viernes, 29 de octubre de 2021

Revocatorio, Pinochet y Refundación

Por Luis Manuel Aguana

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No hay nada más aberrante en un argumento político que la tergiversación de la historia, en especial cuando se trata de la historia de otro país. Hacer uso de un hecho histórico fuera de contexto para convencer de manera engañosa a la gente en Venezuela, puede servir perfectamente para poner un sobrepeso indebido sobre el lado equivocado de la balanza de la opinión pública para decidir sobre materias de trascendencia nacional, aprovechándose de la desinformación de las personas. Aparte de poco ético es inmoral.

Tal es el caso del argumento utilizado una y otra vez por la dupla César Pérez Vivas-Nicmer Evans del llamado Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover) en el sentido de que “Es absolutamente legítimo revocar a un ilegítimo. Imagine que eso no lo hubiese pensado la gente de la Concertación en Chile con el plebiscito que se hizo con Pinochet, nunca se hubiese hecho el plebiscito ni salido de la crisis en ese país” (ver Nicmer Evans “Es absolutamente legítimo revocar a un ilegítimo”, en https://talcualdigital.com/nicmer-evans-es-absolutamente-legitimo-revocar-a-un-ilegitimo/).

Este argumento que manipula la verdad histórica ha sido utilizado repetidamente en audios y entrevistas que ruedan incansablemente por las redes sociales por los principales impulsadores del revocatorio a Nicolás Maduro Moros en Venezuela. El Gral. de Ejercito Augusto Pinochet Ugarte fue ratificado como Presidente de la República de Chile en su Disposición Transitoria Decimocuarta: “Durante el período indicado en la disposición anterior, continuará como Presidente de la República el actual Presidente, General de Ejército don Augusto Pinochet Ugarte, quien durará en el cargo hasta el término de dicho período…” (Pág. 85). Esto fue ratificado con la aprobación por plebiscito de la Constitución de Chile, el 11 de septiembre de 1980: El texto de la nueva Constitución fue sancionado por Decreto Ley No. 3.464 de 11 de agosto de 1980 y se sometió a su aprobación por la ciudadanía en un plebiscito convocado para el día 11 de septiembre de 1980, por Decreto Ley N° 3.465 de 12 de agosto de ese año. Aprobado por mayoría absoluta en dicho plebiscito, fue promulgado como ' Constitución Política de la República de Chile, por Decreto Supremo No. 1.150 de los Ministerios de Interior y Justicia de fecha 24 de octubre de 1980” (ver Constitución Política de la República de Chile original de 1980, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 96, en  https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/60446/3/132632.pdf)

Y voy más allá. En esa misma Constitución de 1980 la Junta Militar se reservó el derecho (aprobado por el pueblo el 11 de septiembre del mismo año) de someter a Plebiscito al octavo año (periodo presidencial aprobado en la Constitución) al ocupante de la Presidencia de la República establecido en las mismas Disposiciones Transitorias: VIGESIMOSEPTIMA.- Corresponderá a los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y al General Director de Carabineros, titulares, proponer al país, por la unanimidad de ellos, sujeto a la ratificación de la ciudadanía, la persona que ocupará el cargo de Presidente de la República en el período presidencial siguiente al referido en la disposición decimotercera transitoria, quien deberá cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 25 inciso primero de esta Constitución, sin que le sea aplicable la prohibición de ser reelegido contemplada en el inciso segundo de ese mismo artículo. Con ese objeto se reunirán noventa días antes, a lo menos, de la fecha en que deba cesar en el cargo el que esté en funciones. La designación será comunicada al Presidente de la República, para los efectos de la convocatoria a plebiscito…”. (Pág. 92). Les invito a leer igualmente las disposiciones transitorias Vigesimoctava y Vigesimonovena para que entiendan mejor que paso en Chile en 1988.

De modo pues, que fue la misma Junta de Gobierno de Pinochet quien dispuso ese Plebiscito CONSTITUCIONALMENTE, y que estableció la posibilidad de una elección presidencial al final de su primer período luego de 1980, y que finalmente el mismo Pinochet acató sus resultados en 1988, porque no le quedo alternativa. Afirmar que el caso de Pinochet y de Maduro de alguna manera se parecen para repetirlo en Venezuela es una aberración que debería avergonzar a quienes insisten en sacar “democráticamente” a unos delincuentes por la vía de un Referendo Revocatorio.

Para los chilenos Augusto Pinochet era constitucionalmente legítimo para 1988, incluso con su nombre y apellido establecido en la Constitución en sus Disposiciones Transitorias. Y si alguno considera que esa Constitución no era válida porque fue aprobada en dictadura, no mas tiene que fijarse que los chilenos la consideraron legitima por más de 30 años luego de depuesta la Junta Militar de Gobierno, y es ahora que decidieron revisarla en una Asamblea Constituyente. Así que repetimos con más fuerza: MADURO ES ILEGITIMO PARA LOS VENEZOLANOS, Y ESO FUE REAFIRMADO POR EL MANDATO DE LA CONSULTA POPULAR DE DICIEMBRE DE 2020, POR LO QUE NO ES LEGITIMO REVOCAR A UN ILEGITIMO.

Pero con todo eso en mente, aún así dejare a mi estimado amigo Antonio Sánchez García, venezolano de origen chileno, para que complemente mejor la situación planteada ante esa propuesta revocatoria, trayéndoles al recuerdo parte de una extraordinaria nota publicada en el año 2015:

“Cabe preguntarles a quienes consideran al voleo de las apariencias que lo sucedido en Chile es perfectamente repetible en Venezuela; si entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro o entre la almirante Meléndez y el general Padrino López reinan las profundas e irreparables diferencias respecto de la suerte y el destino de nuestro país que reinaban en el Chile de la Junta Militar de Gobierno. Si El Aissami y Vielma Mora tienen el mismo respeto y la misma consideración respecto del papel que deberían jugar los partidos democráticos que tenía el general Matthei. Y cabe, sobre todo, preguntarse si los miembros del Estado Mayor anhelan irse a sus casas a disfrutar de una honesta y discreta jubilación. Si no tienen pesadas y gravosas culpas que saldar con la justicia nacional e internacional como para favorecer un cambio democrático en Venezuela. ¿Cree alguien con dos dedos de frente y una mínima sobriedad moral que la satrapía desea y favorece una transición a una democracia? ¿Cree alguien que las fuerzas armadas venezolanas tengan el patriotismo, la honestidad y la integridad moral que tuvieron los altos mandos de las fuerzas armadas chilenas? Tengo las más serias dudas” (ver Pinochet y la transición: el plebiscito de 1988, por Antonio Sánchez García, en https://www.analitica.com/opinion/pinochet-y-la-transicion-el-plebiscito-de-1988/).

De ese artículo de Antonio Sánchez García se desprende, por más duro que a algunos les pueda parecer, que en la composición de esa Junta Militar de Gobierno presidida por Pinochet había individuos que estaban perfectamente dispuestos a acatar y hacer respetar la Constitución que habían aprobado en 1980, entre los cuales destacaba el General Fernando Matthei, cuya influencia fue decisiva para que Pinochet aceptara la derrota en ese plebiscito de 1988. ¿Ustedes creen que eso ocurriría en la Venezuela de Maduro y sus incontables ladrones, en especial los electorales? Como bien afirmó Sánchez García: “La suerte de Pinochet, de la Junta y de la dictadura había sido sellada por la misma dictadura. Sin presiones externas”. Y eso está muy pero muy lejos de pasar en Venezuela. ¿Qué es lo que se traen entonces quienes desean engañarnos con un revocatorio desde la oposición poniendo como excusa la supuesta “ilegitimidad” de Pinochet?

De todo lo anterior se comprueba que las condiciones que prevalecieron en Chile en 1988 no pueden ser comparadas a las que prevalecen en la Venezuela del régimen que nos desgobierna en el siglo 21, no solo porque Pinochet fue a un plebiscito que los mismos chilenos aprobaron 8 años antes de su ejecución, incluyendo el ejercicio de su  presidencia, sino que la misma Junta se separó del poder al perderlo, convocándose posteriormente un proceso electoral presidencial bajo la tutela de los mismos militares.

Maduro ES ILEGITIMO y concurrir a un Referendo Revocatorio lo asume de entrada como Presidente Constitucional en ejercicio, dejando de lado su condición de usurpador. Eso es lo que se niegan a aceptar quienes impulsan un Referendo Revocatorio, proceso que le es conveniente al mismo régimen, e incluso estaría dispuesto a financiarlo con los partidos de la oposición comprada. Si la oposición “pierde” ese revocatorio –cosa que pasara irremediablemente- nada le impedirá al régimen reclamar legitimidad ante la Comunidad Internacional, desvaneciéndose la figura constitucional del Presidente Encargado Juan Guaidó Márquez, porque el proceso fue avalado por los partidos opositores que aceptaron el Dialogo en México. ¿Será eso lo que en realidad busca la oposición oficial que ya no tolera a Guaidó? Podría ser…

Si bien es cierto que la figura del Referendo Revocatorio está en la Constitución en el Artículo 72, también lo está en ella la figura de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en el Artículo 348. Si la oposición política deseara verdaderamente y de una manera legítima salir del régimen electoralmente, ¿no sería más consecuente con la situación de gravedad extrema del país convocar una Constituyente que un Revocatorio? En la primera se REFUNDARIA LA NACION, reconstruyéndose todos los Poderes Públicos, Presidencia incluida, y solo se requeriría solicitar para su aprobación la voluntad del 15% del Registro Civil y Electoral, a diferencia del 20% que requiere la convocatoria a un Referendo Revocatorio. ¿No les parece extraño?

Una Asamblea Nacional Constituyente decidiría el destino de Nicolás Maduro Moros y el resto de los Poderes Públicos, y puede designar un Gobierno de Transición hasta la aprobación de un nuevo texto constitucional con los cambios que realmente necesita el país, y convocaría a unas elecciones Parlamentarias y Presidenciales, con base al nuevo texto constitucional. ¿Es tan difícil de entender eso? Realmente no. Pero el problema está en que no podríamos ir a un proceso constituyente sin las garantías electorales mínimas y mucho menos con un régimen que tiene a la cabeza un usurpador que terminará contando los votos a su favor con sus maquinas trampeadas. Desde ANCO exigimos la convocatoria del pueblo a la REFUNDACION DEL PAIS, a un proceso Constituyente de carácter originario arbitrado por la Comunidad Internacional, como solución a la crisis venezolana, en contraposición a ese adefesio revocatorio con trampas propuesto por los partidos “opositores” bajo el paraguas del régimen.

Sin embargo a la oposición oficial parece no importarle ir a un proceso revocatorio en esas condiciones, como bien lo declara el Rector del CNE de la oposición oficial, Roberto Picón, designado por la ilegitima Asamblea Nacional del 6D-2020, al indicar que “A partir del 10 de Enero se puede introducir los papeles para iniciar el revocatorio” (ver noticia en Tal Cual, en https://talcualdigital.com/roberto-picon-a-partir-del-10ene-se-puede-introducir-papeles-para-iniciar-el-revocatorio/). Parecieran estar de acuerdo el régimen y su oposición en la negociación de ese revocatorio para el 2022.

Con mis disculpas anticipadas a los que hayan llegado tan lejos leyendo esta larga nota: Los venezolanos debemos ver con muchísimo cuidado la trampa que nos están montando con ese Referendo Revocatorio, y lo que realmente buscan los partidos opositores del G4/FA+Mesita en combinación con el régimen de Maduro. Ya dicen que vayamos a votar el 21N “para organizarnos mejor para ir al revocatorio” como evocando una profecía auto-cumplida, y hasta pusieron a declarar a favor al llamado Rector “opositor”. ¡Ojo con eso! Esa trampa consolidará a Maduro pero también les dará espacios de supervivencia a aquellos que son peores que el régimen, porque prefieren conformarse con las sobras que les arroje la tiranía para seguir medrando alargando esta tragedia, que defender a un pueblo que se muere de mengua. ¡No merecen el voto de ningún venezolano! Con esa estrechez de espíritu nunca podrán luchar por lo verdaderamente importante: la libertad de Venezuela.

Caracas, 29 de Octubre de 2021

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sábado, 23 de octubre de 2021

Después del 21N, un camino de perfección

Por Luis Manuel Aguana

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“El camino de la perfección se compone de modificaciones favorables”

Don Simón Rodríguez

Los grandes personajes de la historia son solo seres humanos. Es una frase que hemos escuchado muchas veces. Y eso tiene mucho de verdad. En el neto, la suma en positivo y negativo de sus aciertos y fracasos hace para el mundo que sean un ejemplo a seguir; y a pesar de ser tan humanos como nosotros, finalmente resultan ser seres humanos muy especiales. Tal es el caso de Don Simón Rodríguez, Maestro del Libertador.

De acuerdo a Augusto Mijares, escritor, historiador y educador venezolano, Ministro de Educación en el famoso Trienio adeco (1948), explicaba en un compendio de ensayos acerca de los héroes cívicos latinoamericanos sobre Don Simón Rodríguez, escrito hoy hace 80 años y publicado en 1946, titulado “Hombres e ideas en América”, lo siguiente:

“Nunca hizo nada por sí mismo y su vida es una serie de fracasos lamentables, a veces grotescos. ¿Es posible admitir que aquel soñador excéntrico, que jamás dominó su propio destino, ejerciera influencia alguna sobre el espíritu del héroe, cuya característica más notable es, el querer inflexible e infatigable, el saber pensar y el saber hacer?” (ver ensayo de Augusto Mijares, “Cuando el Maestro del Libertador quiso ser el Maestro de “Los niños pobres””, en https://tinyurl.com/44sufejj).

En efecto, el Libertador en 1824 escribió en una carta un reconocimiento dirigido a su Maestro exaltando su figura, que no se entendería hacia un individuo con ese perfil. Pero Mijares resuelve la aparente contradicción:

“Como sucede con todos los inadaptados, la verdadera vida de Rodríguez es la de sus pensamientos. Allí está su espíritu, y no en los sucesos exteriores, entre los cuales va dando tumbos su desconcierto. Allí si encontramos, vivientes, esas “grandes sentencias” que, según el discípulo (Bolívar), habían formado su corazón “para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso” (leer carta de Bolívar a Simón Rodríguez de 1824, pág. 141).

Pero lo más importante de esta historia es este descubrimiento: “…las lecciones del Maestro fueron sobre todo incitaciones a la acción, normas de tenacidad y de paciencia; y que eran las que mejor podían adaptarse a la índole de Bolívar y a la obra que le estaba reservada” (resaltado nuestro).

El pensamiento que inicia esta nota, “El camino de la perfección se compone de modificaciones favorables” es realmente como se cita: “un programa sagaz y completo de cultura moral”.

Los venezolanos nos hemos hundido en la desesperanza porque las cosas aun no nos han salido como hemos esperado. Y resulta que hay que repetirlas no una, sino muchísimas veces hasta que salgan.  Muchos se han ido porque “ya no hay más nada que hacer en Venezuela” y esa es precisamente la enseñanza de persistencia que le transmitió el Maestro Simón Rodríguez al Libertador de tal manera que repetía que “las cosas para hacerlas bien es preciso hacerlas dos veces: es decir, que la primera enseña la segunda”. Pero añadía:

“¡No dos veces, muchas, muchísimas veces tuvo él que recomenzar su obra durante aquellos 20 años! No dos veces, sino muchas, muchísimas veces, tenemos todos los hombres que recomenzar la ejecución de nuestros propósitos; quizá recomenzar la vida misma, cuando el destino es hostil, o nuestras propias flaquezas parecen habernos arrebatado para siempre el fruto de nuestros empeños”.

Pero esas enseñanzas deben ser recordadas y mantenidas como verdades. Ya los venezolanos hemos olvidado la quintaesencia de lo que aprendieron de sus maestros aquellos que construyeron nuestra nacionalidad. Y eso hay que recordarlo, conversarlo, discutirlo, escribirlo y machacarlo una y otra vez para que no se nos olvide, con la intención de que renazca del fondo de cada uno de nosotros como venezolanos. De un amarillento libro de más de 80 años redescubro lo que el Libertador aprendió de un Maestro que a fin de cuentas fue el responsable de que su pupilo entendiera y actuara cuando fue necesario para el rescate de nuestra libertad.

Mijares remata: “Tanto la observación de Bolívar, como la de D. Simón Rodríguez, son, pues, de aplicación indefinida y universal. Traducidas de su generalidad filosófica, ambas significan lo mismo: nunca consideramos el suceso adverso como un fracaso total; la persistencia del infortunio puede ser anulada por la persistencia de la acción y de la fe; que no nos arredre el fracaso, porque “las cosas para hacerlas bien es preciso hacerlas dos veces” que ni siquiera nos desaliente nuestro propio desaliento, porque “el camino de la perfección se compone de modificaciones favorables (resaltado nuestro).

Los venezolanos nos vemos ahora en la desesperación y el decaimiento, tanto, que ya es contagioso en quienes los hemos evitado, por tanta mala noticia que incluye la rendición y la entrega de las banderas opositoras al régimen a manos de quienes no merecen tener la representación del pueblo venezolano.

El 21N los venezolanos le daremos mayoritariamente la espalda a quienes nos traicionaron, de eso no me cabe la menor duda, trayendo como consecuencia que el régimen, de nuevo, se salga con la suya a la sombra de un sistema electoral corrupto. Pero eso no puede significar que este suceso adverso signifique un fracaso total porque “el camino de la perfección se compone de modificaciones favorables”. Después del 21N otras propuestas que no eran escuchadas por el ruido estridente de quienes nunca estuvieron interesados en el bienestar de la Nación, finalmente podrán ser atendidas. Esa será la primera de muchas modificaciones favorables que tendrá este nuevo escenario post 21N. Y como indicó Mijares en ese maravilloso ensayo: “No podemos aspirar a un “estado de perfección” pero si debemos imponernos “un camino de perfección””. Esa es una incitación a la acción y una  lección que deberemos aprender muy bien a partir de ahora…

Caracas, 23 de Octubre de 2021

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