Por Luis Manuel Aguana
A medida que se acerca el 28J se encrespan los ánimos y se acentúan los temores del régimen. Realmente no saben cómo parar el fenómeno político de María Corina Machado (MCM), que termina en el aumento consistente del apoyo popular a la candidatura de Edmundo González Urrutia (EGU).
Este fenómeno, más allá de político, se ha transformado en un asunto que ha traspasado las barreras de lo natural. La gente llora al ver pasar a MCM, llamándola “Libertadora”, la única capaz de hacer regresar a casa la familia venezolana desperdigada por el mundo. ¡Y no es para menos! La campaña de MCM ha resultado ser admirable –como la del Libertador-, sorteando todos los obstáculos que torpemente le han puesto, haciéndola todavía más exitosa. Hasta “Pasillo de Honor” militar le hicieron en Barrancas del Orinoco. Eso no se había visto nunca antes, en cualquier campaña electoral previa en Venezuela.
Lo anterior hace muy diferente de lo ordinario la medición de fuerzas electorales. El régimen de Maduro no está enfrentándose a una candidatura opositora común, se está enfrentando con un sentimiento nacional. ¿Cómo se compite con eso? Ponerlos en ridículo con su presencia sorpresiva en Nueva Esparta, y de paso reunir esa manifestación masiva en la isla, los dejó completamente desconcertados.
Ante esa realidad indetenible, el régimen responde profundizando la trampa electoral. Y en esta oportunidad le tocó a la asignación de testigos electorales en las mesas. En una reciente nota publicada por el Diario La Calle, del pasado viernes 14 de junio, leemos “Polémica decisión sobre asignación de testigos electorales se dispone a aprobar el CNE” (ver nota de Carlos Subero en https://lacalle.com.ve/destacados/polemica-decision-sobre-asignacion-de-testigos-electorales-se-dispone-aprobar-el-cne/). Veamos.
“Una delicada discusión se está dando ahora en el Consejo Nacional Electoral (CNE), cuando se disponen a aprobar las reglas que regirán para la asignación de los testigos electorales que acrediten los candidatos y comandos. El punto polémico es que se plantea que para poder ser acreditado como testigo electoral en una mesa de votación que funcionará el 28 de julio se debe ser elector de esa misma mesa”.
En efecto, nunca antes les había importado de donde salían los testigos. Ahora están imponiendo que la persona propuesta esté inscrita como elector en la mesa donde será testigo, implicando una reordenación opositora de miles de personas en todas las mesas del país porque previamente el testigo podía votar en cualquier mesa donde le correspondiera servir.
Pero no solo es el hecho que el partido del régimen este mejor preparado organizativamente que la oposición, como dice la nota de La Calle, para cumplir con esa nueva reglamentación, sino porque es el régimen a través de su CNE el que traslada a su antojo a cualquier persona desde cualquier mesa del país, poniendo a votar a quien quiera, donde quiera. Esa ventaja no la tiene la oposición. En otras palabras, antes de salir los listados del CNE con los electores por mesa, ya ellos se aseguraron previamente que sus testigos estuvieran registrados en las mesas antes de esa reglamentación.
Algunos me dirán, ¿sobre qué bases puedes afirmar eso? Y yo respondería ¡porque tienen el control electoral del país! ¡Lo pueden hacer! ¡Los testigos del régimen ya han sido designados desde hace meses! Basta asignarlos a sus mesas previamente por cruce de las bases de datos del partido del régimen con el CNE al momento de decidir definitivamente cuantas y cuáles son las mesas que se crearán por cada centro. Y si ellos lo pueden hacer porque son dueños del poder electoral, lo harán. Eso está fuera de cualquier “control” o “auditoría” que la oposición pueda exigir o realizar. Y esta podría ser una de las razones por la cual el famoso archivo TABLAMESA definitivo del país no ha sido dado a conocer a los partidos de la oposición.
Frente a esta “nueva” –que no es nueva- estratagema del régimen, lo que queda es que la oposición identifique a la brevedad, mesa por mesa, a sus propios testigos con el TABLAMESA más reciente disponible, identificando quienes de esos 600K testigos estarán disponibles en cada mesa del país. Y si no existen en los 600K testigos para todas las mesas, hacer públicos cuáles son los huecos para llenarlos adecuadamente, convocando a la población opositora. No tengo la más mínima duda de que existirá un venezolano por cada mesa del país que quiera salir de esta plaga.
De nuevo, no estamos hablando de un simple fraude técnico. Estamos hablando de toda una organización construida estructuralmente para delinquir electoralmente porque el régimen tiene el control del árbitro electoral. Lo que se asoma aquí es solo la muestra de un iceberg que hemos denunciado hasta el cansancio desde hace años.
Ahora bien, a esa organización es a lo que nos enfrentaremos el 28J. Es el sentimiento nacional de salir de “esto” que le lloran en la calle a MCM, frente al engaño y la trampa. De eso están en pleno conocimiento todos los actores de esta tragicomedia electoral, INCLUIDAS LAS FFAA, quienes serán los que en definitiva aceptarán o no que se pase por encima del sentimiento nacional de un cambio de nuestra calidad de vida.
No me llamo a engaño de que el pueblo venezolano cambie por sí solo la situación del país si estos delincuentes se roban las elecciones. Si lo hacen, claramente que habrá protestas en consecuencia. Pero ellas por sí solas no cambiarán la situación. El 11A-2002 los millones de personas que salieron a las calles de Caracas NO TUMBARON EL GOBIERNO, lo hicieron los militares que anunciaron al país que Hugo Chávez Frías había presentado su renuncia, “la cual aceptó”, Lucas Rincón dixit. Pero el pueblo venezolano en las calles fue condición necesaria, pero no suficiente. Los militares son los que al final han completado históricamente esa inferencia lógica, y serán ellos quienes decidan si seguimos o no con este infierno político socialista.
Si el régimen está muy seguro de que los militares los sostendrán después de ese fraude que hará el CNE el 28J y que hasta la Comunidad Internacional percibió, con Lula y Petro a la cabeza, proseguirán con esta trampa y anunciarán que ganó Maduro por “millones y millonas” de votos. De eso no me cabe la menor duda. Pero como bien dice el dicho popular, “seguro está el cielo que lo ensucien los zamuros”. Y yo dudo de que estén seguros de eso. Más seguro sería que negociaran antes su salida, dejando que el sentimiento popular del país se exprese sin condicionamientos. MCM no es más que la expresión de ese sentimiento. A cualquiera se le iría la vida en esa disyuntiva final…
Caracas, 17 de Junio de 2024
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