viernes, 8 de julio de 2016

Carta del General José Antonio Páez a Doña María Antonia de Clemente, hermana del Libertador. 1826

Valencia 2 de Mayo de 1826 (1)

Mi muy apreciada Señora y estimada amiga:

En la primera oportunidad escribiré y hablará a Barrutia (2) como Vmd. me lo encarga acerca de la casa y espero que cederá.

La opinión que Vmd. me manifiesta de no ir a Bogotá porque se pierde el país y de sostener el mando hasta que venga el general Bolívar, ha habido el sentimiento y el deseo general de todos los pueblos. El de esta ciudad, reunido en número de 2.000 almas, me ha vuelto a dar el mando, siempre bajo la condición de que sea hasta que el general Bolívar venga y se hagan las reformas que más convengan.

Yo lo he aceptado e jurado sostenerlo contra cualesquiera que se opongan, y tanto las tropas, que me han reconocido, como el pueblo han hecho la mismo resolución. Puerto Cabello y el Castillo han obrado del mismo modo, y esto es ahora agradable porque veo que es también la opinión de esa importante ciudad y de los excelentes amigos que tengo en ella. Pero no puedo convenir con Vmd., ni con ellos, en que sea bueno que yo vaya allá en persona. Toda innovación en un gobierno nuevo es un susto para los pueblos.; y estos podrían ponerse en movimiento, creyendo que los abandonaba o despreciaba en sus reclamaciones.

En los tres días que hubo reunión municipal se levantaron partidas de guerrillas en los campos, que hicieron algunas muertes y cometieron robos. Este mal podría propagarse con mi ausencia y cuando hubiese tomado cuerpo ni yo mismo podría contenerlo; progresaría, se pondría en comunicación con Cisneros (2) y envolveríamos el país en desastres y calamidades. Si los caraqueños tienen la opinión que Vmd. me anuncia pueden ponerla en ejecución, bien ciertos de mi protección y de que con la fuerza militar torno yo mismo en persona a contener el partido opuesto. Asegúreles Vmd. esto, y infórmeles que en su mano, prudencia y medidas está evitar los horrores de una guerra civil, y la desolación entera de Venezuela que quedaría sepultada en sus ruinas.

He tenido mil enviados del Apure que está en armas para oponerse al decreto; pero yo no quiero que se muevan sobre estos lados para evitar otros males y porque me será muy difícil restituirles al orden en que se encuentran. Haga Vmd. todo lo posible para la tranquilidad común. El nombre del jeneral Bolívar está escrito en el fondo de mi corazón y mi aliento le llama en cada suspiro. Si lo que he hecho es malo no tiene remedio.

Cuente Vmd. con toda la amistad, consideración y respeto de su verdadero amigo.

José A. Páez

Anotaciones en la carta:

(1)     Carta tomada del libro de Carlos A. Villanueva, La Monarquía en América, El Imperio de los Andes, Págs. 30-32, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas, Librería Paul Ollendorff, 50, Chaussée D’antin, 50, Paris 1913. Transcrita de los Archivos del Gobierno inglés, Foreign Office, Colombia, Congress of Panama, No. 50. Copia pasada a Mr. Canning por Mr. Eduard James Dawkins, agente confidencial de S.M.B. en el Congreso de Panamá.
(2)     Guerrillero realista que aún permanecía en armas.

Carta de Doña María Antonia de Clemente a su hermano, El Libertador. 1826

Caracas, Mayo 4 de 1826 (1)

Mi querido hermano – en este día tenemos el disgusto de ver una revolución de las tropas de Valencia y Apure, para reponer en la comandancia al Sr. General Páez, que estaba depuesto por el Poder Ejecutivo, por haber cometido la falta de mandar a algunos soldados a coger gente para hacer milicias, porque no quisieron obedecer cuando los citó, y el Sr Escalona, intendente de aquel tiempo, se quejó y le mandaron tomase él la Comandancia.

 Esta impolítica de Bogotá nos ha puesto en estado de anarquía; pues esta medida, como otras muchas, han puesto al pueblo de Valencia y al ejército en disposición de pedir separación de Bogotá; cosa a mi parecer perjudicial. Caracas tiene que adoptar esta medida para no verse envuelta en una guerra civil, pues ya sabes que las fuerzas de este país están en los llanos. Dios sabe qué pasará si tú no vuelas a sacarnos de este inminente peligro.

Aquí tenemos cuatro pícaros que nos tienen siempre en convulsiones políticas, que son Carabaño, Francisco Rivas, Pedro Pablo Díaz, un tal Lander, un yerno de Duarte, que llaman Level de Goda, muy amigo de los negros y revolucionario por principio. Es preciso que vengas, y si no cuenta que este país es perdido; pues los partidos están ya al chocarse y el Sor Santander viendo como se corona en Bogotá. En fin, te espero, que vengas volando: no temas nada, que los pueblos te quieren y te desean; todos claman por ti, y si no vienes manda un buque inglés que nos lleve donde estuvieses tú porque aquí no se puede vivir.

Tenemos de intendente a Mendoza y Soublette está para llegar (2): esa es otra farza que el Diablo que la entienda. Al pobre Lino (3) hace más de seis meses que se lo llevaron a Bogotá y que a tomar el mando de una escuadra (4), y todavía lo tienen allí vegetando sin hacer nada. Este país es perdido, vuelvo a decirte, si no vienes muy pronto a tomar medidas enérgicas que lo puedan salvar. Nuestros enemigos trabajan sin cesar para destruirnos. Te remito esa carta de Páez (5) para que la veas.

Contéstame inmediatamente que recibas esta.

María Antonia

Anotaciones en la carta:

(1)     Carta tomada del libro de Carlos A. Villanueva, La Monarquía en América, El Imperio de los Andes, Págs. 36-38, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas, Librería Paul Ollendorff, 50, Chaussée D’antin, 50, Paris 1913. Transcrita de los Archivos del Gobierno inglés, Foreign Office, Colombia, Congress of Panama, No. 50.
(2)     Esto no es cierto, Soublette estaba en Bogotá desempeñando el Ministerio de la Guerra
(3)     General Lino de Clemente, esposo de Doña María Antonia, quien desempeñaba el Ministerio de la Marina
(4)     La que se organizaba contra Cuba
(5)     La fechada el 2 de Mayo incluida más abajo