jueves, 3 de marzo de 2022

Notas acerca de cómo haremos una Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

English versión

A pesar de todos los años dedicados de alguna marera a influir en la política venezolana para que ocurra un cambio en el paradigma del poder en nuestro país, debo reconocer, no sin cierta decepción, lo poco que nos hemos sabido explicar a la población cómo debería desenvolverse el proceso Constituyente en Venezuela. Tal vez sea un problema en la forma en que hemos tratado de hacer llegar el mensaje, la manera de plantearlo, los canales utilizados, o bien la falta consistente de recursos que nos ha acompañado desde que comenzamos hace muchos años esta cruzada, para poder realizar una campaña comunicacional en plena forma para explicarles a los venezolanos cómo abordar el problema.

Lo cierto es que todavía al día de hoy me encuentro con personas que aún nos preguntan cómo haríamos ese proceso constituyente, ya que claramente tenemos al frente unos delincuentes manejando el poder en Venezuela, y que difícilmente lo abandonarán solo porque el pueblo se los ordene. No estamos tratando con políticos, como quieren seguir insistiendo quienes hacen oposición política en Venezuela, convenciendo a la Comunidad Internacional de ir a unas elecciones con unos delincuentes en el poder.

Hay dos consideraciones importantes que deben tenerse en cuenta en esta explicación que son definitorias para darle una respuesta clara a los venezolanos acerca de cómo realizar este proceso constituyente: a) ninguna explicación para este tema cabe en un mensaje de Twitter (por más hilos que se le pretenda dar); y b) la respuesta es y ha sido dinámica, y en consecuencia diferente en cada momento político que hemos tenido en Venezuela.

La primera consideración apunta al hecho comunicacional mismo. Los venezolanos deseamos respuestas rápidas y cortas a problemas complejos. Y si ya ha sido difícil explicar el porqué es necesario ir a un proceso Constituyente, la pregunta que viene a continuación es el cómo lo hacemos. Y allí entramos en la segunda consideración. La respuesta ha sido diferente desde que iniciamos la cruzada mucho antes de la fundación de ANCO en marzo de 2016.

No podíamos de ninguna manera fundar la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, sin decirle al país CÓMO íbamos a realizar ese proceso tan complejo y con quienes íbamos a hacerlo. De hecho, la base organizativa debía comenzar a construirse a partir de ese momento. ¿Y cuál fue el soporte teórico del lanzamiento de ANCO, que explicaba el cómo y sus fundamentos? El documento titulado “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio” cuya última versión se publicó el 26 de noviembre de 2017 (ver Documento Bases Constituyentes, en  https://tinyurl.com/8vjaccvu). Las Bases Constituyentes incluyen de manera extensa las Bases Comiciales de todo el proceso (cómo se realizarían las elecciones constituyentes y sobre qué fundamentos).

Encontrarán una explicación detallada de cómo haríamos ese proceso en mi nota titulada “Bases Constituyentes” del 22 de febrero de 2017 (ver Bases Constituyentes, en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/bases-constituyentes.html), sin embargo, les adelanto: ¿De qué se trata este documento? Con base a nuestro derecho a la participación política consagrado en la Constitución, un grupo de venezolanos redactamos un manifiesto para la historia denominado Bases Constituyentes, donde aquellos que lo suscriban -denominados Activadores- nos constituimos en todo el país en Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs), cuya misión tiene tres objetivos fundamentales: 1) Recoger las manifestaciones de voluntad del 15% del Registro civil y Electoral en todo el país (Artículo 348); 2) Alcanzado y superado ese mínimo del 15% constitucional, proceder a convocar a un Proceso Constituyente de carácter Originario; 3) Estar en la disposición de defender la voluntad del pueblo de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente por encima de cualquier desconocimiento que haga el Poder Constituido al Poder Constituyente Originario.

En ESE MOMENTO, previo a la convocatoria ilegítima del régimen a una Constituyente el 1ro. de mayo de 2017, nuestro CÓMO estaba basado (y sigue estando) en nuestro derecho constitucional a la participación política, ejerciéndolo por encima de los poderes constituidos, y convencer a todos los factores políticos, incluyendo a las Fuerzas Armadas, de respetar el resultado de ese proceso inédito.

Sin embargo, la situación política del país CAMBIÓ radicalmente a partir de ese 1ro. de mayo de 2017. El repudio del país a esa constituyente ilegítima del régimen frenó en seco nuestra iniciativa de levantar el 15% requerido para convocar una Constituyente por iniciativa popular y nos obligó a un cambio en la estrategia hacia una Consulta Popular (ver mi intervención con la JAPCOs de ANCO en Anzoátegui, en Constituyente Originaria versus fraude constitucional, en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/constituyente-originaria-versus-fraude.html) para que fueran los venezolanos los que decidieran el destino de Venezuela, sin abandonar la lucha por una Constituyente Originaria que cambiara las bases del poder en nuestro país (ver mi nota del 20 de mayo de 2017, La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar, en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/la-lucha-por-una-constituyente.html). En esta nota explico en detalle el porqué hay que cambiar la Constitución de 1999 a través de un proceso Constituyente. La estrategia de ANCO de iniciar el esfuerzo consultivo sin los poderes públicos, llevó a la ejecución de las dos Consultas Populares en el 2017 y en el 2020, y estableció los mandatos populares necesarios para lo que ocurrirá en Venezuela en el proceso de la recuperación de la libertad.

Luego de estas Consultas Populares cuyos mandatos han sido ignorados por el régimen, pero peor aún por la oposición política, retornamos a nuestra lucha principista por la convocatoria al Constituyente Originario, pero teniendo en cuenta que la realidad política del país ahora es completamente diferente. Desde el año 2017, el régimen afianzo sus estructuras trayendo como consecuencia una destrucción exponencial de la planta física –y la reserva moral- del país, con el consiguiente éxodo de más de 6 millones de personas, aumento considerable de la persecución política y ruina económica del país, todo esto sin contar con una espantosa pandemia que ha arrasado a Venezuela hundiéndola aún más en la miseria del régimen. Este país no es el mismo en el 2022 que en el 2017. No existen las mismas condiciones políticas por lo que no se pueden aplicar las mismas metodologías y soluciones que una vez esgrimimos en las Bases Constituyentes, para tratar de imponer un mandato que surja de la decisión popular.

Entonces la aproximación debe ser otra, manteniendo nuestra propuesta de convocatoria Constituyente, pero a través de un proceso diferente al planteado hasta mayo de 2017. Y es allí donde debemos afinar nuestra creatividad política. Entre las dos Consultas Populares de 2017 y 2020 ya existe un mandato vigente y vinculante de: a) Ordenar el cambio de los Poderes Públicos; b) Exigir el Cese de la Usurpación de Nicolás Maduro Moros previo a cualquier llamado a elecciones; y c) La obligación de “… adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”.

Con esos tres elementos podemos afirmar sin lugar a dudas que no solo ANCO, sino todos los venezolanos, tenemos el respaldo necesario ordenado en mandato popular por el pueblo venezolano en dos Consultas Populares, para plantear ante la Comunidad Internacional, un proceso constitucional, pacífico y en esencia electoral (sin la participación de ningún poder público del régimen) como lo es una Asamblea Nacional Constituyente, que nos lleve a una elección de Constituyentes, en contraposición a unas elecciones presidenciales y parlamentarias planteadas desde la oposición oficial como solución al problema venezolano.

De esta manera elevamos el planteamiento Constituyente a otro nivel, no sin dejar de lado lo que tengamos que realizar para que ese planteamiento sea hecho realidad. Esto es, si la Comunidad Internacional entiende que hay que cambiar todas las estructuras del Estado venezolano para poder salir de la crisis terminal donde nos encontramos, y de entre sus observaciones sale que todos los venezolanos debemos firmar para que eso se haga realidad, entonces idearemos la manera de que todos los venezolanos aquí y el resto del planeta firmen por esa solución.

Pero si se considera que para que exista paz en Venezuela se acuerda en una negociación política a cuatro partes, un Tribunal Electoral Ad Hoc (especialmente dispuesto para eso) fuera de las estructuras del régimen, entre la Comunidad Internacional, los partidos políticos, la sociedad civil y el régimen para una elección constituyente de cuyos resultados salga un Gobierno de Transición producto de la decisión de unos constituyentes legítimos, con unas Bases Comiciales discutidas entre todos los involucrados, entonces ese será el camino de ese CÓMO constituyente. En mi opinión, no se puede pensar en ir a recoger firmas ahora mismo sin que ANTES esto sea decidido en ese proceso de negociación política que incluya a todas las partes.

No estoy hablando de algo irreal. La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria sigue siendo nuestro desiderátum para organizar y Refundar a la Nación. Pero la gran mayoría de todos los venezolanos deben estar convencidos de eso. De todos los años que he estado estudiando y escribiendo acerca de este proceso nunca he estado más convencido que este  tendrá necesariamente que pasar por una NEGOCIACIÓN POLÍTICA ADENTRO Y AFUERA DEL PAÍS, como recientemente lo explicara en mi reciente nota (ver Refundación de la Nación en tiempos de guerra, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/02/refundacion-de-la-nacion-en-tiempos-de.html). Pero para que eso ocurra deberemos tener de nuestro lado a la gran mayoría de todos los venezolanos que aspiran a un cambio radical en nuestro país. De allí la fortaleza que deberemos tener en organización y penetración popular para convencer a los ciudadanos que esta es la última y única vía a transitar políticamente para salir de este problema sin matarnos entre todos. Espero en Dios que así sea…

Caracas, 3 de Marzo de 2022

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domingo, 27 de febrero de 2022

Refundación de la Nación en tiempos de guerra

Por Luis Manuel Aguana

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Desde hace bastante tiempo he insistido a través de esta tribuna de la red, acompañando la posición de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, que el problema venezolano no se resolverá en Venezuela, sino en los escenarios de poder de las grandes potencias que rigen al mundo, y en cuyo centro se halla el balance de intereses que tengan entre todas ellas para que Maduro y su combo de delincuentes abandonen el poder. De esta manera, todo lo que se haga con miras a resolver de manera pacífica y constitucional la grave crisis política por la que atraviesa el país pasa por estar exactamente en la misma página que la Comunidad Internacional y su posición frente al problema que vivimos los venezolanos.

Y así, si la llamada Comunidad Internacional insiste en elecciones presidenciales con Maduro en el poder, como por cierto también lo clama la clase política opositora, comenzando por el Gobierno Encargado de Juan Guaidó y los partidos del G4, entonces existe una altísima probabilidad que “ceteris paribus” (concepto que en economía indica, si el resto de las variables no cambian) nos quedemos con el régimen mucho tiempo más allá del año 2024.

Entonces el principal problema de los venezolanos, definido de esta manera, debería reducirse en colocar a la Comunidad Internacional en la página correcta y convencerlos que Venezuela NO PUEDE esperar ni un segundo más, y mucho menos una elección a tres años vista, sin que el país quede reducido a cenizas, sin detener la hemorragia del éxodo continuado y con un nivel de desinstitucionalización mayor, si esto aún es posible.

De allí la reacción de ANCO a la publicación del citado documento titulado “Síntesis de la reunión de coordinación de alto nivel sobre Venezuela” (ver publicación oficial de los EEUU en https://www.state.gov/translations/spanish/sintesis-de-la-reunion-de-coordinacion-de-alto-nivel-sobre-venezuela/) que tuvo lugar el 15 de febrero de 2022.

Efectivamente, ante esa posición de la Comunidad Internacional reunida de esos 20 países, ANCO publica su comunicado del 22 de febrero de 2022 titulado: “Atender el sufrimiento de la gente es lo primero” (ver Comunicado ANCO, 22-02-2022, en https://ancoficial.blogspot.com/2022/02/comunicado-anco-atender-el-sufrimiento.html), expresando las razones políticas y jurídicas según las cuales el país y la Comunidad Internacional reunida de esos 20 países deben acordar con nosotros que la manera correcta de resolver la crisis institucional del país pasa por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria y de ninguna manera por unas nuevas elecciones para el 2024.

Y hasta que no estemos hablando el mismo lenguaje con esa Comunidad Internacional, poco valdrán los esfuerzos que hagamos en Venezuela por convocar un proceso Constituyente si los que tienen el poder para hacer valer el mandato constitucional de un pueblo están pensando en una solución equivocada que va en perjuicio del país.

En eso no han ayudado en nada quienes tienen la representación oficial de la oposición venezolana en esos escenarios internacionales. En ANCO hemos asumido esa tarea haciendo los planteamientos públicos y privados que corresponden ante esas importantes instancias, comenzando por los EEUU.

A lo interno en el país, la Iglesia Católica venezolana reafirmó su pronunciamiento a favor de la Refundación de la Nación en su Exhortación Pastoral “Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti” Sal. 33, 22, del 13 de enero de 2022, Nos. 14 y 15  (ver CEV, en https://conferenciaepiscopalvenezolana.com/downloads/exhortacion-pastoral-que-tu-gran-amor-senor-nos-acompane-tal-como-lo-esperamos-de-ti-sal-33-22). Este pronunciamiento de la Institución más reconocida por los venezolanos va en completa sintonía y armonía con la convocatoria del poder Constituyente Originario como solución a la crisis venezolana, habida cuenta que una Refundación de la Nación es el objetivo primario y natural de una Asamblea Nacional Constituyente Originaria.

La oposición oficial venezolana al insistir y mantener convencida a la Comunidad Internacional en el mismo cuadro electoral que no ha funcionado para los venezolanos en más de 23 años, habida cuenta que esos procesos son realizados bajo la supervisión de la parcialidad política de una institución electoral que solo responde a los intereses de quienes detentan ilegítimamente el poder en Venezuela, le hace un grave daño y perjuicio a la Nación. ¿Y por qué lo hacen? Porque saben de sobra que ellos serían los primeros en ser refundados y puestos al servicio de los ciudadanos, por lo que aquí nos estamos jugando la supervivencia del país versus la de aquellos que prefieren la suya a expensas del pueblo venezolano, así el régimen permanezca en el poder haciéndole daño a Venezuela.

Luego entonces debemos dirigirnos como venezolanos dolientes de nuestro país, como efectivamente ya lo hemos hecho desde ANCO, directamente a los países que definirán el rumbo de nuestra crisis política y hacerles entender esta situación. Si los venezolanos logramos que esa Comunidad Internacional entienda que existen mecanismos constitucionales capaces de voltear la crisis de manera inmediata a favor del pueblo venezolano, entonces podremos analizar en ese contexto con ellos de qué manera se puede hacer y cómo se debe aplicar los instrumentos que existen, así como las opciones para hacerlo.

De nada vale aplicar el último mecanismo constitucional disponible que es la convocatoria a una Constituyente Originaria si no tenemos cómo hacerla valer. Algunos me dirán por qué entonces aplicamos las Consultas Populares si igualmente no teníamos como hacerlas valer. Y yo les respondería que los mandatos surgidos de las Consultas Populares aplicadas en 2017 y 2020 siguen vivos y en vigencia, en especial la de 2020, cuando se exigió en la primera pregunta el cese de la usurpación a Nicolás Maduro Moros y la convocatoria a unas elecciones libres, justas y verificables. En otras palabras, cualquier evento electoral presidencial pasa primero porque Maduro no se encuentre en el ejercicio ilegítimo de la Presidencia de la República. De allí que la Comunidad Internacional mal podría apoyar unas elecciones con Maduro en el poder como lo propone la oposición oficial de manera ilegítima, desobedeciendo el mandato del pueblo venezolano expresado en una Consulta Popular vinculante.

En atención al resultado abrumadoramente positivo de la tercera pregunta del mandato popular irrefutable de la Consulta Popular de 2020 (99% de 6,4 millones de voluntades), todos los venezolanos, estamos en la obligación de “… adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”. Y eso es lo que estamos haciendo desde ANCO para lograr el acompañamiento internacional necesario para hacer respetar el resultado de una Constituyente que se realice bajo el amparo y la ayuda de todos los países que deseen la recuperación de la democracia, el Estado de Derecho y la libertad en Venezuela.

Quién sabe si con las consecuencias del resultado final de la situación de guerra creada por Rusia en Ucrania, se dan las mejores condiciones para negociar un trato con los dueños de las fuerzas internacionales, para soltar a Venezuela del área de influencia de esa potencia agresora, dejando un margen de negociación a occidente para que Maduro abandone el poder en Venezuela. Y aunque ese ajedrez político internacional es en extremo dinámico, los venezolanos conscientes debemos dejar en claro con anticipación cuál es el mejor camino a recorrer para evitar la continuidad de una institucionalidad que ha sido corrompida por el régimen y que al parecer es del agrado de quienes pretenden llevar esta tragedia hasta el 2024. Y ese camino no es otro que la Refundación de Venezuela. Que a nadie se le olvide eso…

Caracas, 27 de Febrero de 2022

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