sábado, 24 de diciembre de 2022

La Noche de las Hallacas lloronas

Por Luis Manuel Aguana

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A diferencia de lo que tal vez la mayoría piense, los partidos mayoritarios de la oposición oficial le dieron en esta Navidad su mejor regalo a los venezolanos: revelar sus verdaderas intenciones. Pero no lo hicieron adrede. Fue más bien el natural proceso de descomposición al que está sometido todo aquel se hace pasar por quien no es, y llega el punto estelar en que la única manera de lograr su cometido es desnudando las verdaderas intenciones. Es ese el momento clave de la trama de la película, donde el villano se enfrenta a su víctima frente a frente con el arma en la mano, en una clara disposición de quitarle la vida.

Pero ese momento no es malo en sí mismo. Es el momento de la revelación. Es el momento preciso donde los roles están claros para todo el mundo, dónde el villano se quita la máscara que había utilizado en toda la trama y le dice al mundo: ¡este soy yo!, mi verdadera esencia, y tengo la abierta intención de matar al protagonista, para quedarme con cualquier cosa que represente la continuación de la vida de quien está al frente de la historia.

Pero el tema central aquí, no es el preciso momento de la revelación, sino que pasará después, aunque este hito es obligatorio y crucial para el desenlace final, y constituye, a mi juicio, un regalo, ya que es un firme indicador del lugar en donde nos encontramos parados. Eso definitivamente nos sirve para decidir qué hacer en el futuro.

Y aunque no lo recordemos así, algo semejante paso el 4F-1992, cuando luego de años de encubrirse como demócratas, los militares felones y golpistas descubrieron a todos finalmente sus verdaderas intenciones y se mostraron al mundo tal cual eran, y con la excusa de “salvar al país” decidieron –gracias a Dios sin éxito- un golpe de Estado, que incluía matar al Presidente de la República y su familia en su residencia oficial. Al final lo lograron, luego de la muerte política de quien no pudieron derrocar con las armas. Y pudieron conseguirlo gracias a la pequeña ayuda de la misma clase política que ahora lleva al cadalso al Gobierno Interino de Juan Guaidó.

Chávez fue el producto directo e indirecto de quienes ahora dicen que no necesitan un Gobierno Encargado. Lamentablemente, cuando se descubrió la identidad de los responsables del 4F, la sociedad en su conjunto no los rechazó, así como su artero intento de acabar con las instituciones, sino que, por el contrario, los abrazó y elogió sin saber que estaban acogiendo un cuervo que nos sacaría los ojos. De allí la importancia de advertir en este nuevo golpe, quienes son los que lo llevan a cabo y qué propósito tienen sus protagonistas, de manera de no volver a cometer el mismo error. Es por eso que este momento es crucial, porque definirá la continuación de la historia de la lucha democrática en contra del régimen que ha acabado con Venezuela.

En 1998 la decepción política llevo a los venezolanos a votar mayoritariamente por un engendro que arruinó nuestra forma de vida. Nuestra decisión colectiva al votar por ese resentido social afectó por más de 20 años –y contando- el rumbo del país hacia un barranco del que no hemos podido salir. Pero las señales estaban allí cuando se presentaron en 1992 en ese histórico día cuando Venezuela amaneció de golpe.

En este momento, los partidos de la oposición oficial nos obsequian en esta Navidad nuevas señales, creando una Navidad de golpe, al acabar con la institucionalidad legítima que quedaba, asumiendo desde la Asamblea Nacional las funciones de un poder que no les corresponde, modificando un Estatuto que dejo de ser de transición.

Miremos con mucho cuidado y precisión quiénes son y porque lo hacen. Pero más allá de eso, lo que vendrá producto de esa decisión. Eso nunca lo analizamos después de votar por Chávez en 1998, como consecuencia de ese entusiasmo militarista de 1992.

La oposición oficial pretende negar con manotadas jurídicas la realidad de que Nicolás Maduro Moros es un usurpador del poder, y la necesidad que este país requiera de un gobierno de transición que nos lleve a unas elecciones libres, justas y verificables. Eso no se puede borrar así como así del ADN venezolano con un nuevo “Estatuto”. Y el hecho que Juan Guaidó y su Gobierno Encargado desde el 2019 haya fracasado en desplazar al régimen que usurpa el poder en Venezuela, no significa que eso no sea verdad. El rey está desnudo desde hace mucho tiempo.

Pero las razones que aducen los ciudadanos diputados de los partidos AD, PJ y UNT, es que el Gobierno Encargado -que ellos manejaron a su antojo- fracasó, y es necesaria una nueva estrategia que nos lleve a elecciones con el que sigue siendo usurpador y culpable de delitos de Lesa Humanidad. Y que en lugar de un necesario gobierno de transición luego de desplazado Maduro y sus delincuentes, vayamos a unas elecciones con él y su poder electoral corrupto e ilegítimo, manteniendo al tirano en el poder. Menudo cambio de estrategia…

Lamentablemente, el Presidente Encargado y su partido Voluntad Popular, nunca asumieron sus responsabilidades ejecutivas, poniendo por encima la Constitución a cualquier Estatuto que aprobara la Asamblea. Eso también los hace responsables ante los venezolanos de la situación que hoy se presenta en la Navidad de 2022, como un golpe jurídico del Parlamento, a la casi nula institucionalidad que existe en el país.

Pero, como señalé antes, lo importante es lo viene después. De lo que decidamos los venezolanos, y del cómo acojamos esas nuevas decisiones políticas, se determinará nuestro destino para los próximos 20 o 30 años. Recuerden, los errores en esos hitos históricos nos cuestan generaciones. Existe hoy, después de 1998, toda una generación de jóvenes que nunca han sabido lo que es comprar una vivienda propia con su trabajo, así como levantar normalmente una familia en su propio país.

Esta Navidad de 2022 les invito a reflexionar sobre esa realidad. Somos nosotros los que avalaremos con nuestra conducta los errores de quienes dicen representarnos. ¡Nos equivocamos como pueblo en 1998! ¡No podemos repetir ese error! El error de 1998 lo hemos pagado muy caro, con sangre en las calles, sudor del esfuerzo inhumano de poder sobrevivir en un país que han vuelto invivible, y las lágrimas por toda nuestra familia que se fue y no está ya con nosotros.

No podemos seguir respaldando partidos, grupos y estrategias que no pongan por delante la salida inmediata del régimen que ha acabado con Venezuela. Eso no es negociable, sin contar lo inmoral de tan siquiera plantearlo a los venezolanos En ANCO hemos propuesto la convocatoria del dueño de la soberanía a una indispensable Refundación de la Nación, planteamiento en el que acompañamos a la Iglesia Católica venezolana, a través de nuestra convicción de que solo el pueblo venezolano será capaz de resolver el daño causado por nuestro error de 1998.

La manera de hacer eso pasa por una elección arbitrada internacionalmente de una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, donde todos los sectores políticos y no políticos, de todos los rincones del país, se encuentren representados y resuelvan qué hacer con Maduro y con el país. Lo demás es continuar avalando rutas y caminos que acepten a un régimen que todos los venezolanos rechazamos mayoritariamente por criminal. El golpe que nos acaba de hacer la oposición oficial en esta Navidad deja claro a todos en Venezuela, quienes desean descaradamente y a toda costa la continuidad del régimen de Maduro. ¡Rechacemos de ahora en adelante todas sus manifestaciones!

Luego de 27 años en el poder, el dictador Juan Vicente Gómez murió apaciblemente en su cama de Maracay, el 17 de diciembre de 1935. Mucha gente murió en las mazmorras de ese régimen implacable, y nunca nadie de esa oposición férrea de profundo amor venezolanista se planteó convivir con él. Se dejaron matar como relatan las historias que ya son parte de nuestro gentilicio. Nadie negoció para cohabitar con el tirano porque era un asunto de ética, de moral, de hombres y mujeres intachables que muy poco se ven en nuestra lamentable realidad política.

Pues bien, estamos ahora en esa misma situación como claramente nos ha revelado la oposición oficial. Nos encontramos con un régimen sin oposición política porque la que existe demostró estar comprada para convivir electoralmente con él. Queda la resistencia abierta y franca de la sociedad civil venezolana, que con esa fibra moral que no se ha extinguido, tiene clarísimo el camino que tiene por delante.

Y en la medida que seamos más quienes tengamos esa claridad, más cercana estará la Noche de las Hallacas lloronas para Venezuela, así bautizada la Navidad de 1935 por la familia de Oscar Yanes, extraordinario recordado periodista venezolano, cuando al morir el tirano resaltó en su obra un fenómeno hermosísimo: “Los presos que vienen de La Rotunda, del Castillo y de las carreteras y los desterrados, que retornan, algunos con hijos grandes, que jamás han visto las hallacas, lloran al contemplar el pastel, envuelto en hojas, que escurriendo agua en el plato, sirve la madre, la abuela, o la novia ya vieja”(1).

Muchos preferimos morirnos esperando la Noche de las Hallacas lloronas, como la vivieron las abuelas de mi generación, que traicionar las vidas de quienes se han sacrificado noblemente -y todavía se sacrifican perseguidos, presos y exiliados por el régimen- por alcanzar la libertad de Venezuela. A ellos, nuestra eterna gratitud y lealtad; y a todos ustedes, mis mayores deseos, porque esta Nochebuena de Navidad, el Niño Jesús les regale la fortaleza para esperar el momento supremo en que toda la familia venezolana unida llore alrededor de una hallaca, por el porvenir que con justicia nos merecemos. Amén y Dios los bendiga a todos…

Caracas, 24 de Diciembre de 2022

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) Oscar Yanes, Memorias de Armandito, Editorial Planeta Venezolana, S.A., Tercera Edición, 1993. Pag. 341.

martes, 20 de diciembre de 2022

Ese Estatuto no es de Transición

Por Luis Manuel Aguana

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Los venezolanos ya deberíamos estar acostumbrados a conocer las andanzas de la oposición oficial a través de otros, pero como la mujer del marido infiel, siempre nos enteramos de último. De acuerdo a una nota del portal Bloomberg, “Los partidos políticos de la oposición venezolana se están movilizando para deshacerse de Juan Guaidó como jefe de su llamado Gobierno interino, lo que marcaría el final de una estrategia respaldada por Estados Unidos que no ha logrado forzar la salida del presidente Nicolás Maduro. Al menos dos de los cuatro principales partidos de la oposición planean proponer la sustitución de Guaidó por una comisión de legisladores, según una propuesta conjunta a la que tuvo acceso Bloomberg y cinco personas con conocimiento directo del asunto” (ver Guaidó en riesgo de perder apoyo de la oposición, en

https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-12-19/guaido-en-riesgo-de-perder-apoyo-de-oposicion-para-nuevo-mandato).

Al mismo tiempo, el portal Noticiero Digital, en exclusiva, titula que “AD, UNT y PJ se proponen eliminar el   Gobierno Interino de Guaidó”, indicado que “…los partidos Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia han tomado la decisión de no apoyar la continuidad del gobierno interino que preside Juan Guaidó, y adelantan una reforma al Estatuto que Rige la Transición Democrática para darle más relevancia a la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional/2015” (ver ND AD, UNT y PJ se proponen eliminar el   Gobierno Interino de Guaidó, en https://noticierodigital.com/2022/12/exclusiva-nd-ad-unt-y-pj-se-proponen-eliminar-el-gobierno-interino-de-guaido/).

Lo cierto de todas estas noticias, es que hasta este momento eran rumores no confirmados, que hacían pública una realidad que toda la Venezuela política ya conocía: los partidos de la oposición oficial decidieron pactar con Maduro e irse a elecciones con su régimen en el poder, y requieren de quitarse encima seguir hablando de “usurpación” y de “gobierno de transición”, desapareciendo todo rastro de eso del -ya tres veces- inconstitucional Estatuto de la Transición.

De allí que el primer sacrificado sea el Gobierno Interino y su principal representante, quien por cierto, no puede cargar con toda la culpa de no haber podido acabar con el régimen de Maduro, ya que nunca manejó absolutamente nada, como acertadamente indica la nota de Bloomberg nunca ejerció ningún poder real en Venezuela”, precisamente porque quienes lo manejaron desde esa Asamblea Nacional que ahora lo desconoce, fueron los principales y verdaderos responsables de ese proceso, impidiendo que el Presidente Encargado ejerciera sus funciones constitucionales como Presidente y poder legítimo de Venezuela, ignorando abiertamente la separación de poderes en su Estatuto para la Transición.

Algunos pudieran decir que Guaidó “no es responsable” porque actuó dentro del marco establecido del Estatuto de la Transición. Pero si lo es. Es corresponsable de haber puesto por encima de la Constitución una norma inconstitucional que disolvió la separación de poderes, ejerciendo él mismo la Presidencia de dos poderes públicos de una naturaleza estructural y completamente distinta. El no podía pagarse y darse el vuelto, siendo el supervisor y el supervisado al mismo tiempo.

Si los venezolanos no vimos un resultado de su gestión como Presidente Interino, fue porque esa Asamblea comenzó mal, violando la Constitución que pretendían defender en todas las versiones de ese Estatuto de la Transición. En esta nueva versión que se está cocinando para el año 2023, aun después de desaparecido el Gobierno Encargado, ese pecado original todavía permanece vivito y coleando.

La Asamblea Nacional del 2015 podrá eliminar del Estatuto de la Transición al Gobierno Encargado, buscando “…La defensa por la restitución de la democracia en Venezuela y plena vigencia de la constitución”, pero sería una contradicción y tarea imposible de alcanzar si en esa nueva versión insisten en seguir modificando las atribuciones de la Comisión Delegada, preestablecidas en la Constitución en su Artículo 196, y que fueron ampliadas inconstitucionalmente en el Estatuto anterior. Insisto en señalar que el Artículo 333 Constitucional no dice por ningún lado que tengamos que violar la Constitución con la excusa de defenderla. Ese Estatuto fue, es y seguirá siendo inconstitucional.

Pero para salir en la defensa de nuestra Constitución y en especial blandir los Artículos 333 y 350, los ciudadanos Diputados no tienen la necesidad de redactar ningún Estatuto de la Transición, cuyo nombre dejó de tener sentido desde que eliminaron su esencia, que no era otra que la de reglamentar una transición que eliminaron de la pasada versión del Estatuto al eliminar el concepto del “cese de la usurpación” que debía llevarnos a un “gobierno de transición” con “elecciones libres”.

Lo que estarán fabricando los ciudadanos diputados de la Asamblea Nacional del año 2015 en su nueva modificación del Estatuto de la Transición no es más que el documento de entrega del país al régimen de Nicolás Maduro Moros, para una elección sin condiciones cuando al régimen le de la gana. De acuerdo a la nota del portal Noticiero Digital en el documento al que tuvieron acceso “…desaparece toda mención al desconocimiento a Maduro y a las autoridades usurpadas. Elimina los capítulos referentes a la reinstitucionalización y la conformación de un Gobierno Provisional, que es el centro de la transición política”. ¡Por eso se llamaba Estatuto de la Transición!

¿Qué debe decirles eso a los venezolanos? Que se utilizó la figura de la Presidencia Encargada para esconder a los verdaderos responsables de su fracaso y de la permanencia de Maduro en el poder, y que ahora se harán cargo directamente quienes siempre manejaron a Guaidó, pero que ahora será sin intermediarios, desapareciendo en esta versión al muñeco de ventrílocuo. Pero eso no mejorará la situación de los venezolanos, al contrario, la pondrá peor.

Sin embargo, lo más grave de todo este nuevo sainete “opositor” es en lo que se ha convertido nuestra lucha por salir de este régimen siniestro. Y no es que esta gente que se dice opositora esté cuadrando para su beneficio un nuevo mecanismo para administrar los activos de los venezolanos que han congelado en el exterior. Lo grave es que el problema opositor lo hayan reducido al “como quedo yo allí” para la supervivencia política de los partidos, olvidando la principal razón por la que se hizo ese Estatuto en primer lugar, que no era otra que de salir de manera inmediata del régimen de Nicolás Maduro Moros, como se le vendió a los venezolanos. Y ahora nos dicen que la solución a nuestros problemas ACTUALES se traduce en esperar por unas elecciones cuando al régimen disponga y bajo sus condiciones.

¡Qué falta de respeto a los cientos de muertos, desaparecidos, presos y perseguidos políticos del país! ¿Es esa la oposición que necesitamos? Tengan al menos la decencia de dejar de engañar a los venezolanos y pónganle otro nombre a ese nuevo bodrio. Les sugiero uno: “Acta de entrega de Venezuela”, porque ese Estatuto no es de Transición. Forma parte de la estrategia de entrega del país que comenzó con la firma del Memorando de Entendimiento en México, donde lo primero que hicieron fue reconocer a Maduro como Presidente.

Los venezolanos debemos comenzar a mirar con mayor seriedad los llamados de quienes dicen ser opositores. No seré yo quien les diga qué hacer con esas primarias o con esas elecciones a las que pretenden convencernos. Solo miren los hechos, sus protagonistas y saquen ustedes sus propias conclusiones. Será un primer paso para terminarnos de convencer de que la solución no pasa por la elección para un cargo de un salvador de la patria a través de los mecanismos electorales que el régimen imponga, sino por la decisión de una representación calificada y Constituyente de los representantes de todo un pueblo, sin la intermediación de ningún poder corrupto de la tiranía. Cuando todos –los de adentro y los de afuera- estemos alineados y convencidos de que esa es la solución, el mecanismo para llegar a eso será lo de menos…

Caracas, 20 de Diciembre de 2022

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