguana

La señora Otilia, habitante desde los años 50 de su Municipio en el Estado Monagas, fue toda su vida militante del “partido del pueblo”. El caserío donde habitaba doña Otilia era uno de los primeros de Maturín, la capital del Estado. Venida del interior mismo de Monagas, llego a la capital y construyó con su esposo la casita donde vivió hasta su muerte.

Nacida en los primeros años del siglo pasado, no conoció otro partido que ese. Acudía a las reuniones convocadas por el "encargado de la calle" de su partido, donde se impartían las nociones de política a los militantes de base y otras propias de la militancia. Al final del evento, el encargado pasaba, cual monaguillo de iglesia, recogiendo las contribuciones que cada uno podía dar. Ella siempre apartaba "su mediecito pa'l partido". Y así como ella daba, también recibía pero en mayor proporción.

Al finalizar la reunión, "el encargado de la calle" hacia una relación de quienes habían contribuido y con cuanto, con recibo de por medio. Esa relación, con el dinero, iba a parar a las finanzas del partido para el sostenimiento de la "casa del partido" y de cualquier otra necesidad de la organización. Y así como eso ocurría en esa calle, también ocurría en todas las calles del caserío y del Municipio entero.

Cuando doña Otilia tenía un problema con su casita-un bloque o una lámina de zinc para el techo-, o su salud y necesitaba medicinas, o la calle estaba rota o tenía que reclamar algo a la administración del Municipio, le bastaba con llevar el caso al "encargado de la calle" donde vivía, a pocos metros de su casa. Y el partido siempre se encargaba de conectar ese requerimiento de la “compañerita de partido”. La relación con los años entre el partido y su familia fue tan solida como la naciente democracia.

Todos los militantes como doña Otilia sabían que eso era así. Ellos contribuían con su militancia y sus finanzas y el partido devolvía eso con ayudas y relaciones con la Administración. Sabían que si perdían las elecciones también perderían esa relación con el poder y también perderían en su calidad de vida. La relación era perfecta.

Pero el tiempo y la riqueza del Estado lo cambiaron todo. Los partidos dejaron de ocuparse de su parte del trato y su militancia de base los fue dejando. Eso aplicó también a la gran mayoría de los partidos. Las finanzas venían ahora de otras fuentes más frondosas. Los partidos prefirieron la relación que antes tenían con las doñas Otilia de todos los Municipios y Parroquias de todo el país por una mejor remunerada. Ellos ahora daban contratos del gobierno y las nuevas contrapartes ponían el dinero para campañas y militancia. Se constituyeron en corporaciones financiadas por corporaciones y grandes mecenas.

Pero aun necesitaban los voticos de las doñas Otilia para que el negocio siguiera funcionando. Pero esas doñas, al verse abandonadas en el tiempo por sus antiguos mentores, también se unieron y constituyeron liderazgos autónomos locales, Asociaciones de Vecinos, ONG’s vecinales y la relación con los partidos cambió de una manera sustancial también.

Ellos les darían sus votos pero a cambio de eso los partidos darían financiamientos para obras y tareas comunitarias, y en algunos casos también para financiar algunos dirigentes vecinales. Ese intercambio tendría un costo- nada es gratis-: los Concejales, los Alcaldes o cualquier cargo de representación debía salir de las filas partidistas “no questions to ask” (sin hacer preguntas), salvo que algunos de ellos se “convirtiera” al partido, eso en el caso de que trajeran consigo su influencia comunitaria como aval.

Esto resultó, por lo general, en que los representantes partidistas no “representaran” en realidad a sus electores, ya que esa “representación” caía en el mejor postor partidista entre esas comunidades, trayendo como consecuencia la poca consustanciación del “representante” con su “representado”, afectando de una manera directa a las comunidades que debían atender. El partido poco se ocupaba o no se ocupaba en su totalidad de los problemas de la gente. No ha habido forma de cambiar esa relación hasta ahora porque es un problema de sistema, de cómo se hacen las cosas.

¿Cuál puede ser una solución posible a esa situación estructuralmente viciada? La propuesta es que sean las mismas comunidades quienes designen a sus propios postulados a los puestos de representación, estableciendo un mecanismo que lo garantice. Pero no solo eso, sino que esas comunidades tengan su propio ingreso fiscal para hacer realidad las obras necesarias para mejorar su calidad de vida: salud, educación, seguridad, mantenimiento público, por lo menos. De esa forma a los partidos no les quedaría otra salida que hacer vida en las comunidades para lograr su representación ante la gente y en lugar de negociar fuera, regresar al trato original que tenían con doña Otilia, solo que esta vez en condiciones diferentes y más ventajosas.

De eso se trata el segundo Eje. El empoderamiento del Municipio. De acuerdo a este importante eje del Proyecto País de MID – Táchira “El municipio surge donde un grupo de personas ocupa un territorio, conforma su gobierno, se da sus leyes y resuelve por si mismo los problemas que le plantea el diario vivir”. Si la base poblacional de un territorio es tal que ya las autoridades  locales y nacionales se ven sobrepasadas para resolverles sus problemas más elementales, se debe repensar a qué nivel si se puede realizar.

Un ejemplo de esto es la propia ciudad capital. El proyecto contempla una propuesta de llevar de 5 a 28 la cantidad de Municipios en Caracas: 1) Libertador / Caracas-Centro; 2) Catia; 3) El Recreo; 4) El Valle; 5) Antímano; 6) Paraíso-La Vega; 7) Baruta; 8) Dos Caminos; 9) El Hatillo; 10) Petare; 11) Chacao;) 12) El Calvario; 13) La Pastora; 14) San Martín; 15) Caurimare; 16) Tamanaco; 17) Palo Verde; 18) Caucaguita; 19) Mariches; 20) La Dolorita; 21) El Junquito; 22) San Bernardino; 23) San Pedro; 24 Coche; 25) Bello Monte; 26) Macarao 27) Plan de Manzano; 28) Caricuao. Esta es una propuesta donde se determinaría la conveniencia de elevar a Municipio las actuales Parroquias atendiendo a su número actual de habitantes, su historia y su cultura

Esta es la base fundamental del Proyecto, el empoderamiento de la gente. No solo política sino administrativamente, dándoles a esas comunidades la posibilidad de recoger y administrar sus recursos- con la correspondiente responsabilidad política-, reivindicando al “Municipio como la estructura básica organizacional-funcional de la administración y de gestión política del sistema democrático venezolano” (ver Proyecto País – MID Táchira en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDLXdIMzljSFVtWmc/edit?pli=1).

Y así como para la capital, existe también una propuesta para cada Estado, Municipio y Parroquia a nivel nacional. Pero esto no se podría realizar si no se piensa uno por uno a cada Estado, a cada Municipio y a cada comunidad del país. Parece grande pero es indispensable. Es necesario reconstruir la Institución municipal a favor de la gente. Y eso no se puede realizar sin una Constituyente que reorganice territorialmente al país.

Esto se explica mejor, como ya había hecho antes, utilizando el modelo de “Instituciones, Sectores y Sistemas” de Juan Ignacio Jiménez [1]: “Las Instituciones constituyen las células primarias de la Administración. Su acción es microadministrativa y gerencial.”… “La acción de gobierno no es función administrativa, sino intrínsecamente política, en el sentido más vulgar del arte de lo posible y en el más técnico de asignación autoritaria de prioridades, de acuerdo a la captación por el gobernante de las demandas del grupo gobernado. Se administran Instituciones y se gobiernan sectores…”.

Indicaba en una nota anterior, explicando la institucionalidad el año pasado, que las Instituciones son las responsables de una sana administración de los recursos, constituyendo las células primarias y por tanto, la columna vertebral de la administración del Estado. Son ellas las que realizan la acción del gobierno, es decir, son las que HACEN QUE LAS COSAS PASEN. Con una institucionalidad carcomida por la corrupción y dominadas por criterios políticos y no técnicos, es imposible, léase bien, imposible, dar servicios o bienes de calidad en el largo plazo. (Ver  La Institucionalidad: ¿Cómo se come eso?

Con una Institución Municipal Fuerte, la acción administrativa se encontrará en el nivel correcto, acercando la presencia del Estado a la población, aumentando la calidad de vida y controlando los recursos del país. Solo así las doñas Otilia de todos los pueblos de Venezuela no tendrían más que negociar su calidad de vida con nadie, ni tampoco guardar “mediecitos pa’l partido”. Su bienestar sería por fin un derecho consagrado constitucionalmente y entregado bajo su responsabilidad. ¿Qué más democracia que esa?

Caracas, 4 de Julio de 2013

Twitter:@laguana

[1] Juan Ignacio Jiménez, Política y Administración, Cap 2. Modelo Tridimensional: Instituciones, Sectores y Sistemas, IESA 1970.