Por Luis Manuel Aguana
Pena ajena nos dio a todos los
venezolanos que aun tenemos cierta decencia opositora la nota de El País Internacional
indicando que “Capriles se desinfla” (ver La Oposición de Capriles se Desinfla
en Venezuela en http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/12/actualidad/1373603757_827568.html).
No teníamos que leerlo de un diario internacional para darnos cuenta de algo
que hemos visto como un proceso indetenible desde que detuvo la marcha de 17A y
que se manifiesta igual que una “crónica de una muerte anunciada” al pretender esperar
resultados positivos de las cuevas corruptas del CNE y el TSJ.
Y no conforme con ello procede a congelar
la protesta en las calles, como la de los profesores universitarios y colocarse
a la cabeza de la nueva charada electoral del gobierno-oposición sin tener
todavía respuesta de nuestra protesta de fraude electoral en las elecciones
presidenciales. Como bien indica el artículo de El País Internacional, estas
contradicciones tienen consecuencias, que no solo paga el candidato. La pagamos
todos los venezolanos que queremos que el desangre de Venezuela se detenga.
¿Qué está pasando con los
venezolanos? ¿Cómo estamos tolerando esto a todas luces incomprensible? ¿Cómo se
puede entender que aun existan personas que sigan un liderazgo que nos está
llevando a la bancarrota, y no solo hablo por nuestro ex candidato presidencial
sino de absolutamente todo el liderazgo de la MUD? Eso va más allá de decir que
son unos colaboracionistas. ¿Tenemos que conformarnos que “eso es lo que hay?”.
Me niego a conformarme con eso. Los venezolanos ¡SOMOS Y NOS MERECEMOS MUCHO
MAS QUE ESO!
Solo tal vez por la curiosidad científica
que algunos tenemos, y que siempre tratamos de buscarle explicaciones a las
cosas que no entendemos, voy a ensayar una aproximación que parte de un viejo
concepto conductual. Los investigadores de la conducta humana le han tratado de
buscar explicaciones a ciertos comportamientos grupales que no obedecen a
cierta lógica. Tal es el caso del concepto de paradigma. ¿Qué es un paradigma y
como nace?
Hace cierto tiempo me tope en la
red con esta explicación que viene como anillo al dedo a este acertijo:
“¿Cómo nace un paradigma? Un
grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron
una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la
escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua
fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un
mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.
Pasado algún
tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las
bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera
cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes
le acomodaron tremenda paliza. Después de algunas palizas, el nuevo integrante
del grupo ya no subió más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tales
golpizas.
Un segundo
mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con
entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el
hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los
veteranos fue sustituido.
Los
científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando
nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que
intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos
por qué le pegaban a quien intentaban subir la escalera, con certeza la
respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.” ¡¿Te suena
conocido?!” Autor anónimo.
Si sustituimos a las bananas del experimento, es decir el
objeto deseado, acabar con este régimen malandro a través de una oposición
verdadera, empezaríamos a encontrarle explicaciones a este comportamiento
idiotizante que hace que el resto de los “monos” golpeen a los que deseamos lógicamente
alcanzar esas “bananas”.
¿Y que es entonces la tan defendida “unidad opositora”? Nada
menos que el comportamiento de los monos que se agavillan para golpear a quien
se le ocurra subir por esas escaleras. Y al final todos ellos mantienen a la
población evitando hacer lo que hay que hacer para salir del problema.
Al comienzo de todo este drama, el concepto de la “unidad
opositora” tenía sentido. Había un líder que aglutinaba al gobierno en un solo
bloque. La oposición, de no “unirse”, jamás alcanzaría de acuerdo a ese
concepto, vencer a ese bloque. Ese “coco” se utiliza todavía para asustar a
todo aquel que atente contra esa “unidad”. Si aparece un “mono” nuevo que
intente hacer algo, será apaleado inmediatamente.
Pero esa “unidad” tiene sus ventajas para quienes la
gerencian y deciden por ella. Pueden negociar en bloque con el gobierno para no
dejar que nadie se suba por las escaleras, convenciendo al resto de los “monos”
para golpear a quien se atreva a desafiar eso, y lo mas sorprendente es que
ellos al preguntarse por qué lo hacen, la respuesta sería la misma del
experimento “No sé, aquí las cosas
siempre se han hecho así.”
Ya es hora del nuevo liderazgo opositor y eso pasa,
lamentablemente para algunos, con romper esa entelequia “unitaria” que lo que ha
hecho es convencer a la gente de que no suba las escaleras. Ya es la hora de los
liderazgos nuevos que ROMPAN PARADIGMAS. Ese liderazgo es condición necesaria
para comenzar el verdadero trabajo de HACERLE UNA OPOSICIÓN VERDADERA AL
REGIMEN.
Y solo digo necesaria, pues no sabremos en su desempeño si
sea suficiente. Pero es un comienzo. El país lo necesita. Necesita la esperanza
de que SI SE PUEDE. Necesita ver y creer que hay personas dispuestas de manera
honesta a hacerle frente a los monos agavillados y romper el paradigma como un
primer paso para salir de esto. Si eso no pasa, nunca subiremos por esas
escaleras, no porque no podamos, sino porque tenemos miedo de hacerlo.
Caracas,
13 de Julio de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana