viernes, 10 de junio de 2016

Explosión social

Por Luis Manuel Aguana

Todo el mundo lo dice: “aquí viene una explosión social”. Lo siente. La agudización de la escasez de alimentos ha prendido un sinfín de “candelitas” de aquellas que Maduro apagaría cuando se prendieran (ver Maduro: Candelita que se prenda, candelita que se apaga https://youtu.be/NZzfVjoVDEc). Pero a pesar que se han prendido múltiples candelitas en todo el país, vemos que no se enciende la pradera.

La pregunta obligada que nos hacemos es obvia: ¿Por qué no ha pasado? ¿Porqué a pesar de que existen las condiciones, no para un Caracazo, sino para 1000 Caracazos en todo el país, aun el régimen no experimenta una “explosión social”? Es como si la pradera aun estando seca y le está cayendo gasolina matizada con candela ¡todavía no se prende! Cualquiera se preguntaría el por qué.

Lo primero que tendríamos que saber para un análisis como este es que nada bajo este cielo pasa solo. Ni siquiera las cosas que por su naturaleza parecieran ser espontaneas. Lo que paso en 1989 no obedeció a razones fortuitas. Si bien es cierto habían las condiciones de malestar social -la pradera estaba seca- hubo su “empujoncito”, tal y como lo confesó el mismo Chávez (ver Chávez, autor material e intelectual del Caracazo, en https://youtu.be/RL7roZt-Plw) e investigaciones posteriores (ver obligatoriamente la  investigación de Milagros Socorro: ¿El Caracazo, ¿conspiración de Hugo Chávez?, en http://elestimulo.com/climax/el-caracazo-conspiracion-de-hugo-chavez/). Muchos de los que ahora son gobierno tuvieron su mano peluda metida en esa “explosión social” de 1989.

El pánico terrible que ahora tiene el régimen es que otro les haga lo mismo que ellos le hicieron al gobierno de Pérez en 1989; y la prueba más fehaciente de que no hay nadie aprovechando esas “candelitas” que se están dando espontáneamente -y con toda razón-, a lo largo y ancho de todo el país, es que no se ha encendido la pradera. Pero ¡ojo!, eso no necesariamente implica que alguien no lo esté haciendo ahora mismo.

Pero si hay algo a lo que ambos temen, gobierno y oposición oficial, es precisamente a esa explosión social. Significa, no solo la materialización formal del un fracaso mayúsculo en el manejo del país –de los unos y de los otros-, sino que ese tsunami de violencia y muerte se los llevaría a ambos por el medio, cual rito purificador y limpiador de tanta pudrición y colaboracionismo entre todos ellos. No en balde las declaraciones de los principales lideres opositores y del régimen de alejarse a como de lugar de esa posibilidad, incluida la de un Golpe de Estado bueno (ver Jesús Petit Da Costa “El primer golpe bueno” en http://jesuspetitdacosta.blogspot.com/2016/02/el-primer-golpe-bueno.html).

Entonces esa explosión social es el coco de ambos, del gobierno y de su oposición. Es claro que nadie en su sano juicio podría desear que nos matemos en las calles pero hay que escarbar a fondo en esto de la tan mentada explosión social, porque a la luz de lo que está sucediendo ahora en las calles en todas partes, si esto que pasa no se llama “explosión social”, no sé entonces lo que está sucediendo todos los días en el país. ¡Por Dios! ¡Ya hay una explosión social en Venezuela!


Si lo que teme el régimen es a su remoción por las vías constitucionales, entonces veremos agravar aún más la situación política y económica, porque esa opción no es negociable, como así se lo hizo saber Leopoldo López a José Luis Rodríguez Zapatero, en su reciente visita al preso político más importante del país. Entonces su huída será hacia delante, evitando a todo trance y al costo que sea, su salida del poder por esa vía. Zapatero hasta se dio el lujo de pedirle a la oposición oficial que se olvidara del Referendo Revocatorio (http://www.el-nacional.com/politica/Rodriguez-Zapatero-MUD-olvidar-revocatorio_0_862114158.html), en un claro grito por mampuesto del régimen. Dada esta situación, la explosión social que ya estamos viviendo será peor en días, por no decir en horas.

Pero si lo que teme realmente el régimen y su oposición oficial es a un movimiento masivo y coordinado de la población que no se pueda detener, al punto que sea necesaria la intervención de las Fuerzas Armadas, que deba deponer al régimen y sacudirse a los políticos electoreros de la oposición oficial, e imponer una Junta Cívico-Militar, sin que estos últimos tengan participación, tienen razón Nicolás Maduro y Henry Ramos. Tienen que detener eso a como de lugar porque serían arrasados los primeros y no irían nunca para ese baile los segundos, así como se verían arruinadas sus aspiraciones de seguir en este tango pegado hasta el 2019 y más allá.

La única manera entonces que tiene el régimen de zafarse del agravamiento de esa explosión social en curso, es bajando la presión de las candelitas en las calles, consiguiendo que la oposición oficial acceda llevar el Referendo Revocatorio al 2017, a cambio de aceptar la ayuda internacional, en especial la financiera, soltando a Leopoldo López para que incluso sea candidato en una posible futura elección. De allí nuestra tesis de que el régimen tiene al país de rehén cobrando rescate (ver Un país de rehén, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/un-pais-de-rehen.html). La posición irreductible de Leopoldo ha sido el freno de esas pretensiones.

Pero el régimen se encuentra atrapado y en tal condición son peligrosísimos. Apelarán a mostrarle a su oposición oficial que de no aceptar ese “dialogo” perverso, quedarán tan afuera como ellos si ocurriera  ese Golpe de Estado donde ambos terminan como la guayabera. A mucha gente dentro de esa oposición oficial le encantaría que Leopoldo se quedara donde está, con lo que no me extrañaría que procediera esa negociación, pero esta vez sin él. Y es claro que eso no sería de una manera abierta, haciéndole creer a la gente que no negociarán cuando en realidad lo están haciendo, y el tiempo juega en contra.

Entonces, paradójicamente, la explosión social estaría funcionando como un catalizador para salir del régimen y su oposición al mismo tiempo, pero de una manera que nadie quiere, y que luciría como el hito fundamental para el inicio de algo nuevo en Venezuela. Es duro decirlo, pero sería como el parto doloroso, pero necesario, para evitar que el país se siga desangrando por mucho más tiempo en las manos de quienes han sido los causantes históricos y actuales del desastre, aunque ello conlleve una circunstancia trágica.

La manera de evitar que ese episodio destructivo se materialice sería la convocatoria del Poder Originario, fuera de los Poderes Constituidos, por parte de todos los factores democráticos del país, tal y como lo hemos planteado en la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/), eligiendo a una Asamblea Nacional Constituyente, que reconcilie y reconstruya al país. Esa sería la manera constitucional, pacífica y electoral, capaz de indicarle a la población un camino pacífico para resolver nuestras diferencias, generando una nueva institucionalidad en el país.

¿Serán los factores opositores lo suficientemente maduros para intentar ese camino inédito? ¿Seguirán insistiendo en un Revocatorio que saben que el régimen evadirá a todo trance aun a pesar del empeoramiento de la explosión social? Pero lo más importante: ¿porque la oposición oficial no convoca a una Asamblea Nacional Constituyente sin los Poderes Constituidos, a sabiendas que no lograrán con un Referendo Revocatorio lo que si conseguirían con una Constituyente Originaria?

En lo personal no creo que lo hagan, aun teniendo todo en sus manos para hacerlo, comenzando por la capacidad de levantar en horas las 3 millones de firmas necesarias del 15% constitucional requerido para ello. Sin embargo hay que conceder siempre el beneficio de la duda. Lo otro sería esperar que una explosión social defina el destino de Venezuela…

Caracas, 10 de Junio de 2016

Twitter:@laguana

domingo, 5 de junio de 2016

La próxima conquista

Por Luis Manuel Aguana

“Aquí está, en estas páginas, el objeto primordial de la Revolución. Yo lo saludo y lo juro, como soberano de mi derecho; yo la saludo y la juro, como señora de mi conducta ciudadana. No la ofrecemos al mundo como obra perfecta, pero es hermosa, hermosa como su hermana primogénita. Nació del sufragio universal, contiene las más avanzadas providencias en legislación del trabajo, contiene lo más nuevo en la defensa social; entre sus hojas, con cuatro pétalos abiertos, está la flor de las cuatro libertades…”. Así dejó plasmadas Andrés Eloy Blanco, en su discurso de presentación al país como Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, y para la historia de Venezuela, las conquistas logradas para los venezolanos en la Constitución de los Estados Unidos de Venezuela de 1947. No podía esperarse menos del poeta del pueblo (http://venlibre.blogspot.com/2011/02/discurso-del-presidente-de-la-asamblea.html).

Se establecía por primera vez la elección libre directa, universal y secreta, instaurando por primera vez en una constitución venezolana el voto de la mujer, analfabetas y venezolanos mayores de 18 años. Esa fue la principal bandera enarbolada por el partido Acción Democrática, cuyos dirigentes políticos de esa época si usaron su mayoría aplastante en esa Asamblea Nacional Constituyente (137 de 160 constituyentistas) para dar un paso adelante en el establecimiento de reformas estructurales en todas las áreas   sociales, educación, trabajo y salud, que le dieron un empuje significativo al sistema político y social venezolano, al punto que mucho de eso todavía nos dura hasta nuestros días.

Constituyentistas como el mismo Andrés Eloy Blanco, Gustavo Machado, Rafael Caldera, Lorenzo Fernández, J.M. Siso Martínez, Lucila Palacios, Domingo Alberto Rangel, Antonio Pinto Salinas, Luis Manuel Peñalver, Cesar Rondón Lovera, fueron solo algunos de la estela de tribunos que discutieron el país para las siguientes generaciones.

Los venezolanos no merecemos menos de lo que sucedió en 1947. Personajes de diferentes tendencias políticas (AD, COPEI, URD y Partido Comunista) discutieron el país que visualizaban para el futuro. Y lo hicieron tan bien que lo trascendental ha permanecido hasta el presente.

¡Qué responsabilidad tan grande la de la presente generación de mejorar eso! Trascender de ese nivel de conquistas logradas en esa Constitución a uno de mayor calibre no es ninguna pendejada. Ese testigo es demasiado importante. Y cuando uno ve en la prensa y las redes lo que discute nuestra dirigencia política lo que provoca es ponerse a llorar en una acera. Hasta el nivel del lenguaje deja demasiado que desear. No estoy comparándonos con los Estados Unidos y su sistema constitucional perfecto, sino con nosotros mismos hace casi 70 años.

¿Qué puede ser tan importante ahora que pueda ser comparado  con las conquistas logradas para el pueblo de Venezuela por la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, que provoque una profunda transformación en el sistema social y político de Venezuela? ¿Qué se les puede ofrecer a los venezolanos que tenga la suficiente fuerza política y social que provoque una transformación a tales niveles que nuestro país cambie, como en efecto si cambió en estos últimos 70 años con las reformas fundamentales expresadas en la Constitución de 1947?

Pues bien, eso solo lo puede  responder el pueblo venezolano, y nos lo está diciendo a gritos en nuestro recorrido por todo el país: exigimos una profunda descentralización política, administrativa y financiera del Estado venezolano, ¡queremos el control de nuestro desarrollo! Si los políticos tradicionales ignoran esa realidad, les pasará lo mismo que a Medina en 1945…por las mismas razones: la necesidad de un cambio político fue partera de esa historia, que la dividió en un antes y un después de ese hecho.

Una verdadera autonomía de las regiones, un proceso acelerado de municipalización y de control de su propio destino a través de un cambio de las estructuras políticas y administrativas de Venezuela con el objetivo de a) lograr un reencuentro y reconciliación entre los venezolanos, y b) ejecutar el reordenamiento jurídico necesario para redistribuir constitucionalmente el poder político, legislativo, judicial, educativo, económico, con el objetivo general de re institucionalizar al país y lograr la estabilidad política y la paz social.

Esa es ahora la próxima conquista de los venezolanos para las siguientes generaciones. Los venezolanos no pueden de ahora en adelante exigirle menos a la dirigencia política, independientemente de quien se haga con el poder en el futuro.

La Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) se ha propuesto el logro de esa próxima conquista. ¿Les parece ambiciosa? ¡Claro que lo es! Trascender al discurso banal y anquilosado de unos políticos que no vemos a la altura de una Venezuela que quiere entrar al Siglo XXI ¡y su propia dirigencia es el principal obstáculo!

Algunos dirán que es demasiado dura esta posición. Que hay primero que lidiar con un régimen castro-comunista que nos ha tenido y nos tiene sojuzgados a una cola para alimentarnos. Mi respuesta es sencilla: los venezolanos somos mucho más que eso.

Se le pone a cualquiera chiquito el corazón cuando uno ve el Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas, localizado en el Departamento de Boyacá en Colombia, considerado el monumento más grande de ese país, hecho en homenaje a la carga de 15 lanceros al mando de un venezolano, el Coronel Juan José Rondón, llanero del Guárico, en la Batalla del Pantano de Vargas, y que fue a parar tan lejos de su tierra al mando del Libertador, peleando por la libertad de un continente (véanlo ustedes en https://es.wikipedia.org/wiki/Lanceros_del_Pantano_de_Vargas). Solo por respeto a los Rondón de este país no podemos ser menos que eso…

No amigos, hay que ponerse objetivos superiores que sobrepasen esta tragedia que nos ocurre, porque en el medio de conseguirlos estaremos resolviendo lo que nos pasa ahora. Nuestra próxima conquista le asignará a los Estados de toda Venezuela, competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia política, judicial, electoral, tributaria, administrativa y educativa, con el fin de hacer llegar el poder a los ciudadanos y sean estos los protagonistas de su propio desarrollo, estableciendo una Constitución Federal para la República de Venezuela.

Nuestra próxima conquista restablecerá la Cámara del Senado en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de los Estados para el debido equilibrio del poder legislativo. Transformará el Poder Judicial mediante la creación de las Cortes de Justicia Regionales para dar mayor poder y capacidad de actuación a la justicia local. Generará las garantías electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación proporcional de las minorías. En otras palabras, nuestra próxima conquista nos brindará el regreso a una democracia fuerte, sana y con Estado de Derecho.

Esa próxima conquista como pueblo, así como fue la conquista del voto para todo el mundo en 1947, y que prevalece hasta nuestros días, dividirá de nuevo nuestra historia. Esa aspiración de autonomía sentida no la inventamos nosotros en la Alianza Nacional Constituyente, la estamos oyendo en las voces del pueblo de toda Venezuela. Los representantes de la Alianza que la están protagonizando en todos los Estados serán quienes enarbolen las banderas de esa aspiración en una muy próxima Asamblea Nacional Constituyente, logrando esa nueva conquista para las próximas generaciones. Sería extraordinario ver que pueda ser cantada para la historia de una manera tan hermosa como lo hizo el poeta del pueblo en 1947…

Caracas, 5 de Junio de 2016

Twitter:@laguana