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lunes, 19 de marzo de 2018

Escoja usted su transición

Por Luis Manuel Aguana

Interesante debate el que se plantea en el país cuando se aborda el álgido tema de la necesidad de un Gobierno de Transición, y más aun cuando se toca cuanto tiempo deberá estar en funciones ese supuesto gobierno, en especial sin decir el cómo llegaremos a el.

Sin excepción, todas las “oposiciones”–como diría el Prof. Agustín Blanco Muñoz- del país hablan de qué se hará durante esa transición pero nadie dice cómo llegaremos a ella, mas allá de esperar la famosa “explosión social” que no llega, con la intervención de los militares para restituir la vigencia de la constitución. La clase política venezolana tiene mucha experiencia en decir que harán cuando estén mandando pero ninguna cuando se trata de meterle cabeza a cómo salir constitucionalmente de una dictadura.

Lo cierto es que no existen propuestas serias que ofrecerle al país desde la acera política opositora que conduzcan efectivamente a la salida del régimen, que no sea esa ruta electoral fraudulenta de la MUD y su nuevo disfraz; o la de aquellos que esperan que esto se termine de caer solo, aspirando ver una Junta Cívico-Militar protagonizando una transición encabezada por un militar, muy probablemente surgido de las filas del chavismo, porque son ellos los que tienen el control de las Fuerzas Armadas. Ahora resulta ser que la otra solución opositora pasa por poner a la cabeza a quienes han atropellado inmisericordemente los Derechos Humanos de los venezolanos. Dirán que así es la política…

Siendo esto así, posiblemente para el político opositor clásico, la lucha por el poder político para llegar a una presunta próxima “República” se reduciría a identificar quien o quienes están mas avanzados en el conspire militar, cuadrando un puesto en esa Junta que se forme. Y de nuevo comenzaría otra vuelta en el interminable ciclo que ha sido la historia política de Venezuela.

En resumen, mientras una parte del país político está tratando de llevar al país al matadero electoral, la otra parte que no está de acuerdo no tiene más oferta que esperar a que se desarrollen los acontecimientos, incluso empujando en algunos casos a que estos se materialicen en una Junta Cívico-Militar, apostando a que esto se caiga lo más pronto posible, dejando entrever que cuando esto ocurra las fuerzas políticas deberán reagruparse en una suerte de nueva ecuación de poder.

Entonces, así están planteadas las cosas hasta ahora en el sector opositor: unos buscando llevarnos a votar sin explicarnos cómo resolvemos el gravísimo problema de una Asamblea Constituyente que hará lo que le de la gana con lo que pase antes y después de esas “elecciones”; y otros, que si bien es cierto niegan la salida electoral fraudulenta, no terminan de explicarnos como se llegará a esa cacareada transición que no sea esperando un alzamiento militar. Desde mi punto de vista no se cual de las dos es peor.

Del primer grupo opositor puedo esperar cualquier cosa, porque están apostando a convivir con el régimen, incluso si “ganan” –o los dejan “ganar”- esas elecciones, porque están tolerando ir a un acto electoral convocado por una Constituyente inconstitucional no reconocida mundialmente. Pero del segundo grupo debemos reflexionar con mucho más cuidado.

Hay una máxima gerencial que indica que no hacer nada es una decisión. Si la oposición política que rechaza el llamado a elecciones decide “esperar” a que algo pase está definitivamente muerta. No basta con decirle a la gente que lo que viene el 20 de Mayo, o para cuando el régimen decida hacer esas elecciones, es un fraude con todas las de la ley, y que sus resultados serán rechazados por todo el mundo. Es necesario dirigir las acciones y proponer caminos concretos que sean seguidos por un pueblo ávido de conducción política.

Si lo que esa oposición está esperando es que esto se caiga solo porque el país no aguanta más, y por eso deben intervenir las Fuerzas Armadas, específicamente el  chavismo militar del 4F porque son ellos los que controlan los cuarteles, difícilmente los venezolanos tendremos garantías de que lo que vendrá después será mejor. Tendremos efectivamente la esperanza de un cambio para un mejor futuro porque Maduro se fue, pero solamente eso, la esperanza, no la garantía.

¿Porque estamos insistiendo en una solución donde sea el pueblo el que decida? Porque desde la sociedad civil no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que algo pase. Nosotros somos los dolientes de este monumental desastre y no podemos seguir esperando más. El planteamiento de una Consulta Popular que exprese con claridad la ruta a seguir, no deja grieta sin sellar.

Primero, la podemos convocar en cualquier momento y sus efectos deben ser acatados. Segundo, decide el desmontaje del régimen y sus instituciones inconstitucionales, de las manos de quienes somos los depositarios de la soberanía. Tercero, ordena como debe ser designado un Gobierno de Transición, garantizando su legitimidad de origen. Y por último, y tal vez lo más importante, garantiza y ordena que ese cambio de gobierno sea decidido entre todas las fuerzas políticas desde el seno de unos constituyentes legítimamente electos en una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

¿Por qué las fuerzas políticas desestiman este camino e incluso lo sabotean? Porque nadie –y en especial los militares o ninguna de estas figuras que se disputan públicamente el poder político- tendría el control de ese Gobierno de Transición, solo el pueblo a través de sus representantes legítimamente electos en una Constituyente Originaria.

Si los venezolanos decidimos en una Consulta Popular la solución que se le debe dar a esta crisis, el acatamiento de los militares, sin importar si son chavistas del 4F, maduristas del Alto Mando militar, institucionales, o indiferentes, tienen la obligación de acatar ese mandato directo, en obediencia debida al Poder Civil del pueblo venezolano. Si seguimos esperando que la situación se siga agravando sin hacer nada, estaremos escogiendo la transición que vendrá. Ahora, escoja usted su transición. Yo decidí la que quiero para Venezuela…

Caracas, 19 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana

viernes, 20 de octubre de 2017

Venezuela: cuestión de rutas

Por Luis Manuel Aguana

A partir del 15-O los venezolanos se comenzaron a plantear que no se puede seguir acompañando una posición absurda como la de seguir concurriendo a elecciones con un árbitro parcializado, por más que los liderazgos los lleven bozaleados a un matadero electoral. Tanto lo aprendieron, que aquellos a quienes siempre tratamos de convencer que el CNE era fraudulento y no se podía asistir sin condiciones a otra elección, son los primeros que ahora rechazan al organismo electoral aun siendo quienes siempre defendieron que ellos ganarían independientemente de las trampas del gobierno. Parece que ya cambiaron de posición y eso es un avance importante para lo que ocurra en el futuro.

Pero lo más importante que a mi juicio está comenzando a modificarse, es que ahora el tema del cambio político no se está centrando en candidatos, o cargos de elección popular. Se están empezando a discutir rutas, caminos, formulas para salir del régimen. ¿Y por qué digo esto? Porque precisamente se está poniendo en tela de juicio la famosa “ruta electoral” que la MUD nos había vendido como la panacea para salir de estos delincuentes que detentan el poder en Venezuela. Ya se está dejando de lado esa discusión maniquea de que solo con elecciones, y menos con unas trampeadas, podremos superar esta espantosa crisis.

Entonces ya estamos poco a poco cayendo en el debate correcto. Porque si hablamos de métodos, procedimientos, y rutas de acción, entonces quienes las van a ejecutar pasan a un segundo plano. Una vez que se decide qué hacer, se buscará luego al que mejor lo haga. Parece lógica simple pero sumamente complicada para quienes históricamente han hecho descansar toda la estrategia de la lucha opositora para contener al régimen solo en el cambio de las caras electorales. Tenía que llevarse al país a un fraude de proporciones nunca antes vistas como el del 15-O para que la población comenzara a entender la situación y a pensar de otra manera. Aunque todavía es muy pronto, podemos debatir algunas de esas rutas. Veamos.

La primera de ellas es la que llamaría la “ruta clásica” que se nos ha propuesto desde que se nos ha llevado a votar con este sistema corrupto del CNE. De acuerdo a esta ruta la oposición oficial nos vende que independiente de las trampas del CNE, si votamos en un porcentaje mayoritario y si se tienen todos los testigos en las mesas, entonces no hay manera de que se nos estafe.

El fundamento sobre la que se basa esa ruta está en el triunfo opositor en las elecciones Parlamentarias del 6D-2015. Aunque la “ruta clásica” parecía ser imbatible hizo aguas el 15-O, y ahora los voceros de la MUD achacan sin fundamento estadístico la derrota a la abstención. A mi juicio la oposición gano el 6D-2015 no precisamente porque el CNE no estuviera preparado para robarnos de nuevo las elecciones (ver Emili Blasco de ABC Internacional, “El Alto Mando militar fuerza a aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela”, http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w). Desde el 2004 hasta la fecha el CNE ha hecho fraude técnico en absolutamente todas las elecciones pero sistemáticamente la oposición oficial ha ignorado esa realidad…hasta ahora.

Los venezolanos probaron amargamente el 15-O que de insistir en esa ruta sin un cambio profundo en el sistema electoral, los resultados seguirán siendo invariablemente los mismos. De esta manera veo difícil que los electores vuelvan a concurrir a las urnas electorales si no se demuestra un cambio profundo que garantice los votos de la población. Si la MUD pretende insistir en la “ruta clásica” tendrán que cambiar a las autoridades del CNE desde la Asamblea Nacional, con una composición imparcial y que sea tragada por el régimen, algo que veo difícil –por no decir imposible- de hacer en dictadura. Esto sin contar que la MUD aun sigue en convivencia con el régimen. Incluso hicieron el amague de cambiar las autoridades del CNE pero saboteando abiertamente el proceso por la inasistencia a la Asamblea Nacional de un partido opositor claramente consustanciado con el régimen.

En contraposición a la “ruta clásica” electoral de la MUD, María Corina Machado del partido Vente Venezuela ha propuesto una ruta alternativa que pasa igualmente por el nombramiento de nuevas autoridades para el CNE por la Asamblea Nacional pero que deberá sesionar desde el exterior porque serán perseguidos como el TSJ en el Exilio que recientemente fue instalado en la sede de la OEA en Washington, DC (ver MCM: No existe una salida por la vía electoral con el CNE actual, en https://www.contrapunto.com/noticia/maria-corina-machado-o-existe-una-salida-por-la-via-electoral-165561/).

Esta ruta alternativa, que llamaremos “ruta del exilio”, pasa por que ese nuevo CNE nombrado por la Asamblea Nacional convoque a elecciones generales en la línea del cumplimiento del mandato de la Consulta Popular del 16J. Esta “ruta del exilio” sale como una respuesta a la crisis presentada por el desastre de la MUD evidenciado el 15-O, estableciendo una secuencia de eventos internacionales que eventualmente nos lleve a una transición por una vía diferente que seguir esperando el cambio por la “ruta clásica” electoral de convivencia con el régimen propuesta por la MUD.

En otras palabras, una vez que sea electo un Gobierno de Unidad Nacional por un CNE legítimo en el exilio lo que faltaría sería forzar el cumplimiento de ese escenario a través de la presión internacional. Esa presión internacional se podría manifestar desde profundizar sanciones que se están imponiendo al régimen desde hace algunas semanas hasta llegar a una fuerza multinacional de intervención humanitaria.

El escenario se asemeja, con sus obvias diferencias, al planteado en Panamá cuando Guillermo Endara ganó las elecciones frente al candidato del régimen panameño en mayo de 1989. Endara fue inmediatamente perseguido por Manuel Noriega, dictador en ese entonces del país. Eso y la muerte de un soldado estadounidense por fuerzas de Panamá fue la razón aducida para invasión por tropas norteamericanas. “El 20 de diciembre de1989, mientras los estadounidenses bombardeaban distintos puntos de la capital panameña, Endara fue juramentado como Presidente Constitucional de Panamá, en una ceremonia realizada dentro de una base militar de Estados Unidos, ubicada en la Zona del Canal” (ver Guillermo Endara, en https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Endara).

Sin entrar en consideración de si eso fue bueno o malo para Panamá, ese país no se encontraba en la situación de la Venezuela actual, un país completamente dividido y destruido por fanáticos ideologizados, que aunque necesita con urgencia un cambio de Gobierno, también necesita que esas autoridades nazcan producto de un proceso de reconciliación de su población, y no salido de negociaciones a puertas cerradas sino de la decisión de sus propios ciudadanos. Y eso va mucho más allá de elegir o designar a un nuevo Presidente de la Transición ya que su estabilidad sería nula frente a un país desmantelado y con la gravedad de los problemas que nos aquejan.

El esfuerzo de llamar a elecciones vía un nuevo CNE en el exilio para provocar un Gobierno de Transición, es exactamente el mismo que el de convocar a la población a resolver su crisis a través de un Referendo Consultivo Constituyente que le pregunte al Depositario de la Soberanía: a) si desea o no un proceso Constituyente Originario en paz –con unas Bases Comiciales propuestas- para la reorganización del Estado y la re-institucionalización del país destruido; b) si desea o no revocar la Constituyente de Maduro y sus decisiones inconstitucionales; y c) si desea o no la renovación de todos los Poderes Públicos y la designación de un Gobierno de Unión Nacional hasta la promulgación de una nueva Constitución con elecciones generales. Esta ruta garantizaría la estabilidad política del país.

La última pregunta iría en consonancia con la pregunta No 3 de la Consulta Popular del 16J, solo que en este caso sería un mandato, no ya a la Asamblea Nacional, sino a los Constituyentes electos, con lo cual la Asamblea Nacional Constituyente no estaría disponiendo por si sola de los Poderes Públicos sino por mandato expreso en Referendo del Pueblo Depositario de la Soberanía.

Esta tercera ruta, que hemos llamado “ruta constituyente” partiría igualmente de unas nuevas autoridades del CNE como premisa fundamental, desde el exilio o no, pero también que la Asamblea Nacional llame a ese Referendo Consultivo Constituyente por vía del Artículo 71 Constitucional, al cual podría convocar con mayoría simple de sus integrantes por materia de especial trascendencia nacional.

Como verán, hay más de una propuesta de “rutas”. Y la última no es nueva. No es más que una variante de lo que hemos propuesto por años desde la Alianza Nacional Constituyente porque no es otra cosa que la convocatoria al Poder Constituyente Originario para resolver la crisis del país, haciendo énfasis que es desde su seno que debe nacer cualquier Gobierno de Transición, no de una simple decisión nacida de un conciliábulo político. Y ahora, luego de la Constituyente fraudulenta  del régimen, se hace más necesaria aún esa “ruta constituyente” luego de las decisiones ilegales que ya están tomando desde la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro.

No será cuestión de protagonismos personales sino de la solución política que mejor le convenga al país. Quedará de los venezolanos decidir por cual ruta continuar independientemente del conductor. Siempre me inclinaré por una solución que no tenga más protagonista que nosotros mismos, incluyendo a los que no piensan como yo. Pero esos procesos deberán conducirse por nuevos liderazgos que nacerán de las cenizas del desastre del 15-O. No solo hacen falta nuevas rutas sino quienes las planteen y las lleven a cabo. Empezamos a estar en la dirección correcta…

Caracas, 20 de Octubre de 2017

Twitter:@laguana

lunes, 31 de julio de 2017

Escenario Somalia

Por Luis Manuel Aguana

Me extraña que la gente todavía pregunte ¿y qué vamos a hacer? luego de la consumación del fraude constituyente de Maduro el 30 de julio. Ese camino lo establecimos en Venezuela el 16 de julio en una Consulta Popular. No hay otra ruta que la que el pueblo decidió. Y más que una ruta, es un mandato popular que no se ha cumplido para quien tuvo la iniciativa de proponer la Consulta, la Asamblea Nacional. Ya esto lo había abordado en una anterior nota (ver ¿Qué parte de la pregunta No.3 no entendió la MUD? en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/07/que-parte-de-la-pregunta-no-3-no.html).

Pero esas mismas razones las dio el Ex Presidente de Colombia Andrés Pastrana, al reclamarles a los políticos de la oposición venezolana, en una entrevista en CNNE con Fernando del Rincón, lo mismo que ya habíamos expresado en esa nota: “…Se votó (el 16J) por la reorganización de los Poderes Públicos y por un Gobierno de Transición, y eso tampoco se ha hecho. ¿Cómo podemos entender nosotros, el mundo, cuando es la propia AN la que dice los 33 miembros del TSJ fueron elegidos contra la Constitución, fueron elegidos ilegalmente y Fernando que sucede hace algunos días? la AN nombra a 13 miembros y no los 33 miembros. Segundo, ¿qué pasó con el CNE? Ellos mismos dijeron que ese Consejo había sido elegido inconstitucionalmente, ¿porqué no han nombrado el Consejo Nacional Electoral? Y se habla de un Gobierno de Transición. ¿Porqué no comenzaron a implementar ese mandato que el pueblo venezolano les entregó para comenzar a implementar ese Gobierno de Transición?….” (ver Fernando del Rincón con Andrés Pastrana en https://youtu.be/xpwbKCP1zKc).

Entonces no es que la oposición oficial no sepa que es lo que hay que hacer. Se lo están diciendo los mismos ex Presidentes que fueron veedores de la consulta histórica del 16J, y como bien indica el ex Presidente Pastrana, son notarios en el cumplimento de ese proceso. Pero la oposición quiere Elecciones Generales como parte del paquete que se ha hecho imposible de romper de las famosas 4 exigencias que vienen juntas desde la aporreada Mesa de Dialogo del 2016.

El tema parece estar, no en soltar a los presos políticos, o la apertura del canal humanitario, ni el respeto a la Asamblea Nacional como poder público. No. La piedra de tranca está en las Elecciones Generales. La gente se está matando en las calles porque la MUD quiere Elecciones Generales. Porque si no fuera así, ¿cuál es el problema de nombrar ya un Gobierno de Transición desde la Asamblea Nacional? Unas Elecciones Generales deben ser acordadas con el régimen, y este no las quiere negociar, quedando todos en un cuadro trancado donde la violencia juega en contra de la población desarmada.

Es obvio que si la Asamblea Nacional decide asumir la responsabilidad de un Gobierno de Transición nombrando el resto de los Poderes Públicos, como lo indique en una nota anterior (ver La primera línea de batalla, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/07/la-primera-linea-de-batalla.html) no le quedará otra que morir con las botas puestas, lo cual sería preferible antes que los vayan a poner presos a todos sin haber tomado ninguna decisión, ni haber cumplido el mandato que el pueblo les dio el 16J.

Entonces las cosas están así: si se sigue este curso de acción de la MUD de no tomar ninguna decisión distinta e insistir simplemente con esas 4 condiciones juntas e inamovibles, donde si no hay Elecciones Generales “no nos retiramos”, seguirán los muertos en las calles.

En ese caso será mejor que la oposición comience a pensar en armarse –literalmente- para enfrentar la carnicería que el régimen con su GNB, PNB y Colectivos armados han decidido hacer en contra de todas las manifestaciones pacificas del país y la población en general. Tendrán entonces que pensar en cuántos muertos más necesitarán para decidir cuándo se escala el conflicto a la altura de una guerra civil porque no se podrá detener una violencia que no viene de la gente sino de agresores asesinos.

¿Qué es lo que realmente quiere el régimen? Permanecer hasta el 2018, y ahora mas allá con ese fraude constituyente. Pero el pueblo venezolano les dijo que NO el 16J con 7,6 millones de voluntades, por lo que cualquier salida electoral con ellos está anulada, no solo porque no quieren contarse sino porque la vaina a partir de ahora con el fraude constituyente será a juro. Se quedan porque les da la gana y tienen las armas para hacerlo. Entonces, ¿por qué la oposición de la MUD insiste entonces en Elecciones Generales? Aquí no se está tratando con el Gobierno de Su Majestad Británica en el conflicto que vivió Mahatma Gandhi, que cedió ante el porque no quería mas violencia. Se está tratando con una banda de delincuentes solicitados por las autoridades internacionales.

La Asamblea Nacional y la MUD no tienen entonces muchas opciones. Siguiendo esta vía de la confrontación suicida lo que lograrán es que los factores más radicalizados de la oposición se armen y devuelvan los tiros, dejando de lado la solución política de este problema –y consecuentemente a los políticos que la podrían manejar-, haciendo muy cuesta arriba llegar a una solución pacífica en el corto plazo. Ese es el escenario descrito como el más probable por Beatriz Rangel, ex Ministro de CAP en un reciente Foro en el American Jewish Committee en Miami: “El país colapsa totalmente y se convierte en un estado fallido con guerra civil. Lo llama escenario Somalia y en su opinión es el más probable” (ver Que pasa en Venezuela - Beatriz Rangel, Escenarios posibles para Venezuela, en http://tinyurl.com/ya6sbke6). De hecho ya esto está comenzando a suceder en todo el país al haberse desatado una cruel represión a todo lo que se mueva en contra del régimen. Y la población civil está devolviendo el fuego.

Entonces, ¿quiere o no quiere la MUD-AN una solución política? En caso de quererla, es mejor que vayan flexibilizando los términos de lo que se está pidiendo en relación con esas Elecciones Generales, buscándose un justo medio donde se llegue a la salida de Maduro antes de diciembre de 2018, y a la vez se logre una transición acordada en otros términos. Eso fue lo que le propusimos a la MUD sin éxito desde la Alianza Nacional Constituyente antes del 30 de julio, y de allí que la hiciéramos pública muy tarde el 29J (ver nuestra propuesta en ANC – Propuesta a todos los venezolanos, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/07/anc-propuesta-todos-los-venezolanos_75.html). Todavía creemos que esta propuesta tiene vigencia después del 30J –luego de los ajustes correspondientes- ya que establece un camino que satisface las exigencias de ambos factores en conflicto, dejando al pueblo decidir el camino para su reconciliación.

Si la oposición insiste en Elecciones Generales no les quedará otra que tomar el control político de la violencia que ello implicará, por encima de los grupos anarquizados, porque el juego con el régimen estará trancado. Y por eso deberán tomar -aunque no quieran- las decisiones difíciles que no han querido asumir de cumplir el mandato del 16J de nombrar un Gobierno de Transición desde la Asamblea Nacional. Esto es, nombrar un nuevo Presidente, Gabinete, Embajadores que busquen apoyos internacionales de cualquier tipo fuera del país, pero sobre todo decidir lo necesario para estar preparados para una escalada aun mayor de violencia y persecución. Si no lo hacen, la violencia sin control de parte y parte, y peor aún, sin una conducción política ejecutiva con mandato del pueblo, será semejante al escenario africano de Somalia. Sres. Diputados, a agarrar entonces el toro por los cachos, ya no les queda mucho tiempo.

Caracas, 31 de Julio de 2017

Twitter:@laguana