Por Luis Manuel Aguana
Ante la
convocatoria inconstitucional del régimen a una Asamblea Nacional
Constituyente, pareciera que toda la discusión pública de los factores
opositores se ha centrado en lo que ha hecho Maduro para quedarse en el Poder.
Al margen de lo cierto de esa afirmación, poca ha sido la discusión acerca de
lo que debe hacerse para enfrentar la gravedad de lo que ya es un hecho que
gravita como una espada apuntando sobre la libertad de los venezolanos. Somos
muy dados a discutir y discutir al ver acercarse el peligro pero muy poco dados
a movernos para enfrentarlo.
La
respuesta política de la oposición se centra en insistir en protestar por el
llamado a elecciones generales con la gente en la calle, cuando la estrategia
del régimen está muy clara al convocar en vivo y en directo a una elección de
Constituyentes, cuando el único facultado para hacerlo es el pueblo de
Venezuela. El régimen ha dicho que las únicas elecciones que hará serán las de
constituyentes y ahora está llamando a la MUD a Miraflores para conversar
acerca de eso (ver Jaua invitó a la MUD a reunión en Miraflores sobre Constituyente,
en http://www.el-nacional.com/noticias/gobierno/jaua-invito-mud-reunion-miraflores-sobre-constituyente_180611).
Esta
estrategia del régimen desarma a la oposición oficial en su pedido de
elecciones generales porque le dice a todo el mundo internacional que ellos no
se niegan a un encuentro electoral, invitando a la oposición a discutirlo, obligando
a un diálogo forzado con el gobierno. La otra ventaja que obtiene el régimen es
que quien luciría como violenta a no aceptar el llamado a una Constituyente es
la oposición, al no deponer la protesta en las calles porque ya le están
haciendo una oferta electoral a dirimir la confrontación de manera pacífica y
electoral mediante un llamado constituyente.
El
régimen mataría 3 pájaros de un solo tiro: 1) pone a la oposición a dialogar, y
si no lo hacen “demostrarían su poco talante democrático”, como siempre ha reiterado
el régimen al tildarlos de “golpistas”; 2) si la oposición “dialoga” con el
régimen esa Constituyente, enfriarían de inmediato las calles; y 3) en el peor
de los casos para el régimen, con seguridad concurrirían a ese dialogo los partidos
de la MUD que han demostrado estar cuadrados con el gobierno (me reservo sus
nombres, pónganlos ustedes). No puede decirse que no hay gente pensando en el
régimen.
Ante
esto, que es un hecho cierto y en pleno desarrollo, ¿qué está haciendo, no digo
la oposición oficial, sino los venezolanos, quienes al final somos los
afectados definitivos de esta tragedia, ante esta realidad? ¿Cómo paramos esa
Constituyente del régimen? Ciertamente no es negociando con los delincuentes,
ni seguir pidiendo elecciones generales a un régimen que se saco de la manga
una carta electoral trucada, ni escalar el conflicto al punto de una
confrontación civil. La solución debe ser de la misma inteligencia y magnitud,
pero de mayor escala política de la que ha planteado el régimen.
Desde
la Alianza Nacional Constituyente le hemos propuesto una solución a la
oposición democrática y al pueblo de Venezuela: Si Maduro le secuestró al
pueblo de Venezuela su capacidad
soberana para convocar un proceso Constituyente, que sea el mismo pueblo el que
lo convoque, en protesta pacífica y abierta al régimen, con las reglas (Bases)
que ese mismo pueblo se dé, organizando desde ahora mismo la recolección de las
manifestaciones de voluntad necesarias para convocar al Soberano, con base a la
iniciativa popular establecida en el Artículo 348 de la Constitución, manteniendo
la protesta cívica, pero esta vez para defender ese legítimo derecho en las
calles.
De esa
forma nadie podría decir que no deseamos que esta crisis se dirima de una
manera pacífica, electoral y constitucional. Diríamos que SI, que si deseamos
contarnos con una Constituyente, pero en una que sea convocada en los términos
que el pueblo establezca en Referendo, y no en los términos que decida una
Comisión del régimen sin la aprobación del soberano. Esta sí sería la respuesta
correspondiente al problema planteado de cara a la comunidad nacional e
internacional, con la magnitud, dirección y fuerza correctas que ese llamado
fraudulento del régimen requiere, en una estrategia constituyente que desarme
las pretensiones de Maduro de contarse como él quiere y no como el pueblo
decida.
Desde
la Alianza Nacional Constituyente ponemos a la disposición de las fuerzas de la
oposición democrática todo el trabajo que hemos realizado en estos últimos años
para diseñar conjuntamente esa estrategia Constituyente de la mano del Poder
Originario del pueblo. El régimen no podrá en ningún caso evadir esa fuerza del
pueblo en la calle, como si la está evadiendo con este llamado fraudulento.
Pero
los tiempos no son indefinidos ni están a nuestro favor. Si el régimen se sale
con la suya al convocar a elecciones constituyentes tal y como lo pretenden
hacer, una vez que esa Comisión Presidencial establezca unas Bases sin
aprobación del pueblo soberano, lo que vendrá serán unas elecciones sin la
participación de la oposición democrática, dejando como una única salida la
violencia. No podemos permitir que eso pase.
¿La
solución será matarnos en una confrontación para llegar luego a un armisticio?
¿Recorrer el camino de la Guerra Civil española? ¿No creen ustedes que sería
mejor confrontar el camino constituyente del régimen con el camino de una
constituyente verdadera del pueblo, de manera pacífica electoral y
constitucional? No creo que la mayoría del pueblo venezolano quiera escalar la
confrontación a una guerra civil. No creo tampoco que la mayoría de los
liderazgos opositores prefieran poner por encima sus aspiraciones políticas personales
al derecho a la vida los venezolanos, así el régimen desee la violencia. Si no
hay sensatez de aquel lado, debemos encontrarla de este lado a como de lugar.
No
estamos llamando a que detengamos la protesta pacífica que en la actualidad se
lleva a cabo. A lo que llamamos es a un cambio de estrategia, reevaluando las
razones por las cuales nos encontramos protestando. Si van a haber muertos en
las calles en protesta por algo, ese algo no puede ser para que se convoquen
elecciones para poner a cualquier político en un cargo. Eso es de un absurdo
desquiciante. Tiene más sentido de patria que alguien arriesgue su vida para recuperar
el derecho soberano de un pueblo a convocarse para decidir su destino, arrebatado
arteramente por un dictador. Esa ha sido nuestra tradición libertaria desde que
los venezolanos nos dimos nuestra primera Constitución en 1811, lo que nos
llevó a la Guerra de Independencia que arrasó con la mitad de la población. Al
menos démosle el sentido correcto a esta confrontación…
Caracas,
6 de Mayo de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana