lunes, 8 de noviembre de 2021

Karim Khan y el Principio de Complementariedad

Por Luis Manuel Aguana

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Me sentí satisfecho, como muchos venezolanos sedientos de justicia frente al régimen criminal de Nicolás Maduro Moros, al leer la declaración del actual Fiscal de la Corte Penal Internacional, CPI, Karim Khan, al salir de Venezuela: “…Como deja claro el Memorando de Entendimiento y como lo he manifestado públicamente, el examen preliminar de la Situación en Venezuela (Venezuela I) ha llegado a su fin luego de un proceso exhaustivo e independiente con la conclusión de que existe una base razonable para proceder con una investigación...” (Comunicado de Karim Khan, “No hay sospechosos, pero en la investigación se determinará la verdad”, en https://www.elnacional.com/venezuela/no-hay-sospechosos-pero-en-la-investigacion-se-determinara-la-verdad-karim-khan-explico-el-estado-de-las-indagaciones-sobre-venezuela/

Eso significaba que el ya de por si lento proceso que se seguía, estancado por la anterior Fiscal de la CPI, y que fuera denunciado por corrupción y negligencia, retomaba su camino (ver Walter Márquez, Salida de la Fiscal Fatou Bensouda cierra ciclo de corrupción y negligencia en la Corte Penal Internacional https://www.elnacional.com/venezuela/walter-marquez-salida-de-la-fiscal-fatou-bensouda-cierra-ciclo-de-corrupcion-y-negligencia-en-la-corte-penal-internacional/).

Se podía sospechar abiertamente que el régimen no había escatimado recursos para retardar ese caso en la CPI en la Fiscalía de Bensouda a pesar de que 6 Estados solicitaran formalmente la apertura de la investigación a la CPI en septiembre de 2018 (ver Venezuela: Seis gobiernos de la región solicitan investigación de la CPI, en https://www.hrw.org/es/news/2018/09/26/venezuela-seis-gobiernos-de-la-region-solicitan-investigacion-de-la-cpi). Inmediatamente al ser notificada de la decisión de los Estados parte del Estatuto de Roma, la Fiscal Bensouda estaba en la obligación técnica de iniciar esa investigación y no lo hizo: “Cuando haya sido un Estado parte el que haya remitido la información sobre la situación, el Fiscal no necesita la autorización de la SCP (Sala de Cuestiones Preliminares) para iniciar la investigación, pero debe informar de su decisión de investigar no sólo al Estado remitente, sino a todos los Estados parte y a aquéllos que ejercerían normalmente su jurisdicción sobre los crímenes de los que se trate (Art. 18.1 del Estatuto de Roma)” (ver Sobre la instrucción del proceso penal ante el Tribunal Penal Internacional http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/articulos/a_20080521_90.pdf y Estatuto de Roma, en https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/Estatuto_Roma.pdf).

Ocurrieron más de tres años desde cuando los Cancilleres de Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú remitieron la situación de Venezuela a Fiscalía de la CPI, siendo ahora cuando el nuevo Fiscal Karim Khan destraba el proceso. Khan no hizo otra cosa que cumplir con su obligación de hacer respetar el Estatuto de Roma, tal y como lo anunció públicamente.

Pero ahora luego de destrancado el caso de Venezuela lo que se viene es mucho más duro por lo que se desprende del Memorándum de Entendimiento entre la Fiscalía de la CPI y el régimen de Nicolás Maduro Moros (ver Memorándum de Entendimiento firmado por Khan y Maduro, en https://www.noticierodigital.com/2021/11/memorandum-de-entendimiento-firmado-por-khan-y-maduro/). La ex Fiscal Bensouda pudo entrabar el proceso, pero ahora el régimen va a intentar utilizar las mismas reglas de la creación de la Corte Penal Internacional para retrasarlo utilizando el llamado Principio de Complementariedad, varias veces mencionado en ese Memorándum. Veamos.

El Artículo 1 del Estatuto de Roma establece: “Se instituye por el presente una Corte Penal Internacional (“la Corte”). La Corte será una institución permanente, estará facultada para ejercer su jurisdicción sobre personas respecto de los crímenes más graves de trascendencia internacional de conformidad con el presente Estatuto y tendrá carácter complementario de las jurisdicciones penales nacionales. La competencia y el funcionamiento de la Corte se regirán por las disposiciones del presente Estatuto”. (resaltado nuestro)

¿Qué significa esto? Que la CPI deberá comprobar que los crímenes denunciados son admisibles de ser juzgados por esta jurisdicción internacional: “Aunque el Fiscal considere que hay fundamento razonable, o aunque la información haya sido transmitida por un Estado parte o por el Consejo de Seguridad, conforme a lo acabado de ver, el conocimiento del asunto por el CPI no es automático, sino que se somete a un análisis jurídico de admisibilidad. Decidida que la causa es admisible, la parte perjudicada puede impugnar la correspondiente resolución. Ello nos obliga a distinguir la admisibilidad de la causa de su posible impugnación” (ver Sobre la instrucción del proceso penal ante el Tribunal Penal Internacional, Admisibilidad de la Investigación,  http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/articulos/a_20080521_90.pdf

¿Y porque esto es así? Porque al crearse la CPI la intención era fundamentalmente que los crímenes fueran juzgados en la jurisdicción del país donde se cometieron, y en caso de que por alguna razón establecida en el mismo Estatuto de Roma no fueran admisibles, tendrían que juzgarse en los tribunales del país correspondiente, en este caso, Venezuela. Pero dejemos que la misma CPI lo explique:

“Para comprender el concepto de complementariedad es preciso comprender su alternativa. El dilema que tenía ante sí la comunidad internacional era el de crear un tribunal internacional que tuviera o bien jurisdicción primaria o bien jurisdicción complementaria. De haber tenido una jurisdicción primaria, la CPI habría podido actuar frente a cualquier caso, aunque las autoridades nacionales ya estuvieran ocupándose de él. En ese marco se encuadraron el Tribunal Militar Internacional de Núremberg (1945) y el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente (1946), así como el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, de la década de 1990. Los argumentos a favor de un sistema basado en la complementariedad acabaron imponiéndose, principalmente porque los Estados no dejaron de defender su soberanía. De hecho, la CPI, en su calidad de organismo voluntario vinculado a un tratado, va ligado al consentimiento de los Estados que lo ratifican” (ver CPI, ¿Qué es la complementariedad?, en https://www.ictj.org/sites/default/files/subsites/complementarity-icc-es/). De hecho, la CPI publicó un Manual de Complementariedad para explicarle bien a los países hasta donde llega su jurisdicción y que pueden esperar de ella (ver ICC Handbook on Complementarity, en  https://www.ictj.org/sites/default/files/ICTJ_Handbook_ICC_Complementarity_2016.pdf).

La pelea que tendremos frente a nosotros a partir de ahora será la ADMISIBILIDAD de los casos que se presentaron ante la CPI. Y créanme que el régimen hará todo lo posible para hacer que esos casos se queden en Venezuela, INCLUYENDO EL DE MADURO. De allí que ustedes hayan visto que sorpresivamente el ilegitimo Fiscal Tarek William Saab se haya movido para procesar los casos donde el régimen había denegado justicia, como el caso de David Vallenilla, asesinado en La Carlota y cuyo asesino había sido absuelto. El sargento Arli Méndez Terán, acusado de asesinar al estudiante David Vallenilla en junio de 2017, fue condenado durante la noche de este viernes 22 de octubre a 23 años de cárcel, luego de la retoma del juicio que se le seguía por este caso, incluido en el expediente que busca investigar al Estado venezolano en la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad” (ver  https://efectococuyo.com/la-humanidad/militar-que-asesino-a-david-vallenilla-fue-condenado-a-23-anos-de-carcel/).

Allí el ilegitimo Fiscal Tarek William Saab, en nombre del régimen, estaba enviando un mensaje claro a la CPI diciendo que la justicia venezolana “si funciona”, sacando ese caso del conjunto de crímenes de Lesa Humanidad cometidos por el régimen. Y así irán procediendo con los casos donde puedan sacrificar a matones como el caso de ese sargento pero salvando a las piezas más importantes. A partir de ahora comenzaremos a ver que entregan en la justicia local a los autores materiales de las atrocidades pero dejando sin tocar a quienes han sido los más grandes orquestadores de esos crímenes de la principal cadena de mando que comienza con Maduro y sus ministros. Estaría por ver si esos criminales se dejarán sacrificar como ganado para dejarles el camino libre a los mayores responsables.

Pero veamos lo que dice la CPI ahondando en el tema de la admisibilidad: “Los apartados más relevantes del Estatuto de Roma a este respecto se encuentran en los Artículos 17 al 20 y en el Artículo 53. De ellos, el más importante es el Artículo 17: Cuestiones de admisibilidad. El Artículo 17 describe los tres escenarios en los que un caso puede considerarse inadmisible: A. Cuando las autoridades nacionales ya se estén ocupando del mismo caso; B. Cuando las autoridades nacionales, después de investigar el mismo caso, hayan decidido no juzgarlo; C. Cuando el caso ya lo haya juzgado una instancia nacional” (ver Articulo 17: Normas para determinar donde ha de juzgarse un caso, en https://www.ictj.org/sites/default/files/subsites/complementarity-icc-es/). (resaltado nuestro). El escenario A, es precisamente sobre el que el régimen buscará afianzarse.

Lo que viene de ahora en adelante será una prueba dura a los efectos de llevar a la cárcel a los principales responsables de la tragedia de Venezuela, Maduro y sus cómplices. Este caso está muy lejos de ser jurídico, como muchos pudieran pensar. Los venezolanos tuvimos solo una gota de agua para saciarnos en este desierto de justicia, al destrabarse el proceso penal en la CPI. Pero alegrarse por que luego de que Karim Khan hiciera su trabajo al destrabar el proceso y le reafirmara al régimen la condición complementaria de la justicia de la CPI, firmando un Memorándum de Entendimiento para trabajar con Maduro, no es a mi juicio la mejor reacción. Para mi es solo el recordatorio de lo resilientes que tenemos la obligación de seguir siendo los venezolanos para no desmayar en exigir y conseguir la justicia que se les ha negado a las víctimas de los crímenes horrendos de Lesa Humanidad que Maduro y sus cómplices han cometido. No descansaremos hasta que tengamos esa justicia, y que paguen por ellos. No se dejen engañar…

Caracas, 8 de Noviembre de 2021

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Fe de Errata: la publicación inicial del artículo el 8 de Noviembre indicaba erróneamente el nombre del Fiscal del la CPI como “Karin Kham” cuando el nombre correcto es “Karim Khan”. Ofrezco a los lectores mis disculpas por el error involuntario.

martes, 2 de noviembre de 2021

UCV, la hora de la resistencia

Por Luis Manuel Aguana

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A la memoria de mi hermanita Ana Elina, orgullosa ucevista…

Desde que me hice ucevista a principios de los años 70, la Universidad Central de Venezuela sufría de déficit presupuestario. Ningún gobierno, de cualquier signo que fuera, le prestó atención a ninguna de las universidades oficiales, en especial a la UCV. ¡Nunca fue prioridad la educación superior para quienes tomaban decisiones! Las protestas que manteníamos como estudiantes tenían como primera consigna “¡Presupuesto justo para la UCV!”. ¿Quién me puede negar eso?

Los científicos éramos –todavía lo somos- unos parias. La Facultad de Ciencias no tenía sede y como estudiantes estábamos arrimados a Ingeniería, Odontología, Medicina, Farmacia, Derecho, etc. Nuestra sede oficial eran unos galpones horribles al lado de la Facultad de Farmacia, y al correr de los años pudimos estrenar como sede las instalaciones de la vieja Escuela Técnica Industrial “Luis Caballero Mejías”, que fue anexada al conjunto arquitectónico de la UCV; y aún así duró muchísimos años lograr las construcciones y arreglos necesarios para la instalación plena de una Facultad de Ciencias con cierta decencia. Y eso también fue producto de la presión estudiantil y de los profesores de la Facultad. Incluso invadimos la sede para obligar a esa decisión. Eso tiene su historia.

Entonces, ¿cuál es la diferencia de lo que sucedía ayer a lo que sucede hoy cuando el régimen irrumpe cual elefante en una cristalería, apropiándose de una institución que se está cayendo junto con su planta física? ¿Qué Maduro es un tirano que no llegó a bachiller y ahora quiere un Doctorado Honoris Causa que le entregarían los adulantes que queden en control de nuestra primera casa de estudios? ¡Un poquito de seriedad, por favor! Lo que sucede hoy no es más que la metástasis de un cáncer que tiene décadas destruyendo a nuestras universidades, cuya principal bandera es la Universidad Central de Venezuela.

Nuestra universidad fue el principal refugio de la izquierda radical del país en los primeros años de la democracia. Y en mayor o menor medida todos los gobiernos nunca le prestaron apoyo a “los comunistas de la UCV”, ignorando con saña las necesidades de la educación superior y de un país que requería una universidad de primera categoría. Preferían darle migajas a las universidades antes de fortalecerlas. El ignorante Maduro jamás hubiera traspasado las puertas de una UCV fortalecida y de primer mundo.

Quienes realmente hicieron a nuestra universidad brillar dentro y fuera del país fueron su gente, sus profesores, empleados y estudiantes que hacían con orgullo lo que fuera necesario para lograr excelencia académica dentro de un mar de necesidades y carencias. Profesores dando clases con fracciones de sueldos de lo que se gana en otras universidades del mundo, es aun el panorama que observamos. ¿Y los políticos responsables, egresados de las 11 facultades, recibiendo orgullosamente sus títulos en nuestra Aula Magna, olvidando el siguiente día el compromiso con su Alma Mater? Bien gracias… ¡Vergüenza les debería dar!

A aquellos que se rasgan las vestiduras al ver las imágenes de Maduro y su sequito violando las puertas del Aula Magna les digo que no lloren lo que nunca supieron defender. Todos hemos sido corresponsables, en mayor o menor medida, de que la ignorancia más oscura y abyecta que se pueda imaginar dirigiendo el destino de este país haya violado nuestra máxima casa de estudios y pretenda erigirse en ductora del futuro de nuestra juventud. Ni Juan Vicente Gómez, carcelero de estudiantes, se atrevió a ponerle las manos a la institución universitaria, haciéndose rodear, por lo contrario, de la más iluminada intelectualidad de su época salida de sus aulas.

Ni Maduro ni Chávez llegaron al poder sin la ayuda de gente egresada de las aulas de la UCV. Egresados sin moral ni conciencia, y mucho menos amor por su Alma Mater. ¡Los hermanos Rodríguez se graduaron en la UCV, por Dios! ¿Qué está pasando en Venezuela? ¿Ya tocamos fondo? Después de esta tragedia demoníaca de más de 20 años que ha enlutado los hogares de absolutamente todos los venezolanos deberemos hacer una profunda y exhaustiva revisión de la universidad que queremos, y transformar lo que haya que transformar en ella para el nuevo país que debe y tiene la obligación de nacer.

Las mejores universidades de todo el planeta no sobreviven sin el auxilio financiero directo e indirecto de sus egresados. Los ejecutivos de las grandes corporaciones de los EEUU donan edificios e investigaciones enteros a universidades como Harvard, que les otorgaron sus títulos. Hay vínculos que no se extinguen luego del egreso de un profesional. Existen disposiciones en las leyes que permiten en cada lugar que la universidad tenga la flexibilidad suficiente y necesaria para que sea capaz de ser verdaderamente autónoma intelectual y financieramente. Eso es producto de legisladores agradecidos y con un compromiso con sus universidades. ¿Porque eso no puede pasar en Venezuela?

Sin embargo lo que corresponde, mientras seguimos trabajando por el final de esta tragedia, tiene que ser una resistencia civil académica inteligente que en primer lugar no se inmole  de buenas a primeras en el altar de la iniquidad que pretende hacer el régimen, so pena de perder lo que resta de nuestra UCV. Eso es lo que aspiran Maduro y sus delincuentes porque lo lograron antes cuando destruyeron PDVSA. Lo mejor de su gente se fue del país, dejándoles a los ignorantes en materia de petróleo acabar con nuestra principal industria. No cometamos ese error con la UCV. No dejemos que la conviertan en una “universidad bolivariana”. Aunque sé lo difícil que estoy pidiendo, hay que echar el resto, resistiendo y peleando desde adentro este nuevo embate de la tiranía.

Confío en los poderes creadores del pueblo como lo cantó Aquiles Nazoa, aplicados a nuestra comunidad ucvista. Sobrevivamos a esta tragedia y reconstruyamos moral y físicamente a nuestra UCV. Pero eso solo se podrá lograr si todos y cada uno de nosotros como ucvistas sentimos de verdad a nuestra universidad y nos volquemos hacia ella desde cualquier posición en donde estemos, dispuestos a prestar nuestro mejor concurso desinteresado para esa resistencia que deberemos librar, y lograr que nuestra casa de estudios venza una vez más la sombra que se cierne sobre ella…

Caracas, 2 de Noviembre de 2021

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