Por Luis Manuel Aguana
Siempre me ha parecido ridícula la
afirmación que se ha convertido en un mantra entre los seguidores ciegos de la
oposición oficial en el sentido de que “en Venezuela no habrá intervención militar
de los Estados Unidos”. Y sacan como prueba declaraciones que en ese sentido
han hecho voceros importantes de los Estados Unidos, como el Sr. Elliott
Abrams, Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Y ustedes dirán que me fume una
lumpia. Pero hasta que ustedes no oigan una declaración oficial del Presidente
de los Estados Unidos de América diciendo lo mismo, eso no se puede creer, y aún
así todavía no sería enteramente una verdad total porque las situaciones
internacionales en geopolítica cambian todos los días. ¿Y por qué lo digo
entonces? Porque aquellos que medio conozcan cómo trabaja la administración
norteamericana saben que allí si funciona la separación de responsabilidades y
allí si se ve todos los días aquello que dicen que la mano izquierda no sabe
que hace la mano derecha.
La administración norteamericana
funciona como una composición ordenada de compartimientos estancos donde el
único que tiene la visión de conjunto es el Presidente. Cualquiera que diga que
el conjunto hará o dejará de hacer algo, no está diciendo la verdad porque eso
solo es competencia del Presidente de los Estados Unidos. Es más, Elliott
Abrams, que es lo que se puede llamar aquí un Viceministro del Exterior en su
área, puede estar diciendo eso y al mismo tiempo el DOD (Departament of
Defense) puede estar a punto de lanzar las tropas en Venezuela y el DOS
(Departament of State), órgano del cual depende Abrams, ni siquiera estar
enterado de esa maniobra si el Presidente no les informa, y es posible que sean
los últimos en enterarse internamente. Las cosas allá no funcionan como aquí ni
en ningún otro país. Entonces, ¿ven lo ridícula que es la afirmación de marras?
Y más ridículos quienes la repiten.
Lo que sí es serio e importante en
todo esto es que existe un interés claro y manifiesto de sectores dentro y
fuera de Venezuela de crear esa matriz de opinión que a quien no beneficia de
ninguna forma es al pueblo de Venezuela. ¿Por qué esto es así? Porque la única
manera que el régimen narco militarizado de Nicolás Maduro Moros mueva su
trasero fuera de Venezuela es que exista una amenaza creíble de fuerza que los
obligue a irse. De otra manera los tendremos en Miraflores hasta que la hermosa
hija de Juan Guaidó tenga nietos. Cruda, pero lamentable realidad.
Pero ¿porque alguien puede estar
interesado en hacernos creer que “no existirá nunca una intervención
extranjera” para remover a este régimen y sus hordas paramilitares? Porque existe
toda una política desde adentro dirigida a seguir un curso de acción que
implica la negociación por desgaste con el régimen de Nicolás Maduro Moros. Si
Juan Guaidó no logra ese “cese de la usurpación” en el cortísimo plazo, cosa
que difícilmente logrará porque como ellos bien saben, las Fuerzas Armadas
están lo suficientemente destruidas para que eso suceda, entonces el desencanto
de la población alcanzará unos niveles tan altos que aceptará cualquier
solución con tal de tener una promesa de volver a vivir como gente, incluso con
unas elecciones con Maduro como candidato. Eso reventaría a Juan Guaidó como
Presidente Encargado y lo obligaría a negociar con el régimen. ¿Les parece
duro? Y no han leído lo peor.
Ese es el plan alternativo del G4
para iniciar el famoso Gobierno de Transición con Enclaves Autoritarios de
Henry Ramos Allup, que preservaría los intereses de la corrupción dentro de la
Asamblea Nacional y el futuro gobierno. Ya están montando su parapeto
electoral, comenzando con la negociación de los Rectores del CNE -3 del régimen
y 2 de la oposición- con un cuento chino que le será vendido a los venezolanos
que “ganaremos en la próxima elección” de diciembre de 2019. Ya habrían
comenzado con eso hasta que vino el apagón del régimen, que aumentó de manera
indescriptible la arrechera de los venezolanos (disculpen mi mal inglés) e hizo
enfriar los planes electorales, porque tal cosa era imposible de plantear después
de esa increíble muestra de destrucción del país. Luego del fracaso que esperan
del “cese de la usurpación” volverán a intentarlo.
Desde los Estados Unidos, los
voceros de Juan Guaidó coquetean con los demócratas que están en su
determinación de lograr la renuncia de Donald Trump, que ha sido el único
Presidente norteamericano que se ha resteado por Venezuela. Desde allí están
saliendo directrices que apuntan a producir declaraciones de voceros del
gobierno norteamericano e importantes opinadores privados, negando una posible
intervención militar en Venezuela. Todos los voceros de la oposición oficial,
comenzando por Juan Guaidó tienen como línea declarar en contra de la
intervención militar extranjera. Eso los reventaría a ellos y al régimen pero
salvaría a Venezuela. Menudo paquete. ¿Entienden ahora porque no desean la
aprobación de la autorización de misiones militares extranjeras en Venezuela
con base al Artículo 187, numeral 11 de la Constitución?
Pero imagínense que no sea Nicolás
Maduro Moros el candidato del régimen, sino Rafael Ramírez, María Gabriela Chávez
o cualquier otro corrupto que se enriqueció en estos 20 años. Con toda la
millonada robada al país ¿ creen ustedes que cualquiera que se presente de la
oposición oficial tenga algún chance de ganar esa elección, con el mismo CNE
como máquina de fabricar votos del régimen? Respuesta: no les interesa la elección,
solo el dinero que compartirán con el régimen. Los venezolanos tenemos la
obligación moral de abortar ese plan y obligar a la oposición oficial a detener
cualquier intento de ir a otro proceso electoral hasta que Nicolás Maduro Moros
y su régimen salgan del país por usurpadores.
Entonces esto nos pone en la
dimensión real del problema. Es necesario que haya una intervención militar
extranjera en el país por parte de la Comunidad Internacional en base a la
Responsabilidad de Proteger (R2P) que tienen los Estados hacia Venezuela porque
quien ejerce el poder, Nicolás Maduro Moros, está violando los Derechos Humanos
de los venezolanos. Pero los Diputados de la Asamblea Nacional se niegan a
aprobar la única manera que existe de garantizar que la ayuda humanitaria con
custodia militar llegue a quienes están perdiendo la vida, por las razones
antes expuestas. ¿Qué podemos hacer?
Los Diputados de la oposición
oficial en la Asamblea Nacional no son el producto de una elección natural. Son
el resultado de una votación masiva en contra del régimen en la elección del
6D-2015 (ver ¿Ganó la MUD o perdió el Gobierno?, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/gano-la-mud-o-perdio-el-gobierno.html).
Nadie en Venezuela votó por Henry Ramos Allup, ni Julio Borges, ni Omar
Barboza, en el sentido estricto de la
escogencia de un representante de nuestros intereses ante un Parlamento. Y lo
peor es que aun sabiéndolo, estos Diputados están bloqueando deliberadamente lo
que realmente desea el pueblo venezolano protegiendo sus propios intereses, en
un claro conflicto que debemos resolver: o son ellos o somos nosotros.
Ante esa aberración es necesario
el ejercicio directo de la Soberanía Popular para expresarle al mundo que
estamos en una clara situación de requerir de su ayuda humanitaria con
acompañamiento militar desde el exterior, autorizando lo que haya lugar para
que se produzca. Ya les quedará bien cuesta arriba a los países negárnosla,
incluso hasta en el mismísimo Consejo de Seguridad de la ONU, con Rusia y China
incluidas, ya quien lo solicitaría sería el mismo pueblo de Venezuela.
Si los señores Diputados, que
ejercen indirectamente nuestra Soberanía mediante el sufragio, y que en el
estricto sentido han decidido no representar nuestros intereses al no actuar en
base a lo que suplica el pueblo venezolano, entonces debemos encontrar la
manera de expresar directamente nuestra voluntad ante el mundo, como lo
establece el Artículo 5 de la Constitución: “La
soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta
Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por
los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la
soberanía popular y a ella están sometidos”. Más claro imposible. Como lo
dice el Artículo 5, ya la forma está prevista en la Constitución…
Caracas,
19 de Marzo de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana