martes, 8 de noviembre de 2022

Brasil, crónica de un fraude anunciado

Por Luis Manuel Aguana

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En algunas ocasiones me han preguntado acerca del porqué escribo “en contra” de los procesos electorales automatizados, dada mi formación en el área de tecnología de la información. Y la respuesta que siempre doy es porque precisamente conozco lo que puede hacer la tecnología para violar los derechos humanos de las personas, en especial el derecho a elegir y ser elegido.

Pues bien, no estoy en contra de que la tecnología de la información sea una herramienta para agilizar los procesos, en especial los electorales, sino de que se hayan erigido como sustitutos de lo que puede el mismo ser humano verificar con sus propios sentidos. Me refiero específicamente al voto.

Si usted acude en unas elecciones a depositar su voto en una caja negra, llamada “urna electrónica”, que no le entrega ningún comprobante que pueda ser verificado por usted mismo al ser emitido, dándole prueba fehaciente de su selección, y que pueda ser auditado posteriormente por testigos de carne y hueso de todas las partes, queda entre usted y esa caja negra cuál fue la selección final de su voto. De esta manera, “el sistema” podría cambiar electrónicamente su voluntad en cualquier fase del proceso automatizado, ya bien sea en la propia máquina o “urna electrónica”, o en las computadoras del centro de totalización, o peor aún, en cualquier lugar intermedio escondido en las redes entre la caja negra de votación y el centro de totalización. Y usted ni nadie podrá hacer nada para negar o afirmar ese resultado.

Algunos dirán que existen sistemas de auditoría en todas las fases del proceso automatizado, pero también existen igualmente maneras técnicas de evadirlos, para que se desaparezcan sin dejar ningún rastro las pruebas de alguna modificación posterior de los datos y los sistemas. Es por esa razón que debe existir el comprobante físico que el elector haya verificado con sus sentidos y entregue con su selección a un depósito o urna, para que pueda ser contabilizado al final del proceso de elección en la mesa de votación. Eso es como irse de un comercio sin un comprobante o factura física de su compra, y con la cual pueda usted devolverse para reclamar.

De esta manera podríamos hacer un escrutinio, que solo pueden hacer las personas, de todos los comprobantes y compararlos con los resultados que arroja la llamada “urna electrónica”. Ese sería el llamado Escrutinio Manual, a diferencia del Escrutinio Automatizado, que es el que realiza una máquina sin comprobantes. Este fue uno de los fundamentos principales de la histórica sentencia de la Corte Constitucional de Alemania que anuló el voto electrónico en ese país (ver Corte Constitucional Alemana, Sentencia 2 BVC 3/07 - 2 BVC 4/07 – Inconstitucionalidad del E-Vote, en https://tinyurl.com/2st6t7mc).

Haber hecho ese Escrutinio Manual en TODAS las mesas, sin desmedro del número de ellas, en todas las elecciones a partir de 1998, nos hubiera ahorrado a los venezolanos la debacle política, económica y social que ahora nos aflige. De haber tenido la posibilidad de hacer ese mismo Escrutinio Manual en todas las mesas en Brasil, estoy seguro de que el resultado hubiera sido otro muy diferente al anunciado.

A pesar de la ausencia de los comprobantes de votación, se están aplicando metodologías matemáticas como las descritas en mi nota pasada, para la detección de anomalías en el proceso electoral, como la comprobación de Newcomb-Benford en grandes conjuntos de datos, que permiten detectar inconsistencias que deben ser investigadas a profundidad (ver Resultados en Brasil: la nueva incursión del voto electrónico, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/11/resultados-en-brasil-la-nueva-incursion.html).

Además de eso, están saliendo a la luz otros estudios que detectaron anomalías en el reciente proceso electoral de Brasil, al analizar las inconsistencias estadísticas de los resultados producidos por las “urnas electrónicas”, lo que revela, a nuestro juicio, una deliberada intención de manipulación del voto.

El informe acerca de las elecciones de Brasil presentado por un grupo que se autodenomina “Brazil Was Stolen” basado en el estudio directo de datos sobre los resultados presentados a partir de las “urnas electrónicas”, y que fundamentalmente se enfoca en los totales emitidos por los modelos de las máquinas usadas en las dos vueltas de las elecciones de Brasil 2022, se configura como una prueba de una manipulación como la ocurrida en todas las elecciones venezolanas a partir de 2004 (ver Estas son las “anomalías” electorales que impulsaron las protestas en Brasil, en https://panampost.com/oriana-rivas/2022/11/04/anomalias-en-las-elecciones-brasil/).

De acuerdo a ese estudio, basado en los resultados abiertos publicados por el Tribunal Electoral de Brasil (TSE), las máquinas previas a los modelos del año 2020 (2009, 2010, 2011, 2013 y 2015), que se ubicaron en poblaciones con 50.000 o menos electores, presentan diferencias en los resultados de la elección para presidente de Brasil, según el modelo de las urnas, en una misma región, con la misma población y características demográficas y geográficas. Se detectaron existencia de al menos dos códigos fuentes en las máquinas. El estudio indica que las “urnas electrónicas” previas al 2020 no fueron auditadas (ver video completo de la presentación al mundo en español y portugués a cargo del vocero del grupo Brazil Was Stolen, Fernando Cerimedo, en https://tinyurl.com/29nvh285).  

En la nota de PanamPost se destaca que: “1) En las ciudades con menos de 50.000 electores, las máquinas que datan del año 2020 marcan una diferencia de 10 puntos entre ambos candidatos (44,97 % a favor de Bolsonaro vs. 55,03 % para Lula da Silva). En comparación, en las máquinas no auditadas (previas a 2020) hay 15 puntos de diferencia (42,68 % vs. 57,32 %); 2) En la región nordeste, zona con la «principal diferencia», las máquinas de 2020 marcan 37,08 % a favor de Bolsonaro vs. 62,92 % para Lula da Silva. En las máquinas de años anteriores y no auditadas, Bolsonaro solo obtuvo 25,39 % frente a 74,61 % de Lula. Es decir, 11,7 puntos de diferencia en la misma región entre máquinas auditadas y no auditadas; 3) También en la región nordeste, excluyendo las capitales de esos estados, se registró el mismo comportamiento, pero con 8,7 puntos porcentuales de diferencia”.

Destaca el Informe de "Brazil Was Stolen": “En el caso de las ciudades con menos de 50.000 electores pueden ver la dispersión del voto mucho más normal en las maquinas que son del 2020, con una diferencia de Lula a favor de 10 puntos, en las ciudades de menos de 50.000 electores. Pero en las máquinas que no fueron auditadas, hay 15 puntos de diferencia. Vuelvo a lo mismo, ciudades de 50.000 personas, ciudades pequeñas no pueden tener tanta diferencia. Entran en un centro de votación familiares, amigos, vecinos, hay 7 maquinas o 5 maquinas modelo viejo y 3 o 4 maquinas del modelo 2020, y el comportamiento de la decisión popular del voto es diferente. Esa variable no es posible…” (ver video del informe, min 40:20). Este informe es consistente con las desviaciones producidas por los estudios que aplicaron la metodología matemática de Newcomb-Benford, en especial en la zona nordeste de Brasil.

Sin embargo, el informe de auditoría finaliza con lo siguiente: “Esto que vieron no es una determinación de que hay fraude, ni una decisión. Esto es información, que sin duda pone en duda el resultado del domingo pasado, donde una máquina se convirtió en una variable de decisión. En ninguna parte del mundo existe que una máquina determina la voluntad popular. No existe. No hay posibilidades de que tú vayas a votar y votes en una máquina si la maquina no está manipulada. Puede ser que Lula no conozca de esto, que su campaña tampoco lo sepa, y que sea un error de los modelos de votación, pero ustedes merecen saber la verdad en Brasil. La región y el mundo merecen saber si Lula es un presidente legítimo o no. Si la voluntad popular principal fuente de la democracia, realmente es tal. Tenemos que saber y tenemos que conocer la verdad…” (ver video del informe, min 1:14:08).

Esta aseveración ingenua de estos técnicos calificados del grupo “Brazil Was Stolen”, excelentes en matemáticas y estadísticas, pero muy deficientes en política, al indicar que “no es una determinación de que hay fraude”, es imposible de sostener. No existe manera que ese conjunto de máquinas hayan sido colocadas en las ciudades y centros correctos al azar. De la misma manera que la prueba de Newcomb-Benford arroje los resultados que presenta sin que se hayan manipulado las cifras de una manera deliberada, como en el caso de Enron. El desconocimiento de las denuncias de fraude técnico realizadas en Venezuela al indicar que “En ninguna parte del mundo existe que una máquina determina la voluntad popular”, lamentablemente no fue de ayuda para prever las consecuencias del uso de un sistema automatizado sin garantías.

Este informe confirma la existencia de la crónica un fraude masivo anunciado en las elecciones de Brasil en las dos vueltas, y solamente por no poseer un sistema capaz de garantizar un escrutinio manual. Y el único responsable de este fraude es el ex convicto Lula Da Silva, quien definitivamente no es legítimo al haberse robado unas elecciones, como lo ha hecho el régimen castro-chavista-madurista desde el año 2004 en Venezuela.

Esperamos que el gobierno legítimo del Presidente Jair Bolsonaro marque un hito histórico al desconocer ese triunfo fraudulento realizado a través de mecanismos electrónicos, e impulse a la brevedad posible una reforma a fondo del sistema electoral en Brasil. El desconocimiento de los sistemas automatizados sin la debida garantía de transparencia por parte de un país como Brasil, sería el primer paso para el rescate del resto de los sistemas electorales de Latinoamérica. Los venezolanos se lo agradeceremos.

Caracas, 8 de Noviembre de 2022

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

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martes, 1 de noviembre de 2022

Resultados en Brasil: la nueva incursión del voto electrónico

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

El solo hecho que resultara electo Presidente de Brasil, un individuo condenado y encerrado por corrupción, diría mucho de los sistemas de justicia y electoral de ese país. La historia de cómo un delincuente y expresidiario pudiera conservar sus derechos políticos para presentarse a una elección presidencial, con la pequeña ayuda del sistema judicial de Brasil, es algo que escapa al objeto de esta nota.

Pero lo que sí creo pertinente resaltar aquí, es que una vez que el expresidiario se encuentra en la papeleta electoral, lo que ocurra finalmente debería depender solo de lo que la voluntad de soberanía popular exprese, sin interferencias de ningún tipo, ya que si el pueblo verdaderamente desea ser conducido por un delincuente, a pesar de las fallas obvias de su sistema judicial, claramente nadie debería objetarlo.

Sin embargo, si este sistema electoral carece de una auditoría post mortem que permita verificar clara y físicamente esa preferencia del electorado, y en especial cuando el resultado final tiene una diferencia menor del 2%, entonces, esa elección estará seguramente en entredicho, por más mecanismos electrónicos “de prestigio internacional y de extrema fiabilidad” que posean (ver Voto electrónico en Brasil: 4 claves del mecanismo electoral que Jair Bolsonaro cuestiona, en https://www.perfil.com/noticias/internacional/voto-electronico-en-brasil.phtml).

En efecto, “…el estado brasileño impulsó la reforma del sistema de votación. Con ayuda del ejército, expertos informáticos desarrollaron el primer modelo de urna electrónica  usado en 57 ciudades en las elecciones municipales de 1996. El ensayo fue exitoso: el 67% de los votantes utilizaron estas máquinas en los comicios presidenciales de 1998, y en las elecciones siguientes el voto en papel se eliminó por completo. Brasil, en tanto, se convirtió en uno de los 23 países del mundo que usa urnas electrónicas en elecciones generales, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), mientras que otros 18 las usan en comicios regionales”.

Y esa fue la trampa del voto electrónico adonde han caído países de la importancia de Brasil en Latinoamérica (ver La trampa del Voto Electrónico: De escrutinios Manuales a Escrutinios Automatizados, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/la-trampa-del-voto-electronico-de.html), y que ha sido utilizada cada vez más por grupos interesados en cambiar los resultados electorales para llegar o quedarse en el poder, al sustituir el escrutinio manual por un escrutinio automatizado, sin posibilidad de verificación física, eliminando el comprobante impreso donde el elector verifica a través de sus propios sentidos si su decisión quedó perfectamente registrada en el sistema. Si la máquina o el sistema automatizado en su conjunto lo modifica, el comprobante podría –y debería- ser verificado posteriormente en una auditoria.

Lo anterior lo confirma la sentencia de la Corte Constitucional de Alemania del 3 de marzo de 2009 que prohíbe el uso de computadoras electorales: “108… La legitimación democrática de la elección exige la capacidad de controlar el proceso electoral, para así poder excluir o corregir manipulaciones y refutar sospechas injustificadas. Sólo ésto posibilita la confianza fundada en el debido orden de la conformación del órgano de representación. La obligación del legislativo y el ejecutivo de ocuparse de que el proceso electoral se conforme acorde a la Constitución y se realice debidamente no alcanza, por sí misma, para transmitir la necesaria legitimidad. Sólo si el pueblo electoral se puede convencer por sí mismo de la legalidad del acto de transferencia, es decir, que la elección se realice “ante los ojos del público” (cfr. Schreiber, Handbuch des Wahlrechts zum Deutschen Bundestag, 7. Ed. 2002, § 31 Rn. 2) se puede garantizar la confianza del soberano en la ocupación del parlamento acorde a la voluntad del elector, necesaria para el funcionamiento de la democracia y de la legitimidad democrática de las decisiones estatales(resaltado nuestro) (ver Corte Constitucional Alemana, Sentencia 2 BVC 3/07 - 2 BVC 4/07 – Inconstitucionalidad del E-Vote, en https://tinyurl.com/2st6t7mc).

Por una extraña razón, que solo podría existir en las mentes de los políticos que han decidido el uso cada vez más intensivo de estos sistemas de “urna electrónica”, se ha puesto en las manos de los sistemas informáticos la decisión fundamental de dar los resultados de la decisión de un pueblo en elecciones. Y cualquier sistema informático puede ser cambiado a la voluntad de quienes los manejan y controlan, sin dejar ningún rastro. El sistema de “urna electrónica” es efectivamente un instrumento para votar, pero también para ser utilizado literalmente para el entierro de la democracia. Y como veremos a continuación, mucha razón tenía Jair Bolsonaro de desconfiar de estos sistemas.

Si hay algún país que ha sufrido de estos sistemas automatizados, ha sido Venezuela desde el 2004, año en que el régimen cambió la LOPE (Ley Orgánica de Procesos Electorales) y los reglamentos del CNE para ajustarlo al llamado “voto electrónico”. A pesar de que la máquina electoral en Venezuela todavía emite comprobantes, el voto válido es el que indica la máquina, no el que provenga de cualquier auditoria posterior que se le haga a una mesa electoral. Pero no relataré aquí la historia de ese sufrimiento que ya he detallado a través de los años en este blog.

Solamente me detendré en los indicadores que apuntan a un fraude masivo en las pasadas elecciones presidenciales de Brasil, específicamente en la primera vuelta, como el que siempre denunciamos en Venezuela, debido a la existencia de la misma tecnología que impide al elector tener el control auditable de su preferencia electoral.

En un muy reciente informe de fecha 29 de octubre de 2022, titulado “2022, Primera Vuelta brasileña, Elecciones Presidenciales, Análisis de Vulnerabilidad” (ver Reporte  completo en inglés, en https://tinyurl.com/mwax3azj), publicado en las redes, expertos forenses aplicaron la Ley de Newcomb-Benford al conjunto de números hechos públicos por el Tribunal Electoral de Brasil (TSE), “mostrando inconsistencias en la tabulación de votos en varias regiones del país” (ver Expertos forenses sugieren "banderas rojas" matemáticas en la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas, citando la Ley de Benford, en https://creativedestructionmedia.com/analysis/2022/10/30/breaking-forensic-experts-suggest-mathematical-red-flags-in-first-round-of-brazilian-presidential-election-cites-benfords-law/), y específicamente en 2.637 Zonas Electorales, como revela el Informe.

Para aquellos no familiarizados con este tema técnico, la Ley de Newcomb-Benford es una metodología matemática que se ha utilizado para detectar anomalías en grandes conjuntos de datos, siendo un indicador muy confiable que señala la posible manipulación de los datos para favorecer un resultado numérico, y en consecuencia es necesaria una auditoría a fondo de todo el proceso. Fue utilizada para detectar la manipulación dolosa de los reportes financieros de ingresos y ganancias de Enron en los EEUU, siendo aplicada exitosamente en el caso venezolano para detectar el fraude en los resultados del Referendo Revocatorio de Hugo Chávez del año 2004 (les recomiendo especialmente ver El poder de la Matemática, en https://youtu.be/IZNiFCvlbP8).

La sola aplicación de esta ley matemática y los resultados obtenidos en las elecciones de Brasil, dan lugar a que se inicie inmediatamente una investigación de fraude para las dos vueltas de la elección presidencial, así como la revisión a fondo de su sistema electoral automatizado. Es importante señalar que la publicación fue retenida “para su distribución después del cierre de las votaciones de la segunda vuelta para no interferir con la toma de decisiones electorales de los votantes ciudadanos brasileños” tal y como lo indica el Informe.

Es preciso aquí que los venezolanos recuerden que también se aplicó esa metodología a la elección presidencial del 8 de octubre de 2012 en Venezuela, dando como resultado una anomalía similar a la descrita en Brasil en esta reciente elección (ver La Naturaleza delató al CNE, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/la-naturaleza-delato-al-cne.html). De allí que sigamos afirmando que mientras se sigan utilizando sistemas informáticos como los que existen en Venezuela y Brasil, las elecciones nunca serán auténticas, dando paso cierto a la inestabilidad política, dándole paso a la permanencia o entronización de regímenes autoritarios y violadores de Derechos Humanos.

La publicación de este informe destaca quelas personas en Brasil no pueden informar sobre estos asuntos por temor a la persecución judicial”… “Como han informado recientemente tanto Fox News (ver Fox News https://twitter.com/foxnews/status/1586442776350162945) como el New York Times, hay una clara indicación de que los tribunales supremo y electoral son parciales y reprimirán a cualquiera que investigue la integridad de las elecciones en Brasil o a los periodistas que brinden información que podría interpretarse como un cuestionamiento de la integridad de los sistemas electorales o las propias acciones de aplicación de la corte”. Cualquier parecido a nuestra realidad, ya comienza a ser una mera coincidencia en Brasil. La plaga rojo-rojita ya está en plena operación internacional y haciéndose sentir en nuestro gran vecino, por obra y gracia del voto electrónico…

Caracas, 1ro de Noviembre de 2022

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