Por Luis Manuel Aguana
A algunos de mis lectores les ha parecido odioso que me refiera a la precandidatura de María Corina Machado (MCM), como “oposición radical”, sin señalarla a ella directamente, en las notas donde refiero al tema de las primarias de la oposición. Eso tiene una razón. MCM no es la única persona en Venezuela que desprecia el comportamiento de la oposición oficial, ni la única con planteamientos distintos al formulado por ella para resolver el problema de Venezuela.
Pero ciertamente, MCM ha logrado a través del proceso de primarias aglutinar a la oposición radical que pone en tela de juicio el comportamiento de quienes tradicionalmente nos han representado en la oposición, y que lamentablemente ostentan nuestra representación oficial opositora dentro y fuera del país, a través de ese antro en que se ha convertido la Asamblea Nacional de 2015, que desnaturalizó la lucha de los venezolanos que sin ninguna aspiración ni interés de ninguna especie, verdaderamente deseamos salir cuanto antes de esta tragedia.
Javier Milei, uno de los principales candidatos a la presidencia en Argentina, bautizó en su país a ese tipo de grupo político, con importantes semejanzas en su perfil y actuación a los opositores que operan en Venezuela, como la “casta política”, definiéndolos claramente como “aquellos que están en política y son inmorales”, siendo este el término más utilizado por Milei en su campaña, que lo ha diferenciado claramente de quienes estando en la oposición y en el gobierno, de acuerdo a su criterio, han hundido a la Argentina.
Algo semejante podría ser aplicable en Venezuela. El término “casta política” como lo utiliza Milei en Argentina ha sido tan claro que ha definido perfectamente a aquellos que han utilizado la política como modo de vida, olvidándose de las necesidades de su pueblo. Podríamos identificar sin mucha explicación quienes pertenecen a esa “casta política” en Venezuela.
Dicho en estos términos, el efecto producido por MCM en el país no le pertenece a ella, sino a todos los venezolanos que llegamos al llegadero de despreciar esa “casta política” responsable de todo lo que ha pasado en Venezuela con la combinación nefasta de la oposición y régimen, viendo en ella el mismo fenómeno de “que se vayan todos” salvador observado en Hugo Chávez Frías en 1998, por supuesto conservando las distancias.
Eso explica el efecto espuma de su precandidatura en las primarias, porque no solo suma a quienes tradicionalmente la habían apoyado en sus aspiraciones, y que no reflejaban previamente más de un dígito en las encuestas de preferencia, sino a todos aquellos del espectro electoral que no le ven salida al régimen sin salir también de la “casta política”, que somos la mayoría. ¿Es eso bueno o malo? Si salimos del régimen con eso, ¡por supuesto que es muy bueno!
Pero no estamos en 1998. Hay un Poder Electoral secuestrado por una tiranía, y hay una oposición en bloque en contra de que MCM llegue a Miraflores, aun cuando eso represente una opción para salir del régimen.
Es esa misma "casta política" que no piensa en Venezuela, sino en sus propias aspiraciones de poder, la que hará todo lo que sea necesario para impedir que la precandidatura de MCM llegue a convertirse en candidatura frente al régimen. Es esa misma mezquindad, como la demostrada por Henrique Capriles al referirse a lo de las “Primarias VIP”, lo que hará que su despreciable partido no mueva ni un dedo para ayudar a poner los centros de votación que necesita la Comisión Nacional de Primarias para que se realicen las primarias. De hecho, ningún partido de ese “status quo” opositor ayudará a ese proceso, ni en gente ni en dinero.
¿Cuál debería ser el comportamiento lógico de una “oposición unida” en contra del régimen? Que renuncien todos los partidos a sus pretensiones candidaturales y decidir por aclamación a favor de MCM como la candidata opositora, y comenzar a luchar desde ya juntos por unas condiciones electorales transparentes para las elecciones en el 2024.
Pero eso no pasará. Nuestra experiencia histórica, a pesar de existir algo que se llamó Pacto de Punto Fijo, cuando los principales dirigentes políticos, estadistas conscientes del momento histórico, pensaron primero en el país y no en sus partidos. No pasará porque esa dirigencia política está tan comprometida en sus intereses vinculados con la tiranía, conocedora de todos sus secretos, que morirían antes que la población los perciba verdaderamente en su horrible y terrible realidad, impidiendo que puedan seguir viviendo de la política.
En esas circunstancias tan tétricas y que dicen mucho de quienes hacen política en este país, nos encontramos hoy los venezolanos. En consecuencia, todos aquellos que dicen que “a los partidos no le quedará otra alternativa” que apoyar a MCM, no han entendido lo que ha ocurrido en Venezuela en los últimos 20 años, minimizando la gravedad del problema opositor venezolano. MCM se quedará sola en las primarias porque esos partidos NO concurrirán ni colaborarán absolutamente en nada para que se den unas elecciones primarias donde saben que ella ganaría de largo, convirtiéndose en los principales saboteadores de ese proceso.
En Argentina es muy posible que Milei como fenómeno electoral logre vencer a esa “casta política” en las elecciones de octubre de 2023, al tener identificado perfectamente contra quien lucha, pero nosotros en Venezuela ni siquiera nos hemos percatado de que verdaderamente la tenemos, y en consecuencia ¿cómo podremos vencerla para sacar al país de este caos? ¿Se terminará convirtiendo la CNP en un árbitro entre MCM y la “casta política” de Venezuela, para definir el contendor del régimen en el 2024? Si no lo han pensado, es bueno de que comiencen a hacerlo, porque del resultado de eso va a depender el futuro de todos los venezolanos.
Caracas, 22 de Junio de 2023
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