lunes, 7 de agosto de 2023

El primer inhabilitado

Por Luis Manuel Aguana

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A estas alturas ha quedado muy claro, luego de las diversas interpretaciones de prominentes juristas venezolanos, que las inhabilitaciones para optar a cargos de elección popular, realizadas por instituciones controladas por el régimen de Nicolás Maduro Moros, en contra de dirigentes políticos opositores resultan irritas e ilegales, y son producto de lo que ya hemos repetido hasta el cansancio: estamos en una tiranía de la cual podemos esperar cualquier medida en contra de sus detractores para mantenerse en el poder.

Sin embargo, eso es lo que resalta en la superficie cuando en el fondo de lo que en realidad tenemos que preocuparnos es el porqué todavía la política pasa por encima de la justicia y es utilizada, en mayor o menor medida, como una herramienta para sojuzgar a los enemigos políticos. No es extraño entonces que una tiranía aplique semejante restricción sin contemplaciones en un país cuya primera enmienda a la primera Constitución en democracia (1961), se realizara en 1973 con el objetivo de inhabilitar al dictador Marcos Pérez Jiménez para evitar que fuera electo Presidente de la República o que pudiera desempeñar cargos de representación política en el Congreso. Mal podríamos entonces sorprendernos que este cuchillo oxidado aún se encuentre en el arsenal político venezolano.

Efectivamente, el momento político venezolano de la época dictaba que era muy posible que el exdictador Pérez Jiménez, le disputara al status quo de la política venezolana, la Presidencia de la República, a pesar de todos los crímenes cometidos en los 10 años de la dictadura perezjimenista, razón por la cual se legisló para cerrar el paso a esa posibilidad: Constitución de 1961, Enmienda No. 1, Artículo 1: “No podrán ser elegidos Presidente de la República, Senador o Diputado al Congreso, ni Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quienes hayan sido condenados mediante sentencia definitivamente firme, dictada por Tribunales Ordinarios, a pena de presidio o prisión superior a tres años, por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas, o con ocasión de estas…”. Se podría decir que el anterior es un ejemplo clásico de la política construyendo los caminos de la justicia en un caso que ellos consideraron “justo” y sobre el cual no existía ningún precedente.

En la actualidad “…el derecho a ser electo en Venezuela es un derecho político que sólo puede restringirse de acuerdo con la Constitución de 1999 y con la Convención Americana de Derechos Humanos, mediante sentencia judicial dictada en un proceso penal conforme a las normas del Código Orgánico Procesal Penal, cuando un juez impone a un condenado la pena de inhabilitación política, que es siempre una pena accesoria a la pena principal de prisión o presidio” (ver El derecho político de los ciudadanos a ser electos para cargos de representación popular y el alcance de su exclusión judicial en un régimen democrático, Allan R. Brewer-Carias, 2011, en https://allanbrewercarias.com/wp-content/uploads/2014/09/703.-796-.-Brewer.-INHABILITACI%C3%93N-POL%C3%8DTICA-EN-LA-LOCGR-Y-VIOLACI%C3%93N-DE-LA-CONVENCI%C3%93N-AMERICANA-DDHH.-marzo-2011.pdf).

De acuerdo a este destacado jurista –y que resulta también la opinión general de los expertos en la materia- la inhabilitación política sale de una sentencia de un Tribunal como pena accesoria a una pena de prisión o presidio. En otras palabras, no es una decisión que salga del escritorio de un funcionario, sino de un tribunal de justicia. 

Pero en Venezuela han existido casos donde la política ha impedido el giro de la rueda de la justicia, permitiendo que personas que debieron ser inhabilitadas para el ejercicio de cargos públicos por haber cometido delitos llegaran a posiciones que les dieron puerta franca para destruir el país. Al no existir las inhabilitaciones políticas que debieron por principio estar allí, el país ha pagado las consecuencias lamentables de que haya prevalecido la política sobre la justicia. Tal es el caso de Hugo Chávez Frías y todos los oficiales sobreseídos por el alzamiento militar del 4 de febrero de 1992.

“El sobreseimiento es la terminación anticipada de un proceso penal en el que aún no ha habido sentencia y que se declara concluido por razones de interés general…. El sobreseimiento aplicado en el caso que nos ocupa encuentra su fundamento legal en el artículo 54, numeral 3 del Código de Justicia Militar, que atribuye al Presidente de la República la facultad de “ordenar el sobreseimiento de los juicios militares, cuando así lo juzgue conveniente, en cualquier estado de la causa” (ver El sobreseimiento de Chávez, Juan José Caldera, 2007, https://rafaelcaldera.com/wp-content/uploads/2018/01/EL_SOBRESEIMIENTO_DE_CHAVEZ-Juan-Jos%C3%A9-Caldera.pdf

De acuerdo al propio ex presidente Rafael Caldera, citado por J.J. Caldera, en entrevista realizada el 2 de junio de 2003, “…la libertad de Chávez fue una consecuencia de la decisión que se había tomado con todos los participantes de los alzamientos del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre… esos sobreseimientos comenzaron a dictarse en tiempos del propio Presidente Pérez, que fue el Presidente que estaba en Miraflores cuando ocurrió la sublevación; continuaron durante el Gobierno del Presidente Velásquez y cuando yo asumí habían puesto en libertad a casi todos, por no decir a todos, los participantes de la acción… Sería contrario a todas las normas jurídicas que se hubiera sobreseído el juicio que se les seguía a los demás oficiales y se hubiera mantenido a Chávez en la cárcel por el temor de que pudiera llegar a ser Presidente. Temor que nadie compartía en ese momento…”.

Pero esas palabras del expresidente Caldera revelan que Chávez es sobreseído por razones de política, aplicada desde los tiempos del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, que si bien pueden ser o no compartidas por algunos, pasan por supeditar la política a la justicia, porque Hugo Chávez Frías y sus sediciosos en justicia debían continuar enjuiciados, sentenciados, presos e inhabilitados.

Es claro que al no haber existido juicio al ser suspendido debido a la aplicación de un sobreseimiento, no podía existir una sentencia condenatoria, que en el caso de Chávez era completamente esperable, ya que había confesado públicamente la responsabilidad de ser el jefe de esa insurrección con muertos incluidos, el 4 de febrero de 1992. En justicia, Chávez debía ser condenado, pero la política suspendió el juicio que lo convertiría en el primer inhabilitado de toda esta historia de inhabilitaciones políticas. Pero no un inhabilitado por la decisión de un político o un funcionario, sino por la decisión de un Tribunal Militar.

Más acertadas no podrían ser entonces las recientes declaraciones de la Magistrada Emérita del Tribunal Supremo de Justicia, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, que señalan que “Chavez nació inhabilitado, dio un golpe de Estado y la democracia lo perdonó” (ver Chávez nació inhabilitado, Entrevista a Blanca Rosa Mármol de León, en https://eltiempove.com/blanca-marmol-de-leon-chavez-nacio-inhabilitado-dio-un-golpe-de-estado-y-la-democracia-lo-perdono/), porque eso fue lo que ocurrió, pero la política impidió que la justicia realizara su trabajo, con las consecuencias que todos estamos padeciendo, y los demócratas al creer que eso quedaría allí, porque piensan todavía que la política debe estar sobre la justicia, terminamos todos los venezolanos pagando un altísimo precio con una tragedia que nos somete a todos.

¿Qué más prueba necesitan ver, tocar y sentir en carne propia los venezolanos para que se entienda de una buena vez que un sistema judicial mediatizado por la política trae miseria, hambre y corrupción, pero sobre todo injusticia? Que lo primero que tenemos que lograr luego de pasar esta tragedia es garantizar a través de una revisión profunda de la institucionalidad del país, y que exista una verdadera independencia del Poder Judicial, para que NADIE, ni siquiera el Presidente de la República, le pueda meter las manos al curso de la justicia. Y eso solo se logra convocando al Constituyente para Refundar la Nación. De esta manera se resolverá por sí sola cualquier futura inhabilitación política, porque finalmente garantizaremos vivir en un Estado de Derecho. Por sufrir esa injusticia, ojalá eso lo acabe de entender quienes pretenden sustituir a la tiranía en un futuro próximo, después de más de 50 años de inhabilitaciones políticas…

Caracas, 7 de Agosto de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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viernes, 4 de agosto de 2023

La transformación de las primarias

Por Luis Manuel Aguana

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Ahora resulta que las primarias dejaron de ser para elegir al candidato que se enfrente con Nicolás Maduro Moros en el 2024, sino para dirimir el liderazgo de la oposición política al régimen, tal y como lo planteó claramente María Corina Machado (MCM) al decidir inscribirse en ese show electoral opositor. ¿Y porque digo esto? Porque a los venezolanos, desde que en nuestro país se jugaba a los cuadritos del 5 y 6, a nuestro pueblo no le gusta jugar a perdedor, siempre a ganador. De allí que si nos guiamos por las encuestas y la percepción electoral general opositora, MCM estaría marcando el para qué son esas primarias opositoras, más allá de la razón misma para el cual fue diseñado ese mecanismo por los partidos que integran la oposición oficial de la llamada Plataforma Unitaria.

Todo apunta a que esa es en realidad la verdadera disputa entre los partidos del G4 con MCM y el saboteo o implosión a ese proceso de primarias que lleva a cabo ese cartel de partidos “opositores”, que se materializa en renuncias dentro de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), la no inscripción de candidaturas de protegidos del régimen y los condicionamientos para inscribirse de otras venidas a menos. Pero en realidad eso no es lo importante.

Lo importante es que si dentro de la percepción de la realidad de los venezolanos cambió el para qué es convocado un proceso de medición de respaldo político, o se transformó de alguna manera el resultado esperado por esa realidad, entonces también cambió el cómo se debe proceder para venderle este nuevo producto a los venezolanos. De allí la soberana confusión que todo el mundo tiene frente a ese proceso.

¿Es que la gente apoya a MCM porque su discurso apunta a hacerle una oposición real al régimen y su intención de empoderarla con los votos es para que conduzca los destinos de la oposición, o la apoya para que se mida con el candidato del régimen? Tengan cuidado al decidir, son dos cosas muy diferentes. Si es para lo primero, es indiferente que el régimen la inhabilite para ser candidata presidencial, porque esa condición solo sería una más de las arbitrariedades que comete una tiranía en funciones, por lo que cabe esperar que decida otras adicionales –abrirle un juicio militar, por ejemplo- antes de permitirle contarse como se haría en una democracia. Pero si es para lo segundo, no tiene ningún sentido un proceso opositor como ese, si no es para validar y legitimar por los votos a un régimen ilegítimo frente al mundo.

Sí, es verdad, de esas primarias nominalmente debería salir un “candidato opositor”. Pero todos sabemos que cuando la oposición oficial estableció ese mecanismo nunca esperó que se suscitara el fenómeno electoral que posteriormente representara MCM, desbalanceándoles todo el juego y entrampando lo que inicialmente deseaban, que no era otra cosa que decidir entre ellos el candidato más potable al régimen y que aceptara sin chistar su resultado fraudulento, y no que diera la pelea para vencerlos en una elección presidencial. Y eso cambió el escenario. Ahora se trata de la supervivencia de la oposición oficial, tal y como la conocemos, y de todos aquellos que dicen representar a los venezolanos en diálogos y otras movidas con el régimen.

Como verán, el juego de las primarias se transformó en una cosa completamente diferente a lo inicialmente pensado por sus creadores, y que tiene importantes implicaciones en lo que pasará en Venezuela en el corto plazo. Observadas desde esa perspectiva, las primarias se convierten en un campo de batalla de la oposición para dilucidar quién prevalece ante los ojos de los venezolanos, más allá de decidir a un candidato, cosa que ya pasó a un segundo plano.

La CNP, como instrumento de los políticos de la Plataforma Unitaria, no permitirá que su cometido cambie en atención al deseo de sus creadores, por lo que serán capaces de quebrarse a la presión del régimen de proclamar un candidato exento de inhabilitaciones. Y ese será su peor error frente a los venezolanos, marcando así el comienzo de su desaparición definitiva, al ir en contra de la decisión general opositora del país.

El régimen luce entrampado. Si no logra que la oposición oficial se “autosuicide” anulando las primarias porque “técnica y logísticamente son imposibles de realizar” como lo sugiriera la vicepresidente renunciante de la CNP, tendrá entonces que decidir eliminarlas por la vía judicial, como ya está planeado, corriendo con los costos políticos internacionales que eso acarrearía. Pero si esa decisión judicial se matiza, regulando el perfil de quien puede salir electo en las primarias opositoras, entonces ambos, oposición oficial y régimen, estarían bien servidos. ¿Aclamaría la CNP a MCM como candidata ganadora de las primarias a pesar de una decisión judicial que ordene que los inhabilitados no puedan ser inscritos ante el CNE del régimen? No creo que las condiciones de la convivencia que tienen les permita eso.

En un escenario donde lo importante no es el candidato frente al régimen, sino el candidato con mayor votación opositora, el problema se reduce a que ese conteo de la población opositora dentro y fuera del país, se realice de una manera efectiva y legítima, a pesar de todos los problemas. Ningún candidato(a) que se sepa perdido en ese escenario le interesará que las primarias se efectúen.

Por otro lado, al régimen le conviene que se realicen las primarias, en tanto no sea MCM quien resulte aclamada como candidata de la oposición. No le importará que gane, sino que no sea ella quien compita contra ellos oficialmente en el 2024. Y a ella no le importará si gana y no la dejan ser candidata frente al régimen porque el hecho simple de haber ganado el proceso la convierte en la líder indiscutible de la oposición, lo que le daría la capacidad de iniciar inmediatamente la cruzada por conseguirlo por encima de sus detractores.

Entonces la clave de toda esta transformación pasa porque la oposición finalmente logre realizar un proceso de consulta ciudadana con resultados concretos, ya no de primaria –que tiene una connotación diferente-, para seleccionar quien debería guiar el destino de la oposición venezolana. Y una vez seleccionado, proceder a decidir si ir a una elección o no con el régimen, o de entrar a un proceso continúo y persistente de resistencia civil para hacerles verdaderamente la vida imposible hasta que se vayan. Para aquellos que no creemos en elecciones con un tirano contando los votos, nos decantamos por esto último, porque querámoslo o no, eso será lo que finalmente tendremos…

Caracas, 4 de Agosto de 2023

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