domingo, 30 de junio de 2013

Del Poder Originario, Constituciones y Constituyentes



Por Luis Manuel Aguana

Les agradezco a todos los amigos que me han manifestado su opinión en relación al tema constituyente y en especial aquellos que están en desacuerdo. Yo los entiendo. Bien reza el dicho que “aquel picao e’ culebra le tiene miedo al bejuco”. Chávez le dedicó su campaña electoral de 1998 a ese tema del cual nadie de esas generaciones había oído hablar sino en los textos de historia. Habían pasado 40 años desde 1958 y casi el mismo tiempo de la Constitución de 1961.

Sin embargo, lo que en realidad estaba intentando introducir era el cambio que tenía que pasar Venezuela para su reconstrucción, no solo institucional sino política y moral dado lo “bajo” que se había caído en su conducción. Un país que ya había perdido toda esperanza, con partidos políticos en su nivel más bajo de credibilidad, le dio a este golpista la oportunidad de la conducción de su destino. ¡Imagínense! ¡Quien se hubiera imaginado que después de 14 años estaríamos peor!

Pero así son las cosas de la historia. La promesa electoral se cumplió a cabalidad a pesar que constitucionalmente “la moribunda” –como así llamara Chávez a la Constitución de 1961-, no contemplara la figura de convocar al Poder Originario para redactar una nueva Constitución, que de acuerdo al golpista, era la madre de todos los males del país.

Sin embargo, lo hizo. El Presidente logró cambiar el curso de la historia constitucional de Venezuela como ya había sucedido en el pasado con otros gobiernos, que también cambiaron la constitución a su antojo. Solo que en este caso el gobierno del nuevo Presidente utilizó el expediente de manipular las bases comiciales ignorando la representación proporcional de las minorías, haciéndose con 125 constituyentes de 131 con solo el 52% de los votos. El 48% de los votos restantes fueron representados solo por 6 constituyentes. Así se trató en Venezuela el cambio de la Constitución. Con razón se le tiene miedo al bejuco.

La nueva Constitución, “la mejor del mundo”, nació con un pecado original. Pero más allá de eso y del hecho de haberse construido una nueva Carta Magna, Chávez perfeccionó el Golpe de Estado que no triunfó en 1992, imponiendo el Poder Originario sobre el Poder Constituido que se encontraba fundamentado en la Constitución de 1961. Pasó por encima de todos los poderes, torciendo el brazo de la Corte Suprema de Justicia, que en una sentencia histórica le dio paso al Poder Originario.

Muchos piensan que la Constitución de 1961 aun sigue vigente. No soy yo quien vaya a discutir eso y de hecho me atreví a analizarlo hace más de un año (ver La Moribunda y el Pecado Original en  http://ticsddhh.blogspot.com/2012/04/la-moribunda-y-el-pecado-original.html). Pero de que la Constitución de 1999 salió porque se le dio paso al Poder Originario por encima del Poder Constituido es un hecho real y legal en este país. Y Chávez es el responsable de eso.

Ahora bien, la Constitución de 1999 dejó la puerta abierta a la convocatoria del Poder Originario (Art. 347, 348 y 349). Ningún Poder Constituido, desde 1999, puede, de acuerdo a la lógica que impuso la actual Constitución, estar por encima de ese Poder Originario que invocó Chávez para realizarla. Ningún chavista podría estar en desacuerdo con eso.

Chávez en su intento de llevar esa misma idea a todos los países hermanos y exportar su modelo constitucional, sedujo a Zelaya en Honduras y éste al tratar de cambiar una Constitución que expresamente no podía cambiarse, terminó siendo destituido y exilado. Chávez pataleó gritando en la ONU que el Poder Constituido de Honduras no podía estar por encima del Poder Originario del pueblo hondureño. El fondo fue siempre imponer el mismo modelo que se impuso en Venezuela, solo que los militares de Honduras se le adelantaron a su Presidente e hicieron respetar su Constitución.

¿A dónde nos lleva esta discusión? Al punto fundamental, que en el fondo es el mismito del difunto Presidente Chávez: en un país donde la lógica que se impuso desde 1999 estableció que el Poder Originario estaba sobre el Poder Constituido, mal podría un CNE, o Poder Electoral Constituido, decirnos como contar los votos para elegir a los representantes del Poder Originario y menos aún establecer las bases para su elección. El Poder Originario se impone.

Una convocatoria del pueblo venezolano, constituida constitucionalmente por al menos 15% de los electores del Registro Electoral, y que indique cómo se deben contar los votos de quienes habrán de elegirse como sus representantes, no puede, basado siempre en la lógica del mismo Chávez, ser rebatido por un CNE o Poder Electoral Constituido. Este no podría decirle, por ejemplo a 3 millones de electores o pueblo convocante, que sus firmas son planas o que no valen, o que se contarán los votos de una manera diferente a la dispuesta por la convocatoria de EL SOBERANO, Chávez dixit.

Y si lo ignora o desobedece, no solo estará ignorando al pueblo que justifica su propia existencia, sino que estará dejando la puerta abierta a que cualquiera intente-justificadamente, a mi modo de ver-, restituir el derecho que les asistiría a esos millones de venezolanos a pedir democráticamente la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para reconstruir, no solo institucional sino política y moralmente al país, por las mismas razones por las cuales Chávez justificó su Golpe de Estado en 1992, ganó las elecciones en 1998 y cambió la Constitución en 1999.

Estaríamos utilizando exactamente los mismos argumentos que usó Chávez para convencer a Zelaya que cambiara la Constitución de Honduras, pasando por encima del Poder Constituido, y los mismos razonamientos que él mismo usó para pasar por encima de ese Poder Constituido en la Venezuela de 1999, haciendo letra muerta la Constitución de 1961, convocando al Poder Originario. Sin dudas creo que ese fue su mejor invento y que nuestra dura posición opositora no nos ha dejado ver y aprovechar.

Constituirnos en proponentes de una Asamblea Nacional Constituyente en esos mismos términos para hacer lo que no se hizo en 1999, es lo mínimo que deberíamos hacer los venezolanos que creemos que este desastre tiene una salida civil. ¿Y por qué? Porque los civiles no sabemos hacer otra cosa, en el entendido que la soberanía reside en el pueblo. Y si creemos que esa ANC quedará en manos del chavismo, como algunos piensan, estaremos dudando que la democracia es mayoría en Venezuela.

¿Y qué no se hizo en 1999? Respetar el derecho de las minorías a ser representadas para realizar una Constitución basada en un Proyecto País viable e incluyente, y que nos garantizara la calidad de vida que los venezolanos esperábamos en ese entonces. Deberemos realizar unas bases constituyentes que eviten una aberración como la del Kino de Chávez de 1999 e impedir que un CNE corrupto nos robe unas elecciones constituyentes. Todo eso es posible si se hace bien y responsablemente, con la ayuda de los factores verdaderamente democráticos.

Lo que definirá esta salida como una opción será el entendimiento preciso que el tema constituyente NO ES UN PROBLEMA LEGAL, SINO POLITICO. Chávez lo entendió así y con la inercia de su mayoría le torció el brazo a todo el mundo en 1999, convocando al Poder Originario a pesar del Poder Constituido. Y si los venezolanos, como lo han demostrado, no le temen a la democracia, podremos mejorar significativamente ese resultado. De lo contrario, Chávez nos ganó la partida después de muerto.

Caracas, 30 de Junio de 2013

Twitter:@laguana

jueves, 27 de junio de 2013

La agresión de las sombras



Por Luis Manuel Aguana

No se puede dejar pasar esta nueva agresión de las fuerzas de la oscuridad y la barbarie en contra de "las casas que vencen las sombras". Nótese el plural porque si el himno de nuestra principal casa de estudios, la Universidad Central de Venezuela, es el que especialmente pone de relieve la casa que vence las sombras, todas las demás representan también ese poder del conocimiento sobre la ignorancia y de la luz sobre la oscuridad.

Mientras los Ministros de este régimen se encapuchaban para quemar autobuses a las puertas de la UCV, intentando imponer la barbarie sobre el conocimiento, la Universidad siempre logró triunfar. Ahora esos mismos encapuchados, que ahora tienen el poder, mandan a sus discípulos a quemarlos, ya no a las puertas de la Universidad sino dentro del propio Rectorado.

Muchos dicen que se debe dialogar con estos “egresados”. Mi opinión es que debería  existir la figura de la “excomunión universitaria”, una suerte de castigo semejante al que aplicaba la Iglesia Católica a aquellos que renegaban de la Fe, y que se aplique igualmente a cualquiera que olvidando su condición universitaria reniegue de los valores fundamentales de su Alma Mater, casa de donde aprendió lo que sabe para desenvolverse en la vida.

A ese “excomulgado” se le borraría como castigo de los registros de la Universidad y se le desconocería como universitario en cualquier ámbito profesional. Sin embargo, y afortunadamente para ellos, estamos en el Siglo XXI donde existe la civilización y ya esos castigos ejemplares no se dan, como se daban en el pasado en la Iglesia Católica. Pero sería lo más apropiado para los Ministros de este régimen, porque el Ilegítimo no es universitario porque no le dio la gana ya que bastantes oportunidades le dieron en la democracia para serlo. Será por eso su odio hacia todo lo académico.

Todos ellos se olvidaron que quemaron autobuses en nombre de la autonomía universitaria que ahora desconocen, que la Universidad les dio un título sin verles su credencial ideológica, y que ese olvido criminal incluye que fueron protegidos por su presupuesto cuando eran perseguidos por la policía política del gobierno de entonces. Porque eso es lo que hace una madre con sus hijos, protegerlos aun cuando algunos de ellos resulten ser unos malagradecidos delincuentes.

Pues bien, ahora en nombre de aquella bandera socialista que sostenían cuando le prendían fuego a los autobuses, y que la Universidad les toleró, ya que el concepto era precisamente que se aceptaran todas las ideologías en la casa de la universalidad de las ideas, esta gente ha ido paulatinamente asfixiando las instituciones universitarias hasta llegar al punto de no retorno.

No pudieron controlar el gremio universitario desde adentro ni a sus estudiantes con elecciones porque allí no estaba el CNE. Ahora ensayan el trabajo sucio desde afuera, dejando que la Universidad muera de mengua presupuestaria, azuzando las llamas con una inconstitucional Convención Colectiva Única del Trabajo, haciendo que todos quienes queremos una Universidad libre y autónoma, salgamos a protestar a las calles.

Pero esta estrategia se parece mucho al pito de Chávez por televisión despidiendo a los gerentes petroleros en cadena nacional, provocando la misma confrontación. La idea es que se produzca ese efecto para apoderarse de la institución universitaria venezolana como se apoderaron de PDVSA. Desean que haya muertos en las calles para endosárselos a los Rectores y profesores.

Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos porque esta vez se estarían apoderando de algo muchísimo más valioso que el petróleo y los reales de la petrochequera. Se estarían apropiando de la formación de nuestros jóvenes, sometiendo su educación a la obediencia autoritaria de un régimen comunista. Y eso mis estimados amigos, es la última frontera.

Vamos a ir a la marcha en defensa de nuestras Universidades a pesar de que ellos sepan que nosotros sabemos lo que pretenden. Que si bien sabemos que un profesor universitario gana un salario de hambre porque estos delincuentes han querido por años arrodillar la esencia universitaria, que sepan que no es solo por eso que se lucha. La dignidad no es un renglón de la nomina del recibo de pago de un profesor, un empleado o un obrero universitario.

Los grupos violentos del gobierno y los cuerpos de seguridad intentarán desvirtuar la esencia pacífica de esta lucha justa de las Universidades. No hay que darles el chance. No se puede caer en el juego perverso del régimen y permitirles una intervención de la Universidad, que es lo que al final están cocinando. Es importante que se evalúen las acciones que se están llevando a cabo y que pueden ser la excusa perfecta que están esperando que les permita hacer lo mismo que hicieron con PDVSA.

La lucha debe y tiene que ser más inteligente que la que está planteando el régimen. Los encapuchados que hoy nos gobiernan no aprendieron nada de su Universidad. Nunca gobierno alguno doblegó el espíritu de la Universidad venezolana. Las protestas de sus estudiantes y profesores siempre recibieron las simpatías del país nacional. Y es por eso que el régimen les teme. Y les teme demasiado. Por allí se les puede escapar el control del país. Es por eso que les urge el control de la institución universitaria.

Controlaron a la oposición comprando a sus dirigentes con elecciones, controlaron Globovisión comprando la empresa, controlaron a los militares desarmando a la institución militar y a quienes en su seno podían ser una amenaza, controlaron a PDVSA despidiendo a sus gerentes y trabajadores, pero no han podido controlar a los universitarios ni al resto de la sociedad y están tratando de aplicar la misma técnica para doblegar a quienes no se venden. Creen que si no hay protestas estudiantiles en las calles el resto de la sociedad no será capaz de atreverse a protestar. Eso es un mal cálculo cubano que desestima la esencia de la sociedad civil venezolana.

No hay que seguirle regalando instituciones al régimen a pesar de que nuestros dirigentes políticos estén engolosinados con elecciones periódicas que creen que pueden ganar. El régimen sabe que hay valores universitarios no negociables como la autonomía universitaria de rango constitucional. Por eso empuja a los universitarios a una confrontación. Pues bien, no rehuimos la confrontación pero en el terreno universitario, no en el del gobierno. Creo que la dirigencia universitaria es lo suficientemente sagaz para percibir esa trampa y enfrentarla.

Pero aquellos universitarios que la han montado y han sido participes de ella, por mi ya habrían sido “excomulgados universitarios”, que no merecen haber recibido un titulo de una Universidad precisamente porque se constituyeron en la sombra que el himno de la UCV refiere y que la Universidad siempre vencerá cada vez que un verdadero universitario lo entone.

Caracas, 27 de Junio de 2013

Twitter:@laguana