lunes, 8 de agosto de 2016

La percepción es realidad

Por Luis Manuel Aguana

Hace muchos años, como parte de mis responsabilidades en el cargo ejecutivo que ejercí en una empresa de servicios del Estado, me correspondió dar una charla en el auditorio de la compañía acerca de un tema relativo a la Gerencia de Servicios y su impacto en la organización. Recuerdo que el enfoque que le di a mi presentación fue el cómo se sentía la persona que usaba el servicio –el usuario- y qué le quedaba de él cuando terminaba su “encuentro” con quien le prestaba el servicio.

Para eso eché mano de algo que había estudiado en una oportunidad y era la aplicación de la psicología, específicamente la Ciencia del Comportamiento, para analizar desde el punto de vista del usuario, esos encuentros con el servicio y que les quedaba de ellos.

Este tema ha sido analizado por décadas, esto es, cómo las personas experimentan interacciones sociales, como se forman los juicios, se almacenan los recuerdos –malos y buenos- y sus resultados se han aplicado en múltiples negocios de una manera muy exitosa. Estos descubrimientos han aportado lecciones para el diseño y manejo de esos llamados “encuentros de servicio” en las compañías de servicio más importantes del mundo.

Las investigaciones de la Ciencia del Comportamiento ayudan a entender cosas como el porqué un usuario culpa a una persona que le atiende en lugar del sistema sobre el cual trabaja cuando algo no funciona bien, y del cual no tiene ninguna culpa. Sería muy interesante profundizar esto en la política venezolana, donde la gente aun no sabe donde poner la culpa de lo que les pasa, si es en los dirigentes o el sistema en donde están inmersos. Algunos estamos trabajando en eso.

Para mi ponencia intenté mostrar algunos hallazgos de esta importante ciencia y traducirlos en principios operativos sencillos para que las áreas supervisorias optimizaran sus respectivos “encuentros de servicio” cuando un usuario pasara por ellos. Fue interesante la experiencia.

El primer hallazgo importante en este tema de la referida Ciencia del Comportamiento es el título de esta nota: en cualquier cosa que pasa o servicio que prestamos, desde la entrega de una pizza hasta una consultoría de ingeniería de largo plazo, la percepción es realidad. Lo que importa realmente al final es lo que la persona percibe del encuentro, y no lo que realmente está pasando. Deténgase aquí un momento y véase la importancia que esto tiene.

De mi conferencia rescato lo que le decía a los gerentes, que notar esa realidad les podía llevar a entender el porque la gente reacciona a una secuencia y duración de eventos y como racionalizan esa experiencia después de ocurridos tales eventos. Si nos detenemos en eso, podremos entender muchas de las cosas que están pasando en Venezuela, esto sin contar con la avalancha de desinformación a la que nos tiene acostumbrados el régimen con su hegemonía comunicacional; y lo más importante, lo que nos dice la oposición oficial.

No es mi intención aquí darles a ustedes la charla de ese momento aplicada a una situación particular, sino que quise sacarla del baúl de las cosas que considero importantes, a fin de que estemos preparados para identificar cuando las personas están convencidas de “realidades”, cuando en verdad lo que están es convencidas de las “percepciones” que tienen de esas realidades, algunas veces distorsionadas por la información que recibimos del régimen y de la oposición. Y eso nos está haciendo muchísimo daño.

Les daré algunos ejemplos aclaratorios. Hace unos días un grupo de amigos de la oposición de la sociedad civil sostuvimos una conversación con una importante personalidad de la política de un país hermano latinoamericano. La percepción –que no la realidad- que tenía esa persona, era que la oposición venezolana estaba haciendo “lo correcto” en insistir en la vía del Referendo Revocatorio, al cual “se había llegado luego de haberse unido” después de años de muchos fracasos. Allí recordé mi ponencia y la importancia del papel de la percepción en las personas.

En primer lugar, la percepción de “lo correcto” del Revocatorio se ha convertido afuera en una realidad. Como saben esta salida fue resultado del descarte que los partidos hicieron de las distintas formulas que el régimen había venido eliminando, y se cree que realmente esa solución es posible, aun a pesar de la parcialización de la mayoría de los Rectores del  CNE, su ilegal reglamentación y la amarga experiencia vivida recientemente por la población con la confirmación de las firmas del 1% del Registro Electoral en las famosas captahuellas. Ya están comenzando a oírse opiniones que comienzan a dudar objetivamente de esa posibilidad (ver Gustavo Azócar, ¿Tendremos revocatorio antes que termine el 2016?, en https://www.lapatilla.com/site/2016/07/30/gustavo-azocar-alcala-tendremos-revocatorio-antes-que-termine-el-2016/). ¿Y es que los venezolanos esperábamos otra cosa de unos delincuentes que se están jugando su vida en esto? Piensen en ello…

Por otro lado, la percepción que existe en el exterior que la oposición está “unida” no se corresponde con la realidad. Es para todos conocido que esa “unidad” se acabó después del 6D-2015 cuando todas las fracciones políticas opositoras se repartieron su torta en la Asamblea Nacional creyendo que habían ganado y no que el régimen había perdido; que lo que se les había dado era un mandato mayoritario sin distingo de color político para solucionar el problema de Venezuela. Y entonces, cada una de ellas olvidando esa “unidad” esbozó su “plan” para sacar a Maduro, y la que terminó prevaleciendo, luego de los descartes ilegales del régimen, fue la de PJ con el Revocatorio, siendo cada una de esas opciones empujada por las aspiraciones presidenciales de cada partido. Eso no puede llamarse en ningún lado “unidad”.

Hay una lucha a muerte de Henrique Capriles por la supervivencia del Revocatorio como su opción escogida, a sabiendas que los lapsos que CNE impuso lo dan difícilmente posible para el 2016. Esta lucha de Capriles, a mi juicio –y mal pensado yo-, no tanto por salir del régimen sino por hacer perdurar su posibilidad de ser candidato presidencial de nuevo por los puntos en las encuestas que eso supondría, aceleraron la aspiración de Henry Ramos, que no se hizo esperar (ver Si hay elecciones presidenciales, podría ser candidato, en http://www.el-nacional.com/politica/Ramos-Allup-elecciones-presidenciales-candidato_0_895710483.html). Entonces, ¿es el país o son ellos? ¿No deberían anteponer al menos la libertad de Leopoldo López y Antonio Ledezma para entrar en esa carrera? La respuesta dolorosa es que no tendrían vida si ellos están libres…

La gente percibe afuera de nuestro país, en especial las clases políticas, que la “única” manera constitucional para superar este problema es a través de un Referendo Revocatorio, y eso no es verdad. Existe la solución de la Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, convocada por el pueblo, y que va más allá de la simple sustitución de los Poderes Públicos, y que no depende de los lapsos del CNE, ni de las decisiones leguleyas del TSJ. Eso al parecer no es del conocimiento general de nuestros aliados internacionales, ni de los ex Presidentes que nos han apoyado, ni de la OEA. Tienen una percepción, que es realidad para ellos, que lo que pasa aquí se corresponde a las aspiraciones de los precandidatos y los partidos de la oposición oficial.

La otra percepción que se tiene es que, si este Revocatorio tiene lugar, los problemas de Venezuela se acabarán, al regresar la clase política que gobernó antes de Chávez. Esto también forma parte de lo que presenta la oposición oficial en el exterior, precisamente por el interés de ser ellos quienes conduzcan los destinos de la masa opositora al régimen, y de allí que la conduzcan según sus intereses y no los de la población en su conjunto. Eso explicaría porque la Asamblea Nacional no ha destituido a Maduro teniendo con qué hacerlo, y el porque le huyen al llamado a una Constituyente que le daría a los legítimos representantes del pueblo –los constituyentistas- el control del país y de su destino.

Pero el ejemplo más contundente que podemos reseñar de este comportamiento, es la percepción general de que el país esta polarizado. Y aquí les referiré a una cita del General Raúl Isaías Baduel: el país no está dividido en dos bandos polarizados. Lo que existe es el secuestro de la mayoría por parte de dos minorías, el gobierno y su oposición…Y esta percepción se impone como una realidad en la población por quienes nos tienen secuestrados. Si aquellos que nos hemos dado cuenta de eso no asumimos la actitud correcta y nos convocamos organizadamente a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, como ya lo hemos hecho desde la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/), la realidad que percibe equivocadamente la población producto de intereses mezquinos y sectarios, será lamentablemente la que marque la pauta del futuro de todos…

Caracas, 8 de agosto de 2016

Twitter:@laguana

viernes, 29 de julio de 2016

Energía Política

Por Luis Manuel Aguana

No, no me voy a referir a política de energía, que es otra cosa. Me voy atrever a enunciar otro concepto cuyas raíces se encuentran en la naturaleza. Y lo llamaré Energía Política, aun cuando el término haya aparecido referido a otro campo distinto. El principio parte de una ley natural llamada Ley de la Conservación de la Energía. De acuerdo a esa ley natural “la energía no puede crearse ni destruirse, sólo se puede cambiar de una forma a otra…” (ver Conservación de la energía, en https://es.wikipedia.org/wiki/Conservaci%C3%B3n_de_la_energ%C3%ADa). Es decir la energía no se destruye, solo se transforma. De la misma manera, la energía en la política sigue ese mismo principio, se transforma. Veamos por qué.

El año 1998 los venezolanos vimos el derrumbe final del sistema de partidos, tal y como lo conocimos quienes nos formamos durante los 40 años que comenzaron en 1958, a la finalización de la anterior dictadura de Venezuela. Y digo la anterior dictadura con toda la intención.

La Energía Política, una fuerza que se expresaba en el desempeño de los dos principales partidos de la democracia, fue disminuyendo en un declive que estimamos comenzó a principios de los años 80, cuando el país presencio el derrumbe de su economía a pesar de poseer una renta petrolera que no se pudo o no se supo sembrar para hacer sostenible el desarrollo del país. Empezó entonces la caída inevitable de la credibilidad de los partidos políticos y sus dirigentes, y cuyo primer colapso lo vivimos el 4 de febrero de 1992, cuando un militar golpista se asomó por primera vez a la política del país.

La Energía Política de esos partidos empezó en ese momento a buscar su transformación porque hasta ese momento no encontraba en qué transmutar. Los venezolanos no tenían muchas opciones políticas más allá de las izquierdas arruinadas de la lucha armada. Y aunque los protagonistas principales estaban muy desacreditados, en 1992 era muy pronto decir que esa energía iría a parar transformada a algún otro lado. Algunos intentaron sin éxito capitalizar ese descontento pero todavía faltaban por pasar algunas cosas en el país.

Se podría decir que la democracia tuvo un chance de reorientarse de las manos de los líderes políticos de entonces y buscar nuevos cauces para esa energía que necesitaba expresarse a favor de un pueblo lleno de necesidades. Pero eso no ocurrió. La dirigencia política no entendió el grito de cambio social del pueblo y la Energía Política se quedo presa en las manos de quienes la detentaron hasta ese entonces. Pero la energía no se destruye, se transforma. Incluso la política.

¿Cuándo empezó a transformarse la Energía Política? Al existir la posibilidad de abandonar el antiguo sistema político basado en un bipartidismo que los venezolanos comenzaron a rechazar por no resolver lo más elementales problemas de ese entonces. Apareció una cara nueva –el mismo golpista d 1992- proponiendo algo diferente: la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. La Energía Política se transformó y fluyó a ese nuevo fenómeno político que en 1998 dejó en el piso a los dos principales partidos, constructores de la democracia conocida hasta ese entonces. Los partidos tradicionales se quedaron así sin Energía Política.

Todos estos años que han transcurrido desde 1998, la Energía Política del régimen, transformada ese año en un mandato para el cambio, fue utilizada para permanecer en el Poder, sin ninguna posibilidad de alternabilidad, porque el régimen controló todos los hilos para que eso no pasara. Pero la Energía Política, como en la naturaleza, se encuentra en pleno proceso de transformación. La muerte del caudillo del 4F y la tragedia de desempeño de su sucesor, está forzando que esa Energía Política vuelva a fluir y transformarse de nuevo. La energía que tenían los partidos del “estatus” en 1998 se transformó y pasó a Chávez, por encima de esos partidos deslegitimados. La gran pregunta sería: y ahora, ¿en qué se transformará?

La respuesta pareciera ser que volverá a las manos de quienes la perdieron en 1998, en una transformación obvia. Pero ese análisis superficial olvida que, aunque esa Energía Política puede volver a su forma original, ahora los factores son otros. Si bien es cierto que muchos de los que fueron responsables de la transformación de la Energía Política, y cuya etapa final de cambio ocurrió en 1998, están maniobrando para lograr obtenerla de nuevo. La realidad es que ya no podrán hacerlo de nuevo. No al menos en las mismas condiciones que la tuvieron en el pasado.

Los antiguos detentadores de la Energía Política que mueve el destino de Venezuela no han aprendido nada en estos 18 años. Han ocurrido cambios importantes. Y uno de ellos ha sido el despertar de la participación política, principio fundamental que se ha  manifestado en muchas formas en estos últimos años. Si hay algo que se despertó, producto del concepto de la “democracia participativa” de la nueva constitución de 1999, fue el concepto de la participación ciudadana. Cientos de organizaciones no gubernamentales, organizaciones vecinales, de contraloría ciudadana están montadas sobre el accionar autoritario del régimen. Pero también hay muchas que están con el gobierno y que no se irán si las cosas cambian. Hay un despertar ciudadano.

Y aunque el régimen no respeta ese concepto introducido por ellos mismos y no lo hace realidad en la práctica, si lo hacen en términos de exigencia todas estas organizaciones que se han creado a la sombra y alrededor de un concepto diferente de democracia a la que se tenía en el pasado. Es por eso que aun cuando la Energía Política pueda volver a su forma original, no así las condiciones en la que se desarrollará, formando un cuadro político enteramente diferente.

Es por esa razón que no creo que la próxima transformación de la Energía Política será hacia quienes la detentaron y la perdieron en 1998. En la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) hemos sustentado nuestro accionar político en el derecho humano a la participación política consagrado en la Constitución de 1999. Eso es lo fundamental en nuestro planteamiento de conducir el proceso de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, basados en los artículos 2, 5, 19, 22, 39, 40, 62, 70, 347, 348, 349 y 350 de la Constitución Nacional, de las manos del dueño de la Soberanía.

Eso me permite afirmar responsablemente que un pueblo en participación directa de sus asuntos no necesita de la conducción política corresponsable de este desastre que han sido los últimos 18 años de la vida de los venezolanos. Que lo que se asoma son los nuevos liderazgos de todas las regiones del país que están saliendo producto de esta crisis, y que empoderados de un Proyecto, la visión y el sueño de un país diferente, serán los ductores de esa nueva transformación de la Energía Política de Venezuela. El siguiente cambio, la siguiente transformación de esa energía, estará en las manos de los ciudadanos…

Caracas, 29 de Julio de 2016

Twitter:@laguana